Medio kilómetro de distancia

By iwillsaveyoutonight

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¿Qué pasa cuando un ángel pierde la memoria, se topa con un demonio y cae? ¿Quién cambia a quién? Una mentir... More

Sinópsis
Relación tóxica
Epígrafe
Para ti
Prefacio
Capítulo 1
Capítulo 2.
Capítulo 3.
Capitulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
9. El comienzo
10. ¡Por un demonio...
11. ... lo que faltaba!
12. Nutella con fresa.
13. Diabólica tentación
14. Las rosas son rojas.
15. El juego de Victorious
16. ¿Por qué lanzas tus misiles?
17. Círculo vicioso | Parte I
18. Círculo vicioso | Parte II
19. Yo fui tuyo y tú mía
20. Sucesos inesperados.
21. Maritza Engel.
22. Perfume barato
24. El primer día sin Katherine
25. Lluvia de espuma | Parte I
26. Lluvia de espuma | Parte II
27. El baúl de los sueños
28. Tres sobres de azúcar
29. Calle de ensueño
30. Solo quédate con él si...
31. Te sigo amando, Maritza.
32. La nostalgia es un perra
33. Elévame hasta tocar el cielo, Luca
34. ¿Y qué es lo que quieres, Luca?
35. Buena mierda
36. Triángulo amoroso
Cien mentiras
¿Dónde mierda está el sol?
37. Sal en la herida
38. ¿De dónde te conozco?
39. Chanaje
40. Y vuelve el perro arrepentimiento
41. Un cigarillo y dos corazones rotos.
42. Whisky y malas decisiones

23. Se cierra un capítulo

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By iwillsaveyoutonight

Katherine Geisler

—Fue una buena cit.. salida —se corrige por primera vez después de hacerlo yo 5 veces, William—. Gracias por haber salido conmigo.

Sonrió.

—Eres mi nuevo amigo ahora, como tú mismo dijiste no hay de malo salir de vez en cuanto con nuevos amigos.

 —Cierto —dice—. Pero... no puedo irme sin hacer algo antes.

Lo miro ceñuda y antes de quisiera hablar Will se adelanta y dice:— Perdóname.

—¿Por qu...

Sus labios tocaron los míos con delicadeza y sus manos fueron a mi cintura atajándome más a él, no muevo mi boca, ni hago nada, me quedo totalmente anonada. Cuando por fin reacciono pongo una mano en su pecho y tiro de él hacia atrás para separarlo de mi pero en ese mismo instante alguien tira mas fuere de mí hacia atrás y mi cuerpo pega bruscamente contra algo más duro que yo.

Me giro mas sorprendida que antes y la mirada fría e inyectada de puro enojo de Nathan está en dirección a William, Will por su parte pasa su dedo pulgar por su labio inferior y sonríe divertido.

—¿Qué mierda crees que estás haciendo? —farfulla Nathan. De un movimiento rápido toma a Will por la camisa y lo impacta contra el auto del mismo.

—¡Nathan, para! —le exijo manteniendo un volumen de voz prudente, no quiero que mis padres salgan y miren este espectáculo de perros.

—No te preocupes, Katherine —habla Will con sorna—. Ya sé como duele la mordida de este perro.

Nathan coge el agarre con más fuerza y lo vuelve a estampar contra el coche.

Jalo del brazo de Nathan pero el parece muy concentrado en querer matarlo hasta con la mirada que mis suplicas quedan a un lado; William sigue hablando provocándolo.

—¡Cállate ya! Te lo advertí hijo de puta, te dije que Katherine era mía y que si te acercabas a ella me ibas a conocer realmente.

—No se para que vienes aquí a dártela de muy digno y reclamar lo que crees que es tuyo... cuando hoy por la tarde estabas con Maritza, a solas, en tu departamento.

¿Qué?

Suelto a Nathan y lo miro con indigno esperando una explicación pero él se mantienen callado sujetando a William.

—No eres más que un pobre infeliz, inmaduro que no sabe lo que quiere —farfulla William, y por primera vez se define empujando a Nathan, liberándose de su agarre—. Tienes a dos grandes mujeres a tu lado y las vas a dejar por idiota, amigo. No mereces a ninguna de ellas.

¿Qué es lo que está diciendo?

Will acomoda su camisa y saca las llaves de su coche, avanza hasta a mí.

—Lamento haberte besado sin tu consentimiento —susurra—, pero más lamento que este idiota este en tu vida, te va a destruir.

Posteriormente me da un beso en la frente y se monta al coche.

—No quiero causarte problemas con tus padres, será mejor que me vaya. Prometo volver—dice y asiento a cómo puedo. Enciende el motor y se va.

Me cruzo de brazos mientras me giro y me encuentro con la mirada de Nathan; llena de culpa.

—¿Por qué?

—Tú no contestaste mis llamadas —dice y siento las lagrimas picar en mis ojos, lagrimas de coraje—. Y-yo, no se como —carraspea—. Lo lamento

Camino hacia él hasta quedar frente a frente, pero el perro como bien le dijo William baja su mirada.

— Mírame —le exijo, y él apenado lo hace—. Te cortaría las pelotas por ser un maldito mentiroso, ayer tuviste la oportunidad de decirme que mejor hasta ahí llegábamos y que te quedabas con Maritza pero no, seguiste con tu absurda mentira importándote poco dejarme como estúpida... te golpearía los malditos testículos aquí mismo —digo entre sollozos—, pero no lo haré porque entonces también tendría que golpearme a mi misma por haber creído en ti y la verdad es que no vales la pena; y no es por lo que haya pasado en esa habitación con Maritza bien pude aceptar que te dejaste llevar por lo que sientes y te dejaba ir con ella sin problema alguno, pero lo que me tiene así es tu mentira, tus deslealtad—rió entre sollozos negando con la cabeza—. Y tú que tanto que fanfarroneabas diciendo que eras una persona leal, ¿dónde estuvo tu lealtad?—le pregunto con sorna.

Sintiéndome la persona más estúpida del mundo, me giro y lo dejo ahí solo, callado.

¿Pues qué puede decir?

Giro la cerradura de la puerta de mi casa e introduzco un pie, pero nuevamente me jalan hacia atrás.

—En verdad lo siento Katherine —dice—, no quise hacerlo fue un simple beso.

Lo miro, tragándome las lagrimas. No pienso darle el gusto de verme llorar.

—Ya te dije que no es por eso, no quiero se parte de eso de su extraña relación.

Se pone en medio de la puerta y yo.

—Escucha... la amo y ella llego a la casa tan débil y triste, que no pude dejarla ir.

— ¿Y por eso tuviste que besarla? —le pregunto, niega con su cabeza. Sujeta mi cintura con fuerza pegando su frente con la mía—. Quería besarte a ti, quiero besarte a ti —dice con intensidad en sus palabras.

—Y yo quería exclusividad, te quería solo para mí —replico—. Si piensas que soy como las demás que con buen sexo dejan pasar cualquier cosa, estas mal Nathan, muy mal, yo no soy así y no me voy a convertir en eso por ti.

Sus ojos se abren mucho; sus iris se mueven de manera rápida mostrando un poco de pánico, que siendo sincera no comprendo porque, me sujeta con más fuerza; esconde su rostro en mi cuello y puedo sentir como aspira mi arma, automáticamente la piel se me pone de gallina. Me abraza con mucha fuerza y yo hago lo mismo, lo abrazo de la misma manera.

Pasan unos minutos y ya tengo que entrar a la casa sino voy a romper en llanto por ser tan, tan pero tan estúpida.

—Adiós Nathan —le digo liberándome de su agarre, toma mi mano y traza círculos con su dedo pulgar manteniendo la vista abajo, observando lo que hace—. Espero arregles todo con Maritza, porque como te dije, yo no quiero ser parte de su círculo amoroso donde vuelven y terminan, terminan y vuelven... no quiero ser un daño colateral.

Retiro mi mano de su agarre y sus ojos color miel me miran de manera fija; como si quisiera tatuarse mi rostro. Inconscientemente mi otra mano sujeta la que él tomo.

Me doy la vuelta y giro completamente la cerradura abriendo la puerta; termino adentrándome a la casa. Me vuelvo a girar para cerrar la puerta, andole así la última mirada a Nathan; ambos sonreímos tenue sabiendo que muy posiblemente este es el adiós de cualquier cosa que hayamos tenido.

Cierro la puerta y rápidamente pego mi espalda en ella. Necesito que me sostenga.

—No llores, no llores, no llores —me repito en un susurro. No puedo permitirme llorar—. Sabias que esto pasaría, no llores.

El enojo, la frustración, la "traición" y todo esos sentimientos se mezclan en mi haciendo que la bilis suba por mi garganta, toco mi panza y respiro un par de veces reteniendo el llanto. Luego de unos largos segundos, abro los ojos con sorpresa cuando escucho un grito de mi padre seguido de algo quebrarse.

Busco de dónde provino el sonido pero no lo encuentro. Subo rápidamente las escaleras y la puedo ver que la puerta del cuarto de mis padres está abierta y de ahí mismo provienen los gritos; entro a la habitación y me madre está llorando desconsolada mientras mi padre tiembla de lo que supongo es por el coraje.

—¿Qué está pasando? —les pregunto avanzado hasta mi madre y sentándome a su lado, abrazándola con fuerza. Miro a mi padre pero él la mira a mi madre con mucha rabia y dolor. Nadie me responde nada pero como están las cosas de tensas, no voy a seguir insistiendo.

—Nada —responde mi padre seco, aun con la vista puesta en mi madre quien no deja de llorar y temblar entre mis brazos—. Iré a dormir a un hotel.

¿Qué dijo?

Me paro de repente soltando bruscamente a mi madre.

—¿Cómo que te vas? ¿Por qué? Tú nunca habías hecho eso —digo asustada, no sé qué está pasando pero estoy segura que toda anda mal. Un escalofrió recorren mi cuerpo, tal como siempre me pasa cuando algo me asusta, no me gusta o me hace sentir incomoda a niveles extremos—. ¿Qué mierda está pasando? —les grito desconcertada. No quiero que se vayan, quiero a mi padre junto. ¿Qué es lo que pasa?—. No te vayas, papá.

Por primera vez mi padre fija su mirada en mí y me mira como con lastima, y eso me asusta mas. Se acerca a mí y besa mi frente.

—Mañana vuelvo flaquito, no te preocupes —dice y acto seguido mi madre para seguido de eso volver a mirarme—. Cuida de tu madre, que este así no le hace bien al bebé.

Lo sé, se que una mujer este en ese estado no le hace bien al bebé y mucho menos si es un embarazado de alto riesgo, como es el caso de mi madre por ser mayor de 40 años.

Asiento con la cabeza y me lanzo a los brazos de mi padre, abrazándolo como hace nunca lo abrazaba, no sé qué está pasando pero sé que justamente ahora necesita eso.

Se va, dejándonos a mi madre y a mi sola por primera vez desde que tengo memoria.

Regreso a lado de mi madre y las ansias por preguntar me pican pero en el estado en el que esta dudo mucho que me vaya a responder, así que opto por mantenerme callada. Las horas pasan y mi madre se queda dormida.

La dejo sola en el cuarto y salgo de este dirigiéndome hacia el mío. Entro y me recuesto en la cama, sin aguantar mucho llevo mis manos a mi rostro y lloro.

Lloro por todo, por Nathan, por Maritza, por mis padres, por el beso de William, por el niño que sigue apreciando en mis sueños, porque estoy sin trabajo, sin estudios, termino llorando por todo.

Y hoy es esa noche de reflexiones, donde pienso en todo, en lo que estoy haciendo mal, en lo que estoy por hacer bien, en todo. Esas noches donde la historia de tu vida para como una película de bajo presupuesto frente a ti.

Esto es un asco.

Las palabras que Maritza me dijo ayer pegan de golpe en mi mente.

«Te va a destruir de la peor manera. Te va a elevar hasta tocar el cielo con tus propias manos y después te va a dejar caer, te vas a preguntar todas las noches el "¿por qué lo hizo?" y jamás sabrás por qué, porque él es así... invierno en primavera y primavera en inverno, no hay explicación alguna»

Cierro los ojos con fuerza, ahogándome las verdad que ahora sé que me dijo Maritza.

«... Muchas veces es mejor olvidar lo que se sentimos y recordar lo que valemos, recuérdalo tú siempre Katherine porque se que es horrible perderlo a él, pero más horrible es perderte a ti»

Suspiro con fuerza mantenido mis ojos cerrados pero irónicamente mirando los de Nathan.

Estoy valiendo madre.

***

—¡Con un demonio! —grita exasperado—. Sinceramente no sé quien es más idiota si tú o él, Maritza o yo.

Heissen me mira mal. Le he contado sobre lo que paso antier con Maritza y lo que paso ayer con Nathan.

—¿Qué tal que lo que te dijo Maritza es mentira? ¿Y solo es una mosca muerta como esas de las telenovelas que miro? —pregunta—. Porque tú te burlas mucho de mí pero con eso se que nada de lo que brilla es oro, usualmente ellas terminan siendo unas zorras trepadoras.

Asiento por la manera dramática en la que Heissen mira todo.

—Pero ella estaba casi llorando cuando me dijo todas esas cosas... hubieras visto. Me partió el corazón.

—¡Zorra manipuladora! —grita—. Mira, Katherine —hace una pausa avanzando hacia mí y sentándose sobre mis piernas—, no te parece muy extraño que ella haya venido a advertirte sobre Nathan pero al día siguiente vaya a su departamento y se hayan "besado" y uso las comillas porque no dudo que hayan también fornicado.

¿Sera posible?

No creo que alguien caiga tan bajo por un hombre, y aunque se fuera el caso, Nathan la acepto, no hay disculpas.

—¿Sabes? Me da igual —le digo mientras lo quito de mi regazo y me pongo de pie—. Si se besaron, tuvieron sexo o sea lo que sea... Nathan lo concedió y eso es todo lo que necesito saber.

Heissen niega con su cabeza y se cruza de brazos.

—Entonces ¿vas a dejar que te lo quite?

—¿Quitarme qué? Nathan jamás fue mío.

No lo fue. Aunque me duela así son las cosas fuimos víctimas de las hormonas alborotadas y ya no hay vuelta atrás, no puedo seguir lamentándome.

Heissen ríe seco sentándose en el sillón de su sala.

—¿Sabes que es lo bueno de ser gay?... que pienso por partida doble —dice cruzándose de piernas y mirándome serio—. Pienso que muy seguramente ella se está burlando de ti porque fácilmente de convenció. Nathan no te está viendo la cara de idiota sino ella, y tú te estás dejando.

Suspiro.

Y nuevamente las palabras de ella se cuelan en mi cabeza.

«Si realmente te quiere, recuerda que no te hará daño, y su principalproblema es que él no sabe querer»

Niego con la cabeza.

—Ella solo quiso ser amable y decirme que territorios estoy pisando.

Lleva un de sus manos a su barbilla y se me queda mirando fijamente, como si estuviera analizando todo.

Se levanta y avanza hasta quedar frente a mí, me toma por hombros.

—Te está viendo la cara de idiota —dice—. ¿Qué fue lo último que te dijo Maritza antes de irse? Y no te concentres en lo del beso que ella se dio con Nathan, ni en tu beso con William, ni nada, saborea las palabras que ella te dijo, mirando el lado malo, deja de ser una idiota y de siempre quererle ver el lado bueno a todo.

«De mujer a mujer te digo, aléjate de él, te va a destruir y va a romperte por completo»

Te va a destruir y va a romperte por completo.

Romperte por completo.

Te va a destruir.

Destruir.

Aléjate de él.

¡ALÉJATE DE ÉL!

—Me está viendo la cara de idiota —le digo sintiendo el enojo fluir por lo más profundo de mi. Quito sus manos de mis hombros y me abro paso caminado de un lado a otro—. Esa hija de puta, vino hacerse la victima para quedar como la chica buena y quedarse con el galán —dejo caer mis manos con abrupto pegándose en mis muslos posteriormente llevo mis manos a mi cara—. ¿Cómo no me di cuenta antes?

Niega con la cabeza Heissen y dice con un tono de obviedad.

—Pues porque no ves la Rosa de Guadalupe como te recomendé.

—Yo creo que deberías de darle una lección a esa perra hija de puta —habla por primera vez Bambi a través del teléfono—. Chicos ya llegue, tengo que colgar... interesante platica por cierto—dice entre risas—. En fin apoyo todo lo que dijo Heissen, ingenie un plan y denle en su madre, serás una idiota si dejas que te lo quite de esa manera. Te amo y voy a tu casa en la noche para más detalles, besos!

Rodeo los ojos. Nos despedimos de ella y colgamos el teléfono.

Me quedo callada pensando en qué hacer... no le voy a dar la oportunidad de seguirme viendo la cara. Voy a decir algo pero al parecer la idea de Heissen es muy buena que no se puede esperar para decírmela.

—Tengo un plan —dice—. Luca me dijo que irán a la feria hoy... todos incluyendo a Nathan y Maritza.

—Si a mí también me dijo ayer, de hecho me invito... antes de lo que paso con Nathan, no sé si deba a ir —le digo en su susurro, dejándome caer sobre el sillón.

Me mira sonriendo con malicia.

—¡Oh, sí!, vamos a ir. Vamos a demostrarle que si ella se cree una perra, tu eres un tigre.

***

Llegamos a la feria y esperamos unos cuantos minutos hasta que tres carros que llegaron al mismo tiempo se hicieron presentes. Del primero auto salen Luca y Sam, del segundo Maritza y Vanessa—la chica española que me había amenazado el día de las carreras —, por ultimo sale Nathan de su coche.

—Que bueno que pudiste venir, tenía ganas de verte —dice Luca mirándome entusiasta y respondo que lo mismo quería yo, después de hablar brevemente se va para saludar a Heissen.

—¡Alexis! —grita Sam, corriendo hacia mí y alzándome del suelo seguido de darme un par de vueltas—. ¿Cómo estás? —dice una vez que me pone en el piso.

—Bien gracias, me alegra volver a verte, ¿tu como estas? —le pregunto gentil.

—Excelente, y mejor aun cuando nos subamos a la montaña rusa.

Niego con la cabeza rápidamente.

Recordar la última vez que me subí hace que me den ganas de hacer pipi, la verdad siempre me han dado miedo aunque al momento de ya estar arriba lo disfrute, algo contradictorio pero así es.

—No, bueno, solo si me das tu mano —le digo sonriente—. Cuanta con ellos —responde.

Sam y Luca se entretienen hablando con Heissen. Ladeo y miro a Nathan platicando con Maritza y Vanessa, trago duro y suspiro. Desvió mi atención mirando el juego "space shot" nunca me he subido ahí porque realmente creo que se si me terminaría matando... pero la curiosidad me pica.

—Me alegra verte de bueno —susurra en mi oído—, no quería que ayer fuera la última vez que te viera.

Me giro y sus penetrantes ojos color miel me observan con firmeza.

—Bueno... nunca fuimos nada, no tengo porque evitarte —digo con seguridad en mis palabras—. Fuiste un error, un desliz, "un amigo con derechos", nada más.

Me mira con desconcierto.

—Yo jamás te mire de esa manera.

Me encojo de hombros.

—Como sea—le digo—. No estoy aquí precisamente por ti, sino por Luca.

Le digo haciéndolo a un lado y pasando por su lado, observo como Maritza mantiene su mirada fijamente en mí, le sonrió con malicia. Me posicionándome entre Luca y Sam; quedo frente a Heissen y le guiño un ojo sonriendo suficiente.

***

La tarde a pasado rápido, me mantuve pegada a Luca y a Sam durante la mayoría del tiempo y una que otra vez atrape viéndome con disgusto a Nathan, quien a su vez era observado por Maritza y Vanessa. No quise preguntar qué hacia Vanessa aquí pero escuche decir que son "hermanas" lo cual me es extraño ya que son totalmente diferentes, tanto como físicamente como en forma de ser, Maritza me mira de manera normal y a veces hasta me sonríe pero su "hermana" me mira con ganas de matarme y siempre a la defensiva conmigo.

Una mosca muerta y otra descarada, ¿a quién le tengo que temer?

—Quiero subirme al space shot —dice Maritza—, vamos a subirnos ¿si Nathan?

Rodeo los ojos.

—Claro —afirma este—. ¿Vamos todos?

Todos asienten.

Estamos ya en la fila del juego que a mi parecer es demasiado larga. El sol no pica de hecho pega de manera deliciosa como hace mucho no lo hacía.

Los chicos hablan entre ellos al igual que Vanessa y Maritza, y yo pues... como no tengo internet haga lo que cualquier chica haría en mi caso, miro cada una de mis fotos fingiendo hacer algo mucho muy importante en mi celular.

—Tengo que orinar pero no quiero hacerlo ahora —escucho comentar a Sam.

—¿Por qué?

Levanto mi vista y lo miro encogerse de hombros.

—Siempre he tenido la ilusión de mojar a la gente con mis orines mientras estoy en un juego... o vomitar pero no he comido nada.

Todos hacen muecas de asco.

—¡Vete al baño! —dice Heissen—. No quiero oler a orines.

Sam chasquea su lengua y sale de la fila, rápidamente le indico a Heissen que iré a acompañarlo.

Alcanzo a Sam a medio camino.

—Hola.

—Hey, ¿también te dio miedo y te vienes hacer la loca por acá?

Niego con la cabeza.

—¿No vas a regresas? —le pregunto a lo que niega con la cabeza divertido.

—Para eso me gustabas, dah —le digo siguiendo nuestro rumbo hacia el baño—. Yo si voy a regresar.

—Te recomiendo que no recuerdes destino final donde todos se caen del juego... —dice burlesco solo pasa asustarme. Nos reímos un poco y antes de entrar al baño sujeta mi mano y dice—. Nathan... nos contó lo que paso, mira no quiero meterme porque las cosas nunca terminan bien... pero él siempre la va a elegir a ella. Me caes muy bien como para dejar de qué utilicé solo para olvidarla.

Bajo mi mirada por la incomodidad.

Asiento con mi cabeza y sin decir más me adentro al baño.

Tiene razón... ahora que nos tuvo a ambas juntas se inclino mas a ella, hacia todo lo que ella pedía o sugería, tal vez Maritza sea una perra mojigata que me mentido para alejarme de él pero Nathan en verdad la quiere y ese es el problema, él la quiere.

Llegamos hasta donde están todos y mi vista viaja hacia el suelo donde Nathan esta con las rodillas flexionadas y en una reposa el tenis de Maritza quien Nathan le hace un nudo.

¿Qué no puede hacérselo ella sola?

Se levanta y me mira, pero rápidamente le doy una mirada asesina.

—Nos toca —dice Vanessa—, por desgracia casi no llegan.

Retrocedo un paso al voltear hacia arriba y darme cuenta de que realmente es muy larga la altura.

—Creo que paso.

—Te dije que olía a cobarde —comenta Vanessa.

—Cállate Vanessa —le dice Nathan—, recuerda la primera vez que te subiste, terminaste vomitando a Luca.

—Suban ustedes, yo los espero junto con Sam —le digo pero Heissen vuelve hablar.

—Entonces yo tampoco voy.

Rodeo los ojos.

—¿Vas a empezar con tus chingaderas? —le pregunto—. Súbete tú, yo estoy bien.

—Todos, incluido Sam o nadie —comenta Luca con firmeza.

— Ag, ¡vamos niña no eches a perder el momento! —vuelve a hablar Vanessa. Nathan me mira serio esperando mi respuesta, igual que todos.

Suspiro y le doy una última mirada al juego.

—Esta bien, si ella no se quiere subir, respeten eso —me ayuda Maritza regalándome una amplia sonrisa se la devuelvo "casi" igual.

—No, estoy bien lo voy a hacer —digo y le pido la mano a Sam—, pero tú también vas. Si me hago pipi, lo haremos juntos.

Ríe y asiente.

Vanessa, Maritza y Nathan se sientan en una lidera en ese mismo orden, a la vuelta me siento yo, Luca y Heissen para Sam quedar solito en la última hilera —bueno no solo, con otras personas que se van a subir al juego las cuales desconozco—, las náuseas en mi panza comienza a hacerse presentes. Me pica todo el cuerpo y esto realmente nerviosa mirando cómo la gente nos mira desde su lugar de espectadores.

El juego empieza hacer su función y termina subiéndonos de manera lenta, muy lenta asiento que mi tortura porque esto acaba se extienda.

Tú puedes, no vayas a gritar, no vayas hacerte pipi, no vayas a dejarte en vergüenza como siempre.

—Nathan ¿me puedes dar la mano? —escucho que pide Maritza. No me hace falta estar de frente para saber que Nathan se la dio.

De repente el malestar por el juego, el miedo... todo eso que sentía se esfuma. Quedándose un horrible sentimiento que no tengo idea de su razón.

Ya estamos a las alturas esperando que el luego sigua con su función de sacarnos el corazón con adrenalina pura. Muevo mis pies mientras mantengo mi vista en un punto fijo, pero sin estar allí.

Siento que alguien me toca el brazo y ladeo encontrándome con la bonita sonrisa de Luca; me extiende su mano y yo la tomo gustosa.

—Vas a estar bien, lo prometo. No te soltare.

Murmuro un "gracias" que él responde con otra sonrisa saca suspiros.

Desvió mi mirada nuevamente pero aun sosteniendo la mano de Luca con fuerza.

—Katherine—escucho llamarme, es Nathan. Rodeo los ojos exasperada y hago caso omiso a su llamado—. Katherine, Katherine, ¡Katherine!

—¿Qué quieres Nathan? —le pregunto bruscamente asiendo que su nombre saca débilmente de mi garganta. Me siento idiota por ello.

Parece entender lo que estoy sintiendo pues se queda callado. El juego emite un nuevo sonido haciendo que todos griten cosas ya sea de emoción o de nervios.

—Koala...—alcanza decir nuevamente pero el juego cae al "vació" sin previo aviso haciéndonos gritar como locos por la impresión y lo que nos hace sentir en el estomago. Sujeto la mano con fuerza de Luca y él hace lo mismo. El juego se detiene a medio camino y vuelve a subir, lo hace un par de veces haciéndome sentir el malestar en mi estomago y pecho ¡realmente es horrible este juego!, la última caída un poco larga y con mucha rapidez, cierro mis ojos con fuerza mientras escucho a chicos gritar pero lo único que escucho mejor es la voz de él decir—. ¡Me encantas, en todos los sentidos me encantas koala! —termino su frase Nathan.

Los 16 segundos de mi vida donde sentí que el corazón se me salía fueron opacados por 3 segundos donde Nathan abrió su boca porque no es solo el hecho de que dijo lo que dijo sino que lo dijo delante—técnicamente a lado— de Maritza.

Bajamos del juego y rápidamente se me acerca Heissen.

—¿Lo escuchaste?

Asiento con la cabeza.

Pero aunque haya sentido bonito eso no cambia nada. No cambia que él la quiera a ella, que se haya a costado conmigo, que me haya mentido, que me este metiendo a caminos peligrosos o que Nathan sigua siendo un patán.

Escucho decirle algo Nathan a Heissen haciendo que este se vaya. Camínanos sin rumbo mientras los chicos de adelanta a no-se-donde.

—¿Te encuentras bien? —me pregunta posicionados enfrente de mí. Niego con la cabeza.

—¿Qué juego estás jugando? Dime lo para saber —pido—, dime para saber si quiero jugar también o quiero perder por default pero tienes que ser sincero conmigo.

Niega con la cabeza.

—No lo estoy haciendo. No juego contigo... pero comprende, ella lleva años en mi vida y sacarla no es tan fácil.

—¿Qué quieres que haga para que la saques?

Cierra los ojos con fuerza.

—No, solo dame tiempo.

Exasperada, alzo mis manos y las vuelvo a bajar con brusquedad girándome, camina para quedar nuevamente frente a mí.

—Prometo que no abra más besos, ni contacto físico.

Lo miro a los ojos con fijeza dejando de lado a todos.

—Es ese el problema a mi me importa más lo interno que lo físico. Y seamos sinceros, lo único que te llama la atención de mi es el sexo, pero no soy Maritza, no quiero ser Maritza, ni quiero ayudarte olvidarla.

—Katherine... escucha, nadie me había importando tanto, nunca antes, que no fuera Maritza, llegaste tu y siento cosas que nunca había sentido, es extraño no sé cómo decirlo...no te vayas ahora. Ayúdame a —le interrumpo. Me quedo callada meditando todo.

—No quiero "ayudarte" a olvidarla, va a salir mal; las chicas como yo siempre salimos perjudicadas. Búscate a una de esas chicas que les gusta ser la sombra de otras, de esas que se acuestan sin esperar nada a cambio porque yo no podre con esa tarea—le digo siendo sincera hasta conmigo misma—. Fue lindo lo que dijiste allá arriba pero un acierto no borra todo un día de errores.

—Pero voy a dejar de quererla, solo no me alejes de ti —dice y puedo ver con la vena de su cuello se exalta—. ¡Mierda, Katherine! Date cuanta cuan patético me estoy viendo y solo porque no quiero que te vayas.

Sonrío seca.

—La quieres ahora, y hasta que eso no dejes de sentir eso creo que será mejor que pongamos distancia. Porque me estoy haciendo idiota yo sola al pensar que puedo tener una "relación abierta" cuando no es así, estoy sintiendo cosas por ti mucho más allá de la atracción y ¡es patético! porque solo llevamos poco tiempo junto pero esto es así y si no te detengo ahora vas a destruirme y no pienso otorgarte ese poder.

Camino alejándome de él, rumbo a la salida del lugar. Me giro para decirle una última cosa que tengo atorada en mi garganta.

Él sigue parado en su misma posición viéndome fijamente.

—Tu mayor problema es que quieres todo y a la vez no quieres nada —le digo—. Te vas a quedar sin nada sino tomas una decisión.

✈ ✈ ✈ ✈ ✈


Nota de autora: Para informarles que ya tenemos grupo de lectores en facebook pueden buscarlo como: Trilogía MKDD (Sanndy Yessenia)

¡Gracias por leerme, las adoro♡!

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