NARRA DANIEL
Sonrío y me acerco a su moto, es una moto preciosa también.
Veo la pegatina que le han hecho, "Mel" con una caligrafía bastante bonita.
Miro los rasguños y suspiro.
Lo bueno es que no son tantos, se puede arreglar.
Ella sigue dando vueltas, me monto en ella y arranco la moto.
Entro en el taller y Carlos me mira.
— Hola Dani.
— Carlos, ¿cuánto tardarás en arreglar estos rasguños?
— ¿Es la moto de Mel verdad?
— Sí.
— Unos veinte minutos nada más, te lo arreglo en nada.
— Vale, muchas gracias.
— De nada tío.
Salgo del taller y veo como ella aparca la moto.
Corro hasta acercarme y la miro.
— ¿La llevas tu?
Ella se encoge de hombros y rio.
Me siento detrás y me pongo mi casco.
— ¿Y mi moto?
— Tranquila, está allí aparcada, y tengo las llaves aquí.
Ella asiente y arranca.
Salimos de los aparcamientos y nos vamos del centro comercial.
La verdad que me impresiona, una chica a la que le encantan las motos, realmente es preciosa, su pelo es largo castaño y sus ojos azules.
Para en un semaforo y esperamos.
— Gracias Dani.
— No es nada.
Segundos después arranca y me voy un poco para atrás.
— Joder, casi me caigo.
Ella ríe y se me escapa una pequeña sonrisa.
—Venga, no seas mala.