¡Heyyyyyy! ¿Qué tal pandicornias mías?
Antes de iniciar este capítulo quiero darles las gracias por...¡¡¡¡Las más de 15,k vistas y 2,k de votos!!!!🎉🎊🎉🎊🎉🎊🎉🎊🎉
Akskdkbdkd aún no me lo creo. En serio gracias a las personitas que se toman el tiempo de leer mi historia y pulsar la estrellita, las jamoneo. 💖💖💖
Ahora sí, las dejo con el capítulo.
Bye.
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...Narra ___...
El domingo llegó y me encontraba desayunando con mis padres en la cocina. Mi teléfono empezó a sonar y vi que era Killua, ¿Qué querrá tan temprano?
—Mami, es Killua, ¿puedo contestar?—pregunté y ella asintió.
—Hola Killua.—atendí.
—¿Porqué te pregunta a ti y a mí no?— preguntó mi papá.
—Vida, no empieces.—le dió un mordisco a su tostada.
—Pero...—
—Come, cariño.—dijo mi madre dominante.
—Está bien.—papá siguió comiendo.
—Debo preguntar, un momento ¿puedo ir con Killua a viajar en tren?
—Uhmmm, está bien.—aceptó mi mamá.
—¿A qué hora se irían?—preguntó papá.
—a las 11:00 am.
—Ok, pero que no te traiga tarde.—dijo mi papá y yo sonreí.
Llamada de Killua y ___
—¡Me dijeron que si!
—¡Genial!
—Pero que no me traigas tarde.
—Descuida, más tardar a las 7:30 pm te llevaré.
—Ok ok.
—Tendremos una parada en el parque, así que ve fresca.
—¡Hai!
—Bueno, me voy a ir preparando, nos vemos.
—oka, yo igual.
—Chau.
—Chau.
Terminé de desayunar y fue a arreglar mis cosas, me vestí lo más fresca y cómoda que pude. Bajé y me dirigí a la cocina donde estaban mis padres discutiendo.
—¡Querido otra vez te comiste las galletas!—exclamó mi mamá con una paleta en la mano mientras mi padre tapaba su cara con el periódico.
—¡Pero son de la casa!
—¡Te dije ayer que haría trufas con ellas!
—¡Pero no me acordaba!— Ash...normal papá comiéndose todo.
—¡Te paras ahora mismo de ese sillón y te vas a comprarlas a la esquina!—sacó la billetera de papá y se la lanzó.
—Me da mucha flojera.— se quejó.
—Bueno, quién te manda a comerte las galletas.— lo levantó de la silla y lo guió hasta la puerta.
—Pero...—
—¡Sin peros!— dicho esto cerró la puerta.
—Mamá...
—Este hombre siempre comiéndose las cosas.
—Ma.
—Ojalá y le de dolor de estómago.—por Dios.
—O mejor, se vaya en diarrea y no tenga papel.
—¡Mamá!
—___, lo siento.
—Ash...
—¿Pasa algo, hija?
—Te venía a decir que ya me debo ir, son las once.— miró el reloj.
—Si es cierto, que te vaya bien.— me dio un beso en la mejilla.
—Gracias, lo haremos.—sonreí.
—Diviértete, pero no demasiado.— dijo pícara a lo que yo me sonrojé.
—Como digas, adiós.— tomé mi bolso y cerré la puerta.
Cuando llegué a la estación me puse a buscar con la mirada a Killua, no lo encontraba.
—¿Habrá llegado?— me pregunté. Sentí que me tocaron el hombro.
—¿___?— me volteé y me encontré con esos ojos color zafiro que tanto me gustan.
—Hola Killua.— saludé con un abrazo al cual correspondió.
—Hola castaña.— nos separamos.
—¿A qué hora parte el tren?
—En quince minutos, es mejor que lo vayamos a esperar de una vez.— dijo y asentí.
Llegamos y nos sentamos a esperar que llegará, mientras tanto nos habíamos puesto a escuchar música y a jugar Geometry Dash en el teléfono. Duramos así hasta que el tren por fin llegó, hace tanto tiempo que no me subía a uno..., nos ubicamos en los asientos y nos pusimos a ver el paisaje.
—¿Te gusta?— me preguntó.
—¡Claro! es muy bonito y espacioso.— le sonreí y le apareció un leve sonrojo.
—Hay una cafetería, si se te antoja algo puedes ir.
—¿En serio? cool, pues iré a comprar algo de beber que me dio sed.— dije y me levanté.
...Narra Killua...
Por ahora todo está saliendo bien, me alegro que le haya gustado. Amo verla sonreír, y cuando ella sonríe es inevitable que yo también lo haga, ¿Cómo es que esta chica me puede hacer tan feliz? definitivamente ella de cierta forma me ha cambiado. Cueste lo que cueste quiero hacerla mantener su sonrisa...¿Desde cuando me volví cursi?
—Hola.— me saludó una chica que nunca he visto en mi vida.
—¿Quién eres?—pregunté.
—Los siento, me llamo Kaori Hashimoto, un gusto.
—¿Ok?
—¿Tú? chico albino.— dijo tocando mi cabello y yo quité su mano.
—Killua.— dije indiferente.
—¿Viniste solo?— pregunto con una sonrisa.
—No, de hecho vine con mi...—
—¿Quién eres tú?— en eso había llegado ___. Gracias al cielo, me preguntaba si debía noquearla o no.
—Lo mismo digo, ¿Esa es tu prima, Killua?
—¿Cómo que prima?— ¡Bardo bardo!
—¿No eres su prima?
—No, soy su NOVIA.— JUJUJU, eso se escucha muy bien.
—¿En serio?— la miró de pies a cabeza.—no tienes buen gusto, ¿Cierto?— ¿Esta que se cree?
—Oye, ¡El hecho de que tú tengas más pechos y culo que yo no te da derecho de decir eso!
—Lo siento si te ofendí, plana.— Ok, ___ reventará en cualquier momento.
—¿Plana?
—Lo que escuchaste.
—Oye amiga, tú eres como la tabla del uno ¿entendiste?
—¿A que te refieres?— se puso las manos en la cintura.
—Mija, te trato de decir que eres más fácil que la tabla del uno.— JOJOJOJO ¡Esa es mi chica!— ¡Y que estás más accesible que una universidad pública!
—¡Retráctate de lo que acabas de decir!
—Nunca lo haré, no puedo retractarme de decir la verdad.
—Beeeeeeeee, ¡Kike fácil!
—Ustedes son unos completos sin vergüenza.— dijo molesta y se fue.
—¡Esa es mi chica!
—Jajajaja, solo le dije lo que se merecía.— dijo encogida de hombros.
Después de eso nos sentamos y nos pusimos a hablar de cosas triviales, escuchamos música del teléfono de su teléfono e intentaba jugarle bromas.
—___.— la llamé para hacerle una pequeña broma.
—¿Uhmmm?
—Juguemos.— le sonreí.
—¿A qué?
—De acuerdo, tienes que cerrar tus ojos y pensar en algún lugar que tú quieras.
—¿El que sea?
—Así es, luego yo tengo que adivinar el lugar.
—De acuerdo.— cerró los ojos. JUJUJU, ya que tenía los ojos cerrados aproveché para inclinarme y robarle un beso rápido. Definitivamente no se lo esperaba, ya que al instante abrió los ojos.
—¡Hey!— exclamó sonrojada.
—Jajaja, el lugar era una convención, ¿no?— le sonreí de manera pícara.
—Si si.— dijo haciendo puchero.— No se vale, te aprovechaste del momento.
—Igual sé que no te desagradó, ¿o si?— me le acerqué y se sonrojó más.
—N-no.
—Lol, te toca a ti hacer algo.— me separé.
—Uhmmm, lo tengo.— se acomodó.— Hay cinco gays en la plaza: ya, ye, yi, yu. ¿Cuál falta?
—Cinco gays...ya, ye, yi, yu...—¡Lo tengo!— Pues, yo.— dije cogido de hombros. Esperen...¿¡Qué acabo de decir!?
—JAJAJAJAJAJA, ¡Lo sabía!— se echó a reír a carcajadas. Baka.
—¡No me había dado cuenta hasta después que lo dije!
—¡Sembramos limón y nació parchita, wey!— se seguía riendo.
—Grrrr..., ya me vengaré por eso.
—Seh seh seh, albino.
El tren paró en 15 mts y bajamos para ir al parque. ___ estaba muy emocionada, parecía una niña pequeña corriendo por todos lados y tratando de asustarme por la espalda.
—Moooo, ¿En serio no te asustas?— preguntó cruzada de brazos.
—Puedo sentir tus pasos.— dije encogido de hombros e hizo puchero.
—¡Algún día lo lograré!— exclamó.
—No, no lo harás.— le saqué la lengua y ella igual a mí.
—¿Aquí está bien?— preguntó tocando la grama.
—Sip, ¿Me puedes esperar aquí mientras compro unos refrescos?— pregunté y ella asintió.— Ok, ¡Ya vuelvo!
—¡Está bien!
...Narra ___...
Me senté en la grama y luego me recosté mientras esperaba a Killua. Me alegra que podamos salir juntos, este lugar es muy agradable y tranquilo.
Killua cada vez me sorprende más, es el mejor de todos y espero que siempre sea así. Daré lo mejor para también sorprenderlo a el, lo tengo, nuestra próxima cita la planearé yo y será genial, ¡si que si!
—Hola frutita.
—¡Waaaa!— un extraño ¿payaso? pelirrojo había caído de un árbol y aparte me dijo fruta. ¿Qué le pasa? ¿¡Y si es un pedófilo violador de niños!?
—¿En que estaban pensando?— me preguntó acercándose a mí.
—¿¡Quien eres tú, payaso!?
—No soy un payaso, y lo siento que no me presenté.— se inclinó.— mi nombre es Hisoka, ¿el tuyo?
—Mi mami me dijo cuando estaba pequeña que no hablara con extraños.
—No soy un extraño, soy un conocido de Killua, así que...tú eres su novia, ¿no?
—S-si, me llamo ___.— extendí mi mano y en vez de tomarla la besó.
—Ya volví con los...¿¡Hisoka!?
—Killua, cuánto tiempo.— dijo sonriendo divertido.— has madurado, frutilla.
—No me digas frutilla.— frunció el ceño, lol.
—Veo que ahora tienes una novia, no me esperaba verte con novia.
—Pos ahora sí, veme.— dijo y me tomó de la mano.
—Bueno lo siento lo siento.— se volteó.— Lo siento pero me debo ir, solo pasé para saludar.
—Adiós.— me despedí.
—Un gusto, señorita. Adiós frutilla.— se despidió y se fue.
—Lol, te dijeron fruta.— me burlé.
— Si si si, muy gracioso.— se sentó en la grama al igual que yo.
Saqué algunas cosas que mi mamá había metido en el bolso como dulces y esas cosas al igual que Killua.
—Killua di aaaah.— dije acercándole una fresa con chocolate a la boca.
—No haré eso.— dirigió la mirada a otro lado.— además, ¿no debería ser al revés?
—Ssshhhh, calla y traga.
—Pe...—
—Traga.— dije tratando de meter la fresa en su boca.
—Bueno bueno, está bien.
—¡Yay!
—Aaah...— abrió la boca sonrojado y desviando la mirada como el gran tsundere que es, y metí la fresa en su boca.
—¿Acaso fue tan difícil?
—Calla.— seguía desviando la mirada.
—Tsundere.— me reí.
—No soy tsundere.
—Ahí es cuando te equivocas, amigo.— me burlé imitando el meme y no pudo evitar reírse.
Luego recogimos las cosas y nos fuimos a caminar por el parque, había un lugar donde estaban ubicados varios trampolines, ¡Quiero subir en uno! Son uno de esos enormes que tienen resbaladiza.
—¡Killua!— lo halé de la manga y señalé a los trampolines.—¡Subamos ahí!
—¿Estás loca? hay puro niños pequeños.
—Claro que nah, ahí está Hisoka.— señalé a Hisoka que se encontraba sentado en la cima de este.—Porfiiiiiiiiiiiis.
—Bueno bueno, está bien.— se rindió.
—WIIIIII.
Fuimos a comprar los tickets para subirnos, habían varias personas delante de nosotros esperando. Cuando llegamos las compramos y nos subimos.
—¡Parezco un conejo salvaje! ¡YAYAYAJUUUU!
—¡YO NO SÉ QUÉ PAREZCO PERO ÑEH!— decía mientras subía para bajar por el tobogán.
—KILLUA AHÍ VOY.— dije mientras bajaba por el tobogán.
—¡Espera ___, espera!— y ¡Cata ploom! caí sobre Killua.
—Auch.— me quejé del dolor.
—¡Te dije que esperaras!
—WENO PERDÓN MIJO.
—¿Ustedes dos no son muy grandes para estar aquí?— preguntó una niña como de seis años.
—¿Y tú no tienes una gran niña preguntona?— dijo de mala forma Killua.
—¡Tú abuela es preguntona!
—Te pareces a alguien que conozco, niña.— dijo viéndome.— es más, tiene unos shorts y es más baja que yo.
—¡Era más alta que tú ase uno o dos meses!— dije y se rió.— ¡Lo qué pasa es que la pubertad te sigue atacando!
—Pu...ber...tad, ¿Qué es eso?— preguntó la niña.
—Sabes que niña, eres muy preguntona.— dijo Killua con fastidio.
—¿Y ustedes son novios?
—¡Sip!— exclamé con una sonrisa.
—¿Y se han besado?
—Niña, ¿Qué te enseñan en la escuela?
—Killua, calla.
—Chica gigante y de piernas largas, ¿responderás a mi pregunta?
—¿¡NANI!?— ¿Cómo me acaba de llamar esta mocosa?
—¡No me digas así, mocosa!
—___, vámonos.— dijo Killua agarrando mi mano para irnos.
—¡Chicos! ¿Y nunca se dan besos?—volvió a preguntar la niña, ya me tenía harta.
—Ay no puede ser.— Killua me agarró de los hombros y me dio un beso del cual me sorprendí. Todos los niños al rededor hicieron un "Oooooh".— Ahí tienes tu respuesta, niña. Vámonos ___.
—S-Si...— apenas pude responde ya que aún estaba sorprendida.
—Estos niños de ahora y sus preguntas.— se quejó.
—Tranquilízate Killua, es una niña pequeña.
—Muy metiche para mi gusto.
—Weno weno, ¿Ahora que hacemos?
—Bueno...son las cinco y media, quedan dos horas.— dijo viendo su reloj.—Así que...no sé, ¿Qué quieres hacer tú?
—No lo sé, o bueno...¿Quieres ir a patinar sobre hielo?
—Suena bien, vamos entonces.
[Ya en la pista de patinaje...]
—¿Sabes patinar?—me preguntó y solté una risa.Al menos sobre hielo no sé patinar, pero ver tanto Yuri On Ice te deja con las ganas.—Creo que no.—rió.—Ven, yo te enseño.— me extendió la mano y por un momento vi el paraíso.
—Killua, ¿Y si me agarro de la baranda?
—No no, soy el mejor profesor del mundo y conmigo aprenderás más rápido de lo que crees.— se encogió de hombros y yo bufé.
—Está bien, como digas.
—Bien.—tomó mi cintura con ambas manos y sentí como mi cara se ponía roja.— vas a alzar los brazos y yo te iré empujando, mientras yo hago eso tu tendrás que mover los pies de esta manera.— se separó y empezó a mover los pies de un lado a otro.
—Entiendo.
—Entonces.—volvió a tomar mi cintura.—comencemos.— dijo y fue empujándome mientras yo movía mis pies con dificultad.—¡Vamos, poco a poco lo vas teniendo!
—¡Yo puedo!— cada vez que movía mis pies de un lado a otro iba mejorando.
—¡Ya casi!
—¡Yo puedo!
—Ahora te soltaré.
—¡Hecho!— Killua me soltó y pude patinar sola.—¡Ya puedo pati...—pero la felicidad no duró mucho ya que caí haciendo estampar mi cara contra el hielo.
—Hagamos otro intento, arriba.—extendió la mano y la tome para pararme, pero al pararme resbalé y antes de caer Killua me agarró por la cintura.— Wow, casi te estampas la cara contra el hielo de nuevo.— rió y al igual que yo.
—Lo intentaré de nuevo.—dije decidida y el asintió.
—Bien, uno...dos...¡tres!— me soltó y fui patinando yo sola.
—¡No puede ser, estoy patinando bitch!
—¡Vamos!
—¡Pronto seré como Yuri!
—Los milagros no pasan, ___.—dijo Killua burlándose.
—Calla, baka.
Seguimos patinando un rato más hasta que se hicieron las seis y media, ya era hora de que Killua me fuera yendo a llevar a casa, debíamos tomar el tren a las siete. Fuimos a la estación y llegamos justo cuando el tren llegó.
—Llegamos justo a tiempo.—dijo Killua ya estando en el tren.
—Así es.
—¿La pasaste bien?—me preguntó.
—Bien es poco.—reí y el también.—Gracias, Killua.— le agradecí y le di un corto beso.
—No hay de qué.—dijo sonrojado y desviando la mirada el tsundere.
—Como que hace frío.—dije cruzando mis brazos.
—Tienes razón.—dijo mientras buscaba algo en su bolso.—Ten.—me extendió un suéter.
—Gracias, pero tú también tienes frío.
—Lo sé, pero más importante eres tú.—se sonrojó y desvió la mirada.—es decir, solo no quiero llevarte congelada a tu casa y que tus padres me digan algo.
—Bueno bueno, pero tú también te cubrirás.—puse una parte del suéter en su hombro y la otra en la mía.—Ahora sí.
—Como quieras.—recostó su cabeza en mi hombro.—Voy a dormir, despiértame cuando lleguemos.
—Si si si, duérmete mijo.—dije, agarró mi mano y cerró los ojos. Yo aproveché y entrelacé nuestros dedos, pude ver como sus labios formaban una mini sonrisa.
Pasaron media hora y ya habíamos llegado a la estación. Me costó mucho despertar a ese albino, parecía el bello durmiente.
—Killua, la próxima dormiré yo.— dije mientras caminábamos a mi casa.
—Como quieras, igual eres incómoda.—dijo poniendo sus manos detrás de la nuca.
—Pues no pareciera que fuera incómoda, hasta dormiste con una sonrisa.
—Claro que no.
—Claro que si.
—Que no.
—Bueno di lo que quieras, igual yo te vi.—me encogí de hombros y el bufó.
—Bueno, ya llegamos a tu casa.
—Si..., gracias por todo Killua.—lo abracé y el correspondió.
—No me vuelvas a agradecer, a los amigos no se le agradece y menos a los novios.
—Entonces ya no te agradeceré más.—le sonreí y el también a mi.—Buenas noches.—dije mientras metía la llave en la puerta.
—Espera ___.
—¿Qué?— me di la vuelta, me agarró la mano y me dio un profundo beso.
—Ahora ya te puedes ir.—dijo sonriendo de medio lado mientras yo seguramente estaba sonrojada.
—C-Chao.—me despedí y entré a mi casa. En serio gracias por todo, Killua...