(Escuchar canción en multimedia)
El sonido del saxofón que sale de los audífonos y entra a mis oídos provoca que camine más animado hacía la escuela. Es que hoy parece ser un buen día, hoy el clima está soleado, las abejas zumban y mi corazón late frenético por la caminata que llevo. No me pregunten la razón, pero es que dentro de mi pecho me inunda un buen presentimiento, como si hoy se firmara mi destino. Quien sabe, quizás hoy me gane la lotería o el amor de mi vida declare su amor por mí... si tan sólo la vida fuera así de fácil.
En fin, no debo de perder de vista mi camino, por lo que decidido entro a la escuela. Es inevitable percibir esa vibración bajo mis pies, al parecer el aire que flota en el ambiente susurra la alegría y la emoción que parecen tener hoy todos los presentes. Esto me parece muy sospechoso, por lo regular las personas se siente abrumadas por venir a la escuela, aunque hoy todos tienen una sonrisa. ¿Debería asustarme?
De repente a los oídos me llega algo más que felicidad, de boca en boca salta un número en particular, hoy todos cuchichean el número 20:17. No sé la razón del furor por ese número, no sé si ese sea el número de la suerte hoy o si tan sólo son los números ganadores de la lotería. Pero seguro sólo soy un paranoico.
—¡20:17! —grita alguien a mi derecha. Así que llevo la mirada a la portadora y me doy cuenta que es una chica sonriente con rasgos asiáticos. ¿Pero qué mosca le picó?
—20:17. —Vuelvo a escuchar, aunque esta vez es en un susurro. Al buscar entre la multitud noto que ha sido el chico pelirrojo de mi clase de cálculo, ese chico es un completo cerebrito. Y eso está bien... yo también lo soy.
—20:17 —canturrea la castaña porrista que parece tener ganas de tener sus pompones y restregármelos en la cara. Aunque hace más dramático su monólogo al dar dos piruetas mortales frente a mis ojos.
—20:17 —una voz baja y un tanto grave llega a mis oídos, esa ha sido la chica de cabello verde que está llena de piercings. Lo cierto es que su apariencia es un poco peculiar.
—¡20:17! —grita alguien más y yo me vuelvo loco.
—¡Ya basta! —sentencio molesto mientras alzo mucho la voz. Ya de por sí mi voz es ronca y grave, por lo que suena aún más impotente y dejo sorprendida a la portadora de la última frase.
—Tranquilo Dante, no es para tanto, tan sólo eres un dramático, mejor desaparezco y... —Pero la interrumpo. Al parecer la dramática es otra.
—Ya basta Lilly, es que simplemente no entiendo todo este alboroto —me sincero por fin un poco frustrado, aunque la cabeza no deja de retumbarme gracias a ese número. Y yo que creía que este sería un día maravilloso.
— ¿Qué es lo que no entiendes Dante? —pregunta una voz masculina a mis espaldas. Y es así como mi mejor amigo Barry hace aparición en esta historia.
—20:17 —le contesto mientras hago una voz totalmente ridícula, claro, lo hago a propósito. Seguro que me dará una terrible migraña. Por eso es que no debo de pensar en voz alta, la mayoría de las veces se vuelve realidad y sin duda siempre se interpreta mal todo, causando verdaderas catástrofes.
—Pero si eso estuvo en boca de todos desde hace una semana —obvia Lilly mientras se sienta en el pasto despreocupada. La vida viene y va para ella.
—Lilly tiene razón —anuncia decidido mi amigo—. No, espera, realmente esto no me sorprende. Recuerda Lilly querida, Dante vive sólo para sí mismo —Barry suelta esa frase con un tono lleno de sarcasmo y burla. Bien, no quiero seguir con esta tontería, así que me quedo callado y mi amigo se tira al suelo junto a la pequeña castaña de enormes ojos azules.
—Y no olvides la química y sus orquídeas —termina por decir Lilly, mientras una sonrisa burlona aparece en su rostro. Es oficial, ya me dio migraña.
—Cierto, también los poemas y... —aunque esta vez soy yo el que interrumpe a Barry.
—Basta los dos, ¿saben qué? Ya estoy harto, será mejor que me vaya, no podré soportar escuchar un 20:17 de nuevo en la vida. —Una vez más, mis pensamientos se vuelven realidad... pero de manera equivocada.
— ¡20:17! —anuncian todos en coro, con un timbre de voz animado y lleno de... ¿esperanza?
Perfecto, al parecer este maravilloso número jamás había causado tanta emoción como la que causó justo ahora. De repente, una a una van cayendo del cielo hojas que un par de chicos lanzaron desde el tercer piso del edificio de enfrente. Esas hojas son unos panfletos que con una tipografía enorme dicen 20:17. Así es que todos, (pues me incluyo), tomamos una papeleta para leerla, y ésta dice algo más o menos así:
20:17
¿Hasta cuándo?
Sal a tu azotea, apaga las luces de tu casa y busca la estación 20.17 a las 20:17. Dicen que esa es la hora de las almas abatidas, pero esta noche será sólo nuestra. Y tú dime, ¿hasta cuándo?
Atte.
20:17
—A esto es a lo que nos referíamos —dice la pequeña Lilly mientras trata de atrapar una hoja de papel. Se ve tan tierna intentándolo, es como un gato tratando de atrapar un insecto volador o un poeta tratando de alcanzar una estrella.
—¿Para qué es todo esto? —pregunto sin despegar la mirada del papel. A decir verdad el panfleto es muy sencillo, aunque llama mi atención por completo la vista de aquella feria con las estrella sobre ella.
—Nadie lo sabe, esta imagen comenzó a circular por ahí y la gente se encargó de difundir a esta persona —contesta Lilly mientras sonríe triunfante por al fin haber atrapado una hoja. Pero Barry se la arrebata.
—Bueno, ¿pero qué tiene de interesante? —cuestiono muy escéptico—. Estoy más que seguro que es tan sólo un loco que quiere llamar la atención.
—¿Hasta cuándo?... —dice Barry en voz alta.
—¿Disculpa? —respondo serio, ¿qué clase de pregunta es esa?
—¿Hasta cuándo?... —Secunda Lilly al muchacho castaño. Aunque de la cara no se me quita esa mueca de disgusto.
—De eso se trata, de saber lo que significa el "¿Hasta cuándo?" —anuncia Barry mientras mira el panfleto que se encuentra entre sus manos.
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Nota de la autora:
Hola, agradezco mucho que hayas llegado hasta este punto en especifico de la historia, pues significa que algo ha llamado tu atención y planeas seguir con la lectura, ¿o me equivoco? Claro está que eso me pone bastante contenta, por lo que no voy a seguir interrumpiendo, prosigue con esta historia que tiene mucho que mostrarte.
Espero que me apoyen en este proyecto que lleva más de un año en mis borradores, por fin me he decidido a publicarlo y mostrárselos, por favor, si les ha gustado déjenme un comentario y sus votos para darme más ánimos.
Canción: The Way I Am– Charlie Puth
Gracias por su atención.