Un mes más tarde, Yura se marchaba sin su hermana, era mayor de edad y no podía hacer nada al respecto. Encontró comprador para la casa rápidamente, lo que le sirvió a Yunho, para convencer a BoA, de que había terminado las cosas con Jayden, cuando en realidad había alquilado un apartamento cerca de su trabajo, para poder verla sin levantar sospechas.
―Entonces, ¿vas a regresar a casa?
Se hallaban en un exclusivo restaurante, justo en su aniversario de bodas.
―¿Casa? ―dijo BoA en tono despectivo―. ¿Crees que puedo llamar a ese sitio casa, después de lo que pasó allí con Jayden? Por mi parte, jamás volveré a poner mis pies en ese lugar y mucho menos dormiré en esa cama.
―Tienes razón, quizás deberíamos alquilar o vender.
―Pero aún no he dicho que voy a regresar contigo.
―Pero si quieres que me deshaga de la casa como otro requisito, lo haré enseguida ―dijo con ansiedad―... Aun si no estás lista para perdonarme.
―Prefiero que la vendas junto con todos los muebles. No quiero nada que me recuerde a Jayden y a lo que pasó entre esas cuatro paredes, recordarlo me revuelve el estómago. Todo este tiempo que hemos estado separados me ha servido para reflexionar, y el modo en el que hemos estado viviendo ha sido un error.
―Pero al menos no vamos a mirar atrás pensando en cómo se siente esto o lo otro.
―¿Entonces tú no te arrepientes?
BoA lo miró con recelo.
―No es que no me arrepienta, es solo que de todas las experiencias se puede sacar algo positivo. Y aunque esto ha afectado nuestra relación, quizás... si me das una oportunidad, podemos crecer como pareja.
Sacó una cajita de su bolsillo y la puso sobre la mesa.
―¿Qué es esto?
―Ábrela.
BoA acercó su mano y tomando la cajita, la abrió encontrando un carísimo anillo de diamantes.
―Es mi regalo de aniversario ―dijo Yunho con expresión triste.
―Yo... no puedo aceptarlo, lo siento.
―Ne me digas eso, lo compré con mucha ilusión.
―¿Cómo puedo aceptarlo si ni siquiera estoy segura de regresar contigo?
―Has detenido los trámites de divorcio, eso nos dice algo, ¿no crees?
―Solo que lo estoy considerando; pero aun no tomo una decisión.
―Aun así, quiero que aceptes el anillo sin ningún compromiso.
Ella cedió, la verdad es que internamente ya tenía decidido perdonarle y olvidar todo el asunto con Jayden. Solo que no quería darle las cosas tan fácilmente.
Después de cenar, Yunho la llevó de regreso a su casa, las últimas semanas habían estado saliendo, como en el tiempo en el que eran novios. Le regalaba flores, chocolates y todo tipo de regalitos cursis, con el objetivo de reconquistarla. Eso, claro, sin dejar de visitar a su amante, que era en lo que Jayden se había convertido, en su amante oficial. Sin embargo, esa noche quería más que una simple conversación con su esposa, por lo que antes de que BoA se bajara del auto, la asió por la cintura y la acercó a su cuerpo para besarla. Fue un beso rápido y sorpresivo, que ella no tuvo tiempo de responder. Luego, la abrazó por unos minutos.
―Me haces tanta falta, mi amor... ―susurró en su oreja, estremeciendo todo su cuerpo.
―Tú... también me haces falta ―BoA respondió a su abrazo.
Permanecieron algunos minutos así y cuando ella quiso alejarse, él volvió a besarla, esta vez, dándole el tiempo de responderle o rechazarle. BoA habría deseado rechazarle pero las barreras que la mantenían a salvo de Yunho, habían sido derribadas. Y en cuanto se dejó llevar por ese beso, no fue capaz de detenerse y terminaron en un hotel. Cuando la puerta de la habitación se cerró, Yunho la despojó rápidamente de su ropa.
―Yunho... espera... vas muy rápido...
Él la acalló con un beso, al tiempo que la obligaba a recostarse en la cama.
―sshhh ―le dijo poniendo un dedo en sus labios, mientras le quitaba la pequeña pieza de encaje―. Solo disfruta.
BoA no fue capaz de decir nada más, su lengua rozando su clítoris le arrancó un suspiro.
―Yunho... ―apenas susurró su nombre.
―Voy a degustarte toda ―dijo él, casi devorándola.
Lamía, chupaba, succionaba...
Hasta que encontró el ritmo que a ella le gustaba y continuó con movimientos envolventes, metió luego dos de sus dedos para aumentar el placer.
BoA se retorcía, suspiraba, gemía...
Levantaba sus caderas hacia su boca, cada vez más desesperada por tenerlo dentro. Pero aquella noche Yunho no tenía planeado llegar al coito. Continuó lamiéndola, moviendo sus dedos hasta que sus gemidos se hicieron cada vez más enérgicos y angustiosos. A medida que ella se retorcía, él movía su lengua con mayor urgencia, dándole uno de sus mejores orgasmos. Y aunque se moría por hacerle el amor, después de eso, la llevó de regreso a casa de sus padres.
―Pensé... que pasaríamos la noche juntos.
―Qué más quisiera yo ―dijo Yunho―. Pero durante la cena me dijiste que aún no estás segura. Entonces prefiero esperar a que lo estés.
BoA bajó del auto con pocas ganas de despedirse de Yunho, aunque le había dado una riquísima sesión oral, la había dejado con deseos de mucho más. Él por supuesto, estaba peor que ella, tuvo que hacerle una visita no programa a Jayden, quien despertó cuando ya lo tenía dentro.
―Yunho ―exclamó sorprendida―. No sabía que ibas a venir.
Él tapó su boca con una de sus manos y continuó penetrándola. Lo hacía con firmeza, con un ritmo acompasado que fue acelerándose a medida que se acercaba al éxtasis... y una vez estalló dentro de ella, se dejó caer de espaldas a su lado. Jayden se le acercó pero antes de que lograra recostarse a su pecho, Yunho ya estaba de pie.
―Ya debo marcharme ―dijo metiéndose al baño.
Jayden se fue detrás de él, observándolo mientras se aseaba.
―¿Por qué te vas?
―Mañana tengo algunas cosas que hacer.
―¿Y no puedes hacerla desde aquí?
Ella se acercó, intentando seducirlo, le había dejado con las ganas.
―Voy a poner la casa en venta, así que voy a tomar algunas fotografías y contactar a un promotor de bienes raíces.
―¿Vas a vender la casa? ―Jayden le miró de reojo―. ¿Y por qué tan de repente?
―BoA no quiere vivir allí.
―¿Entonces es por la maldita bruja?
―No es una bruja.
―Claro que lo es, una maldita bruja que te manipula a su antojo. Primero se va de la casa y ahora, te exige que la vendas. ¿De paso no te pidió que deposites el dinero de la venta a una cuenta bajo su nombre?
―Por supuesto que no.
Yunho salió del baño y terminó de vestirse, le dio un beso en la mejilla y se marchó. Jayden quedó furiosa, odiaba que le hablara tan abiertamente de sus planes con BoA; pero debía tragarse su enojo, si quería retenerlo a su lado.
La venta de la casa tardó poco más de un mes, durante ese tiempo siguió viéndose con BoA, teniendo sesiones de besos y caricias atrevidas pero sin llegar al coito. Algo que solo podía hacer con la ayuda de Jayden, tenía sexo con ella antes o después de verse con su esposa, para poder soportar aquellos encuentros.
―Ya vendí la casa ―llamó a BoA en cuanto se cerró la venta―. Por favor no me hagas esperar más y dime que vas a regresar conmigo. Podemos empezar buscando un nuevo barrio residencial, una casa más amplia y cómoda si así lo deseas. ¿Qué me dices?
BoA se mordió los labios, la verdad es que ya no soportaba un día más sin estar a su lado, como su esposa, como su mujer, como su todo.
―Sí.
Su voz apenas fue audible.
―¿Qué dijiste?
―Qué... sí... que voy a regresar contigo.
Yunho no podía creerlo, finalmente BoA regresaría a su lado.
Pasó por ella al trabajo, cuando salió del edificio él la esperaba recostado a su auto, con un ramo de flores en la mano. Caminó despacio, sus pies temblaban de la emoción. Yunho la rodeó con sus brazos, casi dejándola sin aire, luego la besó con las mismas ansias, sin importarle las miradas curiosas de los transeúntes.
Finalmente BoA volvía a ser suya.