Kiss me, baby (KMB Libro #1)

By ReynaCary

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León ¿Qué pasaría si un día encuentras una caja fuera de tu puerta con un bebé dentro? Sí. Un bebé. Ah y una... More

Kiss me, baby #1
Un vecino con urgencia
Una caja de cartón
Por él
Discusiones
Nerviosa
Nos descubrieron
Muy cerca
Mi mejor amigo y mí... lo que sea
Una dedicación
El juego del beso
Lo que no sabías de mí
Una tarde de secretos...
Hoy no me gusta
Una ventaja
Padres...
Mucho para un día
Me gusta León
Problemas, truenos y problemas
En la boca...
¡Esa niña!
Soy feliz
Cumpleaños (Parte 1) 1 año
Cumpleaños (Parte 2) 18 años
Volveremos juntos
Perdóname... y adiós
¡La última!
Epílogo
Extras
No prometo nada
Especial de besos
Una pregunta
¿Si salen dos líneas?
Te quiere. Tú amiga Mer.

Toda la noche...

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By ReynaCary

Capítulo 24

León

Subí trotando las escaleras hacia mi dormitorio, eran tan solo las 10 de la mañana pero ya había tenido mi primer entrenamiento del día, tenía dos por día, lo que me ayudaba a alejar mis pensamientos de otras cosas deprimentes. Al llegar al tercer piso vi a Esteban de pie recargado en el barandal y fumando un cigarrillo.

—Gia te odiaría si te hubiese visto así —dije cuando pasaba por el pasillo para llegar a mi dormitorio.

—Ella no está aquí, así que qué más da —sin embargo tiró el cigarrillo al suelo y lo pisó para apagarlo.

Abrí la puerta y entré para poder darme una ducha pero al dar un paso dentro tropecé con una botella de agua que había dejado tirada. Mi dormitorio estaba irreconocible, siempre procuraba tener todo ordenado pero desde hacía tres semanas había descuidado casi todo, a excepción de mi hijo y mis clases, pero en cuanto a  mi dormitorio, auto y algunas otras cosas era un desastre andando.

Aventé la botella con un pie hacia un lado provocando una avalancha de basura que estaba acumulada en el mueble del televisor. Renegando me incliné para levantar la basura y arrojarla al cesto que también estaba lleno de hojas y cristales rotos. Durante esas semanas había acabado con la mayoría de mis vasos, estaba pensando seriamente en usar vasos como los de Ethan.

Arrastré mis pies hasta el baño y lavé mis manos antes de empezar quitarme la playera, cuando estaba a punto de sacarla por mi cabeza escuché unos golpes acelerados en mi puerta, salí del baño corriendo mientras intentaba acomodar la playera en su lugar y abrí la puerta.

—Está aquí —dijo Esteban sin aliento.

Salí al pasillo y me asomé por el barandal, vi a Gia bajando de un salto de la camioneta de su padre, se acercó a la ventanilla del conductor y después de asentir frenéticamente y mover sus pies como desesperada empezó a caminar hacia atrás. Para ese entonces Esteban y yo ya estábamos bajando corriendo.

Cuando Gia se giró para caminar hacia las escaleras nosotros ya estábamos frente a ella. Inmediatamente una sonrisa se dibujó en su rostro y se lanzó a mis brazos. Yo estaba primero que Esteban.

—Estás bien —dije con alivio y felicidad y todas las emociones que sentí en ese momento.

La sostuve entre mis brazos se parando sus pies del suelo, soltó un grito agudo en mi oído que casi me dejó sordo pero poco me importó, la tenía en mis brazos, de nuevo y estaba bien.

—Ugg —dijo riendo—, estás sudado.

La dejé en el suelo pero aun tenía mis manos en su cintura.

—Lo siento, acababa de llegar del entrenamiento.

—Aquí estoy, gracias —dijo Esteban y Gia sonrió antes de voltearse hacia él.

Lo abrazó y duraron demasiado tiempo juntos, pero mi celos podrían soportar eso, de ahora en adelante podría soportar cualquier cosa.

—Le he avisado a Karina, ya viene para acá —dijo Esteban.

—Oh no, me va a matar —dijo Gia con angustia en su voz—. Mis padres me castigaron hasta el próximo año y uno de esos fue que no iba a tener mi celular por un tiempo —apretó su labio inferior—, no he podido hablar con ella desde hace semanas.

—Sí, probablemente te regañe pero créeme que nadie te quiere matar en estos momentos —dije abrazándola por detrás. Esteban negó con la cabeza con fastidio ante mi acción pero también estaba feliz de que ella estuviera frente a él, seguro no le importaba demasiado.

—León, ¿ventilaste mi cuarto? —preguntó intentando voltear hacia mí pero por nuestra posición le fue difícil hacerlo—. Papá me dijo que había desinfectado mi dormitorio y estoy segura que olerá peor que un hospital.

—No lo hice tu papá no me quiso dar la llave.

—Ash —se quejó—. Espero que de ahora en adelante no me traten como una niña. Se supone que soy mayor de edad, deberían de dejar de tratarme como una pequeña.

Me encantaba escucharla quejarse.

Estábamos sentados en los primeros escalones de los dormitorios mientras esperábamos a que Karina llegara. Al parecer Esteban y yo teníamos un desastre en nuestros cuartos porque cuando Gia pidió subir ambos gritamos con terror y estuvimos de acuerdo en que sería mejor esperar fuera.

Cuando llegó no me había fijado en como lucía pero ahora que tenía más tiempo de admirarla me di cuenta que llevaba una falda blanca que le quedaba arriba de la rodilla y una blusa roja de esas que a las chicas les gustaba usar tanto, eran de una tela transparente pero a diferencia de otras chicas Gia sí sabía usarla porque llevaba una blusa de tirantes del mismo color debajo, también tenía unos zapatos de piso que nunca le había visto y una bolsa pequeña que sí había visto pero no en ella. Arrugué la frente intentando recordar en donde había visto esa bolsa negra…

—Gia, ¿Fuiste a ver a Alissa antes de venir aquí? —la risa que tenía al estar hablando con Esteban se apagó inmediatamente y se removió incomoda en el escalón.

Levantó la mirada y titubeó.

—Ya llegó Karina —apuntó hacia el frente.

—No cambies de…

—Hola —dijo la muchacha acercándose como un bólido hacia nosotros, temía que me atropellara.

Gia se levantó justo a tiempo para abrazarla, ambas empezaron a hablar al mismo tiempo y rápido que ni siquiera sé cómo se entendían pero de alguna extraña forma lo hacían porque ambas asentían y se abrazaban nuevamente. Los dos hombres nos quedamos sentados viéndolas hasta que a Karina se le ocurrió una tonta idea que no me incluía a mí.

—Ven, Esteban —dijo Karina agitando la mano rápidamente—. Volvemos más tarde León —me avisó mientras jalaba a Gia y a Esteban de la mano, ambos parecían ajenos a lo que tramaba su amiga.

—Pero debo decirle a Le… —empezó Gia pero fue interrumpida por su amiga.

—Volveremos en un par de horas, me lo debes después de haberme dejado como loca durante tres semanas…

—¿Y yo que tengo que ver con ustedes? —preguntó Esteban siguiéndole el paso.

—Ustedes sólo vengan y ya.

De pie en los primeros escalones observé, sin comprender, como se llevaban a Gia de mi lado, de nuevo. Quería pasar todo mi tiempo con ella y me la quitaban… gracias Karina.

Volteé hacia mi dormitorio y recordé que estaba hecho un basurero, subí corriendo para intentar arreglarlo un poco antes de que Gia volviera, después de todo sí tenía que agradecerle un poco a Karina.

En una hora terminé con la mayoría de las cosas que hacían ver a mi dormitorio como una bolsa de basura gigante, la cama estaba tendida con sabanas y cobijas limpias, el piso se veía y lo había limpiado con desinfectante, la cocina estaba limpia y al fin había encontrado la mesa, mi televisión ya no parecía un portavasos y mi bote de basura ya no parecía estarla vomitando. En tres bolsas de basura gigantes, que ya había arrojado al contenedor, había quedado toda la suciedad.

Me di una ducha instantánea y busqué el único cambio de ropa que tenía limpio. Salí del baño justo cuando alguien tocó mi puerta, al principio pensé que sería Gia pero como iba con Karina seguramente no la iba a dejar libre rápidamente, mi segunda suposición era que se trataba de Adrián. Cuando abrí la puerta vi a Gia.

Su cabello suelto estaba un poco alborotado y la bolsa que había tenido colgando en su hombro ahora estaba en una de sus manos, como si se la hubiera quitado porque le estorbaba, su pecho se elevaba y bajaba rápidamente y entendí que había llegado corriendo.

Por alguna razón no la invité a entrar y ella tampoco hizo el intento de entrar sólo nos quedamos ahí viéndonos, una sonrisa se empezó a formar en su rostro mientras recuperaba el aliento, su mano derecha se apoyó en el marco de la puerta y levantó una ceja como si esperara algo.

No la hice esperar más.

La atraje a mí y la besé.

Nuestros besos siempre habían sido tranquilos, con un leve roce de labios que llegaban a ser inocentes pero que aun así dejaban ver los sentimientos que iban creciendo lentamente dentro de nosotros.

Pero este beso fue diferente. Fue urgente, fue maduro, fue con amor.

Con la palma de mi mano la acercaba más a mí y con mi otra mano sostenía su nuca para poder besarla profundamente. Los brazos de Gia estaban alrededor de mi cuello jalándome hacia abajo aunque también estaba sobre las puntas de sus pies para poder alcanzarme. Que nuestras bocas estuvieran juntas no era suficiente.

Presionábamos nuestros labios más fuerte, abríamos más la boca como si eso nos fuera a permitir tenernos completamente, acercábamos nuestros cuerpos lo más cerca posible pero aun hacía falta algo.

Después de minutos separamos nuestros labios por la mera urgencia de recuperar el aire que necesitaban nuestros pulmones. Mientras recuperábamos el aliento y nuestras frentes permanecían unidas nos sonreímos y luego reímos como idiotas enamorados, porque eso éramos.

Besé sus labios, su nariz, su frente y mis ojos se toparon con la puerta abierta, la cerré porque no quería que nadie nos interrumpiera, nos habían interrumpido tantas veces que creía que era justo tener un poco de privacidad.

Tomé el rostro de Gia en mis manos y de nuevo la besé, esta vez ambos estábamos sonriendo mientras nos besábamos lo que hizo que nos separáramos rápido. Bajé mis labios a su cuello y dejé un camino de besos hasta llegar a su mentón y de nuevo fui a sus labios pero no la besé sólo dejé mis labios sobre los suyos.

—¿Quieres ser mi novia? —le pedí acariciando sus labios al mover los míos.

Sentí una sonrisa formándose en sus labios. Me besó.

—Sí —susurró y me dio un beso—. Sí —beso—. ¡Sí! —un beso más.

Coloqué mis manos en su cintura y la levanté del piso, escuché como sus zapatos cayeron al suelo, soltó una carcajada y nos besamos otra vez. Cuando iba a bajarla de nuevo llegó mi miedo de escucharla estornudar y al pensar que el piso estaba frio decidí caminar hasta mi cama y dejarla ahí pero no conté con que ella haría que ambos termináramos acostados.

La espalda de Gia estaba sobre la cama lo que me dejaba a mí sobre ella, tenía sus mejillas rojas y una sonrisa hermosa en su hermoso rostro, su pecho subía y bajaba lentamente y una de sus manos estaba en una de mis mejillas.

—Te quiero mucho, Gia —le dije y ella asintió.

—También yo. Te quiero —ladeó su cabeza como si encontrara inoportuno que le recordara eso—. ¿Estás bien? —preguntó.

Me senté en la cama alejándome de ella y hasta ese momento me di cuenta de que me faltaba el aliento. De pronto el ambiente se había tornado demasiado… demasiado para mí.

Gia se sentó también y se acercó a mí, en su rostro podía ver la confusión sin embargo no dijo nada, sólo recargó su cabeza en mi hombro y esperó hasta que yo pudiera hablar. Si supiese que sólo necesitaba que mi cabeza se enfriara un poco.

—Ya está —dije después de unos minutos. Respiré profundo—. Lo siento, sólo que… las cosas se estaban poniendo incomodas para mí —volteé a verla para ver su sonrisa—. Oye…

—¿Acaso querías ser papá por segunda vez? —preguntó riendo.

—¡Oye!

Me estampó una de mis almohadas en la cabeza.

—¡Pervertido! —gritó—. Soy una niña inocente —otro almohadazo.

—Bueno —dije intentando cubrirme con mis manos—, eso de inocente no me queda muy claro aun…

—Claro que lo soy —me dio un último almohazado, se dejó caer de nuevo en la cama y abrazó la almohada—. Soy un angelito caído del cielo.

—Es que ya no te querían allá —me burlé y antes de que ella me atacara con otra cosa me acosté a su lado y la rodeé con mis brazos, intentó zafarse pero mi fuerza era mucho más que la de ella, acerqué mi boca a su oído y le susurré—. Ellos no te necesitaban como yo lo hago.

Nos quedamos en silencio unos minutos y ella habló.

—Papá me dijo que también te pusiste mal cuando estuve en el hospital —susurró—. Lo siento tanto.

Me alejé un poco para poder verla, aparté todo el cabello de su rostro y vi sus ojos que estaban brillantes por las lágrimas que querían salir.

—No es como si esa hubiese sido tu intención —besé su frente y volví a verla—. Me asustaste como nada nunca lo había hecho y cuando no podías respirar sentí que a mí también me faltaba la respiración. Casi me desmayo pero hubiese preferido eso mil veces antes de lo que te pasó. Fue horrible saber que no pudieron estabilizarte durante todo un día, los doctores dijeron que tu cuerpo no quería aceptar los medicamentos, tuvieron que aplicarte dosis dobles y no me dejaban entrar a verte —suspiró y apretó sus labios—. No pude dormir durante tres días ni tampoco podía comer, hice que tus padres se preocuparan por mí también…

Me sonrió y negó con la cabeza.

—¿Y Ethan? ¿No lo ibas a ver?

—No, mis padres estuvieron yendo al hospital y lo llevaban con ellos… por cierto él te extraña mucho.

—Quiero verlo. Lo extraño mucho.

—Vamos a verlo —sugerí.

Me besó.

* * *

—¡Vamos! Se hace tarde —dijo Gia jalándome el brazo, si seguía así me terminaría dislocando el hombro.

—Espera, linda, necesito cerrar la puerta —gruñó en protesta pero dejó libre mi brazo, aseguré la puerta de nuestro dormitorio y metí la llave en la bolsa del pantalón.

Era increíble pensar que Gia y yo viviéramos juntos, sólo lo sabía Alissa, Adrián, Karina y desde luego Esteban ya que era  nuestro vecino y era inevitable que no se diera cuenta pero seguía siendo secreto para nuestros padres y demás personas, si la escuela se enteraba que vivíamos juntos seguro nos separaban o algo peor.

Tomé la mano de mi novia y bajamos juntos las escaleras. Íbamos a la casa de mis padres a pasar el fin de semana, era viernes en la tarde y Gia había estado ansiosa todo el día. Lo mejor era que ninguno de los dos teníamos tarea que hacer.

—… papá está molesto porque sabe que llevamos casi dos semanas de novios y no le habíamos dicho —dijo Gia mientras caminábamos al auto.

—No me va a matar ¿verdad? —pregunté.

—No, dice que te lo perdona siempre y cuando no te sobrepases conmigo.

—Dile a tu papá que quien intenta sobrepasarse se llama Gia —dije pasándole un brazo sobre sus hombros—. Se hace llamar una criatura inocente pero intenta pervertirme.

—Deberías ponerle un alto a esa Gia —nos detuvimos frente a mi auto y me vio seriamente—. Eres sólo mío.

La besé antes de subirnos al auto.

—Estás loquita —dije sobre sus labios.

—Y tú eres un pervertido.

Llegamos a casa de mis padres y las miradas de burla no se hicieron esperar por parte de ellos, nos reclamaron que habíamos tardado más tiempo del habitual para llegar. Papá hizo su comentario sobre querer más nietos y mamá dijo algo sobre ser demasiado joven para tener más nietos. Esa casa era un caos y me encantaba estar ahí.

Después de la cena mientras mi familia estaba en la sala viendo una película de acción mamá me llamó a la cocina, cuando fui con ella tenía un sobre blanco en las manos, cerré los ojos con angustia, era la tercera vez que veía ese sobre y esperaba que significaran buenas noticias.

—Nadie lo ha abierto —dijo mamá entregándomelo.

Abrí el sobre y desdoble los papeles que venían dentro, en el centro habían unas letras grandes que decía “DENEGADO”. Con enojo arrugué los papeles en mis manos y golpeé una pared. Vi de reojo como Gia volteaba a verme pero decidí no verla, no había necesidad de preocuparla.

—Es la tercera vez, mamá —dije con un nudo en la garganta.

Había ido a registrar a Ethan tres veces y las tres veces me habían denegado el derecho. Al parecer no podía registrar a Ethan como padre soltero ya que no tenía el certificado de alumbramiento, necesitaba encontrar a su madre biológica si quería tener a Ethan.

—Ethan —dijo Gia detrás de mí. Volteé a verla y tenía a mi hijo en sus brazos—. Dile a León “papá” —lo animó—, vamos él necesita que le digas “papá”.

Le sonreí.

—Gia, no creo que pueda…

—Shh —dijo mamá siguiéndole la corriente a Gia. Ambas empezaron a decir “papá”. Ethan me veía fijamente, me costaba creer que un bebé de un año y meses pudiera entender realmente el significado de esa palabra.

—Vamos Ethan, di “papá” —Gia parecía desanimada pero en ese momento escuché la voz de Ethan.

—Pa…pá —soltó.

Todos nos quedamos callados, incluso alguien enmudeció la televisión. Gia dirigió su mirada a mí y yo vi hacía mi hijo.

—Él… —dije pero no pude continuar.

Gie empezó a estimularlo de nuevo para que volviera a repetir la palabra.

—¡Sí! Es papá —dijo emocionada y de nuevo mamá le siguió la corriente, yo no sabía que más hacer más que ver lo que estaba pasando—. ¡Es Papá!

—Papá —volvió a decir Ethan y ambas saltaron de felicidad.

—Hijo —murmuré y lo tomé de los brazos de Gia. Lo abracé mientras escuchaba como mi papá y mis hermanos reían en la sala.

Increíble, era increíble que Ethan estuviera diciéndome “Papá”.

Tomé a Ethan con un brazo y atraje a Gia con el otro.

—Gracias, Gia —la besé—. ¿Cómo lo sabías? —pregunté.

—En mi clase de psicología dijeron que los bebés entendían el significado de las palabras alrededor de los 11 meses así que supuse que Ethan sólo necesitaba un empujón. De ahora en adelante te dirá “Papá” cada vez que le pidamos y después será natural para él.

Los abracé a ambos.

—Ethan, ahora dile “mamá” —bromeé señalando a Gia y ella rodó los ojos.

—Hijo, no metas a Gia en problemas —me dijo mamá sonriendo.

—Mamá, sólo bromeaba, no creo que le pueda decir “mamá” tan fácil.

Pero lo hizo.

—Mamá —dijo Ethan y de nuevo todos nos quedamos en silencio. Vi a Gia y sus ojos estaban muy abiertos, negó con la cabeza mientras veía a Ethan—. Mamá —volvió a decir sin despegar sus ojos de ella.

Gia bajó la mirada y parpadeó varías veces, ocultó su rostro en mi pecho y la sentí respirar profundamente. Fui un tonto, ella no era su mamá pero yo había confundido a Ethan y lastimado a Gia.

—Gia… —hablé pero ella levantó la mirada hacia mi hijo.

—Sí, Ethan —dijo Gia—. Soy tu mamá.

Después de la declaración de Gia se armó un revuelo en casa. Mis padres no sabían si tomarlo bien o mal, nos dijeron que debíamos pensar bien en nuestras palabras.

Más tarde cuando Gia y yo estábamos en mi habitación hablamos sobre el tema.

—Creo que tus padres se molestaron —me dijo. Estábamos sentados en mi cama.

—Según entendí de mamá era que creían que estábamos yendo demasiado rápido. Dicen que sólo somos novios y que eso puede durar para toda la vida o sólo un tiempo…

—Tal vez “Sólo un tiempo” sea “toda nuestra vida” —dijo Gia sonriéndome—. Estoy consciente de ello. Pensé mucho en eso cuando le contesté a Ethan que yo soy su mamá. Sé que lo nuestro puede cambiar pero ninguno de los dos cambiará sus sentimientos por Ethan, él siempre será tu hijo y yo siempre lo querré como mi hijo.

—¿Estás segura? —le pregunté tomando su mano.

—Ten la certeza de que no le hubiese dicho eso a Ethan si no me sintiera segura —entrelazó nuestros dedos—. Lo estoy.

—Bien —besé su frente—. Gracias por estar conmigo.

—De nada, pero no seas aburrido —se acomodó sobre sus rodillas en la cama—, bésame en la boca.

—Toda la noche…

* * * * * * * * * * * * * * * * * * * 

¡Volví! ^-^ 

Espero que les haya gustado el capítulo, ya regresó la cursi de Reyna D: y no pude hacer nada para pararla en este capítulo en especial, así que no acepto quejas sobre diabetes ni nada :P

También, sé que algunos de ustedes en el capítulo anterior se molestaron pero llegar a insultarme no fue nada bueno para mí creatividad. Tal vez para ustedes esas palabras hayan sido en el momento o qué sé yo pero debido a grandes insultos me vi en la tarea de eliminarlos de mi cuenta y para que eso no pase les pido que sean respetuosos, ya saben que yo hago esto porque me gusta y lo hago con mucho cariño para ustedes, les pido que no pongan insultos ni refiriendose a mi persona ni a los personajes o a otros lectores, odio los insultos y yo no los manejo así que me siento con todo el derecho de pedirselo a ustedes :)

Aclarando lo anterior, nos leemos después, no tengo idea de cuando podré actualzar.

Aaaa y para quienes preguntan sobre cuantos capítulos faltan para que se acabe la novela son de 3 a 4 capítulos :)

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