No te alejes de mi.

By aliceindauntless

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- Por favor... no te alejes de mi. - Te quiero mucho y lo sabes. Jamás te dejaré ir. More

Capítulo 1.
Capítulo 2.
Capítulo 3.
Capítulo 4.
Capítulo 5.
Capítulo 6.
Capítulo 7.
Capítulo 8.
Capítulo 9.
Capítulo 10.
Capítulo 11.
Capítulo 13.
Capítulo 14.
Capítulo 15.
Capítulo 16.
Capítulo 17.
Capítulo 18.
Capítulo 19.
Capítulo 20.
MENSAJE DE LA AUTORA.

Capítulo 12.

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By aliceindauntless

Con una gran carcajada, Mikel me ayuda a levantarme del suelo tras la caída con el skate. Paula no para de reír y Kevin la mira con una pequeña sonrisa. Definitivamente, luego hablaré con él sobre un tema que no para de rondarme por la cabeza. 

Hemos quedado todo el grupo, y bueno, Mikel es el invitado.

Tras contarles a mis amigos lo que hicimos hace dos semanas (guardándome lo que ocurrió bajo el agua) decidieron que era hora de conocerle, ya que pronto se convertirían en sus cuñados. Paula era la única que más o menos le conocía, y le parecía bien a pesar de que le robó el móvil y le gastó una broma. Y no, no son ‘’cuñados’’ de Mikel.

 -          Mira que caerte del skate – dice nada más levantarme.

-          Arg, calla. Tu llevas años con estas cosas.

-          Eh, eh, eh, te relajas, que hace muchísimo tiempo que no llevaba uno.

-          ¿Y? ¡Sabes llevarlo!

Pone los ojos en blanco y posa una mano en mi vientre para que mantenga el equilibrio.

 -          Un pie fuera del skate… bien… ahora impúlsate poco a poco. Estaré sujetándote.

-          Ya, eso dijiste la última vez.

Me da una fuerte cachetada en el culo, provocando que a causa del susto y el dolor me impulse, solo que con un poco más de fuerza.

 -          Muy bien, buena perrita – dice sonriendo.

-          ¡Shhhh!

Noto como la presión de su mano en mi vientre disminuye por momentos. Bufo y le lanzo una mirada asesina.

 -          No. Me. Sueltes.

-          Debes aprender de alguna manera, mujer.

-          ¡Mierdaaaaaaaaa!

El grito se prolonga nada más verme sin ninguna protección y a Mikel cada vez más lejos de mí. Intento mantenerme en pie, cruzando curvas y pasos rectos donde es más fácil conducir.

 -          ¡Vamos Saray! – grita Núria desde lejos.

-          ¡Si caes recibirás un buen premio! – Ríe Kevin, y sus palabras van con un notable doble sentido.

Le hago el corte de manga e intento dar media vuelta, pero caigo revoleada en el césped del parque. Doy un pequeño golpe de frustración con el puño y me levanto mientras Paula y Mikel corren hacia mí. Ambos ríen por la caída, y eso hace que me ponga de peor humor.

 -          No hace gracia.

-          ¡Ha sido brutal! – ríe Mikel haciendo ademán de abrazarme. Le bloqueo enfadada.

-          ¡Saray! ¡Pero abrázale, que así no caerás! – bromea Paula secándose las lágrimas de tanto reír.

Casi me abalanzo sobre ella, pero Mikel consigue atraparme entre sus brazos, dejándome sin escapatoria.

 -          Luego te vas a enterar.

-          Seguro que se te olvida. Os dejo solos, chicos.

Sonríe y se va, con la idea de dejarnos algo de ‘’intimidad’’. Sinceramente, en un parque público, lleno de niños, ancianos y demás, no puede haber mucha intimidad.

 -          No te enfades, tontita…

-          ¿Para qué me sueltas? He hecho el ridículo.

-          De alguna manera has de aprender, y esta es la mejor de todas.

-          Con esta quedo como una estúpida y el comentario te lo ahorras.

-          ¿Tengo que hacer algo para que me perdones?

Sin darme tiempo a contestar o mandarlo a la mierda, comienza a darme rápidos besos en la mejilla. Alguno de los besos son húmedos, ya qué el sabe que odio que haga eso.

 -          ¿Me perdonas? – dice haciendo pucheros.

-          Mmm… si paras de besarme, tal vez.

Hace caso inmediatamente y sonrío con dulzura. Giro la cabeza para poder mirarle, pero misteriosamente volvió a seguir con los besos, provocando que nuestros labios se rocen. Para justo a tiempo, por lo que no llegamos a besarnos, pero casi. Estamos a centímetros, nuestras narices se tocan entre ellas. Un pequeño movimiento y nos besaríamos.

Finalmente, ambos nos separamos un poco contrariados. Miro al suelo sin saber muy bien que decir ni que hacer.

 -          Joder. Yo esta vez no pienso dar el paso – sonríe de oreja a oreja.

-          ¿Cómo?

-          Eres un hueso duro de roer.

-          ¡¿Lo estabas haciendo aposta?!

-          ¡Hombreeeeeee! Un día me besarás, estoy seguro.

-          ¡Imbécil!

Resoplo y me separo lo más rápido de él. Esta vez me ha enfadado, y no voy a perdonarle tan fácilmente.

 -          ¡Sary! – grita por detrás.

-          ¡No me llames Sary!

Corro esta vez hacia él, para dejarle claro un par de cosas. Todo muy simple.

 -          Vete, hoy me dejas en paz – digo enfadada - ¿No tienes tu grupo de amigos? ¡Ve con ellos!

-          ¡Pero si tú fuiste quien me pidió que os acompañara!

-          ¡Te querían conocer y ya está!

-          A veces no te entiende nadie, en serio.

-          ¡Y tú siempre eres un cabrón!

-          ¡¿Por qué siempre te enfadas por todo lo que hago?! ¡¿Me convierto en piedra y así ya no hago nada?!

-          ¡Siempre haces cosas malas! ¡Hasta el skate es robado!

-          Así soy yo, no me van a cambiar.

-          Bien por ti…

Saca un cigarrillo y se lo lleva a los labios. Lo enciende y expulsa todo el humor en mi cara.

 -          ¿Algo más que decir?

-          Eso es todo. Adiós.

Ambos nos damos la espalda sin decirnos nada más. Enfadados el uno con el otro.

Llego a mis amigos, quienes miraban la escena boquiabiertos. Me miran, pero prefieren no decir nada.

 -          ¿Qué pasa? ¿No habláis?

-          Esto… ¿qué tal? – pregunta Adrià un poco tímido.

-          Perfecta. Estoy… genial, mejor que nunca.

-          Ya, ya veo…

Me muerdo el labio y miro a Kevin, quien permanece en silencio, sin bromear por primera vez.

 -          Kevin - me mira un poco sorprendido – acompáñame a casa.

-          Claro.

Se despide de todos mientras que yo comienzo a andar sin ganas de nada. Él sigue mi paso por detrás hasta acabar a mi lado. Le miro fijamente.

 -          ¿Qué tal con Paula?

-          ¿A qué viene esta pregunta?

-          Oh, venga, estás loco por ella.

-          ¡No! ¿Te estás escuchando? ¡Dices tonterías!

-          Tío, que vi como la mirabas. Se nota a kilómetros lo que sientes.

-          Te equivocas. Ella para mi es como una hermana.

-          Era. No quieres admitirlo.

Arqueo una ceja sin apartar la vista de su rostro. No quiere mirarme, y frunce los labios con nerviosismo. Le he pillado.

 -          Puede que me guste un poco.

-          ¿Un poco?

-          Mucho. Me gusta mucho. ¿Contenta?

Sonrío y le abrazo con un pequeño grito de alegría.

 -          ¡Qué mono! ¡Ay!

-          Calla. No le digas a nadie nada.

-          Seré como una tumba. Y te ayudaré a salir con Paula.

-          Ni hablar.

-          Por supuesto que lo haré.

Acaba sonriendo y me devuelve el abrazo con cariño, contento por una parte.

 -          ¿Y tú y Mikel? – pregunta divertido.

-          Mikel y yo nada.

-          A ti también se te nota que estás un poco loca por el.

-          ¡Otro chiste! – río irónicamente.

-          Antes te dio una cachetada en el culo y ni te inmutaste.

-          Hombre, tan poco es que fuera tan importante.

-          Seguro que si te la hubiese dado yo, tendría la señal de tu mano en mi mejilla. Además, casi os besáis.

-          ¡NO! ¡Solo fue un accidente!

-          Excusas, solo que eres tan orgullosa que no quieres admitirlo.

Suspiro y niego con la cabeza. Kevin sonríe por mi testarudez y me revuelve el pelo. Grito como una loca y me defiendo de la mejor manera posible. Fracaso, es demasiado ágil y acabo despeinada.

 * *  

Nada más entrar en casa, mis padres avanzan hacia mí con la mayor seriedad posible. Trago saliva al verlos de esta manera. He tenido que hacer algo muy grave.

 -          Saray, al salón.

-          Voy…

Me observan atentamente, sintiéndome cohibida. Llego y me siento en el sofá con un poco de miedo. Ellos se sientan delante de mi.

-          ¿Quién es el chico con el qué sales a la calle?

<<Mierda>>.

 -          Siempre salgo con mi grupo, papá. Paula, Kevin, Adrià…

-          Pero últimamente sales con uno diferente. Un chico moreno y con moto.

-          Yo…

-          No mientas – dice mi madre con reproche.

Suspiro y clavo las uñas en el sofá, conteniendo las ganas de gritar.

 -          Es solo un imbécil.

-          ¿Entonces que haces con él?

-          Nos encontramos de vez en cuando, simplemente.

-          ¡Habéis quedado en la puerta de casa! ¡Para de mentir!

Ya no aguanto y me levanto del sofá con tal brusquedad que hasta mis padres se asustan. Pero se les pasa enseguida.

 -          ¡¿Queréis dejarme en paz?! – grito con rabia.

-          ¡Baja ese tono de voz! – responde mi padre.

-          ¡¿Y si no quiero?! ¡Estoy harta de hacerte caso!

La bofetada se escucha por toda la casa. Me llevo una mano a la mejilla, la cuál me arde. Aguanto las lágrimas y me voy, dejando solos a mis padres. Cierro con un portazo la puerta de mi habitación y allí comienzo a llorar en silencio.

Mi padre me ha dado una bofetada. Les he gritado. He sido borde con mis amigos. ¿Qué más?

 * * *

Desde que di por finalizada la discusión con mis padres, he estado tirada en la cama sin hacer nada. Bueno, al principio llorar, hasta que se me pasó. El silencio en casa es horrible. No se escucha ni voces ni televisores. Da incluso un poco de miedo.

Suspiro y cierro los ojos para volver a dormir un rato más. Desgraciadamente, una notificación de WhatsApp me lo impide. Alcanzo el móvil y miro sin muchas ganas quien es el que me manda mensajes… ¡a la 1 de la madrugada!

 Mikel: Estarás enfadada y todo eso, pero buenas noches niñata estúpida.

Sonrío por primera vez en horas, por lo que las lágrimas vuelven a formarse en mis ojos. Una logra escaparse mientras escribo la respuesta.

Saray: Buenas noches, motero-malote azul.

No obtengo respuesta por su parte, pero estoy completamente segura de que ha sonreído al verlo. Cierro los ojos e intento dormir, mañana será un día duro.

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