La Chica de la Ventana |CAMRE...

By VikiRiverosMaturana

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"Lauren es un imán para atraer las enfermedades. Camila es una imán para atraer a Lauren" Historia escrita po... More

Sinopsis
Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capitulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20
Capítulo 21
Capítulo 22
Capítulo 23
Capítulo 24
Capítulo 25
Capítulo 26
Capítulo 27
Capítulo 28
Capítulo 29
Capítulo 30
Capítulo 31
Capítulo 32
Capítulo 33
Capítulo 34
Capítulo 35
Capítulo 36
Capítulo 37
Capítulo 38
Capítulo 39
Capítulo 40
Capítulo 41
Capítulo 42
Capítulo 43
Capítulo 44
Capítulo 45
Capítulo 46
Capítulo 47
Capítulo 48
Capítulo 49
Capítulo 50
Capítulo 51
Capítulo 52
Capítulo 53
Capítulo 54
Capítulo 55
Capítulo 56
Capítulo 57
Capítulo 58
Capítulo 59
Capítulo 60 (FINAL)
Epílogo
Bonus: La historia detrás de Trolly
:)

Capítulo 10

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By VikiRiverosMaturana

Camila no pudo resistirse. Al levantarse esa mañana solo había querido abrazar a la chica de ojos verdes. Olvido el dolor que estaba sintiendo a causa de los golpes recibidos el día anterior y el hecho de que conocía a la chica desde hacía tan solo dos días. Bajo corriendo sabiendo que ya no había nadie en casa, desayuno y con rapidez saco la vieja escalera de mano que Alejandro guardaba en el cobertizo. Procurando que nadie la viera, coloco la escalera bajo la ventana de Lauren Jauregui y subió.

La ventana estaba abierta, así que le fue sencillo entrar. La chica no estaba allí.

De repente escuchó la voz de un chico gritar algo sobre Lauren junto a unas tostadas.. Debía de ser su hermano. Lauren había mencionado tener dos hermanos.

"Lauren" Pensó, y un suspiro escapó por sus labios. El solo hecho de pensar en ella la hacía sentir cosquillas en su estomago y unas inmensas ganas de reir.

Mientras esperaba a Lauren se tomó un tiempo para examinar el ambiente. Paredes blancas y vacías solo cubiertas por un calendario y un par de fotos de paisajes. Un escritorio bien organizado, una cama excelentemente tendida con sabanas negras, un piso completamente limpio y una mesa de noche con un montón de frascos de medicinas allí. Comparada con su habitación de paredes rosadas y repletas de fotografías, su cama desordenada y su escritorio con libros hasta el techo, el lugar era bastante aburrido. Pero Camila no se había imaginado la habitación de Lauren de otra forma.

Lentamente Camila se acercó al calendario.

"Lunes: Diálisis

Martes: Clases de piano.

Miércoles: Cardiólogo.

Jueves: Diálisis.

Viernes: Psicólogo.

Sábado: Diálisis.

Domingo: Clases de piano (Opcionales)"

Camila: Tienes una vida difícil, Lauren Jauregui -Suspiro. El solo hecho de leer el montón de actividades en el calendario de Lauren la había agotado.

Cuándo finalmente pudo apartar su vista del calendario Camila decidió espiar el armario de Lauren. La ropa, tal y como la habitación, estaba perfectamente organizada. Solo había ropa negra, gris, blanca, azul o marrón. Ni rosa. Ni amarillo. Ni naranja. Solo esos simples colores. Tenía solo tres pares de zapados dentro. Dos pares eran tenis blancos, y los últimos eran zapatos de tacón alto, también negros. Parecían casi nuevos. La chica tenía también montones de sombreros, gorros y beanies, todos de los colores antes mencionados. Excepto uno.

Era un beanie morado oculto entre los otros. Lo tomó entre sus manos y lo sacó del armario procurando no desordenar los demás.

Camila sonrió y lo colocó sobre su mano examinándolo fijamente, y fue entonces cuando lo vio.

En la parte delantera del beanie se encontraban unas palabras escritas con los diferentes colores del arcoíris. Camila solo pudo sonreir al leerlo.

"Soy un unicornio"

Camila: ¿Tú también?

Jamás se había sentido mejor. Sus ojos estaban iluminados y una gran sonrisa ocupaba su rostro. Lo cierto era que Camila ya había intuido que Lauren podía ser lesbiana por lo que le había dicho el día anterior sobre sus pechos, pero ese beanie, morado y distinto a los demás, lo confirmaba.

Se pregunóo por que Lauren no se lo habría dicho antes. La respuesta llego claramente en su cabeza: tenía miedo.

No podía culparla. Ella también había sentido miedo al descubrirlo.

Antes de que pudiera terminar de procesar aquello escuchó unos pasos en la escalera. Asustada y pensando que podría tratarse de la madre de Lauren, Camila cerró el armario rápidamente y se escondió bajo la cama aun con el beanie morado en la mano. Se sorprendió al encontrar una vieja patineta allí abajo junto con un viejo casco negro. Sonrió. ¿Cuantos secretos escondería la chica de la ventana?

Fue entonces cuándo la persona de los pasos entro a la habitación. Lo primero que vio fue un par de largas medias con calaveras. Sonrió. Lauren Jauregui estaba allí. La vio sentarse en el borde de la ventana, y en serio se veía hermosa. No hermosa como una niña de cinco años ni hermosa como las actrices de televisión. No. Ella era más hermosa que eso. Lauren Jauregui era hermosa como las demás no podían serlo ni utilizando programas de edición avanzados. Lauren Jauregui era hermosa porque era Lauren Jauregui.

Y la voz de Lauren la saco de sus pensamientos.

Lauren:¿Qué estás haciendo conmigo, Camila Cabello? -Fue un susurro tan leve como el viento. Camila sonrió. Su nombre se escuchaba tan bien con su voz.

... Todo se escuchaba tan bien con su voz.

Sin esperar más, Camila salió de debajo de la cama, se reacomodó lo más rápido que pudo y dijo con la voz más sexy que encontró entre sus tonalidades:

Camila: Ahora mismo... te estoy sorprendiendo.

La sorpresa que decoró el rostro de la chica fue casi irreal. Su mandíbula prácticamente cayó al suelo mientras que sus ojos la examinaban, como dudando que fuese real.

Sin pensarlo dos veces Camila corrió hacaa ella y la abrazo.

Lamentablemente no fue bien recibida.

En cuanto sus brazos rodearon el cuerpo de la chica de ojos verdeséesta la empujo con fuerzas, haciéndola caer al suelo y gemir de dolor.

Camila: Lauren... -Susurró ahogadamente, aun sintiéndose afectada por el dolor.

Pero el dolor que sentía en su cuerpo no era comparado con el que sentía en su corazón. La chica de la ventana la había empujado, como si ella fuese una enfermedad que tratara de alejar. Sin poder evitarlo, Camila ya había comenzado a llorar.

Lauren: Ca... Ca... Camila.... yo... yo no quería... yo solo... yo... no... yo no...

Camila la miro. Lauren estaba apoyada en el marco de la ventana mirándola fijamente con los ojos humedecidos, chasqueando los dedos sonoramente y con la respiración irregular. Lentamente se dejó caer al suelo. Apoyó sus rodillas contra su pecho y envolvió sus brazos con ellas. Lo que vino después hizo a Camila reaccionar.

Lauren solo comenzó a llorar desesperadamente mientras movía todo su cuerpo de adelante hacía atrás aun chasqueando los dedos.

Camila: Lauren... Lauren... está bien... Lauren -Intentaba llamarla, pero ella parecía estar atrapada en un mundo de lágrimas.

Lentamente y recuperándose de su dolor, Camila fue acercándose a la chica de los ojos verdes mientras limpiaba sus propias lágrimas. Finalmente logró sentarse a su lado. No atreviéndose a tocarla de nuevo, susurró:

Camila: Está bien, chica de la ventana. Todo esta bien.

Pero las lágrimas continuaban, al igual que los chasquidos. Camila intentaba pensar en una solución, pero no podía pensar claramente teniendo el sonido de los dedos de Lauren como distracción.

Fue entonces cuándo lo decidió. Ya había sufrido fracturas en sus huesos muchas veces antes, así que podía soportar una más en sus dedos. Lo único que Camila deseaba era que Lauren parara de llorar.

Lentamente Camila movió su mano hasta que ésta se encontró con la de la chica de la ventana, deteniendo de inmediato el sonido producido por sus dedos. Cerró los ojos de inmediato, esperando que Lauren la apartara dolorosamente, pero, a cambio de eso, ella solo sujetó más fuertemente su mano, tal y como si no quisiera dejarla ir.

Fue entonces cuándo sucedió. Lauren solo envolvió sus brazos al rededor del cuello de Camila y apoyó su cabeza sobre su hombro, llorando desconsoladamente. Sin pensarlo dos veces una de las manos de Camila fue a parar a la espalda de Lauren, donde comenzó a acariciarla para que las lágrimas cesaran. La otra fue directo a su cabello, con el cual comenzó a jugar.

Lauren: Soy... soy... soy una... una idiota -Susurraba entre lágrimas. Camila casi no pudo entenderla.

Camila: Shhh, Lauren. No eres una idiota. Está bien llorar.

Lauren se separó del abrazo y miró a Camila a los ojos durante unos segundos antes de bajar la mirada. Estaba incomoda, dedujo Camila.

La chica de ojos verdes se sorbió la nariz y luego preguntó tímidamente:

Lauren: ¿En serio crees eso?

Camila casi se derritió al escuchar el tono de voz con el que Lauren le había preguntado aquello. ¿Como podía esa chica ser tan tierna y verse tan fría? ¿Como podía ser tan débil y verse tan ruda? ¿Cómo podía tener lágrimas en los ojos y aun así verse perfecta?

Camila: Sí, Lolo, esta bien llorar...

Lauren:¿Lolo?

Camila: ¿Tienes algún problema con que te llame así?

Lauren: Realmente no, y creo que ese es el problema -Sonrió. Las lágrimas ya habían abandonado su rostro, y poco a poco sus manos fueron liberando el cuello de la chica más pequeña hasta alejarse por completo. Camila suspiró. Quería tenerla cerca de nuevo.

Camila acercó su dedo a la mejilla de Lauren y comenzó a limpiar sus lágrimas lentamente. Al principio Lauren parecía incomoda, pero finalmente terminó adaptándose e incluso se permitió cerrar los ojos por un par de segundos.

Camila: Eres hermosa, Lauren Jauregui.

Lauren: Pero soy una idiota -Dijo entristecida.

Camila: No lo eres...

Lauren: Pero te empujé.

Camila: Soy yo quien entró a tu habitación sin permiso. Sin dudas la idiota soy yo.

Lauren: No lo eres.

Camila: Pero tú si...-Cedió finalmente.

Lauren: Tienes razón...

Camila: Si tu eres una idiota yo también quiero ser una idiota -Susurró dulcemente. La chica sonrió, pero no como siempre. Esta vez solo elevó la comisura de su labio.

Lauren: Yo no quería empujarte. Yo solo... No estoy acostumbrada al contacto físico, y que me abrazaras así fue... fue extraño. Realmente no lo esperaba. Lo... lo siento mucho.

Camila: No tienes que disculparte, Lauren. Después de todo ambas somos idiotas -Dijo sonriendo, y lentamente aparto su mano de la mejilla de Lauren y la colocó sobre sus propias piernas.

La chica de ojos verdes miró la mano de la Camila durante un rato, quien solo la miraba, fascinada con su perfección y expectante, como si la chica de la ventana estuviese a punto de realizar algún truco de magia.

Fue entonces cuándo Lauren comenzó a mover su mano. Había duda en ella, y de vez en cuándo la hacía retroceder. Pero finalmente pareció decidirse y fue acercando su mano a la de Camila, quien estaba conteniendo la respiración. ¿En realidad estaría pensando Lauren en darle la mano?

Sus dedos estaban tan cerca que se rozaban.

Finalmente, Lauren unió su dedo meñique con el de Camila y una sonrisa nació en sus labios.

Sí, era solo un dedo. Sí, no era lo que ella había esperado... Era mejor.

Aquel acto lleno de timidez, inseguridad y alegría al mismo tiempo había hecho estallar el corazón de Camila. Una sonrisa iluminaba su rostro, y nada podría borrarla durante días. Aquel mínimo contacto había vuelto locas las mariposas de su estomago, y había acelerado su corazón. Y aquella sonrisa, tan hermosa y sincera como la de un niño...

Camila suspiró.

Lauren: ¿Soñaste conmigo, Camz? -Pregunto con timidez.

Camila se sonrojo al escuchar aquella pregunta y se mordió el labio inferior ligeramente.

Camila: ¿Camz? -Intento cambiar de tema.

Lauren: No voy a ser la única con un apodo acá...

Dejo escapar una ligera carcajada de sus labios. Aquella chica era tan... impredecible.

Lauren: ¿Soñaste conmigo? -Repitió.

Camila asintió. Lo había hecho... Al despertar no se había dado cuenta de ello, pero ahora estaba más que claro.

Lauren: ¿Puedes contarme tu sueño?

Camila volvió a asentir, sonrojándose esta vez.

Camila: Todo era verde, como tus ojos. Y yo simplemente no quería dejar ese ese lugar. Había érboles, una cascada, flores y... y estabas tó -Contó sintiendo como el calor en sus mejillas aumentaba cada vez más y más.

Lauren: ¿Yo también era verde? -Preguntó con curiosidad mientras la miraba a los ojos por un par de segundos.

Camila: Sí -Contestó asintiendo-, pero no eras tú exactamente...

Lauren: Lo siento, no puedo... no puedo entenderte.

Camila sonrió, tomó el beanie morado que aun sostenía entre sus manos y lo colocó tiernamente sobre la cabeza de Lauren mientras se mordía ligeramente el labio.

Camila: Eras un unicornio.

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