Leah
¿¡Qué!?
—¿Entrevista? —pregunto, la confusión me adornaba por completo.
—Sí. Puesto de finanzas.
¿Finanzas? Se supone que no hay ningún puesto.
—Espera, creo que te haz equivocado. No hay ningún puesto en el área de finanzas.
—Que extraño, me dijeron que alguien renunció ayer y conseguí una entrevista.
—Nadie ha renunciado —frunzo el ceño.
—De hecho, sí lo hicieron —Derek aparece con una gran sonrisa en su rostro. Los ojos de la chica destellan encanto y la rabia se apodera de mí.
—Sabía que no podía estar equivocada —su voz derrocha miel.
—Sí. Gretta renunció ayer, algo sobre la lotería —él tiende su mano y ella la toma—. Derek Harris.
—Kelly Blackgold. Vengo a una entrevista con tu padre.
—Es por acá. Sígueme.
¿Hola? ¡Estoy aquí!
—Claro —la chica se vuelve hacia mí—. Gracias, eh...
—Leah Duncan —mascullo con una sonrisa falsa.
—Gracias por tu ayuda, Leah —sonríe y se marcha junto a Derek.
Me dejo caer en la silla, la derrota sobre mí.
¿Quién es esa chica?
—Te lo digo de verdad, Mila —paso una mano por mi rostro—. La chica es mucho más hermosa que una barbie.
Luego de que pasara el desconcierto y mi desesperación por saber algo de Derek y Kelly, me rendí y llamé a Mila para almorzar. Justo ahora nos encontrábamos en su restaurante favorito.
—Por favor, Leah. No creo que esa chica sea una amenaza para ti.
—Pues lo es —bufo—. Es perfecta en todos sus sentidos.
Y lo que más me molesta es que haya cautivado a Derek tan rápido. Siempre digo que las chicas que son así, son las más problemáticas.
De pronto, las puertas se abren revelando la figura de Kelly siendo seguida por Derek. Una fuerte presión se hace presente en mi pecho captando la atención de Mila. Ella voltea en dirección a donde estoy mirando y enarca ambas cejas.
—Bueno, sí es bonita.
Estoy por decirle que no me lo recuerde cuando Kelly posa su mirada en mí y sonríe. Descaradamente toma la mano de Derek y caminan hacia donde estamos. Por favor, Señor sácame de aquí.
—¡Leah! —Derek sonríe al verme—. No sabía que estarías aquí con mamá.
Él se acerca a Mila y la saluda con dulzura, ella sonríe ante la muestra de cariño.
—Hola mamá.
—Hola —le da un beso en la mejilla y dirige su mirada hacia Kelly, ella le sonríe amablemente captando la atención de Derek. Por favor, no necesito más humillación.
—¡Oh! Mamá, ella es Kelly Blackgold. Es una amiga y compañera de trabajo.
¿Compañera de trabajo?
—¿Le han dado el empleo? —pregunto sin pelos en la lengua. No puede ser que Christian la haya contratado tan rápido.
—¡Oh sí! —Kelly me da una sonrisa—. Resulta que el señor Harris quedó encantado con mi presentación.
Mila entra en la conversación—. Puedo verlo, eres una chica encantadora.
¿Qué?
—Muchas gracias, señorita...
—Rogers —responde con dulzura.
Bien, esto es suficiente.
Tomo mi bolso con rabia y me levanto de mi sitio. Derek y Mila me observan desconcertados.
—¿A dónde vas? —Mila frunce el ceño. Derek solo me mira expectante.
—Me siento mal, iré a casa.
—¿Quieres que te lleve? Digo, por si necesitas compañía —Derek se acerca a mí, y yo permito que mis ojos viajen hacia Kelly, su reacción es de rabia y sé que debo irme cuanto antes. Regreso la mirada hacia Derek.
—No gracias, conozco el camino.
Sin más, salgo con la poca dignidad que me queda.
Kelly Blackgold no es de mi jodido agrado.
Margaret
Abro la puerta encontrándome con Kelly, ella sonríe victoriosa y sé que son buenas noticias.
—¿Qué me traes hoy, querida? —la invito a sentarse en el sofá, ella acepta gustosa.
—Pues lo he logrado, Margaret. Entré al territorio de Duncan y la he sacado en menos tiempo del que esperaba. Aunque claro, recibí ayuda de Mila.
Sonrío con satisfacción. Mi plan está marchando a la perfección—. Muy bien, Kelly. Si lograste que la estúpida de Leah se viera amenazada, lograrás que salga de la vida de mi hijo y nieto. Confío en que harás un gran trabajo.
Le tiendo el sobre con el dinero. Ella lo toma y me da una sonrisa llena de maldad.
—No te equivocas al confiar en mí, Margaret. Leah Duncan estará fuera de liga en menos de lo que tú esperas.
No lo dudo.
Esta vez no voy a fallar.
Leah
Me despierto por unos ligeros golpes en la puerta. Restriego mis ojos y busco mi celular para ver la hora.
¡5:30! Theo estará aquí en cualquier momento.
Corro a abrir y luego en dirección a mi armario, Derek me mira corretear por la habitación con expresión divertida.
—Veo que te sientes mejor —ruedo los ojos ante su estúpido comentario. No entendía muy bien la razón de mi enojo contra él, pero era así.
—Tengo una cita con mi novio, es claro que me siento mejor —su semblante cambia inmediatamente y yo me siento triunfante.
—¿Theo viene? —pregunta tajante. Yo asiento en respuesta.
—Saldremos a cenar como reconciliación.
Comienzo a buscar como loca algún vestido hasta que recuerdo que podríamos ir a divertirnos un rato en casa de algún corrupto. Saco unos jeans rasgados, una blusa blanca básica, chaqueta de cuero y unos botines negros. Derek observa mi conjunto con una ceja enarcada.
—No parece ser una cita formal.
—Porque no lo es. Theo tiene una forma distinta de hacer las cosas, y me hace feliz de ese modo.
El semblante de Derek luce cada vez más dolido, pero no podía parar. No comprendía mi rabia en su contra, pero tampoco podía detenerla. Me sentí tan afectada al ver que se veía tan impresionado con Kelly que ahora no podía sentirme tranquila cerca de él.
No sabía si eran celos, tal vez lo eran y eso era algo que me afectaba aún más. Mi único interés debía ser Theo, no podía existir nadie más en mi corazón, no podía existir nadie más que me hiciera dudar. Y si ese alguien era Derek, tenía que alejarme de él.
Así doliera como el infierno.
—¿Puedes irte? Tengo una cita y llegará en treinta minutos —comento mientras me desbotono la blusa que traigo puesta.
Derek baja la mirada y suspira—. Ten una linda noche, Leah.
Luego de que Derek se marchara, flaqueé y quise ir a buscarlo, pero me contuve. Al contrario de eso, decidí prepararme correctamente para mi cita con Theo.
A las 6:05 estaba bajando por las escaleras en dirección a la salida. Christian entra en ese momento y sonríe al verme.
—¿A dónde tan arreglada?
Sonrío en respuesta—. Tengo una cita.
—Pues tu novio tiene mucha suerte. Luces hermosa.
—Gracias, Christian.
—No te hago esperar más, ve.
Corro a la salida, pero me detengo y me doy vuelta. Christian me mira con semblante extrañado hasta que lo abrazo. Al principio no puede creer mi muestra de cariño, pero se lo toma bien y me corresponde. Sonrío de nuevo y me despido con alegría.
Diviso a Theo en la entrada de la casa. Mi corazón comienza a latir con fuerza al verlo tan alegre y sonrío, pero en ese momento también parece descarriarse al ver que su sonrisa no va dirigida a mí sino a...
Kelly.
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Esta tipa comienza a molestarme y ha sido mi creación JAJAJA
Espero hayan disfrutado el capítulo de hoy, pronto habrán más sorpresas.
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Mucho amor y bendiciones chicas y ¿chicos?
Bai!