Antes de Partir | Larry Styli...

By lovegaylove

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Louis y Harry se conocen en sus últimos días de vida. Sus caminos se cruzan un un pasillo de hospital donde t... More

Antes de Partir
Un gusto conocerte
Conducir un auto
Hacer algo de lo que luego me arrepienta
Ir a París
Tirarme en paracaídas
Contemplar una vista majestuosa
Capítulo Final
NUEVO FANFIC: Querida Luna

Plantar un árbol

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By lovegaylove

Harry y Louis salieron apresurados del hospital, tanto que Louis casi se olvida de sus pulmones de porquería. Este último abrió la puerta de una vieja camioneta y se subió, luego haciendole señas a Harry para que hiciera lo mismo. Parado fuera del vehículo y con la mirada clavada en Louis, pero sus pensamientos en todas partes, Harry habló: "Oye, yo... creo que debería ir a casa" Louis rodó los ojos y le volvió a hacer señas para que suba. "De verdad te agradezco la oferta, sé que la pasaríamos muy bien, pero..."

"Entiendo" Lo interrumpió Louis. Sus ojos miraban al frente y sus manos apretaban con fuerza el volante. "Sube, puedo llevarte a tu casa si quieres" Ahora giró su rostro hacia el menor y le regaló una rápida sonrisa. El de rizos hubiera preferido que le insistiera al menos una vez más.

Harry asintió, haciendo que sus rizos se movieran un poco. "Gracias" Esta vez Louis sólo asintió y puso el vehículo en marcha, segundos después le preguntó la dirección de su casa y comenzó a conducir.

Ninguno dijo nada en los diez minutos que tardó el viaje hasta la casa de Harry. Louis algo ofendido y decepcionado porque, sí, sentía que Harry tenía que ser la persona que hiciera las últimas aventuras junto a él. ¿Por qué? No lo sabía, ya que lo había escogido al azar, pero ahora que había puesto los ojos en él no quería elegir a alguien más; tenía que ser Harry. Y Harry, se había quedado callado porque, en el fondo, moría por seguir a Louis aunque fuera un total desconocido y tal vez hasta un asesino, pero su niño interior aún le susurraba al oído que si su madre no lo sabía, no debía hacerlo.

"¿Es en esta calle?" Louis miró hacia ambas direcciones y luego hacia Harry, quien asintió y luego susurró un 'sí'.

Segundos después, Harry se acomodó en el asiento y habló: "Es aquí" Señaló una pequeña casa color gris con mucho cesped en el patio frontal. Louis frenó y estacionó justo en frente. Pasaron algunos segundos en los que ninguno sabía qué decir. Ambos eran desconocidos, desconocidos que estuvieron a punto de embarcarse en una pequeña aventura, que podía ser insignificante o lo más importante de sus vidas. "Gracias por traerme" Un dolor se había instalado en su estómago al saber que tenía que bajarse, meterse en su casa y seguir con su vida normal. Su vida que pudo dejar de ser ordinaria.

Louis sonrió ladino. "No es nada" En ningún momento quitó sus manos del volante. Harry le regaló una sonrisa sincera y se bajó del vehículo, pero cuando estaba a punto de cerrar la puerta tras él, Louis habló: "Oye" Harry se giró sorprendido ante la voz de aquel extraño que, de alguna forma, no era tan extraño. "Al menos dime cuál habría sido lo primero de la lista" Harry entrecerró los ojos, no entendiendo a lo que se refería. "¿Qué es lo que te habría gustado que hicieramos primero?"

Harry carraspeó y se apoyó en la puerta color celeste de la vieja Ford de Louis. Abrió los ojos mientras miraba el piso y luego hacia los costados, pensativo. "No lo sé, tal vez...empezaría por lo más simple" Louis no había quitado sus ojos de Harry. "¿Plantar un árbol?"

"¿Es una pregunta o una afirmación?" Bromeó Louis, aunque sin tono de burla en su voz.

Harry rió por lo bajo. "Una afirmación" Se acomodó el cabello que le molestaba sobre el rostro. "Plantar un árbol" Louis se habría reído en su cara al oír que eso era lo primero en su lista, pero en lugar de una risa, se le escapó una sincera sonrisa.

"Nos vemos" Louis lo saludó, aún sin mover sus manos de donde las tuvo en todo momento.

Harry cerró la puerta trás él y lo saludó por la ventana abierta de la camioneta. "Adiós" Louis arrancó la camioneta y salió de allí con una sensación rara en el pecho, la misma que tenía todos los días y que, por algunos minutos, creía haber olvidado.

Harry abrió la puerta de su casa y la cerró sin fuerzas tras él. Su cabeza le dolía por el sólo hecho de no poder dejar de pensar en todo lo que podría haber sucedido si aceptaba la propuesta de Louis. Algo dentro suyo le gritaba que encontrara a aquel chico y le dijera que había cambiado de opinión, pero al ver a su madre, Anne, en la cocina preparando la cena, aquel borroso y fugaz pensamiento se escondió en alguna parte de su mente.

"Cariño" Su madre lo tomó de las mejillas y le plantó un sonoro beso en la frente. Su sonrisa era gigante y sincera, pero sus ojos dejaban ver toda la preocupación que en verdad sentía en todo momento. "¿Por qué has regresado tan pronto?" Harry tomó una botella de agua del refrigerador y se sentó a la mesa. "Siempre tardamos horas en salir de allí" La mujer se sentó frente a su hijo, quien dejaba ver cansancio en su rostro, como de costumbre.

Harry carraspeó como hacía casi siempre antes de hablar. "En realidad...yo no... Yo me fui del consultorio, no pude entregarle los papeles al doctor, no me sentía bien y...tuve que irme" Jamás le había mentido a su madre en sus 22 años de edad y no quería comenzar ahora, pero le pareció innecesario decirle la verdadera razón.

"¿Mal?" Anne se puso de pie y se paró a su lado, tocándole la frente y viendo sus ojos para ver si notaba algo fuera de lugar. "¿Mal cómo? ¿Te sientes mejor, amor?" Harry asintió. "¿Por qué no me llamaste para que pasara por ti? Dime que tomaste un taxi, Harry"

Harry tomó otro trago de agua y, acto seguido, le sonrió a su hermosa madre. "Tranquila, estoy bien, en serio. Fue sólo un momento en el que...no quería estar ahí y tuve que irme" Anne asintió lentamente y le acarició la mejilla. Harry juntó su frente con la de su mamá, y los dos se quedaron así por un largo rato. Su relación siempre había sido maravillosa, no sólo eran madre e hijo sino también amigos y compinches, y Harry estaba agradecido de tener una madre como Anne. Y Anne, sin dudas, de tener un hijo como Harry.

Luego de cenar unos ricos espaguetis, ambos se fueron a la cama. Anne le había ofrecido a Harry ver una película, pero este sentía mucho sueño como para durar con los ojos abiertos por otros diez minutos. Y quizá esa noche cuando apoyó la cabeza en la almohada no pudo dormir en seguida porque los pensamientos de lo que podría haber sido la mayor aventura de su vida lo mantuvieron despierto por un largo rato.

Al día siguiente, la rutina era la misma de todos los días. Al igual que lo que sentía en el pecho. Sonaba la alarma que se ponía para poder despertar temprano y tener un rico desayuno con su madre, luego leer un libro y esperar así hasta que su madre regresara del trabajo y prepara la cena (a veces se encargaba él de cocinar, le gustaba mucho). Harry ya había terminado la escuela secundaria hacía varios años y cuando se enteró de su problema de salud dejó la universidad y se olvidó de ser abogado por un tiempo. El doctor le había dicho que era mejor descansar y no sufrir ningún tipo de estrés, así que tampoco tenía un trabajo. Se aburría mucho durante el día, y más cuando su madre estaba en el trabajo. Disfrutaba leer y también ver películas o jugar a las cartas con Anne, pero había momentos en lo que nada lo satisfacía y sentía que estaba desperdiciando su vida, lo poco que tal vez le quedaba de ella.

"Buenos días" La dulce voz de su madre saludándolo desde la puerta le llenó el pecho de un calor que sólo esa mujer lograba crear. Como de costumbre, no había golpeado la puerta, así que Harry con prisa se tapaba para que su madre no lo viera casi desnudo. "Ups, lo siento"

Harry rodó los ojos pero luego le sonrió. "Buen día" Se estiró en la cama mientras bostezaba y soltaba un gruñido como todas las mañanas cuando aún estaba muy dormido.

Anne le tiró un beso desde la puerta y dijo: "Baja, el desayuno ya casi está listo" Harry asintió y, luego de volver a estirar sus brazos, se puso de pie con dificultad y se cambió con suma delicadeza, como si tiempo le sobrara.

El desayuno transcurrió como siempre, como todo sucedía siempre: igual. La radio con música que a ambos le gustaba, el televisor encendido en el canal de películas francesas; las pasaban en blanco y negro y, por alguna razón, eran las preferidas de Harry. La mayoría de las veces sonreía escuchando el acento francés que tanto le costaba imitar, pero otras veces, como a la mañana, sólo las tenía de fondo, y prefería el sonido de una buena melodía proveniente de la radio de la ciudad.

Todo era pequeñas risas de parte de Anne cuando Harry intentaba cantar las canciones de la radio (su voz nunca fue muy buena, y le gustaba empeorarla sólo para hacer reír a su madre), la ronca voz de Harry tratando de llegar a las notas altas de Whitney Houston, y los pájaros que cantaban en la ventana del comedor que siempre estaba abierta los días de sol.

De repente, un sonido intruso los toma desprevenidos. Tres golpes en la puerta hace que volteen hacia esta. "Yo voy" Dijo Anne mientras se limpiaba la comisura de los labios con una servilleta. Harry queda viendo hacia la puerta, no era muy común recibir visitas, eran ellos dos en el mundo, y sus abuelos vivían en otro país. A veces los vecinos se acercaban, pero, de todos modos, era extraño.

Y, tal vez sólo lo había conocido ayer, pero un minuto había sido suficiente para jamás olvidarse de esa voz tan chillona y peculiar. Harry se pone de pie al mismo tiempo que Anne se gira hacia él y lo mira extrañado. "Hola, Harry" Louis le sonríe de oreja a oreja desde la puerta de su casa. Viste ropa negra, igual que la del día anterior, pero Harry es demasiado observador como para saber que no es la misma.

"¿Por qué nunca he conocido a Louis, Harry?" Anne abre los ojos en demasía, exigiendo una explicación. Y por la forma en que está habló, Harry ya supo que esta creía que Louis y él eran novios.

Harry carraspeó. "Hola, Louis" Harry lo saludó agitando su mano y luego volviendo a ponerla en su bolsillo. "Mamá, él es...Louis, un amigo del hospital" Y, de alguna manera, no era como si fuera una mentira muy grande. De ninguna manera le diría que era un extraño que conoció en el hospital cuando le hizo la oferta más desquiciada de todas.

Anne asintió pero había algo que no le cuadraba. "¿Y por qué nunca te he visto antes?" Harry maldijo por dentro. "Quiero decir, la mayoría de las veces yo te acompaño a las consultas" Anne sonreía, pero Harry conocía esa sonrisa.

"Porque yo limpio los baños del hospital, los baños de caballeros" Anne abrió su boca y asintió, ahora del todo convencida. "Así es como nos conocimos"

"Sí, Harry va seguido al baño, ¿verdad?" Las mejillas del rizado se tiñeron de rosa y este bajó su mirada hacia sus pies descalzos. Louis asintió y sonrió, haciendo reír un poco a Anne. "Bueno, ¿en qué podemos ayudarte, Louis?"

"Ehh" El castaño se rascó la cabeza y pestañeó algunas veces. "Harry me prometió ayudarme a plantar un árbol" Harry frunció el ceño y Anne alzó las cejas, sorprendida. "Hago un poco de caridad cuando puedo, y me ofrecí a plantar un árbol en un orfanato. ¿Recuerdas, Harry? Lo prometiste, viejo" Lo miró cruzándose de brazos y con una sonrisa que dejaba ver sus dientes. Harry no podía pensar en ese momento, pero su madre lo hizo reaccionar tocándole el brazo.

"¡Eso es genial!" Ahora tocó el brazo de Louis y le sonrió con sinceridad a ambos. "Y qué bueno que te hayas ofrecido a ayudar también Harry, estoy cada día más orgullosa de tí" Anne estaba a punto de llorar y Harry lo sabía, así que para evitar presenciar ese momento, se puso las zapatillas Nike que estaban al lado de la puerta y, luego de dejar un beso sobre la frente de su madre, salió de su casa. "Acuérdate de llamar o enviar mensajes avisándome que estás bien, ¿de acuerdo?"

Harry asintió y le guiñó un ojo. "No te preocupes, adiós" Anne los despidió a ambos con las manos y le devolvió a Louis la sonrisa que acababa de regalarle.

Harry vio cómo Louis se subía a su vieja camioneta celeste (a Harry le encantaban los autos, sólo verlos, no conducirlos, y esa Ford lo estaba enamorando), así que abrió la puerta y se subió del lado del copiloto. Louis ya tenía sus manos sobre el volante y una sonrisa en su rostro (Harry había comenzando a preguntarse por qué siempre sonreía, sabiendo que iba a morir). Harry se acomodó el cabello y habló, pero con su vista en sus propias manos que se entrelazaron sobre sus piernas. "¿Realmente haces caridad?"

Louis soltó una carcajada que hizo que Harry levantara su mirada hacia él. "Ppff, no" Louis negó con la cabeza. "Pero dijiste que lo primero que harías sería plantar un árbol, y como no quieres emprender una aventura, me dije a mí mismo, 'Oye, Louis, ¿por qué no hacen al menos lo primero de la lista? Para eso ni siquiera necesitan correr riesgos ni salir de la ciudad'" Harry sonreía mientras lo escuchaba hablar, y eso no pasaba muy seguido. "Así que, ¿qué te parece? ¿Plantamos un árbol y ayudamos al planeta?"

Harry asintió repetidas veces. "Sí, hagámoslo" Louis susurró un 'sí' e hizo algo con su brazo, indicando victoria.

"Entonces, ¿a dónde lo plantamos?" El de rizos se alzó de hombros y lo pensó por un momento.

"¿Un parque?"

Louis lo miró con indignación. "¿Un parque? ¿En serio? ¿Para que los perros orinen y hagan popó en nuestro pobre árbol?" Harry volvió a alzarse de hombros mientras seguía pensando en un buen lugar. Louis se estaba dando cuenta lo tímido que Harry era, lo mucho que pensaba cada cosa que decía, y como cuidaba las palabras. Los dos lo pensaron por unos segundos, pero a Harry realmente no se le ocurría ningún buen lugar. Y entonces sintió que Louis se había movido en su lugar y cómo sus ojos hacían algo raro, cómo un pequeño brillo aparecía de a poco en ellos, cómo su mano izquierda se apretaba al volante y la derecha tomaba la llave. Y entonces, encendió el vehículo. "Lo tengo" Y otra vez sonreía como si nada malo sucediera. Como si un cáncer no se estuviera comiendo su pulmón, y como si al lado suyo no hubiera una persona que necesitaba un corazón nuevo.

"¿A donde vamos?" Indagó Harry con la voz más ronca de lo normal.

Louis lo miró de soslayo. "Ya verás"

Harry odiaba los silencios incómodos pero no podía hacer nada para impedirlos ya que también odiaba comenzar una conversación. Había notado que Louis hablaba todo lo que él no, sin embargo, ninguno de los dos soltó una palabra por más de quince minutos. Sí, Harry llevaba la cuenta. Para empeorar la situación, Louis ni siquiera había prendido la radio, y Harry no podía hacer que las palabras 'Enciende la radio' salieran de su boca.

Y como si algún dios le hubiera leído la mente, Louis frenó y estacionó a la orilla de la ruta por la que conducían, ya a las afueras de la ciudad. Y, una vez más, Harry se preguntaba por qué había seguido a Louis si no lo conocía. "¿Qué hacemos aquí?" Por fin pudo formar una oración.

"Aquí es" La voz de Louis estaba llena de dicha. "Ven, vamos" Abrió la puerta, esta haciendo un chirrido molesto pero al mismo tiempo extrañamente confortante. Louis se paró al lado de Harry, quien estaba apoyado en la puerta de la camioneta viendo hacia todas las direcciones y encontrando sólo una cosa: vegetación. "Sígueme" Louis le hizo señas con la mano y comenzó a caminar por ese campo repleto de tierra y cesped. Harry notó que Louis se detuvo justo en el medio de aquel lugar, y Harry se detuvo también. "Aquí lo haremos, aquí lo plantaremos"

Harry frunció el ceño y volvió a mirar a su alrededor, Louis sonreía y miraba el suelo. "¿Por qué aquí?" Louis ni se inmutó al oír la ronca voz de Harry sonar entre tanto silencio. "Quiero decir..."

"Estamos en el medio de la nada, lo sé" Louis se sentó en el piso. Harry sabía que Anne lo regañaría por ensuciar sus pantalones, pero se sentó a su lado de todos modos. "Plantaremos el árbol aquí, y mi mamá vendrá a cuidarlo, tu madre también puede si quieres decirle" Harry comenzó a prestarle atención. Sentía que Louis se lo tomaba a la ligera, hasta ese momento. En ese preciso instante, los dos sentados sobre el cesped en un campo a las afueras de la ciudad, a punto de plantar un árbol que nunca verían crecer, supo que ambos sentían lo mismo, supo que eran casi una sola persona, un mismo sufrimiento. "¿Por qué aquí?" Dijo Louis, viendo a Harry a los ojos y dandose cuenta por primera vez lo bonitos y verdes que eran. "Porque algún día construirán casas aquí, y una familia será feliz con nuestro árbol en su patio trasero. Y viviremos por siempre en este árbol" Harry tenía un nudo en la garganta y lágrimas agrupándose en sus ojos. "Porque tal vez nosotros moriremos, pero este árbol, nace hoy" Louis le entregó una pequeña pala a Harry y este la tomó, tragó el nudo en su garganta, se limpió las lágrimas y sonrió.

Y comenzaron con su trabajo. De alguna manera u otra, Harry sentía que estaba dejando algo en el mundo, algo que nunca se iría, al menos no tan pronto como él.

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Pido disculpas si ofendo a alguien con el tema de las enfermedades de ambos personajes. No sé mucho del tema. Es sólo un fanfic. No es real.

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Perdón por la demora omg pueden odiarme si quieren porque yo también me odiaría D: Bueno, espero que les haya gustado el primer capítulo! Me tardé tanto tiempo porque cambié de opinión mil veces sobre este fanfic. Pero ahora ya estoy decidida. Va a ser una novela muy cortita porque si la hacía más larga iban a sufrir mucho, ustedes y Louis y Harry.

Si pueden votar y comentar me harían muy feliz!! (y compartir este fic en sus redes sociales o decirles a sus amigxs)

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