En Multimedia, un posible (Theodore) ♥ ¿qué opinan? ♥
¡Les dejo el capítulo 12! Gracias por seguir aquí.
Este capítulo va para ti mi Tati, muchas gracias por estar aquí corazón ♥
Las dos castañas delante de nosotros parecían unas niñas pequeñas que disfrutaban de su grato reencuentro. Verlas juntas a pesar del momento de angustia, era sumamente gratificante, porque ellas transmitían la amistad y añoranza que salían de sus almas. Nicholas, las miraba fijamente, pasó una mano desesperadamente por su cabello.
—¿Theo? —murmuró por lo bajo.
—Te escucho o ¿vas a asesinarme en este instante? —dije neutro observándolo de reojo. Viró para encararme, totalmente serio.
—Fiorella, como acabo de constatar, es una amiga muy querida para mi mujer, te advierto, sino aclaras esto pronto, te voy a patear las pelotas —asentí sin dudarlo, Nicholas continuó, colocando una mano sobre mi hombro —por otro lado, me alegra que nuestras chicas sean amigas —sonreí ante esa declaración.
—Dime algo. ¿Era de Fiorella, de quien debías contarme y no lo hiciste?
—Sí, me pareció curioso entrevistar a una chica con el mismo nombre de tu amada, quien habría imaginado que era ella...
Sojhar, interrumpió nuestra susurrada conversación casi que en código Morse con algarabía. Era desesperante tener a la novia de mi amigo al lado de Fiorella, me urgía que Nicholas se la llevara de inmediato de aquel lugar.
—¡Tenemos tanto de que hablar, Fiore! Debemos ponernos al día, desde la graduación no supe mas de ti, pero mírate, estás preciosa, no puedo creer que estés aquí.
Sonreí, preciosa era poco, es simplemente hermosa aunque no se encontraba muy parlanchina, la presencia de Nick, la mantuvo nerviosa y tensa, tremendo lío en el que lo había metido.
—Claro Sojhar, nada me agradaría más que retomar nuestra amistad después de tanto tiempo —le respondió con media sonrisa cálida.
—Si te ve mi hermano, se vuelve loco, ¿sabes que le gustabas muchísimo? Pero era muy tímido como para decirte eso aunque si te viera ahora estoy segura que no lo pensaría dos veces.
Suficiente.
Gritó el cavernícola posesivo que no tenía puta idea habitaba en mi hasta ese día. Rugí por dentro como un depredador, que ningún idiota osara si quiera a mirarla y por muy hermano de Sojhar que este fuera, no dudaría en aniquilarlo.
—Nicholas, llévate a tu novia por favor, necesito hablar con mi ángel.
El rostro de mi amigo fue de asombro total, no entendí su actitud de inmediato.
—¿Tu ángel? Hermano, permíteme darte la bienvenida a este lado del paraíso del amor —me reí.
—Sí, sí, ya. Mejor saca a Sojhar antes que me meta en aprietos —pedí con algo de ansiedad y fue entonces cuando la novia de mi amigo lo llamó. Casi sufro un paro cardíaco.
—Baby ven para presentarte —Nicholas se apresuró, sumamente incómodo abrazó a Fiorella ante la mirada de asombro del resto incluido yo.
—¡Fiorella, bienvenida a la empresa linda! No nos puedes decir que no, gozarás de muchos privilegios, ya lo verás...te dejo con mi amigo, ya tendremos tiempo de ponernos al corriente. Sojhar acompáñame mi amor, hay algo que debemos resolver.
Prácticamente arrastró a su novia hacia la salida quien se despidió de mi ángel travieso con la promesa de verse luego, les abrí la puerta educadamente y la cerré, esa vez coloqué el seguro para no volver a ser interrumpido. Mi niña hermosa parecía un ser indefenso, confundida con los últimos acontecimientos. No lo soporté más, fui hasta ella, la tomé dentro de mis brazos y la besé. Ella, me recibió con la misma intensidad con la que devoré sus deliciosos labios, podía pasar minutos, horas, días y meses completos besándola, porque sentir lo que mi corazón, piel y cuerpo experimentaban en cada beso o cada vez que succionaba alguno de sus labios era excepcional, ella aferraba sus manos a mi espalda, deseé detener el tiempo, con mis manos acunando su rostro no paraba de saborear su boca totalmente embobado, hasta que el maldito móvil rompió el dulce beso.
—¡Te juro que voy a destrozar ese aparato!
Ella soltó una graciosa carcajada mientras yo la contemplaba serio, respondí sin dejar de observarla, le acaricié una mejilla rosando su piel notablemente sonrosada y tibia al tacto, con mis dedos acaricie sus pequeños labios hinchados y el deseo ardiente se apoderó de mi.
—¿Si? —respondí sin dejar de mirarla.
—Señor, estamos listos para partir, el señor Troy me informó sobre la situación y ya dispuse del jet, espero por usted.
Le respondí que iría en unos minutos y colgué la llamada.
Quise gritar, pero no lo hice. Respiré profundo sin dejar de mirar a la mujer más hermosa en mi vida.
—Fiorella, escúchame, necesito me respondas algo muy importante para mí —pedí, ella asintió sin más, era tan entregada conmigo que me sentía privilegiado.
—Dime, ojitos azules —respondió con confianza.
—Se que debería ir con calma, llevarte despacio y no hacerte sentir presionada pero, sea cual sea tu decisión la respetaré —juré no muy convencido. Ella apretaba sus labios dudosa.
—Bien, te oigo.
—Hay algo importante que necesito decirte, es realmente serio, un asunto considerable que debo aclarar contigo pero no puedo hacerlo ahora, debo partir a Tokio en estos momentos a atender un asunto de la empresa, no me tomará más de un par de días resolver mi trabajo, la demora será el tiempo de vuelo pero no me iré tranquilo sino me respondes antes esta pregunta. ¿Quieres ser mi novia?
Lo había dicho.
Ya estaba.
Esa pregunta de tiempos inmemorables, que transcendía en el tiempo y que pese a ello lograba de alguna manera tener el mismo impacto tanto de la persona que lo hace como de la persona que debe responder. La oficina se redujo, solo estábamos ella y yo con una luz enfocándonos desde arriba, sí, me encontraba loco de amor por imaginar ese tipo de cosas, pero realmente ocurría para mi así. Volví a tomar sus manos entrelazándolas con las mías. Sus ojos marrones se sumergieron en los míos. Una pequeña sonrisa se asomó en sus deliciosos labios.
—¿Estás seguro de lo que me pides? —no esperaba que respondiera con una pregunta, imaginé un "estás loco" "déjame pensarlo" "vas muy rápido" o la que moría por escuchar "sí, quiero ser tu novia". La giré con suavidad logrando así que su espalda quedara pegada a mi pecho, el aroma de su cabello mezclado con su perfume invadió mis fosas nasales, la guié hasta los ventanales de vidrio, quedando muy cerquita de estos, rodeé su cintura con ambos brazos colocando mi mentón en uno de sus hombros.
—Tan seguro como ese despejado cielo azul y aquel brillante e imponente sol frente a nuestros ojos, que desde siempre han estado allí, nunca había estado más seguro de algo en toda mi vida. Te amo —le repetí cerca a su oído, consiguiendo que ella se estremeciera dentro de mis brazos.
—Es una hermosa vista, un cielo azul sin nubes, tan azul como tus bonitos ojos —se volvió a girar hacia mí. Hizo un chasquido gracioso con la lengua, besando mi mentón dejándome sorprendido pero más enamorado de ella.
—¿Sabes? Después de aquella noche juntos en Boston me prometí que si volvía a verte no te dejaría escapar... y para mi fortuna nuevamente me citaste a un encuentro... —un leve sonrojo se acumuló en sus mejillas, estaba recordando nuestra última vez juntos en el hotel, evocar su cuerpo delicioso, desnudo, caliente y sudoroso debajo del mío fue una tentación —no te iba a dejar ir tan fácilmente pero debido a que tuviste que marcharte mientras dormía, no me dejaste tiempo para nada aunque tu nota fue lo más hermoso que jamás he leído, y...no tengo novio ni mucho menos esposo —se le escapó una risa divertida —así que, no veo problema alguno en aceptar tu propuesta —.Reí como bobo, ella cambió sin vuelta de hoja mi mundo por completo, nunca antes me había sentido de esa manera, tan locamente enamorado, y por un instante sentí volar en ese cielo azul, testigo de mi amor por ella.
—Eres mi nueva vida, niña hermosa, te juro que no existirá día en que no deje de amarte y adorarte como ya lo hago.
Fiorella, era y es como cara rayo de sol, ese sol centelleante que despunta en el horizonte con cada nuevo amanecer impregnado con la promesa de que eternamente resplandecerá. La felicidad que recibí con su respuesta me hizo querer gritar, me encontraba efusivo, lleno de alegría, la cargué en brazos y giré con ella sobre mí, entre tanto ella no paraba de reír y reír.
Con ella me encontraba totalmente seguro de que me esperaba un nuevo mundo por descubrir, esa era mi perspectiva al lado de mi ángel travieso.
Me encontraba en esa parte de la vida en que sientes encontrar el equilibrio perfecto a tu desbalanceada vida de mierda y poco a poco te vas dando cuenta de que todo cobra vida y sentido y era ella, es por ella.
Ella se convirtió en mi adoración secreta desde que la vi.
Ella es mi timón en un mar tormentoso.
Ella es la luz que me guía en un laberinto oscuro.
Ella es mi sueño maravilloso hecho realidad.
Por ella, respiro.
Por ella...nunca dejaré de luchar.
Detengo las vueltas lentamente sin dejar de mirarla y la deposito en el piso con ternura, bajando mi rostro hasta ella para no romper el contacto visual, mis ojos se desviaron a sus labios y tomé su rostro con tal delicadeza besándola despacio, percibiendo un aliento dulce, su manera de entregarse como ya lo hacía me desarmaba por completo, sus manos se engancharon a mi cuello, poniéndose de puntillas por mi estatura.
El móvil resonó de nuevo dentro de mi chaqueta, no quería ni deseaba parar el beso, por mi que se cayera el mundo en pedazos, nada conseguiría despegar mi boca de esos labios tiernos de ella, salvo que ella misma decidiera detener el beso.
—¿Es que no piensas contestar, guapo?
Abrí los ojos y la boca a la vez, para sonreír mas enamorado que nunca, me había hablado en su idioma natal, ese acento en sus labios era y es una delicia. Al percatarse de mi reacción apretó sus labios sonriendo con esos ojazos expresivos que tanto amo.
—Pensaba hacerlo —le respondí con una pizca de triunfo por saber dominar un tanto ese idioma —asintió mordiéndose el labio inferior sin dejar de sonreír.
—Con que esas tenemos, hablas español —expresó risueña.
—Si señorita, un poco pero lo hago —le respondí. Aun la mantenía presa en mis brazos, quería tenerla allí un largo rato pero la realidad me llamaba o más bien el móvil que nuevamente se hacía notar. Revisé rápidamente el teléfono, le respondí a mi guardaespaldas que bajaría en unos minutos, todavía faltaba proponerle algo más. Debía ponderar muy bien su reacción cuando le dijera lo que venía.
—Lo haces perfecto para no saber tanto —volvió a hablarme en inglés.
—Se que contigo voy aprender mucho más rápido —asintió entusiasta, robándome un beso sorpresivamente, me desarmaba y enloquecía al mismo tiempo —ya te hice la pregunta más importante ahora te tengo otra propuesta.
—¿Me vas a pedir matrimonio? —se burló divertida, la observé detenidamente.
—No me des ideas —la amenacé. Ella me golpeó juguetonamente un hombro.
—¡No digas locuras! Llevamos ¿qué? un minuto de novios —observó la hora en su reloj de mano un tanto nerviosa.
—No lo haré hoy Fiorella pero eso no quita que en un futuro te lo proponga —juré. Una sonrisa tensa se le escapó de sus labios.
—¡Eres un completo loco! —Reí y hablé antes que Ernest, subiera por mí. Teníamos pautada una hora de salida.
—Puedes estar tranquila, iremos poco a poco niña hermosa, conociéndonos más pero si quiero pedirte que te mudes conmigo, quiero que hoy mismo te instales en mi departamento —ella se apartó un poco de mi, pese a ello su sonrisa abrasadora se mantuvo.
—Esto es..tan extraño.
—Desde un principio lo ha sido, la manera como nos conocimos, la primera vez juntos, te comprendo, créeme, aun estoy procesando el hecho de que te ame como lo estoy haciendo —no había pasado por desapercibido que ella aun no me decía "te amo" y confieso que tuve miedo.
—¿Por qué quieres que me mude contigo tan pronto?
—Porque contigo mi existencia es real, contigo simplemente estoy despierto a la vida.
Era sincero, mis palabras lo eran. Se volvió a acercar.
—Está bien. No quiero ser la causante de que andes caminando dormido por las calles de Berlín. Pero te advierto algo, duermo con alguien muy especial para mí.
Por la manera como dijo aquello pude controlar el cavernícola celoso en mí, no imaginaba quien o que era tan especial para ella, contuve el impulso de preguntarle no obstante callé, ya tendría oportunidad de saber.
—Debo irme niña hermosa. Quédate en esta oficina, alguien vendrá por ti y te llevará a mi departamento, te incorporarás al trabajo a mi regreso, por ahora...no te preocupes por tu jefe —musité con temor.
—¿Sabes? Imaginé a Theodore de otra manera —dijo dubitativa.
—¿Cómo es eso? —pregunté dudoso.
—Es que...se ve tan...no se...como si no hubiese matado ni una mosca en toda su vida, me resulta difícil creer que él haya fraguado ese plan tan espantoso y macabro. Y mira, su abrazo me tomó por sorpresa además es el novio de Sojhar, ¿ella sabrá lo ocurrido?
Mi nube de alegría duró unos minutos para ser reemplazada por la puta venganza que cometí, ¿hasta cuando me perseguiría esa maldita mala decisión? —negué sin saber que responderle, ella se encogió de hombros.
—Oye, estaré bien, quita esa cara, tu jefe no parece ser tan malo después de todo, aunque me pica la lengua por decirle quien soy yo en realidad y que soy amiga de Victoria...
—¡No! Por favor mi amor, no hagas nada y mucho menos hasta mi regreso, ¿sí? —se sonrojó de una manera hermosa.
—Dilo de nuevo —pidió.
—¿Cómo? —no comprendí.
—Que me digas de nuevo "mi amor" —cerró sus ojos —se escucha bonito cuando sale de tus labios.
No se lo dije una sino diez veces y lo diría infinitamente.
***
Aunque tan solo estaría fuera de Alemania pocos días, la idea no me hacía para nada feliz. Despedirme de ella cuando apenas tuve una hora de volverla a ver fue un martirio, me sentía raro, triste con un vacío en el pecho pero era un vacío con una sensación de alarma. ¡Claro! Ya era hora de decirle la verdad, porque si, envié a uno de mis guardaespaldas por ella para que la llevara a mi departamento y la cuidara, pero no la tendría encerrada hasta mi regreso y por mas que le hubiese suplicado a Nicholas que mantuviera a Sojhar a distancia eso no implicaba el hecho de que si a Fiorella, se le antojaba ir a la empresa nadie la detendría.
Ya deja de ser un cobarde mentiroso —Me reclamé.
—Detén el auto, Ernest —le pedí a mi guardaespaldas de confianza. De inmediato lo hizo.
—¿Que ocurre, señor?
—Retrasa el vuelo un par de horas, preciso regresar a la empresa, debo resolver algo de suma importancia y no puedo postergar más esa situación.
—Entendido.
Mientras Ernest, procuraba cambiar el itinerario de vuelo llamando al personal requerido yo llamaba a Schwarz, el guardaespaldas asignado para mi ángel, en otro caso se lo habría pedido a la misma Sojhar pero en vista de la problemática no me quedaba otra opción. Retendría a mi novia hasta que yo arribara de nuevo a la empresa.
Media hora después, bajaba de la camioneta y me encaminé a una de las oficinas privadas de planta baja en donde pedí llevaran a Fiorella. Apresurado entré a la empresa y me dirigí a donde ella me esperaba. Coloqué una mano en el picaporte, lo había decidido y no sabía que consecuencias implicaban decirle toda la verdad de una buena vez. Mi sueño de amor apenas comenzaba con ella y tal vez iba a terminar abruptamente. Abrí con el corazón inquieto en mi pecho, latiendo con recelo, y allí estaba mi Fiore, con unos audífonos pegados a sus oídos cantando una canción en castellano con los ojos cerrados y con pequeños movimientos hacia danzar su cabeza de un lado a otro, me agradó el tono de su voz, suave, melodioso y tan ella.
Como te amo, niña hermosa
Me dije abatido y temiendo lo peor al respecto de mi gran verdad. Me permití observarla otros minutos, despacio me dirigí a ella, me agaché para quedar frente a su precioso rostro de ángel travieso. Sostuve sus manos y las llené de besos. Ella se sobresaltó. Sonrió quitándose los audífonos de sus oídos.
—Tanto me extrañas que ya regresaste —bromeó.
—Desde el segundo que te dejé de ver, lo hice —admití. Sus ojos se apagaron.
—Por favor, no hagas esas cosas, tu trabajo es primero, ahora regresa de nuevo al auto y vete a Tokio a jugar con Pikachu —consiguió al menos hacerme reír, liberando un poco de tensión en mi, pensar en que podía perder el privilegio de tenerla en mi vida, sumado al dolor que sentía mi corazón, era insoportable.
—Hay algo que necesitas saber, eres mi novia y hemos iniciado apenas una hora atrás una relación por lo tanto debo hacer las cosas bien, hacer lo correcto.
—¿Ocurre algo? —preguntó asustada, levantándose para sentarse a un lado de mi en el piso, hice lo mismo.
—Si —conté mentalmente hasta diez.
—Puedes decirme lo que sea, Nico ¡no voy a matarte, eh!
Tal vez lo hagas —.Me acusé.
—No me llames así —pedí a punto de hablar.
—Disculpa, solo quise colocar un diminutivo lindo a tu nombre —susurró triste.
—No por favor, no te disculpes, no es que me cause incomodidad...es porque —el corazón bombeaba temeroso, aun así debía hacer lo correcto —.Mi nombre real y verdadero es...Theodore Bourke.
Sus ojos se rasaron y me observaron precavidos.
—No bromees con eso —murmuró. La atmósfera de tensión comenzaba a crecer.
—Me gustaría que hubiese sido una broma...siento haberte mentido, Fiorella —dije decaído. Ella se incorporó inesperadamente, mientras yo lo hacía también. Negaba una y otra vez, sus rostro se contrajo.
—¿Te estás vengando...de mi también?
Su voz se quebró.
—¿Qué?
—Por ser...amiga de Victoria, por eso...todo este teatro de querer ser mi novio tan repentinamente.
Me llevé las manos con desespero al rostro, quería matarme yo mismo en ese instante.
—¡No! ¿Cómo puedes pensar eso niña hermosa?
—¡No me llames mas nunca así! Eres cruel...quiero irme de aquí ¡quiero irme ya!
Di un paso hasta ella y retrocedió, su respiración se tornó agitada y sus ojos brillaron con aflicción.
—Déjame explicarte las cosas, por favor —supliqué con un nudo en la garganta, tan pesado que hasta tragar se me dificultaba.
—¿Explicar qué? ¿Que eres un desgraciado que estuvo a punto de arruinar la vida de mi amiga y tu hermano? ¡Siii, se lo que te dije! Que no estaba de acuerdo en que ellos no te dijeran desde un principio la verdad...pero...pero ella está embarazada, al menos debiste respetar la vida de tu sobrino...dime algo ¿por eso te acercaste a mí en el aeropuerto? Ya venías con un plan de venganza incluida las amigas de Tori y yo era un blanco fácil... ¿sabes por qué? Porque soy una estúpida, porque me dejé envolver del azul de tus ojos, de ese rostro aparentemente angelical. Y ahora que recuerdo, la nota que me dejaste la primera vez donde decía TB, por supuesto ya lo tengo ahora claro ahora sobre tu nombre, Thedore Bourke, que idiota de mi no recordar eso, me valía como te llamaras porque lo único que deseaba era verte de nuevo. ¡No quiero verte más nunca en mi vida! Me mentiste...
Me quebró el corazón que pensará eso de mí, me dolían cada una de sus palabras que se clavaban como dagas filosas en mi pecho. Me empujó a un lado con fuerza, reaccioné y la jale por un brazo. Me ahogaba, sentía que me faltaba el aire.
—No te vayas Fiorella, por favor...
Ella estaba de espaldas a mí, llorando en silencio ¡Dios! supe que lloraba por la forma en cómo sus hombros subían y bajaban, admiraba su fuerza de voluntad por no seguir gritando o derrumbarse frente a mis ojos, deseaba que me gritara aun mas o golpeara, pero su silencio eran balas directas a mi pecho. Cuando ella cruzara esa puerta, la iba a perder. Le pedí perdón de mil maneras posibles, pero para mi niña hermosa, nada de lo que le dijera en ese instante la haría cambiar de parecer, yo me comporté como un desgraciado con la maldita jugada de mierda que le hice a mi hermano y Tori. Pese a que ya había resarcido mi error con mi hermano y por ende su esposa, Fiorella era ajena a esa situación.
—¡Perdóname mi amor, perdóname...! —se soltó de mi agarre para encararme con los ojos rojos y llenos de dolor.
—Entiende algo ...puedo perdonarte, podría hacer eso, sin embargo no podría confiar más en ti, sabías... quien era yo cuando me viste en tu oficina y me mentiste en mi cara como si nada. Lo siento, aunque me estoy muriendo de dolor justo ahora, no quiero volver a verte.
Sus últimas palabras aniquilaron mi alma, no quería perderla, sin ella yo no existía y si ella se estaba muriendo de dolor, el mío también era agónico. Cuando vi que avanzó a la salida, caminé a paso apresurado y la abracé fuertemente, le susurré al oído muy despacio:
—Lo siento mi vida, lo siento tanto, no imagino un futuro sin ti a mi lado, para mi tu eres la prueba de que Dios existe.
Su llanto empeoró y no era lo que buscaba, intentó soltarse de mis brazos pero me aferré aun más a su cuerpo, la giré rápidamente antes de que descubriera mis intenciones y la besé con arrebato, demostrándole con ello el amor puro que guardaba en mi ser solo para ella. Fiorella, se negó a corresponder pero cinco segundos después abrió su boca y me recibió temblando a causa del llanto, probé sus lagrimas saladas y eso me quebró sin embargo no detuve el beso, lo hizo ella.
—Te...lo ruego...déjame marchar por favor —susurró bastante afectada.
Me rendí.
La estaba lastimando más de la cuenta, bajé mis brazos y ella me observó con los ojos colmados de lagrimas, le acaricié una mejilla y besé su frente, yo también lloraba mientras sentía mi corazón fracturarse.
Abrió la puerta y salió en silencio. Estampé un puño contra la pared ¡Era un maldito! No podía respirar. De repente reaccioné. No la dejaría marchar, ella era mi vida y por mi vida me jugaría el todo por el todo, no todo estaba dicho, ella era lo único que amaba y amo.
Corrí como un loco detrás de ella sin importarme una mierda la mirada atónita de algunos de los trabajadores que transitaban por el lugar.
La divisé atravesando las puertas corredizas de cristal, corrí de nuevo apresurado tras ella con fuerza. Salí a la calle girando como un loco la cabeza en todas la direcciones para localizarla, fue entonces cuando la vi acercándose a la avenida para tomar un taxi, en ese instante Ernest me vio, y se bajó del auto rápidamente, me concentré en Fiorella, volví a correr tras ella cuando vi una moto repentinamente a toda velocidad en la vía precipitarse a Fiorella, el conductor sacó un arma y dejé de respirar.
¡NO!
El tiempo se paralizó ante mis ojos sin embargo me escuché gritar su nombre, ella se detuvo y aproveché para correr mucho más rápido, abalanzándome sobre ella cuando aquel impacto de bala sonó cerca a nosotros. Fiorella, gritó desgarradoramente. Caímos juntos al piso, quedé sobre ella escuchando varios impactos más. De inmediato los escoltas nos rodearon pero no me importaba mas nada, solo que ella estuviera bien, sana, viva. La miré aun sin poder lograr respirar como se debía, al parecer la carrera me había robado las fuerzas, me encontraba agotado aun así la aferraba fuerte, tocando su cuerpo para comprobar que no estuviese herida, ella temblaba metida en mi pecho.
—Ya estoy aquí, ángel ...todo está...bien —Fiorella, se incorporó para sentarse, yo no podía moverme, solo con imaginar que algo grave le ocurriese derrumbó mi voluntad.
Fiorella, repetía mi nombre una y otra vez desesperada, con los ojos desorbitados, no entendía que le ocurría, porque se encontraba en ese estado, si estábamos a salvo, eso fue lo que creí hasta que un sueño algo tenebroso me envolvió por completo, apagando la imagen del amor de mi vida ante mis ojos.
#HuyeLentamente. Recuerden que todo sucede por algo...no me maten ¿sí?
¡GRACIAS AL CIELO, THEO LE DIJO LA VERDAD A FIORE!
Si no yo misma le jalo los pelos y lo haga hablar 😞
♥ gracias por leerme, las adoro!
PD: La persona que me diga que es eso de lo que habla Fiore "que duerme con ella" le dedicaré el próximo capítulo ♥ ella se lo dice a Tori en AS1 :D
Kate ♥