No te alejes de mi.

By aliceindauntless

11.7K 469 41

- Por favor... no te alejes de mi. - Te quiero mucho y lo sabes. Jamás te dejaré ir. More

Capítulo 1.
Capítulo 2.
Capítulo 4.
Capítulo 5.
Capítulo 6.
Capítulo 7.
Capítulo 8.
Capítulo 9.
Capítulo 10.
Capítulo 11.
Capítulo 12.
Capítulo 13.
Capítulo 14.
Capítulo 15.
Capítulo 16.
Capítulo 17.
Capítulo 18.
Capítulo 19.
Capítulo 20.
MENSAJE DE LA AUTORA.

Capítulo 3.

567 24 1
By aliceindauntless

Suspiro y me ajusto la coleta que acabo de hacerme. Desde el viernes no he salido de casa. No por miedo, si no porque no tenía ganas de nada. Eso a mi padre le reconfortó, ya que según el, las ‘’señoritas’’ no se llevan todo el día en la calle.

Me miro de arriba abajo en el espejo. En mi instituto es obligatorio llevar uniforme, a pesar de no ser uno privado. Lo odio. Es una falda corta a cuadros negros junto a una camiseta blanca con el cuello vuelto. Horrible, al menos para mi gusto. Los zapatos pues bailarinas normales.

 -          Adiós papá.

Mi padre sale del salón y se acerca para darme dos besos de despedida. Intento no poner los ojos en blanco por semejante tontería.

 -          Ten cuidado.

-          Que si…

-          Y no te juntes mucho con esas… chusmas.

 Sonrío fríamente y salgo de casa dando un portazo. Eso le ha jodido, lo sé. Pero me da igual si luego me espera una regañina, ya que lo máximo que hace es hablarme de la educación, algo que me resbala por completo.

Saco el móvil y conecto los auriculares. A continuación escucho música, algo de Green Day o Linkin Park no viene mal. Aligero el paso al ver que la hora se me viene encima. Si me dejasen sacar el carné de la moto…

‘’Summer has come and passed

The innocent can never last

Wake me up when September ends’’.

Sonrío. Amo esta canción de Green Day. Se puede decir que vivo enamorada de ella desde hace muchísimos años.

Llego al instituto y con un pequeño suspiro apago la música y el móvil. Pero sonrío al ver a Paula, mi mejor amiga desde pequeña.

 -          ¡Pauleta!

 Paula habla con Rodric, con el que creo que tiene… algo. No sé el que, pero tiene algo.

No se entera, por lo que decido pasar y dejarles solo. Quizás uno de los dos se lance y tengamos nueva pareja.

Mi clase esta en la planta baja del insti, por lo que en cuestión de segundos ya estoy entrando en clase. El profesor no ha llegado y mis compañeros no paran de hacer tonterías y gritar.

-          Saray.

-          Kevin.

Kevin se podría decir que es mi otro mejor amigo, aunque tan solo nos conocemos desde hace tres años. Es rubio y alto, pero mono de cara. Él se sienta detrás de mi y Paula, al lado de Robert, con el que no me llevo muy bien por culpa de nuestros familiares, que nos pusieron en contra.

 -          ¿Preparada para lo de hoy?

 Le miro extrañada y este ríe a más no poder.

 -          ¿Lo de hoy? ¿Qué pasa?

-          ¡Ahhhhh! Ahora es sorpresa.

-          No tío, que mierdas…

-          ¡Paula! ¡Paulita! ¡Pauleta! – Kevin me interrumpe mirando a Paula.

Esta se sienta a mi lado con una pequeña sonrisa en los labios. La miro. Me mira. Nos entendemos así, sin decir nada. Kevin en cambio resopla un ‘’chicas, como no’’.

 -          ¿Nueva pareja? – susurró para que solo me oiga ella.

-          No se. Solo fue un beso.

-          ¡OLEEEEEEEEEEEEEE!

 Toda la clase me mira en silencio y me avergüenzo al instante. Mi tutor, y un hombre que no conozco, acababan de entrar. Ellos también me miran.

 -          Lo siento… - miró al suelo ocultando los colores, pero en vez de escuchar un castigo, suena una carcajada proveniente del extraño hombre.

 Aun así, no aparto la mirada del suelo hasta unos minutos después, cuando la vergüenza se ha ido, pasando a la diversión por mi estupidez.

 -          En mi instituto, os explicaremos lo que haremos. Así podréis escuchar las clases juntas. Vamos, levantaos.

 <<Mierda… no me he enterado de nada…>>

 -          Tía, ¿Dónde vamos? – pregunto a Paula mientras me levanto lentamente.

-          A otro estúpido instituto.

-          Que divertido.

-          ¿Sarcasmo?

-          ¿Tu qué crees? Tonta.

Reímos y salimos las dos juntas, dejando a los demás por detrás. Paula y yo somos muy diferentes. Ella, es alta, de pelo moreno y atlética. Yo, no muy alta y de pelo castaño tirando a rubio. Ya se sabe que no soy atlética ni por asomo. Aparte del físico, ella no es para nada pija. Mi familia ni siquiera la acepta, pero nunca me ha importado eso. Es mi mejor amigo y siempre lo será, o eso espero.

Salimos fuera del instituto. El hombre, el cuál según he oído por el camino, se llama Manel. Vamos detrás de Manel y mi tutor, quienes hablan entretenidos.

 -          Oye – Paula hace que salga de mis pensamientos.

-          ¿Qué?

-          ¿Cómo te fue el otro día con Jordi?

 Suspiro y sonrío con un poco de tristeza. Puto todo.

 -          Mal…

-          ¿Y eso? Te dije que pasaras de el.

-          Lo sé…

-          Bueno, ¿Qué paso?

 Le conté todo lo que hizo y pasó desde el principio. Al oír lo de Mikel, no pudo resistirse a reír.

 -          Que mono, el chaval.

-          ¿Mono? Que asco de él, en serio.

-          ¡Te dijo dónde estaba la parada de autobús!

-          ¡Y me robó la cámara!

-          Te compras otra.

-          Ya, pero es mía y jode que me la robe.

 Sonríe y no puedo evitar imitarla. Luego otra vez me mira seria.

 -          Saray… pero ¿estás mal por lo qué hizo Jordi?

-          No. Es decir, al principio si, pero ahora solo estoy furiosa, nada más.

-          Si le veo, le daré una hostia que lo dejará más gilipollas de lo que es.

-          ¡Loca!

-          Ya que tú no lo haces, lo haré yo.

 Pongo los ojos en blanco y paro por orden de Manel, al igual que los demás.

 -          Bueno, chicos – nos mira – este instituto es un poco diferente al vuestro, así que no provoquéis a nadie. Entraremos en el aula 23 y allí esperaréis en unas sillas que he preparado junto a otros chicos.

 Nos miramos entre todos con el ceño fruncido. ¿No provocar a nadie? Ni que fuéramos unos golfos que solo quieren pelea y sangre.

Entramos. Es un instituto bonito, incluso más que el nuestro. El aula 23 está justo al lado del gimnasio, y parece amplia.

 -          Pst, Saray.

Kevin sonríe un poco y se encoge de hombros.

 -          ¿Qué?

-          ¿No dices nada de este sitio?

-          Es bonito – río un poco.

-          ¿No lo pillas?

-          ¿El que voy a…?

 Callo al ver que todos se mueven. Paso junto a ellos al aula. Si, esta lleno de chicos al igual que chicas. Los miro más detenidamente y caigo en la cuenta. Ya sé a que se refería Kevin. Esto es un maldito centro para conductas agresivas. Niñatos y delincuentes más bien.

 -          Venga, sentaos.

Agarro un poco el brazo de Paula y me siento lo más alejada posible de todos esos tíos y tías. No paran de mirarnos y susurrar entre ellos. Me ponen de los nervios.

 -          Tranquilízate, que no te comen – murmura Paula.

-          ¿Pero qué coño pinto yo aquí? ¡Una pija entre… ellos!

-          Y luego dice que no quieres ser pija. Joder Saray, te comportas como una.

-          Una cosa es que no quiera serlo, y otra es que lo sea un poco, por desgracia.

 Suspiro y agarro los bordes de la falda con nerviosismo. A mi lado se ha sentado Clara. Nos llevamos bien.

 -          Hola, chicos – Marcel, quien se ha puesto delante de todos nosotros, sonríe abiertamente – como veréis, ha venido la clase de bachiller de otro instituto, para escuchar al igual que vosotros, a los policías que vendrán en unos instantes.

-          Asquerosos policías.

-          Gracias, Marc.

 Relajo un poco los músculos al ver que aquellos chicos no hacen nada malo, aparte de insultar a los policías. A mi tampoco me agradan.

* * *

La charla pasa lenta y aburrida. Alguna que otra risa se me escapó al escuchar las tonterías de los otros chicos. Aun así, todo un muermo. Encima de que odio a los policías (raro, pero cierto).

 -          ¿Ahora qué haremos?

-          Supongo que nos quedaremos un rato fuera, y luego volveremos a nuestro instituto – responde Carla haciendo una mueca.

-          Le he preguntado al tutor y dice que en una hora deja que nos vayamos a nuestras casas – responde Carlos, que se ha metido en la conversación.

-          Bien, bien, bien.

 Paula y yo nos sentamos en un banco que vemos libre junto a dos amigas más, Lucía y Núria. Las cuatro hablamos de todo tipo de cosas, y no nos cortamos en nada.

 -          Me folle a uno – comenta Núria sonriendo – pero nada serio.

-          Que puta eres, cabrona – respondo riendo.

-          Saray, a saber que le hacías a Jordi cuando estabais solos en casa.

-          Cosas no pecaminosas.

-          Claaaaaaaaro – las tres lo dicen a la vez y ríen.

-          En serio… nunca llegamos a más.

-          Pero si llevabais casi un año.

-          ¿Y? no lo veía como el adecuado, ya está.

 Cierto. Nunca lo hemos hecho. Es verdad que bromeábamos mucho con el tema del sexo, pero nunca he dejado que fuera a más de tocarme el culo.

 -          Voy al baño.

Sonrío y las dejo atrás. Necesito despejarme un poco, dejar de pensar en Jordi. No me lo puedo sacar de la cabeza, estoy bien, pero a la vez mal. Soy rara.

Justo cuando encuentro el baño, alguien hace que pare al momento. Un chico me tapa los ojos con ambas manos.

 -          ¡¿Quién eres?!

 No responde. Seguro que es Kevin con sus tonterías, como siempre. Intento quitarme sus manos, pero tiene más fuerza de lo normal.

 -          Quiero ir al baño – pienso un poco y río - ¿Quieres entrar conmigo?

Sonrío esperando a que Kevin se aparte asustado a la vez que exclama: ‘’¡Eres una salida!’’ pero no ocurre eso. Al revés.

Me empuja al pequeño baño de solo una persona y cierra la puerta. Me asusto al averiguar que no es Kevin. Le miro nerviosa y me devuelve la mirada con diversión.

 -          No…

-          Cuanto tiempo, guapa.

-          Esto no es posible…

-          ¿Tanto me echabas de menos, que has tenido que ir a mi instituto a buscarme?

 Me fijo en la situación en la que me encuentro. Estoy en un pequeño baño, pegada a la pared con un tío a centímetros de mí. Para colmo, es un niñato de este instituto. Y para empeorar las cosas, sé quien es.

Continue Reading