Escenas extras de Los Miedos...

By darlis_steff

9.3M 762K 647K

Ethan Jones es el hombre que siempre debió ser: Es feliz. Tiene esperanza. Venció sus miedos. Y tiene... More

Ethan Jones
Pasado
La decisión de Samantha
Rubia Bonita
Unos buenos segundos
Su favorito
Otro tipo de hombre
Un paso a la vez
No todas las rubias, solo una
Más que un beso
¿Te gusta?
Más razones para caer
Demasiado bueno para ser verdad
Malo para el juego
Primeras Veces
Flores para Ethan Jones
Fallando en la prueba
Recuperando a Grace
Dolor
Avanzando
Pasos a la felicidad
Positivismo
Planes a Futuro
Alcanzando la Felicidad

De frío a caliente

396K 30.8K 21.5K
By darlis_steff


De frío a caliente.



2 de mayo, 2014.

La puerta se abre y sonrío a la chica que vive con Grace, ella abre y cierra su boca continuamente antes de cerrarla cuando beso su mejilla.

—Hola, vengo a ver a Grace y sé que es tarde, pero ha sido sorpresivo.

—Ella está durmiendo, pero soy fiver y eso tendrá que ser razón suficiente para dejarte entrar.

—Eso es tan agradable.

Entro y ella literal me deja ir a la habitación de Grace, quiero pensar que hace esta excepción porque se trata de mí y no porque cualquiera entraría a ver a Grace dormir.

Cierro la puerta detrás de mí y observo la cama. Grace se encuentra boca arriba una pierna afuera de la sabana y una mano por encima de su cabeza. Es absolutamente raro ver a alguien dormir, pero me acerco esperando que despierte porque solía hacer eso con Dexter y Andrew y siempre despertaban muy asustados y yo reía un montón.

Me inclino observando su rostro y sus ojos se abren antes de que grite. Río encendiendo su lámpara. Está histérica preguntando si me he vuelto loco y empujándome. Se sienta y su amiga abre la puerta, pero luego de verificar que Grace está bien, nos vuelve a dejar solos.

Me siento al lado de Grace y explico el cómo su compañera me dejó entrar, por supuesto que pregunta qué hago aquí y soy conciso: salida con BG.5 y sus chicas. Ella me explica cómo se durmió en medio de la corrección de un libro, pero yo solo observo su camisón que está enrollado a mitad de su muslo.

No puedo evitar el coqueteo fácil que sale cuando le hablo y cuando trata de negarse a ir por trabajo, termino por convencerla. No hay manera de que me vaya sin traerla conmigo. Después de enlazar nuestros meñiques en una promesa de que voy a ayudarla con su trabajo luego, ella se pone de pie y miro toda esa seda contra su cuerpo antes de notar algo cuando comienza a avanzar.

—Espera—Tomo su brazo.

— ¿Qué?

Sin decir palabra alguna la llevo hasta la luz que entra por su ventana, hago su cabello a un lado y observo. No sé qué me esperaba, pero ver las marcas de Grace no me genera asco, desagrado o aprensión. Intento verla con ojos distintos, pero todo lo que sigo viendo es a la habladora divertida y peculiar con la que he estado pasando mucho tiempo.

Nada cambia.

Me sigue pareciendo hermosa.

— ¿Es esto lo que no te hace creer en mis palabras?— puedo notar lo tensa que está— ¿Es esto lo que te asusta?

Estiro mis dedos y toco una de las líneas rosas, de inmediato ella quiere alejarse, no la dejo, pero me aseguro de hacerle saber que no la lastimo, que no quiero hacerlo.

— ¿Hasta dónde llega?

—Hasta mi espalda baja, pero se hace menos visible ahí. En fotos... no se nota.

Bajo mi rostro y dejo un beso en la piel de su hombro, su piel es suave y huele muy bien.

—No es la gran cosa Grace, eso no estropea tu belleza. Es una marca de ser fuerte y sobrevivir.

—Has salido con un montón de modelos, todas ellas perfectas ¿No te asquea?

—No. No creo que alguien sea perfecto, es lo que nos hacen creer. No me asquea Grace. No hay nada feo en ti. Debes comenzar a creerlo. Yo ni siquiera creo que necesites otra cirugía.

El cuerpo se Grace se estremece levemente y quisiera saber qué es lo que piensa, cómo se siente y verificar que en mi intento de hacerle saber cuán hermosa me parece no la esté lastimando. Dejo beso suaves sobre las leves líneas rosa. Sobre patrones que representan un pasado.

Doy un último beso y la hago girar para que me enfrente, le sonrío. Últimamente sonrío mucho.

—Tú chica terca y habladora, cuando te diga de ahora en adelante que eres hermosa tú solo tienes que decir Gracias, Ethan.

—Mandón.

—Eres hermosa, Grace.

Casi río por la expresión de su rostro, pero en su lugar enarco una de mis cejas esperando respuesta. Ella ríe y eso me hace sonreír aún más.

—Gracias, Ethan.

***

Bailar con Grace se siente muy bien. Es excitante y divertido. No es una mala bailarina lo cual sé porque hace un tiempo, en el cumpleaños de Dexter, bailé con ella.

Siempre he sido de esos molestos que cantan mientras bailan, no sé por qué lo hago, pero nunca he dejado de hacerlo y esta no es la excepción, sin embargo creo que a Grace eso le gusta.

Bailamos una canción detrás de otra, reímos y hay un evidente coqueteo. No sé qué ha cambiado entre nosotros, pero somos diferentes.

Acerco su torso al mío y su cabeza descansa contra mi cuello, sonrío cuando declara que huelo bien porque eso trae a mi cabeza aquella noche de ebriedad en la que se encargó de decir que yo olía a pasión, por supuesto que se lo recuerdo.

Por un momento estamos bromeando sobre esa noche, sobre mí siendo malo al recordárselo y luego todo lo que puedo hacer es observar a Grace y pensar cuánto quiero besarla; y me pregunto ¿Por qué no?

Así que acorto la distancia deseando mucho este beso y ella se alza sobre las puntas de sus pies terminando con la distancia que separaba nuestras bocas. La beso a mi ritmo, no tan lento y no tan rápido, queriendo disfrutar cada instante de este momento. Sus labios son suaves y se moldean con facilidad a los míos. Incluimos nuestras lenguas y solo puedo pensar que quiero besarla mucho más. Por un tiempo más. Por mucho más.

Mis manos están en el centro de su espalda y la beso con mayor profundidad, queriendo tomarlo todo a mi paso. La beso durante segundos o minutos interminables y me planteo la idea de solo seguir besándola por mucho tiempo.

Cuando dejamos de besarnos noto sus labios inflamados y húmedos, tomo su mano y la llevo por un trago. Entonces confieso parte de esa noche que no recuerda a la perfección: que este no es nuestro primer beso real, aunque para el caso no creo que haya existido alguno falso, y le cuento sobre aquel beso en su habitación cuando estaba ebria. Está incrédula y casi parece molesta de no recordar, eso me hace sonreír.

***

Grace y yo hacemos una pizza. Bueno, Grace juega con la masa y yo hago la pizza. La escucho reír detrás de mí. Es la madrugada, venimos de la discoteca, tomamos cerveza y no recuerdo muy bien por qué decidimos hacer una pizza. Yo solo no iba a negarme a que ella viniera, no cuando estamos teniendo una noche tan diferente, tan bien y tan...No sabría qué decir.

Escucho una maldición por parte de Grace y me doy la vuelta para observarla. Sus ojos están muy abiertos y sus manos ahora se mueven inquietas.

— ¿Qué sucede?— seco mis manos y no le quito la mirada de encima.

—Nada.

—Luces sospechosa— me acerco y noto que sus ojos van de mí hacia el techo.

—No, solo soy yo.

Sus manos están vacías ¿Dónde está la masa? Y esa misma pregunta es la que hago su respuesta es tan tonta que casi río y le hago saber que no le creo. Una vez más ella mira hacia el techo y cuando sigo su mirada encuentro la masa en mi perfecto techo.

— ¿Qué carajos?

—Momento de distracción.

— ¿Ah?— bajo la vista y entonces mi rostro está en sus manos y ella me está besando.

Hay besos que son un puente para atravesar a algo mucho más fuerte que el simple contacto de bocas ardientes. Por un momento Grace y yo solo nos estamos besando y luego parece que queremos fundirnos el uno en el otro.

Es apasionado, quizá salvaje y muy excitante.

Mis manos acarician sus muslos antes de alzarla y dejarla sobre el mesón, pero hay muchos estorbos y todo lo que hago es barrer el mesón haciendo que los ingredientes caigan al suelo y volviéndonos un absoluto desastre.

No puedo dejar de besarla. No puedo. Es adictivo.

Estoy desesperado por tocar su piel cremosa y mis manos toman su camisa para arrancarla. Los botones vuelan por todo el lugar y eso solo me vuelve más loco mientras enredo mis dedos en un cabello rubio que ahora me encanta y que no podría imaginar siendo de otro color. La inclino tanto contra el mesón que creo que podría terminar acostada, su camisa inservible se va y mi boca decide explorar.

Beso su mejilla y llego a su cuello donde me encargo de lamer y besar ganándome estremecimientos y dulces sonidos por su parte. No tengo ni idea de cómo detener esto y siendo sincero no pienso detenerlo. No soy un jodido santo. Deseo a esta mujer, deseo a Grace y no hay manera en la que voluntariamente pueda detenerme justo ahora.

Casi pierdo mi mente cuando sus piernas se enredan en mi cintura, mi camisa sale y luego estoy besando entre sus pechos deseando que el sujetador se vaya. Muerdo y ella gime. Quiero tanto escuchar más de ese sonido. No sé si es por la abstinencia en la que he estado, pero estoy muy dispuesto a hacerlo en la cocina. La deseo, la quiero justo ahora. No puedo ni siquiera pensar en algo más que no sea estar con Grace.

Somos un desastre de besos, harina, huevos y cervezas. Lenguas explorando y manos tanteando. Estoy en el broche de su sujetador y termino de arrojar todo del mesón.

Es entonces cuando la pasión se enfría. Algo se quiebra, Grace se paraliza y luego parece perdida. Solo eso basta para que me interese más tranquilizarla que mi erección.

Nunca he odiado más un aceite de oliva.

Trato de tranquilizarla bromeando sobre la situación, su camisa hecha un desastre y a cambio ella menciona mi comida esparcida por el suelo. La veo usar mi camisa y me gusta. Con mis manos en su cintura la ayudo a bajar del mesón no sin dejar en claro el placer que ha sido para mí hacer una pizza con ella.

La dejo en el sofá esperando mientras me hago cargo de nuestra pizza. Saco otra cerveza y doy un largo trago. Bucker llega a la cocina y acaricia mis pies antes de echarse listo para dormir en donde sea que me encuentre, le sonrío y señalo hacia el techo.

—Amigo, mira lo que Grace le hizo a nuestro techo—las orejas de Bucker se alzan y sonrío— ¿Crees que un día baje?

En respuesta Bucker ladra y se levanta siguiéndome cuando camino hacia el horno. Siendo, juega a ser mi sombra.

»Sí, creo que ese será un bonito recuerdo. Ve a dormir, descansa no tienes que vigilar que sea un chico bueno, prometo que me portaré bien. Además en esta relación tú eres el hijo y yo el padre, ve a dormir.

Bucker da vueltas alrededor de mí y río sacando la pizza. Cuando camino hacia Grace él me sigue y de hecho se queda dormido a nuestro lado mientras Grace y yo comemos y conversamos un poco. Me gustó esta noche.

***

5 de mayo, 2014.

—Es jodido que ella quiera hablar justo ahora.

—Lo está haciendo adrede—es todo lo que digo viendo mi celular, Dexter golpea sus dedos sobre su pierna y alzo la vista— ¿Qué?

—Es solo que en la historia tú suenas como el malo.

Lo sé, las declaraciones de Samantha es un claro grito de ser una víctima de alguien que vilmente rompió su corazón.

—Que las personas piensen lo que quieran. No caeré en su juego de hacer un escándalo y volver todo esto una discusión pública. No nací para ser el payaso de su circo.

—Eso es ser jodidamente controlado y tolerante.

—No, eso es pensar antes de actuar, deberías intentarlo alguna vez antes de que un día termines arruinándolo en grande.

—Yo pienso antes de actuar—frunce el ceño— ¡Joder! ¿A quién engaño? Actúo y después pienso ¡Demándame por ello!

Río y estiro mis piernas frente de a mí.

— ¿Cómo te va con Juliet? Honestamente me sorprende que alguien así de sensata soporte tu locura, ocurrencias, impulsos y...

— ¿Me amas o me odias? Y para que lo sepas estamos jodidamente bien. Me ama, la amo, nos amamos y me soporta porque sabe que así soy de la misma manera en la que yo amo cada jodida cosa de ella. Así son las relaciones Ethan, con cosas buenas o malas, jodidas o no jodidas.

— ¿Lo tienes mal, verdad? Tenías mucho tiempo sin estar en una relación.

—Casi el mismo tiempo que tú.

—Pero lo mío es diferente.

— ¿Aun piensas la cosa jodida de que es falso? Porque si es así entonces dime qué mierda harás cuando los dos meses finalicen.

No respondo y vuelvo de nuevo mi vista a mi celular. Abro una foto de Grace en mi celular decidiendo compartirla porque soy un ser espectacularmente generoso que quiere mostrarle al mundo una bonita rubia.

— ¿Qué tan bueno eres diciendo cosas cursis? —cuestiono.

—No te diré.

—Bueno. Entonces pondré esto: ¿Sobrevivieron sus ojos a esta belleza? Lo sé, no creo en mi suerte. Si no la conocen ella es mi habladora y ella es genial. Carita feliz y corazón. Listo, publicado.

—Y todo es jodidamente falso, claro—se pone de pie—. Vamos por algún jodido café, me estoy durmiendo.

***

8 de mayo, 2014.

Zoey tira de mi cabello y río, eso la hace sonreír antes de que balbucee algunas palabras que no logro entender. Me encantan los mellizos, quizá no los cargué mucho cuando eran bebés y trate de no tener mucho contacto físico con ellos, pero ahora que caminan siento la libertad de poder jugar o hablar con ellos y resulta que son muy divertidos.

— ¡Zozo! — Nathan se asoma en la puerta antes de gritar e irse corriendo, por supuesto que Zoey casi salta de la cama corriendo detrás de él.

Rápidamente me pongo de pie para seguirlos, pero la voz de April me detiene.

— ¡Voy detrás de ellos! Tranquilo.

Voy hacia uno de los baños, lavo mi rostro y cepillo mis dientes. Me gusta estar en esta paz cuando vengo a Bolton, por ello casi siempre suelo quedarme en casa de April y no en la que crecí, eso no me impide poder ver a mamá Victoria a quien de hecho iré a buscar en un par de horas. Salgo al pasillo y observo la puerta en donde sé que Grace se encuentra. Viendo que no hay alguien alrededor camino hasta la puerta y escucho el agua correr. Pues este parece un momento perfecto como cualquier otro para orinar.

—Lo siento mucho, pero debo liberar líquidos... no del tipo que te imaginas.

— ¡Ethan!

No tengo muchas ganas de orinar, pero me obligo a hacerlo y es un poco difícil cuando estoy semi duro.

—Mierda—ríe—. No puedo creer que te esté escuchando orinar.

— ¿Qué? ¿No es eso tener confianza en una relación?—tiro de la cadena y lavo mis manos. Es una cortina lo que nos separa y solo me deja ver una leve silueta—Entonces ¿Necesitas ayuda en tu baño?

—No gracias, puedo sola.

— ¿Y si necesitas quién te ayude con el shampoo?

—No he mojado mi cabello—responde y casi maldigo. Ni siquiera me sentiré mal por querer verla desnuda— ¿No había otro baño?

—Si, donde cepillé mis dientes. Pero este me pareció uno mejor.

—Seguro.

—Bueno, si no necesitas mi ayuda me voy retirando.

—Sí, sería lo mejor.

Comienzo a retirarme como un hombre caliente que es vencido por una mujer ardiente, pero en última instancia noto algo que sirve para ser mi última arma.

—Grace.

— ¿Si?

— ¿Si sabes que no tienes toalla, verdad? Sí, será divertido verte salir sin nada.

Cuando pregunta si yo puedo traerle una, sonrío complacido de mi inteligencia para usar esto en mi ventaja.

—Podría, pero no de gratis, porque ¿Sabes? A mí me beneficiaría no traerte una toalla.

— ¿Qué quieres?

Y ahí está la pregunta ganadora. Estar semi duro está pasando a un estado de estar complemente duro.

—Qué bueno que nos entendemos. Quiero que asomes tu cabeza de esa cortina y me des un beso.

— ¿Qué?

—Que quiero un beso— repito, no tendría por qué resultar tan sorprenderte.

— ¿Por qué?

— ¿Quieres hacerme decirlo?

—Soy curiosa.

Sonrío cuando asoma su cabeza por la cortina y casi me inclino hacia un lado para ver un poco más. De nuevo, no me sentiré culpable al respecto; si fuera a la inversa, gustoso y con amabilidad la dejaría observarme mientras me baño.

—Creo que comienzo a conocerte realmente, sabía que ibas a asomarte.

—Eres muy listo o soy predecible.

Decido que ya no quiero jugar, quiero besarla y tocarla. Noto su mirada sobre mi pecho desnudo e incluso sé que su mirada pasa levemente sobre mí no discreta erección.

—Soy muy listo. Y respondiendo a tu pregunta, porque he estado pensando en ello desde nuestra pizza ¿Es suficiente resumen de por qué quiero un beso?

—Muy bien, pero luego debes conseguir la toalla para mí.

—Claro, porque hacemos esto por la toalla—ruedo mis ojos y rápidamente tomo su rostro en mis manos dejando caer mi boca sobre la suya.

No sé por qué esperaba que esto resultara no tan apasionado, quizá porque trataba de convencerme que lo sucedido mientras hacíamos la pizza y cada momento que hemos compartido solo son una exageración de mi imaginación. Pero está es la verdad, entre nosotros hay una absoluta pasión explosiva.

Chupo sus labios, acaricio con mi lengua y muevo mi boca sobre la suya desesperado por más de lo que estoy sintiendo justo ahora. La hago retroceder y un sonido escapa de mí cuando siento sus manos en mi cabello y las mías tocan la piel resbaladiza, por el agua, y desnuda de su espalda baja. Retrocede hasta tener su espalda contra la ducha y cuando nuestros torsos conectan quiero volverme loco por la sensación de sus pechos desnudos contra mi piel.

Necesito aire así que libero su boca, pero son solo breves segundos porque quiero más de esos besos. Mi mano baja y siento su trasero igual de resbaladizo que el resto de su cuerpo. Está es una de las cosas que más caliente me han hecho sentir en mi vida.

Me gusta que se estremezca con mi beso y mis caricias, que se desarme del mismo modo en el que ella me desarma y me hace perder la razón a mí con estos besos.

Mi pene muy despierto se presiona contra su cadera y ella gime ¡Dios! Necesitamos hacerlo. Necesito hacérselo ahora, no una, sino muchas veces. Todo es mil veces mejor cuando sus manos van debajo de mi pantalón holgado y más allá del bóxer para acariciar mi culo desnudo. En este momento yo le daría cualquier cosa a Grace.

Entonces la puerta del baño se abre y nos detenemos, y luego quiero reír cuando July, abuela de April, habla. Nos toca escucharla orinar y mientras que Grace parece paralizada yo bajo la vista y aprecio el cuerpo desnudo contra mí.

De inmediato quiero lamer sus pezones y besar el lunar alrededor de uno de ellos. También resulta que quiero deslizar mi mano por su abdomen de piel tersa y perder mis dedos entre sus piernas. De nuevo mi vista vuelve sus pechos porque parece que en este momento son mis cosas favoritas.

Cuando July sale del baño, Grace pasa de ser una apasionada mujer a una consternada. Todo lo que hago es negarme y sonreír cuando me pide que me cubra los ojos. Eso la enloquece.

Cubre mis ojos con sus manos y río. Exige la toalla que se ha ganado, a este punto con esos besos y su cuerpo desnudo se ha ganado una maldita línea completa de toallas si quiere. Se cubre con la cortina cuando me hace salir, pero ya he visto, aunque quiero seguir viendo. Le hago saber sobre el lunar en su pecho y sus mejillas se sonrojan aún más.

Voy por la toalla y tras entregársela, la espero. Cuando sale envuelta en una toalla, deseo retomar lo que empezamos, pero entrecierra sus ojos hacia mí.

— ¿Qué? Solo me quedé esperando por si te caías y necesitabas mi ayuda.

Se ríe pasando por mi lado, no puedo evitar querer tocarla así que tomo su brazo deteniendo su paso. Ni siquiera sé por qué lo hago, pero dejo un beso en su hombro.

—Hace un tiempo dijiste que no salgo con rubias. Pero estoy saliendo contigo y me gusta— susurro contra su piel— ¿Recuerdas cuando dije rubia del pasado y una del presente?

—Sí.

—Tú no eres para nada como la del pasado, estoy aprendiendo y entendiéndolo.

Ella es sencillamente Grace, una mujer que me está haciendo cuestionarme cuántas cosas he fingido porque todas han parecido reales.







Ethan no me lo pone fácil, hay muchas escenas que podrían ser desde su perspectiva, pero lastimosamente no puedo hacerlas todas porque eso toma demasiado tiempo y no es la idea de estas escenas. Sin embargo estoy tratando de mostrar las que considero más adecuada y que muchos quisieron ver desde su perspectiva.

Espero les guste.

Un beso.

Continue Reading

You'll Also Like

309K 29.8K 91
- Cumples 18, tienes que hacer algo notable. Es más, nos iremos ese mismo día a una gran discoteca y te besaras con la chica más hermosa del local...
2.8K 163 23
en dónde los dos son guardias en el centro comercial, pero nunca han intercambiado palabras pero, cuando Mike lo cambian de trabajo, ella lo tiene qu...
3.1K 389 34
Tras una dolorosa pérdida, Elizabeth se ha obsesionado por conseguir la clave de la inmortalidad, clavando su atención en Carlos, su vecino, del cual...