RETROSPIRAL © (Terminada) ( #...

By rosalinagmoya

24.9K 2.9K 904

*Ganadora de los Wattys 2018 en la categoría "Los Héroes"* Por accidente, Zaid descubre una espiral que lo tr... More

*
Prólogo
Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20 | Cristal
Capítulo 21
Capítulo 22
Capítulo 23
Capítulo 24
Capítulo 25
Capítulo 26
Capítulo 27
Capítulo 28
Capítulo 29
Capítulo 30
Capítulo 31
Capítulo 32
Capítulo 33
Capítulo 35
Capítulo 36
Capítulo 37
Capítulo 38
Capítulo 39
Capítulo 40
Capítulo 41
Capítulo 42 (borrador)
Epílogo
¡Aviso!
Agradecimientos
¡Wattys 2018!
¡Wattys 2018! [-Parte 2-]
¡Premios PGP2021!

Capítulo 34

239 50 12
By rosalinagmoya

22 de Febrero de 1614

—Ana, ¿qué rayos está pasando? —preguntó a la doncella molesto.

La doncella había entrado a hurtadillas a los aposentos de él. Lo había visto pasar por el pasillo con ansiedad, así que lo siguió para averiguar de qué se trataba.

—Debes guardar la calma, Zaid, sólo llegó Sir Will--

—¡No, Ana!, ¿no lo ves? —la interrumpió—, ¡él debería de haber llegado ya que nos fuéramos! —dijo frotándose el pelo con ambas manos, como hacía siempre que estaba nervioso—. Es mi culpa, me confié demasiado en que las cosas saldrían bien —soltó una palabrota que tomó por sorpresa a la muchacha, él nunca maldecía de esa forma... al menos no en presencia de ella o de Gracia.

—No es tu culpa, ninguno de nosotros sabía cuándo regresaría Sir Payne. Pero aún podemos hacerlo, sólo hay que esperar a que todos duerman.

La mirada de su amigo le recordó a la de un conejillo asustado.

—Tengo miedo —dijo él al fin—. Miedo de que no podamos irnos... a que se cumpla lo que mi yo del futuro les dijo a mis amigos. ¿Y si Gracia y yo jamás podemos estar juntos? ¿Y si ella se enamora de él? ¿Qué voy a hacer entonces?

La doncella lo tomó de las manos para tranquilizarlo.

—Zaid, el amor que ustedes dos se tienen es muy poco usual. En muy poco tiempo crearon un lazo inexplicable, jamás había visto semejante unión en toda mi vida; todo saldrá bien, estoy segura de ello. Mis corazonadas no se equivocan.

Él suspiró y abrazó a su amiga. Ahora que Sanja y Francisco se habían ido, Ana era la única con la que podía contar en ese lugar para sacar a Gracia de ahí. Mantener la promesa que les había hecho a todos los que estaban involucrados en ese viaje en el tiempo, era cuestión de vida o muerte.

—Gracias, Ana. Eres la mejor amiga que tengo.

Ella sonrió, ligeramente sonrojada por la declaración.

—Y tú eres el único amigo que tengo, además de Gracia —dijo con una risita discreta—. Mira, no sólo tu futuro y el de ella están en peligro, sino también el mío; no quiero quedarme aquí a ver cómo Sir William os persigue. Te doy mi palabra que no permitiré que la llegada de Sir Payn arruine nuestros planes.

Zaid sonrió, poniendo las manos en los hombros de Ana.

—Lo sé —dijo asintiendo.

—Al caer la noche, ya que todos duerman, Gracia y yo vendremos hasta aquí y nos iremos juntos. Con ayuda de nuestro Creador —dijo santiguándose— será fácil.

—Ojalá que así sea.

—Así será —asintió sonriente—. Bien, debo irme. Ausentarme mucho tiempo de la cocina sólo atraerá las miradas sobre mí.

La doncella se encaminó a la puerta.

—Gracias por todo, Ana —concluyó Zaid.

Ella lo miró sonriendo y salió de la habitación.

xxx

Poco antes de la cena, Connor pidió hablar con Sir William a solas. Normalmente no solía pedirle nada a su amo para no disgustarlo, pero sabía que era necesario si quería que se lo agradeciera luego. Quién sabe, quizás después le ofrecía algo que le conviniera.

—Sir Payne, el motivo por el que osé en pediros vuestra atención es porque, durante vuestra ausencia ese forastero llegó aquí. Él ni siquiera conocía a la señora Gracia, de hecho parecía perdido —decía todo con fluidez, como si hubiese ensayado previamente cada palabra que iba a decirle— Se entrevistó a solas con la señora y luego de eso... acaeció un suceso extraordinario...

Sir Payne esperó a que continuara, pero el lacayo no lo hizo, parecía aguardar la invitación a continuar con la conversación.

—¿Y vas a contarme ese suceso, o debo torturarte para que hables? —dijo William con el ceño fruncido.

Connor se puso nervioso.

—Mientras ellos estaban adentro del salón, la señora comenzó a gritar despavorida. Naturalmente, acudí en su ayuda. Ella estaba contra un rincón, gritando y llorando de miedo, señalaba a ese extranjero con insistencia diciendo que "era el diablo". Sin pensarlo dos veces, sujeté al hombre y lo llevé al calabozo. Esperaba que se quedara ahí al menos hasta que vos regresarais. Sin embargo, al día siguiente, la señora Gracia fue a visitarlo a la fosa y ordenó que lo sacaran de ahí.

—¿Qué estás diciendo, Connor? —la voz de Sir Payne salió como un gruñido.

Le temblaba la barbilla y los cabellos se le agitaban por el enojo.

—No tengo intenciones de desprestigiar a la señora —se apresuró a aclarar—, pero me cuestiono cuál fue el motivo para que ella decidiese sacar al extranjero del calabozo, si un día antes ella misma lo había acusado de ser el diablo.

Sir William se llevo la pipa a la boca y dio una fuerte calada. Exhaló el humo. Tenía los ojos entintados de rojo por la rabia y la confusión. Le temblaba la barbilla por la emoción.

—¿Eso es todo lo que has visto? —Inquirió calculador.

—Desde luego que he visto más cosas, señor. A partir de ese día, ese hombre estuvo todo el tiempo al lado de vuestra prometida, no se separaban ni un momento.

—¿Durmieron...? —sugirió Sir William haciendo un esfuerzo sobrehumano para controlar su ira.

—¡Oh, no, no, no, señor! Me refería a que durante el día estaban juntos.

—Entonces es completamente normal, ellos son parientes. Quizás ella estaba siendo amable.

«¡Qué ciego!», pensó Connor.

Sir William vio reflejado el pensamiento de su criado en su rostro.

—¿Te parecía extraña su relación? —preguntó cauteloso y ya con los celos comiéndole el estómago.

—Sí, señor. No me atrevo a decir por qué; no me gusta la intriga, pero algo hay de extraño en ellos. No os fieis de mis palabras, señor. Basta con que os lo veáis con vuestros propios ojos durante la cena.

Sir Payne estaba furioso, pero por primera vez trató de controlarse. Connor tenía razón, era preferible notar de manera discreta el tipo de relación que su prometida sostenía con el huésped. Los vigilaría de cerca hasta que se llevara una impresión.

Más tarde, cuando la cena estaba por servirse, Zaid entró al comedor cabizbajo, mientras Sir William hacía su magnífica entrada con Gracia cogida de su brazo.

El muchacho notó que el hombre relucía una enorme sonrisa, orgulloso de llevar a Gracia a su lado. Sin embargo, su mirada no era de amor. Si había alguien capaz de distinguir esa clase de cosas era Zaid, pues durante mucho tiempo fue un patán que practicaba sus distintas caras frente al espejo para convencer a las chicas de salir con él. No estaba orgulloso, pero gracias a ello podía ver más allá de la careta de ese hombre. Lo único que deseaba con todo su corazón era que Gracia no cayera en la mentira de Sir William.

Todos tomaron asiento y las criadas comenzaron a servir la cena. Zaid quería mirar a Gracia, pero no podía. Aun sabiendo que su amada no correspondía a William, sentía una estocada de celos en la punta del estómago ahora que los veía juntos. Mantenía apretada la mandíbula esperando que el tiempo corriese más rápidamente para salir huyendo de ahí y llevarse a Gracia de ahí.

El chico se quedó observando los muros de la estancia de roca gris, iguales al resto de la casa, la gran mesa tenía un mantel blanco —estaba limpio por haber recibido a Sir William— y encima comenzó a llenarse de mucha comida deliciosa. Había pavo, codorniz, y pollo rellenos, sopa de verduras y guisantes y jarras con vino. Ana terminaba de servir la última copa con el rojo líquido.

—¡Al fin en casa! —exclamó Sir Payne con una ancha sonrisa.

A Zaid le dieron ganas de rodar los ojos, pero se contuvo; echó un rápido vistazo a Gracia, para ver qué tal se encontraba, pero ella no levantaba la mirada de su plato aún vacío.

—¡Brindemos! —dijo Sir William alzando su copa de vino con una sonrisa en los labios, pero con la mirada helada —Por nuestro huésped, quien ha venido desde tierras lejanas para visitar a mi querida prometida —levantó la copa aún más—, y por la familia que pronto he de formar a su lado.

Zaid sintió náuseas. "Qué discurso más patético y falso". Sin embargo, se obligó a sonreír y elevar su copa hacia aquél sujeto, no quería levantar sospechas.

Aquella cena transcurrió en silencio, a excepción del crepitar del fuego y el sonido de los cubiertos y los vasos al tocar la madera de la mesa, hasta que Sir Payne carraspeó. Todos lo miraron excepto Gracia, quien estaba situada a su lado, con la mirada perdida. Se le veía triste.

Sir William, miró fijamente a Zaid y éste le sostuvo la mirada. El hombre sonrió de lado, levantó una mano y sin ningún motivo ni pretexto aparente, la estrelló contra el rostro de Gacia, haciendo que la pobre chica cayera de su silla y volcara su plato sobre la mesa.

Zaid tardó un par de segundos en entender lo que había pasado. Fue tan repentino que nadie se lo esperaba, mucho menos él.

Perplejo e indignado, se puso en pie y corrió al lado de Gracia. Ella se protegía el rostro con las manos.

—¿Estás bien? —Le preguntó con voz trémula, pero ella no respondió.

Parecía que estaba en trance, sin entender qué era lo que había pasado.

Zaid tomó su brazo para ayudarla a levantar. Bajo la luz del fuego, él vislumbró un hilillo rojo oscuro asomando por su nariz.

—Gracia, ¿Estás bien? —Volvió a preguntarle, sonaba aún más preocupado.

Ella asintió con torpeza, tocándose las fosas nasales con los dedos y comprobando que éstos se habían manchado de sangre.

Zaid llevó cuidadosamente a Gracia a sentarse en una silla lejana a Sir William. Una vez hecho esto, se dejó llevar por la ira que sentía y, sin pensarlo, se enfrentó a aquél hombre y lo empujó con fuerza. La silla de Sir Payne se movió y, si no hubiese estado aferrado a la mesa —parecía que ya esperaba una reacción como esa—, se habría caído también. Sin embargo, Payne apenas y parpadeó.

—¡¿Qué le pasa?, ¿cuál es su problema?! ¡Ella no le hizo nada! ¿Así acostumbran ser los hombres aquí? —Inquirió apretando los puños y pensando en cómo la delicada piel de su amada estaba, quizás, ardiendo por el golpe.

—Vigilad vuestro tono —advirtió Sir William mirándolo de soslayo y con un tono de amenaza en la voz.

Zaid normalmente habría sentido aunque fuera un poco de miedo, pero en ese momento sentía tanta rabia porque ese patán había herido a la persona más sagrada, que el miedo nunca apareció. Sólo sentía repudio por aquella bestia humana que se decía llamar señor.

—¡Si tú no respetas a tu prometida, ¿por qué exiges respeto de mi parte?! —Estaba muy alterado, le hervía el estómago y sentía unas tremendas ganas de golpear a aquel imbécil.

—La cena ha terminado —informó Sir William, levantándose de su silla.

—¿Y ya?, ¿es todo? ¿No vas a disculparte siquiera? No lo apruebo de ninguna forma, ¡ella ni siquiera te dio un pretexto para que la golpearas! —No le faltaba mucho para perder la cabeza. Gritaba furioso.

Esta vez, Sir Payne sí lo miró a los ojos.

—¡Connor! —llamó al lacayo sin dejar de mirar a Zaid.

El aludido acudió de inmediato.

—Llevad a este intruso al calabozo.

El chico escuchó la palabra "calabozo" y se espantó.

—¡No! —gritó Gracia interponiéndose entre Zaid y Sir William.

El hombre la miró con resentimiento.

—Sé que debo ser sumisa y aceptar lo que mi señor desee, pero os ruego que no alcéis vuestra mano contra mi gran amigo Zaid, quien además es uno de los pocos familiares que me quedan vivos.

Sir Payne tenía las fosas nasales aleteando por la furia que sentía contra el chico, mientras éste intentaba calmarse por respeto a Gracia; aunque en su mirada se adivinaba un profundo odio contra el señor por haber golpeado sin ningún motivo a la persona más importante de su vida.

—Sir William, os lo ruego, bajad la guardia —insistió la chica.

El hombre gruñó y con una mueca despectiva se dio la vuelta y se retiró. Connor lo siguió.

Gracia soltó el aire que contenía en los pulmones, tenía miedo que Sir Payne reaccionara de mala manera de nuevo y la volviera a golpear.

—¿Qué fue eso? —preguntó Zaid consternado— ¿Por qué te golpeó?

La chica tenía una mancha roja en el lado derecho del rostro, justo en donde la mano de aquel hombre se había estrellado.

Ella puso la palma de su mano sobre su rostro con suavidad. Le dolía el ojo y con los dientes se había lacerado la parte interna del labio. Percibió el sabor metálico de su propia sangre en la boca.

Ella miró en todas direcciones antes de susurrar a Zaid:

—¿Tienes el cristal?

—Sí, lo tengo —respondió él.

—Magnífico, porque debemos irnos. Ahora.

El chico se entusiasmó. ¡Al fin lograrían lo que tanto deseaban! Sin embargo, había un problema.

Su amiga la doncella estaba ilusionada por irse también.

Gracia la buscó con la mirada y se dio cuenta de que la doncella no estaba ahí. Hizo una mueca de desesperación. La cara le ardía como si la hubiesen quemado.

—Está bien... iré a buscarla. Nos iremos esta misma noche.

Su acento español resonó en la mente de Zaid. Le parecía extraño cómo tan pronto ese acento le resultaba cada vez más familiar y cómodo, como si hubiese crecido escuchándolo. Parecía mentira que apenas habían pasado unos cuantos días desde que había llegado a ese lugar.

Gracia salió del comedor a paso veloz. Zaid fue más despacio detrás de ella, tratando de elaborar un plan que funcionara para los tres, pero, por primera vez en su vida, no pudo hacer dos cosas a la vez. Estaba tan sumido en sus pensamientos, que nunca se dio cuenta de que los pasos de Gracia ya no se escuchaban en el corredor.


xxx


N/A: ¡Odio mucho a Sir Payne! ¡Que ya los deje estar juntos!

Si te emocionaste o entretuviste leyendo y te gustó el capítulo, dame una estrellita, no te cuesta nada ;)

Gracias por continuar leyendo, ¡hasta la próxima semana!

–RosalinaG.

Continue Reading

You'll Also Like

73.8K 3.6K 32
Minho más conocido como Lee Know es un mafioso muy famoso por su droga, pero nunca pensó que el Policía Han Jisung lo estaría buscando con sus ayudan...
LA LEYENDA By Patricia01234

Historical Fiction

150K 20.6K 85
EL RENACIMIENTO DE LA EMPERATRIZ ENVENENADA Total Capítulos 551 (novela original) Sinopsis Después del renacimiento, Shen Liang parecía un ser celest...
282K 14.2K 151
Soy la sultana mahidevran gulbahar la que alguna vez fue llamada Catalina de aragón reina de Inglaterra soy la primera haseki y única esposa legal de...
Dark Soul © 🔞 By Lyn ★

Mystery / Thriller

260 71 8
Cada vida tiene cierto tiempo, pero la de Rina dependía de un reloj de sangre. Una invocación, un alma y un pacto. Su hecho cometido no tenía perdón...