Búscame entre las oportunidad...

By marcelitapajarita

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Blanca es una mujer de treinta y cinco años, con la energía suficiente para divertirse, salir a bailar y jun... More

Presentación
Sinopsis
Capíulo 1
capítulo 2
Capitulo 3
Capitulo 4
Capitulo 5
Capitulo 6
Capitulo 7
capitulo 8
Capítulo 10
Capítulo 11
Votación portadas
Capítulo 12
MARATÓN DE CAPÍTULOS
Spoiler
Capitulo 13
Capitulo 14
Capitulo 15
Capitulo 16
capitulo 17
Capitulo 18
Capitulo 19
Capitulo 20
Capitulo 21
Capitulo 22
Capitulo 23
Capítulo 24
capitulo 25
capítulo 26
Capítulo 27
Capítulo 28
Capítulo 29
Capítulo 30
Capítulo 31
Capitulo 32
Capítulo 33
Capítulo 34
Capítulo 35
Capítulo 36
Capítulo 37
Aviso
Capítulo 38
Dinamica
Capítulo 39
Capítulo 40
Capitulo 41
Capítulo 42
Dinámica
Gracias
Capítulo 43
Capítulo 44
capítulo 45
Capítulo 46
Capítulo 47
Concurso
Capítulo 48
Capítulo 49
Capítulo 50
¿Epílogo o segunda parte?
Novedades
Epilogo

Capítulo 9

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By marcelitapajarita

Capítulo 9

Su belleza no me encandila

Capítulo dedicado a Solange Tortorella

Me sorprendo al ver a Sebas tumbado boca abajo en una camilla de masaje, esos perfectos glúteos son inconfundibles, hasta recuerdo la primera vez que lo vi con sunga, fue en Brasil, cuando yo estaba de vacaciones, él es un hombre guapo, deber ser por eso que me llamo tanto la atención aquella tarde, hasta creí, que era un brasileño, y preparé mi mejor portugués en aquella ocasión, sin saber que hablaba todos los típicos modismos chilenos.

Me sonrojo al ver a Sebas levantarse de la camilla, y quedar parado frente a mí, tal cual Dios lo trajo al mundo, hace que mi lívido suba al saber que estamos en un lugar prohibido, pero, la magia se pierde, al acercarse a la percha para tomar una bata y cubrirse, justo a tiempo cuando la puerta se abre y la masajista entra con una toalla blanca en sus manos, me doy vuelta y alcanzo a ver la mueca que hace, le muestra la toalla, y Sebas asiente.

— Lo siento señorita, pero usted no puede estar aquí — Se pone nerviosa, queriendo disculparse con Sebas.

— No te preocupes, ella es mi novia, no hay problema — Sebas dice como si nada, en realidad, desde que lo conozco, he sabido que no siente pudor, recuerdo cuando quería llevarme a una playa nudista, y rechace la oferta con un mal chiste, diciendo que era pésima para hacer nudos.

— ¿Y que paso aquí? — Miro a Sebas, y luego a la chica, para que me dé una explicación de porqué mi novio estaba con el culo al aire.

— No quedaban toallas y ella fue por una para cubrirme — Miro a Sebas por el rabillo del ojo, quiero demostrarle que no soy una estúpida, que estoy segura que la masajista estaba feliz teniéndolo con los glúteos expuestos.

— Ah —Es lo único que digo, para luego continuar — Yo vine con Tati, pero desapareció, me quedé dormida en la camilla.

— Es imposible no relajarse con esas manos mágicas — Un destello de celos se cuela por mi interior, y marco mi territorio acercándome a él, depósito un casto beso en sus labios, él se da cuenta de mi estado, tomándome de la cintura, e intensificando el beso, los celos pasan a segundo plano, para convertirse en vergüenza, ante la situación tan caliente.

— Bien amor... iré en busca de Tati...

—Diculpe señorita, su amiga debe estar en el salón de belleza — interviene la chica, que ha estado pendiente de todo lo que sucede en el cuarto.

— Gracias, y ¿Dónde queda eso? Me acerco a la puerta, la masajista abre por mí, nos quedamos en el pasillo, donde me da indicaciones, me devuelvo donde esta Sebas, que ya está recostado en la camilla, definitivamente, es un exhibicionista, le quito la toalla de las manos a la chica, me acerco rápidamente y lo tapo para que deje de dar tan espectacular demostración de la perfección — Amor ¿te parece si vamos a bailar esta noche? — Aprovecho su buen humor, para que me diga que si, es bueno que empecemos a distraernos juntos, o me consumire en mi hidilio por WhatsApp.

— Lo siento... de verdad lo siento, pero, debo reunirme con el inversionista del que te hable — Me quedo literalmente con la boca abierta, me gustaría saber si dice la verdad o miente, le sigo el juego, pues tengo un plan.
— ¡No te preocupes! ¿Te molesta si voy con Tati? — Empiezo a maquinar mi plan, y de paso, salgo a divertirme.

— No, para nada, ¡diviértete!

— ¡Tan lindo! Por cierto... ¿Cómo te fue anoche? — Observo su expresión, llega a estar tan nervioso, que me responde con una pregunta absurda.

—¿Con el inversionista?

—¿Con quién si no?

— Me fue bien, pero hay mucho de que conversar, es por eso, que decidimos reunirnos una vez mas.

— Está bien, después me cuentas — Le doy un beso y lo dejo a solas con la chica. Me voy por el largo pasillo, siguiendo las indicaciones, hasta que llego a unas grandes puertas de espejos, abro sigilosamente, definitivamente es el salón de belleza, miro hacia todas direcciones, pero no veo a mi amiga por ningún lado. Me quedo parada, y me sobresalto al sentir unas manos en mis hombros, luego me sonrió al saber que Tati es quien me encontró Primero.

—¿Cómo está la bella durmiente? — Ruedo los ojos, y me doy vuelta para mirarla a los ojos, y me sorprendo al ver a Mariona a su lado.

— ¡Mariona! — Me acerco y la abrazo, ella recibe el gesto hasta que Tati se une a nosotras. — Que curioso, yo me encontré con Sebas en la parte de los masajes y tu encuentras a Mariona.

— ¿ah si? — Mariona levanta las cejas, sorprendida,  y yo  nuevo mi cabeza   en  a afirmación.

— ¡De verdad! —  Digo, demostrando que estoy  igual de sorprendida. —  Por cierto ¿Qué tal si nos vamos a bailar?

—  ¡Si, es una excelente idea! De aquí vamos a salir hermosas, solo nos faltaría cambiarnos de ropa y listas. — Tati se ve entusiasta, sabía que no rechazaría mi invitación, en cambio la cara de  Mariona, me dice que no ira.

—  ¡Ay chicas, lo siento! — Me quedo escuchando su excusa, ella  siempre rechaza nuestras  invitaciones, que aveces me  gustaría desordenarla un poco.

— ¿Qué pasa? — Interroga  Tati, y me da risa la pregunta tan absurda, como si no supiera de ante mano, que Mariona rechazará la invitación.

— Saldré esta noche con Marcos — Abro los ojos y me reprendo mentalmente, jamás llame a Mariona, para saber cómo le fue en la primera cita, me siento como la mierda, una pésima amiga, solo me he preocupado por mí y mis conversaciones con Carlos. Tati que me conoce bien, se da cuenta del error cometido,  y trata de que pase desapercibo.

— ¿Dónde te llevará esta vez el galán?

— !Donde lo llevaré yo! Es una sorpresa que le daré, Marcos no tiene idea de  que saldremos. — Me sorprendo de lo osada que se está poniendo Mariona ¿Ella dando sorpresas de este tipo? Raro...

— ¡Chica lista! —  Dice Tati, y yo me alegro con sus ocurrencia. 

—  ¿Quién de ustedes se hará las uñas?  — Nos interrumpe  una chica, de inmediato ofrezco a Mariona, pues tengo otros planes para Tati y para mi.

—  ¡Mariona! Debes ser la primera, porque tienes tu cita, en cambio nosotras podemos salir a cualquier hora —  Mariona se va con la chica y yo me quedo con Tati  —  ¡Hay algo que debo contarte! — Tomo a mi amiga del brazo, y nos vamos a sentar mientras esperamos, miro hacia todas direcciones antes de ponerme a hablar, no quiero ver a nadie conocido, con esto que me estoy encontrando con Sebas y luego con Mariona, no me sorprendería ver a todo mundo aquí...

— ¿Qué pasa? —Tati se pone de lado, y me mira a la cara  para prestarme toda la atención que necesito.

— Ya sabes que me encontré con Sebas en una sala de masajes...

— Si... ¿y?

— Le propuse que saliéramos esta noche, y me ha dicho que no puede, porque saldrá con el "inversionista" ¿comprendes? — Le hago señas com los dedos, y me alegra, que capte tan rápido.

— ¡Claro que comprendo! Llamare al investigador ahora mismo.

— ¡Ay que nervios! Espero estar equivocada, no me gustaría tener la razón.

— No puedo llamar — Dice de pronto

—  ¿Por qué, que pasa?

— Tengo el celular en mi bolso, y no lo tengo aquí...

—  ¡Uf que mal! ¿y si lo seguimos? — digo de repente, siempre he querido hacer una persecución, debe ser emocionante, como en las películas.

—  ¡Eres grandiosa amiga! Esa idea es lejos la mejor que has tenido.

- debemos darnos prisa

- tienes razón ¡hey chica! - Tati le grita a una peluquera, y yo miro hacia otro lado, como si no la conociera, se supone que estamos en un lugar exclusivo, y ella gritando como si estuviéramos en el mercado - necesito que nos pongas bellas, ahora, ¡pero ya!

- si señora

A Tati le hacen un corte de cabello y yo solo me lo lavo y corto un poco las puntas, las uñas las dejamos para otra oportunidad, nos quedamos de juntar en la equina de mi casa, tenemos todo planeado, nos iremos en su auto, para que Sebas no se dé cuenta que lo seguimos, dudo bastante que lo reconozca, pues es un auto nuevo, y en realidad él nunca se fija en esas cosas

Llego a mi casa, saludo a Sonia y subo a mi cuarto para cambiarme, entro al baño, me miro al espejo, y logro ver lo bien que me veo, me han peinado y el maquillaje es más recargado, me siento realmente linda, voy contenta hacia el armario para elegir algo bonito que ponerme, elijo un corto vestido plateado, lo saco y siento la puerta de la habitación abrirse, me volteo y veo a Sebas pasar directo al baño. Comienzo a vestirme y siento que mi celular suena, me doy prisa para sacarlo del bolso, debe ser Tati quien me llama, y efectivamente lo es

< ¡dime! >

<¿Qué te pondrás? Sé qué haremos una persecución, pero igual después iremos a bailar... ¿Por qué iremos a bailar, ¿verdad?> - me rio ante su pregunta, me imagino su cara

< sí, iremos a bailar, no me lo pierdo por nada en el mundo>

< ¡esa es mi chica! > - corta la llamada, y me doy cuenta que tengo WhatsApp de Carlos, miro hacia el baño, para fijarme de que Sebas no me sorprenda, y una vez más Tati me llama, sin darme tiempo de leer el mensaje de Carlos

< ¿Qué paso?>

< no me dijiste que te pondrías >

< me cortaste, y lo olvide...me pondré un vestido plateado >

< ¿es corto?>

< sí, es corto>

< de acuerdo, yo también tengo un vestido plateado, me pondré el negro, para no parecer gemelas>

< de acuerdo, ¡nos vemos! > - corto la llamada y veo los WhatsApp, una vez más aparece la ansiedad que me provoca este chico, este día lo había olvidado por completo, pero al saber que me ha hablado, llegan esos nervios, que hace que me ría como boba, ya no lo dejo esperando más, y leo que es lo que me ha dicho

° ¿Cómo está la mujer más hermosa de Chile? - vuelvo a leer, no puedo creer que él haya sido quien hablo primero, y más encima me haya saludado de esta manera

° ¡bien! Aquí llegando de un día de spa - antes de darle enviar, borro lo escrito, para corregir - aquí llegando de un día agotador de trabajo

° si estuviera ahí, te diría que te tumbaras en la cama, pero antes te sacaría la ropa, para luego darte un masaje

° esa idea me ha gustado... ¿y luego del masaje que pasaría?

° ¿Qué te gustaría que pasara? - ay Dios, ya me ha calentado este chico, las puertas del baño se abren y Sebas sale todo perfumado, escribo una respuesta rápidamente, pues no deseo atrasarme y que la operación "siguiendo a Sebas" se arruine

° te lo diré más tarde, estoy con mi novio, y no puedo hablar tranquila

° de acuerdo

Corro a buscar el vestido que había dejado arriba de la cama, lo llevo al baño y me saco la ropa, me pongo una gorra de baño y me doy una ducha rápida, tratando de no mojar mi rostro, pues no deseo arruinar el maquillaje, una vez lista me seco con urgencia, el corazón me late, solo espero que Sebas no se haya ido

- ¡Sebas, Sebas! - grito a todo pulmón, tratando de hacer la hora, y que él no salga antes que yo, las puertas del baño se abren y aparece con mi celular en la mano, cierro los ojos, pensando que ahora si me ha descubierto

- ¿quieres esto? - me muestra el celular, la pantalla se ve apagada, pero eso no quiere decir que no haya leído mi conversación con Carlos, decido hacerme la desentendida

- no... solo quería pedirte que saques mis zapatos plateados, están muy arriba y no los alcanzo - me quedo esperando su respuesta, es ahora cuando debe recriminar mi falta de honradez

- ¿Cuál de todos? - le sonrío, me doy cuenta que no se fijó en el celular, lo deja arriba de la lava manos, y sale en busca de lo que le pedí, tomo la crema y me la paso por el cuerpo, en mi vida había sido tan rápida, luego me pongo la lencería y el vestido, arreglo mi cabello, el maquillaje sigue intacto, salgo del baño y veo a Sebas colocando cinco cajas que contienen zapatos del color que le pedí

- ahí te los dejo, para que elijas, yo debo irme - abro los ojos, no puede ser que nada me resulte, empiezo a pensar en cómo retenerlo un poco mas

- ¡una última cosa! - mientras pongo un poco de perfume detrás de mis orejas, hago que Sebas me preste atención - ¿puedes decirme que zapatos le vienen a este vestido?

- ¡pero son todos del mismo color! ¡todos le combinan!

- sí, pero que modelo.... Por fa... ayúdame - Sebas da un largo suspiro, y yo corro por el bolso, saco mis documentos, y los coloco en la cartera que usare esta noche

- ¡estos! - me pasa cualquieras, me los calzo y estoy lista

- gracias, eres un sol - me acerco, le doy un beso, y mi celular comienza a sonar, voy al baño, donde Sebas me ha dejado el celular, y contesto la llamada

< dime > - es Tati quien me llama

< estoy lista, esperando por ti > - el corazón me late de prisa, estoy realmente nerviosa, solo espero que resulte todo este alboroto

< ¿ya estás en la esquina? > - pregunto incrédula, sí que es rápida mi amiga

< sí, date prisa>

< voy > - es lo último que digo, y corto la llamada

Salgo con el celular en la mano, Sebas está saliendo de la habitación, necesito salir antes que él, para que me dé tiempo de encontrarme con Tati, no sé cómo detenerlo, hasta que se me ocurre algo

- creo que ese pantalón no saca lo mejor de ti - lo digo de mentiras, porque se ve estupendo el condenado

- ¿Qué quieres decir con eso?

- que deberías ponerte otro, como por ejemplo el que te regale para tu cumpleaños, ese te queda de maravilla, y combina más con esos zapatos

- ¿tú crees?

- claro...pero si no quieres cambiar, no hay problema, ya me voy, un taxi espera por mi ¿bajas conmigo?

- creo que me cambiaré

- de acuerdo, que te vaya bien con esos inversionistas

Salgo a toda prisa, corro por la calle para encontrarme con Tati, la veo hacerme gestos con la mano, me subo a la parte del copiloto, y la quedo mirando, su cabello es rubio, y si mal no recuerdo, tenía el pelo claro, pero rubia no es

- ¿Qué le paso a tu cabello? - no puedo creer que no me haya dado cuenta, que en el salón de belleza le cambiaron el color, está bien que últimamente ande distraída, pero no creo que tanto, ¿o sí?

- es una peluca, toma aquí está la tuya - me extiende una peluca de color rojo, la tomo incrédula, me pregunto si será necesario todo esto

- ¡sácate eso! No nos pondremos pelucas, es una locura

- no me la sacaré, me veo realmente bien, además, es en el caso de que Sebas nos vea, haz caso y pontela ya, date prisa que ya vi el auto de Sebas - miro hacia el frente y efectivamente es el auto de él, me pongo la peluca, aunque me siento realmente ridícula, y nos vamos a la aventura, vamos muy cerca de él, esto me pone nerviosa

- ¡no vayas tan cerca, que nos puede descubrir!

- ¿y porque hablas tan despacio? - Tati se pone a reír, y yo me quedo mirando cómo se burla de mi - ni que nos fuera a escuchar

- ay no te rías, no ves que estoy nerviosa

- disculpa, es que esto es muy divertido - nos ponemos a reír las dos, somos las mejores amigas, y agradezco en el alma que me acompañe este día

- ¿Dónde está Sebas? - miro hacia el frente y su auto no está por ningún lado, miro por el espejo, pero luego se me ocurre sacar la cabeza por la ventana, y mirar hacia atrás, pero tampoco lo veo

- ¡no lo sé! Creí que tú me dirías - me dice Tati

- ¡pero si eres tú, quien está conduciendo! - pongo las manos en mi cabeza, y doy un suspiro - lo perdimos, ¿verdad?

- creo que si... ¡ups! - Me quedo mirando a Tati, no puedo enojarme con ella, además, es imposible estar sería viéndola con esa peluca, es mejor dejar esta locura, y tratar de contactar al detective privado

A regañadientes Tati se saca su falsa cabellera rubia, llegamos a Sala gente, una discoteca ubicada en Las condes, un buen barrio de Chile. Una vez adentro Tati va al baño, y yo me voy a la barra para pedir algo de beber, sé que a mi amiga le gusta el mojito, por lo tanto pido dos, mientras espero que mi bebida este lista, comienzo a mirar el lugar, veo una mesa vacía, le hago un gesto al encargado de la barra, y corro para que nadie ocupe el lugar que ya he visto, me siento a esperar a Tati, la veo caminar, buscándome con la mirada, empiezo a mover los brazos, pero mi amiga es muy despistada, se acerca a la barra, y el barman indica hacia donde estoy

- qué bueno que conseguiste mesa

- sí, la vi, y no dude en venir

- ¿Qué pediste de beber? tengo sed

- mojito, mira ahí viene el camarero

- la música esta buenísima, los pies se me mueven solos

- bebamos esto y nos vamos a bailar - le digo a Tati, pues tiene razón, a mí no solo se me mueven los pies, si no que el cuerpo completo. Me quedo mirando la pista de baile, y lo único que me llama la atención, es un hombre alto, rubio que se mueve muy bien, no le veo el rostro, pues esta de espalda, pero eso es lo de menos, los pantalones le quedan perfectos, y es un regalo estar viendo ese trasero tan bien formado, y lo mejor, es que se mueve como los dioses, me pongo a pensar que hay un estudio que dice, hombre que baila bien, se mueve muy bien en la cama, últimamente estoy con las hormonas revuelvas, parezco adolescente, necesito ver a ese buen bailarín, no lo pienso dos veces, me bebo el mojito de un sorbo, si antes me tome un whisky así, ya el mojito, no me hace ni cosquillas, tomo a Tati de brazo y la obligo a levantarse - ¡vamos a bailar ahora!

Nos ponemos a bailar las dos, las clases en la academia de "Los Power Peraltas" han servido mucho, agradezco hacerle caso a la loca de mi amiga, quien me arrastra a todas sus locuras. Lamento que el rubio, glúteos perfectos, se haya marchado cuando yo me acercaba, pero, no por eso voy a dejar de disfrutar, la música es vida, y así me siento, viva, a pesar de que Sebas en algo malo esta, eso nadie me lo saca de la cabeza

Después de mucho bailar, nos vamos a la mesa, y ahora es el turno de Tati, para pedir algo a la barra, estoy sudando, hace un calor insoportable, además de todo lo que hemos bailado, tengo que mojarme el rostro con urgencia, no soporto el calor, hago un gesto a Tati, para que cuide la mesa, y me voy al baño, me pregunto dónde estará, miro hacia todas direcciones, y diviso al rubio, me acerco y hago como que choco con él, pongo mi mejor cara de disculpa, para cuando él se voltea

- ay lo siento, de verdad - me quedo de cuadros al ver al francés, con una cara de diez metros o más, arruga la frente, peor que hoy en el almuerzo, y yo le sigo a la par, no puede ser, que el hombre que he visto bailar tan espectacular, y que tiene unos pantalones tan bien formados por detrás, o más bien que su trasero haga que los pantalones se vean así, sea este tipo, mal genio y maleducado, trago de relajarme, pero con sus palabras es imposible

- ¡tan torpe! - pongo las manos en puños, cuento hasta diez, para no gritarle unas cuantas cosas, hasta que llego al veinte, porque con este francés cuesta no estar alterada

- creo que hay un error de idiomas, usted ha dicho torpe, y no sabe lo que significa

- ¡se perfectamente lo que significa!

- ¿ósea que usted me está llamando torpe?

- ¿no es torpe una persona que choca con otra, sin fijarse por donde va? - tomo aire una vez más, no quiero insultarlo, pero no me la deja fácil - por cierto ¿Cómo va su culo? - lo miro sin entender a qué viene la pregunta, hasta que caigo en cuenta que lo dice por la caída que tuve esta tarde

- ¡y usted es un imbécil! - ¿yo dije eso? Pero se lo merece

- no sé lo que significa - hace una mueca de indiferencia, que más bien es de desprecio, y yo sigo con una intacta ira dentro de mí, creo que deberé ir nuevamente al spa, por un masaje, porque ya estoy tensa con este francés

- ¿sabe el idioma solo cuando le conviene?

- no tengo tiempo de conversar con personas como usted, ya encuentro el colmo, que esta sea la segunda vez que la veo, esto es una pesadilla

- ¿personas como yo? - dejo de lado eso que cree que encontrarse conmigo es una pesadilla, solo quiero saber qué clase de persona cree que soy yo

- ¡si, como usted! Que frecuenta restaurantes de lujo, y discotecas para buscar hombres con dinero - me quedo con la boca abierta, no puedo creer que él piense esto de mí, está lejos de la realidad, no necesito buscarme un millonario, pero tampoco tengo porque darle explicaciones

- vuelvo a repetir señor francés, ¡es usted un imbécil! Ah y su belleza no me encandila - la última parte debí omitirla, sin embargo ya está dicha, me doy media vuelta y salgo rauda en busca del baño, pero unas fuertes manos me lo impiden, el corazón se me va a salir del pecho, cuando me doy cuenta que es el, me acorrala contra una pared y queda lo suficientemente cerca, como para sentir su perfume y su fresco aliento a vodka, quedo hipnotizada, nunca había estado tan cerca de un hombre así, con este magnetismo, grado de belleza y masculinidad - déjeme ir - digo a duras penas, la boca se me seca, no puedo sacar mi vista de sus labios

- claro que la dejare ir... - se acerca más de lo debido, y puedo jurar que falta un milímetro para sentir el roce de sus labios - pero, quiero que sepa, que su belleza tampoco me encandila

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