No te alejes de mi.

By aliceindauntless

11.7K 469 41

- Por favor... no te alejes de mi. - Te quiero mucho y lo sabes. Jamás te dejaré ir. More

Capítulo 2.
Capítulo 3.
Capítulo 4.
Capítulo 5.
Capítulo 6.
Capítulo 7.
Capítulo 8.
Capítulo 9.
Capítulo 10.
Capítulo 11.
Capítulo 12.
Capítulo 13.
Capítulo 14.
Capítulo 15.
Capítulo 16.
Capítulo 17.
Capítulo 18.
Capítulo 19.
Capítulo 20.
MENSAJE DE LA AUTORA.

Capítulo 1.

1.9K 32 2
By aliceindauntless

Parezco una marginada, sentada en una mesa, sola, con una silla vacía mientras todas las demás parejas cenan en tranquilidad. Bueno, otros en vez de comida, cenan una buena ración de besos. Yo en cambio, aquí estoy, vestida muy elegante para mi gusto, esperando a que mi novio aparezca por el restaurante. Algo que debería haber hecho hace media hora. Para colmo no responde mis mensajes, lo que hace que pierda los nervios.

Suspiro y me dejo caer en la mesa con las lágrimas al borde de los ojos. Soy estúpida al darle una segunda oportunidad. Y aún lo soy más, cuando ni siquiera estoy tan enamorada de Jordi como para salir con el.

 -          ¡Hola amor!

 Levanto la cabeza y le veo. Perfecto, si. Bien vestido, bien peinado y con una sonrisa más que perfecta. Eso es lo que me jode, que sonría después de llegar tan tarde.

 -          ¡¿Por qué has tardado?! – le espeto muy mosqueada.

-          Estaba arreglando unos asuntos, pero ya estoy aquí.

-          ¡Haber respondido a mis mensajes, joder!

-          Tenía el móvil apagado. Lo siento amor.

 Hace ademán de darme un beso en los labios, pero le aparto y resoplo. Jordi me mira mal y llama al camarero.

 -          De beber quiero un vino, ¿Y tú?

-          Un cubata bien cargado.

-          Joder Saray, eso no es muy… ¿urbano? ¡algo más sofisticado!

-          Cubata y punto.

 Odio cuando Jordi se comporta como un niñato de esos que se creen importantes por el dinero. Los dos somos de familias ricas, mi padre es un importante empresario, y su padre su acompañante. Los dos siempre quedan en mi casa, y un día él vino con su padre, así nos conocimos. Muy simple.

Pero a ninguno de los dos nos importa el dinero, y menos parecer elegantes, o como normalmente nos dicen: ‘’pijos’’. Odiamos ese término.

 -          No quiero nada de comer – digo antes de que él pregunte.

-          Venga ya, tienes que tener hambre.

 Niego con seriedad. Se encoge de hombros y pide un bistec,  lo que me pone más furiosa.

 La ‘’velada’’ no es como esperábamos ninguno de los dos. Es fría e incomoda, en vez de ser romántica. Creo que somos las ovejas negras del restaurante.

-          ¿Podemos irnos? – pido con una pequeña sonrisita triste al cabo de otra media hora.

-          Claro… si quieres damos una vuelta y hablamos todo lo que no hemos hablado aquí.

-          Me parece buena idea.

 Jordi paga la cuenta y yo espero fuera, pasándome las manos por los brazos a causa del frío. ¿A quién se le ocurre salir con un vestido de mangas cortas?. Sale de allí y me coge la mano para caminar los dos juntos, como una pareja de enamorados. Se supone que debemos estarlo, o al menos yo.

 Ya es de noche, por lo que apenas se ve nada. Tan solo los pequeños pasos que iluminan las farolas, por lo que andamos por ahí.

 -          ¿Y que asuntos arreglabas? – pregunto mirándole.

-          La universidad y todo ese rollo. Mandaron apuntes para estudiar el examen y se lió todo.

-          Joder…

-          ¿Y a ti como te va primero de bachiller?

 Jordi y yo nos llevamos dos años. Tengo dieciséis años mientras que el tiene dieciocho, pero tampoco nos llevamos mucho. Además, la edad no me importa.

 -          No muy bien. No entiendo matemáticas y suspendo – resoplo.

-          Si quieres puedes llamarme, vamos a mi casa y te ayudo.

-          No hace falta, de verdad.

-          Y de paso cuando terminemos hacemos algo más que estudiar…

 Pillo la indirecta y río por primera vez en la noche. El me besa al fin. Se lo devuelvo con ganas y me aprieto a él sin dejar de besarle.

 -          Joder enana, que me dejas sin respiración – ríe mirándome a los ojos.

-          Eres tú, vicioso.

 Le saco la lengua y reímos. La tensión de antes se ha ido, por ahora.

De repente hago un movimiento rápido al bolso y saco la canon. Una cámara de esas buenas, era la más cara que había en la tienda.

Saco fotos a todo lo que veo, incluido Jordi, que no para de reír al verme. Hace morritos a la cámara y sonrío un poco atontada.

 -          Quiero una foto contigo, princesa – dice cruzándose de brazos.

-          Y yo… - ahogo una risa de burla al oír la palabra ‘’princesa’’. Odio que me digan eso, es… ¡demasiado cursi!

Un chaval, seguramente de mi edad, pasa por nuestro lado y le miramos. Camina en silencio, mirando el móvil.

-          Oye, perdona – Jordi se dirige a el. Este se le queda mirando.

-          ¿Si?

-          ¿Podrías hacernos una foto? Si no es molestia.

-          Tranquilo – sonríe y me mira.

 Le devuelvo la mirada y le entrego la cámara con un poco de desconfianza.

Jordi me agarra de la cintura y me acerca a el. Sonrío y le abrazo sin dejar de mirar la cámara. Sale el flash y me separo.

Y ocurre lo que temía en ese momento. El chico sale corriendo, es la persona más veloz que he visto en mis dieciséis años de vida.

 -          ¡EH TÚ!

 Jordi sale detrás de él, pero el chico se monta en una moto y se larga antes de que le de tiempo de atraparle.

 -          ¡NIÑATO DE MIERDA! – grito enfurecida, roja de la ira que tengo en el cuerpo.

-          ¡Su puta madre!

 Me mira y se acerca, pero le empujo con fuerza. No quiero cariños ni nada parecido.

 -          Quiero ir a casa.

-          De acuerdo… el coche no está muy lejos.

 * * * 

Conduce demasiado lento para mi gusto. Las calles pasan lentas, las personas… todo es lento. El trayecto lo llevamos en silencio. Más bien el poco del trayecto, ya que casi no llevamos nada.

 -          ¿Por qué le diste la cámara a ese niñato? – pregunto enfurecida.

-          ¡No sabía que haría eso!

-          ¡Joder! ¡Se notaba que era un mierda de esos  que se pasan todo el día en la calle!

-          Pues no me fije.

-          Ahora no tengo cámara, que perfecto todo. Encima tengo fotos mías y las verá y a saber que hará con ellas.

-          No es mi culpa.

-          Si hubieses llegado temprano quizás no…

-          ¡Ya te conté que mis amigos no me dejaban tranquilo por el whatsapp!

-          ¡No me dijiste eso!

 Nos miramos. Le he pillado. Me mintió antes con la excusa del examen, y a saber en que más lo habrá hecho. Para el coche y sale con furia, abriendo luego mi puerta y obligándome a salir.

-          ¿Qué haces?

 No responde. Se limita a lanzarme una mirada asesina y a entrar en el coche para volverlo a arrancar.

 -          No… ¡No!

Demasiado tarde. El coche empieza a andar, esta vez a más velocidad y desaparece por el camino. Dejándome sola en aquella calle, la cuál cada vez me da más miedo. 

Continue Reading