Medio kilómetro de distancia

By iwillsaveyoutonight

1.4M 109K 52.4K

¿Qué pasa cuando un ángel pierde la memoria, se topa con un demonio y cae? ¿Quién cambia a quién? Una mentir... More

Sinópsis
Relación tóxica
Epígrafe
Para ti
Prefacio
Capítulo 1
Capítulo 2.
Capítulo 3.
Capitulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
9. El comienzo
10. ¡Por un demonio...
11. ... lo que faltaba!
12. Nutella con fresa.
13. Diabólica tentación
14. Las rosas son rojas.
15. El juego de Victorious
16. ¿Por qué lanzas tus misiles?
17. Círculo vicioso | Parte I
18. Círculo vicioso | Parte II
20. Sucesos inesperados.
21. Maritza Engel.
22. Perfume barato
23. Se cierra un capítulo
24. El primer día sin Katherine
25. Lluvia de espuma | Parte I
26. Lluvia de espuma | Parte II
27. El baúl de los sueños
28. Tres sobres de azúcar
29. Calle de ensueño
30. Solo quédate con él si...
31. Te sigo amando, Maritza.
32. La nostalgia es un perra
33. Elévame hasta tocar el cielo, Luca
34. ¿Y qué es lo que quieres, Luca?
35. Buena mierda
36. Triángulo amoroso
Cien mentiras
¿Dónde mierda está el sol?
37. Sal en la herida
38. ¿De dónde te conozco?
39. Chanaje
40. Y vuelve el perro arrepentimiento
41. Un cigarillo y dos corazones rotos.
42. Whisky y malas decisiones

19. Yo fui tuyo y tú mía

29.6K 2K 1.6K
By iwillsaveyoutonight

Canción: Bom Bidi Bom/Nick Jonas

Nathan Daniels

Lujuria. Pasión. Adoración. Adicción.

Solo palabras, cada una con varias sílabas. Palabras universales, amplios conceptos, muchos significados. Nada más que una cadena insensata de letras juntas para formar fonéticamente palabras comprensibles. 

Por encima de todas las posibilidades infinitas y variaciones de las palabras que alguien podría formar de un alfabeto de tan solo treinta letras, ninguna palabra es suficiente para describir las emociones que circulaban por mi sangre ahora, que llevaban a mis células a la vida que podrían describir la pasión efusiva y adoración que sentía por la mujer en mis brazos en este momento.

¿Qué mierda me estás haciendo? Katherine

La tenía completamente desnuda, en mi cama, en la cama a la que ninguna mujer he traído ni siquiera a Maritza para charlar. Koala posiblemente no se había percatado que no es la misma habitación donde tuvimos nuestro roce hace unos días pero no importa, porque me basta con que yo lo sepa.

Sus labios estaban cálidos contra los míos, a su vez que los míos estaban contra ella, el deseo carnal y la necesidad me quemaba desde el interior. Todo a mi alrededor era al rojo vivo, abrumador, sintiendo su corazón latir fuertemente contra el mío, con mis brazos abrazándola fuerte mientras nos besábamos.

— Nathan... —susurró contra mis labios, ladeando su cabeza y presioné mis labios en su mandíbula, abrumado con la intensa necesidad de besar su piel, de cubrir cada pulgada de su defectuosa, pero aun así hermosa piel.

Sus manos en un acto desesperado por sentir más descendieron por mi abdomen, deteniéndose en mi cadera, provocando que involuntariamente tensara los músculos de mi abdomen, excitado, impaciente y ansioso de recostarme sobre su piel, calidad, sudorosa, estremeciéndose con placer mientras entraba en ella.

Sus voluptuosos pechos era tan tentadores para mí que creó a partir de ese momento antes de dormir pensaré en ellos mientras tranquilizo a mi amigo.

Sus gemidos entrecortados me volvían loco.

No quiero compararla porque de lejos se que Katherine no es como las típicas mujeres con las que suelo enrollarme... es más como Maritza, pero a diferencia de ella, Katherine, joder, ella me es tan adictiva, ingenua y algo torpe pero con ese toque de aventurera y de querer describir el mundo que Maritza no tiene.

Unos gemidos jamás me habían puesto tan duro como los de ella. Sus manos tocaban torpemente mi cuerpo y sentía la carne hervir donde mismo.

Sin aguantar, descendí besando tus pechos, abdomen y todo a su paso hasta llegar a su monte Venus donde ella pronunció un casi inaudible «joder» haciendo que mi respiración se volviera agitada rápida y superficial.

Entonces me detengo, cambiando de idea recordando que le prometí que sería inolvidable y ya que las tonterías "románticas" no van conmigo, cumpliré mi promesa como Dios sabe que sé hacerlo, proporcionándole el mayor placer posible. Navegando en lo más profundo de ella.

Jamás lo olvidaras Katherine, lo juro.

Tomo su mano con firmeza y ella incorpora un tanto desconcertada pero no dice nada, me pongo de pie poniéndola también a ella.

Me vuelvo a sentar y la siento sobre mi regazo.

—Todo estará bien, confía en mí —le digo para tranquilizarla para que no se tense y así sienta más placer. Tragando duro asiente algo indecisa, pero como dije, con su toque de aventurera queriendo descubrí cosas.

La posiciono dejando su espalda pegada a mi abdomen, y es entonces cuando haciendo un esfuerzo sobrenatural abro mis piernas de manera lenta provocando que dicho movimiento también abra las de ella con lentitud.

Ahora está completamente abierta de piernas, expuesta al aire libre.

Mi pene está más rígido que nunca y que Katherine sea quien lo provoque no sé si esté bien o mal, por primera vez le tengo miedo a una mujer.

Deslizo mi mano por su cintura de manera lenta para que disfrute mi toque, sigue bajando hasta llegar a su vientre, deslizándola un poco más hasta que tengo buscar entre sus pliegues y continuar acariciándola, aumentando el ritmo de mis movimientos cosa que hace que ella haga su cabeza hacia atrás, recargándola en mi hombro desnudo dándome una amplia vista de sus pechos.

—¿Qué sientes? —le pregunto, aunque sé que posiblemente sienta exactamente lo mismo que yo, placer.

—Delicioso —contesta, entre jadeos—. Dame más.

Introduzco mi dedo en su sexo y este entra con facilidad debido a que está completamente húmeda. Un <Deblyn> sale de su garganta pero esto tan excitado que ya ni siquiera esa palabrita me suena patética. Aumentó el ritmo de mi dedo en su sexo porque ya no me es suficiente en respuesta su cuerpo en modo de auto reflejo intenta cerrar sus piernas pero claramente lo evito.

La sostengo con firmeza con mi otra mano mientras le digo cosas sucias pero con un toque de romántico para ella a mi modo.

— No tienes idea de cuantas pajas me haré recordando este momento—le susurro en su oído y seguido le doy un pequeño mordisco en su contorno.

Una risita supongo que nerviosa y a la vez de placer sale de un garganta.

Empujo más mi dedo con fuerza sintiendo cada rincón íntimo de ella.

— Joder, estás tan apretada—le digo, siendo sincero me encanta que sea así, jamás había he estado con una virgen y saber que tendré el privilegio—claro si ella me lo concede—, me hace sentir el hombre más afortunado del puto mundo.

— ¿Eso está mal?—me pregunta con voz entrecortada.

Joder que no, no está mal, está muy bien.

— Para nada—le respondo antes de que un gruñido brote de mi garganta al escuchar sus gemidos cuando introduzco otro dedo en su interior.

Ya que su cuerpo se acostumbro a mi dedo, empiezo aumentar mi ritmo a gran medida, dentro y fuera, afuera y adentro. Puedo sentir como cada vez se humedece más. Una de mis manos viaja hasta su seno y lo magreo con fuerza la suficientemente tolerable para ella. Ella ladea y con ferocidad salta a mi boca, gustoso la acepto lamiendo su labio inferior, mordiendo y succionando.

Está a punto de llegar a su clímax.

— ¿Estas cerca? —le pregunto sabiendo que ella sabe a lo que me refiero.

En respuesta, recibo un ronroneo como de un gatito asustado.

Sonrió.

— N-nathan—tartamudea encajando sus uñas en mis piernas pero por tener aun el pantalón puesto no siento nada. Es débil y frágil.

Le ayudo a llegar más rápido incrementando todas mis caricias un 200%.

Beso, muerdo, succiono y lamo su cuello, mandíbula y hombros sacándole todos los jadeos de placer que me es posible de este modo.

Su cuerpo se tensa por completo como ya lo venia venir, la oleada de placer le pega de lleno provocando que soltara un gritito sensual de su parte, sus caderas se alzaron con fuerza y yo mantuve mi agarre fuerte y firme mientras ella absorbía todos los espasmos de su orgasmo.

Mi respiración está casi igual de irregular como la suya. Depósito besos en su frente y sien cuando no le estoy soplando para que se sequen sus gotas de sudor.

— ¿Estas bien? —le pregunta, mi voz salió enronquecida. A lo que ella asintió a los pocos segundos tratando de calmar todas esas emociones—. ¿Te gusto, nena?

Una risa sale nuevamente de su boca asintiendo provocando que yo también sonría.

Una punzada llena de duda me llega de repente y me tenso de inmediato cosa que ella nota.

— ¿Qué sucede? ¿Pasa algo?—pregunta girándose para verme directo a la cara.

Asiento de manera cortante.

— Dime que nadie, absolutamente nada te ha tocado de esta manera.

— Sabes que soy virgen—dice entonces, a lo que asiento.

Sé que es virgen desde que la vi, uno como hombre se da cuenta de esas cosas desde lejos. Por lo mismo se que ser virgen no implica no tener esta clase de tocamientos.

— ¿Dudas de mí?—me pregunta, me mantengo callado mirándola fijamente—. ¿Tú eres virgen?—pregunta retomando la fuerza en sus palabras, me limito a negar con mi cabeza—. ¿Tú has tocado de esta manera a más mujeres u otras mujeres te han masturbado?—me vuelve a preguntar en modo de cuestionamiento y de deduzco que tiene un punto por lo que asiento para llegar al fondo de esto.

Como puede se quita de mi regazo poniéndose de pie mientras se cubre absurdamente los pechos.

Mi mirada sigue neutra mientras analizo todo.

Entonces lo descubro mucho antes de que ella diga algo.

— Entonces a ti no te importa si una vez alguien me masturbo o yo a él, o inclusive si tuve sexo, eso sería parte de mi pasado y eso no te incubé ni afecta como a mí tampoco me incumbe o afecta tus relaciones sexuales pasadas... se le llama igualdad de género. ¿O acaso el que posiblemente alguien me haya tocado antes que tú me quita mi valor como mujer o simplemente como persona?

Sonrío. 

Nadie la ha tocado como yo.

Me levanto y avanzo hacia a ella pero ella da dos paso hacia atrás. Tiro de su cintura y beso sus labios.

— No pierdes tu valor, jamás dije eso—le digo—. Solo quería saberlo porque sabes... existen todos tipos de hombres en este mundo—trato de explicarle—. Los celosos y los hijos de puta psicópatas que no se aguantan nada, el problema es que yo soy el segundo.

Sonríe divertida retrocediendo un par de pasas cruzándose de brazos haciendo que mi vista viaje hasta sus pechos desnudos que se levantan por la presión haciendo que trague duro y mi erección duela.

— ¿Estas celoso? ¿Esta es una clase de confesión?

¿Qué?

— ¿De qué me estás hablando?—le pregunto confundido o haciéndome el idiota y no querer entender a lo que se refiere.

— Dicen que los celos nacen cuando una persona te importa, ¿te importo? —pregunta mordiendo su labio inferior haciendo que mi pene esté apunto de estallar.

Ni siquiera puedo concentrarme bien en sus palabras, solo quiero hundirme en ella, a parte Katherine me debe un orgasmo.

— Los hombres somos muy posesivos con nuestras cosas por las mínimas que sean.

Sus brazos caen a sus lados y su mirada cambia de felicidad a una más triste.

Mierda.

— Entiendo—pronuncia leve—. Soy una cosa mínima, ¿por qué eso no me sorprende?

No, no, no.

Acorto la distancia, tomo su mentón y levanto su mirada para que choque con la mía.

— No quise decir eso, o sea, no soy muy bueno expresando lo que siento y si te digo algo como que me importas o que estoy celoso en un futuro... puedo arrepentirme y no quiero dañarte, quiero ir al momento ¿me entiendes?—le digo, pero su mirada sigue triste—. Soy una mierda en esto.

A los segundos me regala una sonrisa triste pero no feliz.

— Creo que entiendo—me dice sonriendo más cálidamente—. Solo dime una cosa, ¿te importo?

Ni siquiera lo dudo, una vez le dije que siempre seríamos sinceros y hace un momento que iríamos un momento a la vez y en este momento lo siento así.

— Claro, me importas—le doy un corto beso en sus labios—. Eso no lo dudes.

Y si mi koala me importa.

***

Tiro de su cintura, jadea al sentir mi erección en su piel desnuda. Con fuerza saltó a su boca; besándola con toda la pasión que me hace sentir.

— Ahora me toca a mí—le digo sobre su boca.

Lleva sus pequeñas manos a mi espalda y la recorre por completo, tal como yo recorro la de ella.

— ¿Inolvidable? —me pregunta entre entrecortados jadeos. La giro hasta que ella termina al borde de la cama y entonces la empujo; cae divertida sobre la cama. Nuevamente puedo ver por completo tu desnudez.

Joder, es perfecta.

— ¿Me va a doler mucho, verdad?—vuelve a preguntar, se lleva sus manos a su cara y suspira con fuerza.

Sonrío.

La mayoría de las "primeras veces" de una mujer siempre son muy dolorosas porque se acuestan con críos idiotas que lo único que hacen es darse placer ellos míos y se les olvida excitar muy bien a su mujer, porque cuando una mujer está bien excitada y sintiendo el placer en su máximo esplendor, ese deseo es más intenso que el mismo dolor.

— Sí—apenas respondí. La volteo boca abajo y me siento a horcajadas sobre sus piernas pero apoyando mi peso en mis rodillas a mis costados—. Pero tratare darte el mayor placer posible.

Puedo admirar su buen trasero y sin poderme contener lo tocó con ambas manos suavemente. Me inclino y beso su espalda baja, ella responde jadeando, voy ascendiendo, recorriendo con mis labios y lengua toda su espalda, hasta llegar cerca de su cuello; cojo su cabello y lo hago a un lado. Besando su cuello, mandíbula y parte de su hombro derecho.

Subo hasta su oreja y muerdo con suavidad haciendo que un escalofrió le recorría por todo el cuerpo.

— Será inolvidable—le dije seguro.

Nunca había estado tan duro en mi vida, y con tantas ganas de introducirme en una mujer.

— Estas segura de esto, ¿verdad?—le pregunte nuevamente, mis palabras salieron sin aliento, esperando asegurarme de que Kathy de verdad quería esto.

En respuesta, giro su cuerpo haciendo que yo bajara de ella. Creo que quiere irse...

O no, tomo la hebilla de mi cinturón y en un patético intento hace por desabrocharlo pero como dije es patético porque falla y una risita nerviosa brota de su garganta. Besos labios y le ayudó en la tarea, desabrochando mi cinturón.

Se sentó en cuclillas frente a mí, se acercó lo suficiente para volver a oler su perfume barato y el olor a bourbon impregnado en cuerpo—que aun no tengo idea porque es así, sabrá Dios que andaba haciendo—, sus húmedos labios llegaron justamente debajo de mi oreja.

— Nunca estuve más segura respecto a nada en toda mi vida—escuche su voz baja, casi en un susurro, sensual y seductor. Uno de sus dedos traza la parte baja de mis labios, por mi mandíbula y cuello, bajando por cada centímetro de mi pecho y abdomen, tocando el botón de mi pantalón—. Quítatelo—me pido con un tono de seguridad increíble.

Con esa sonrisa y seguridad que está mostrando, esa que la hace ver tan sensual, mi miembro palpita por querer hacer lo que Dios sabe he querido hacer desde que la bese por primera vez.

— Eres valiente ¿no?—le sonrió, pero no, aun no me quiero quitar el pantalón, quiero evitar saltarme cosas y prefiero que esa ligera tela de mezclilla me lo impida por el momento—. En un momento, quiero disfrutarte primero.

Me puse de pie para quitarme el cinto que me estaba molestando, al instante mi teléfono vibro en mi bolsillo por lo que lo saque y apague, lo que sea puede estar. Aproveche para quitarme mis zapatos junto con las calcetas, para mayor comodidad.

Levanto mi vista y ella sigue en la misma posición. Acostada, observándome.

Verla desnuda, en mi cama, completamente dispuesta para mi hace que sonría como idiota.

— ¿Segura que no ingeriste mucho alcohol?—fastidie, sabiendo que ella tiene el alcohol suficiente en sus sistema para hacerla más segura de lo normal, pero no la suficiente para poner ebria y no recordar esto.

— Ja, ja—Katherine, rodeo sus ojos hacia mí— No. Lo recordaré por siempre.

Subo a la cama, para ser exacto me subo sobre Katherine, quedando ella tan pequeña ante mi cuerpo.

La luz noche iluminar mejor su rostro desde este ángulo, puedo observar mejor sus ojos azules y pecas ligeramente visibles por sus mejillas y nariz. Su cabello castaño cae en ondas sobre sus hombros, haciéndome comprobar que su belleza no es más que la de un ángel.

Odiaría lastimarla.

— Maldición, soy afortunado—le sonrío, presionando un beso sobre su mandíbula mientras enfoco mis ojos de nuevo en todo lo que me es visible de su cuerpo. No puedo evitarlo mi mirada escanea cada parte de ella.

— Podría decir lo mismo—ahora me fastidia ella, mordiendo mi labio inferior sensualmente.

Sus labios son como fuego contra los míos, ardientes, quemándome con la desesperación se estar más cerca del uno con el otro.

Muevo ligeramente mis caderas contra las de ella, queriendo aliviar el dolor que me hace sentir. Jadea.

Sé que ella puede sentirme, contra su muslo, creciendo más y más, clamando por ella, necesitándola. Puedo decir que sus ojos se abren con la sorpresa y después por la lujuria, mientras me sentí contra ella, sus labios se separan levemente de la manera más sexy, encendiéndome y haciéndome endurecer más de lo que ya estaba.

Definitivamente no puedo más, necesito hundirme en ella.

Katherine Geisler.

Nathan se posiciona entre mis piernas, cierro mis ojos por un momento dando respiraciones lentas con intención de calmarme. Estoy lunática. Me siento nerviosa y a la vez segura. Dios, me estoy volviendo loca quiero sentir lo que me hizo sentir hace unos momentos, fue abrumador.

—Mírame—exige con delicadeza—. Quiero que veas cómo disfruto tenerte y quiero ver como disfrutaras tenerme.

Besa mis senos con más intensidad que antes mientras sus manos recorren todo mi cuerpo incluyendo mi zona intima, sus gruñidos, sus labios sobre mis pezones, sus toques y palabras sucias y a la vez lindas, hacen que jadee sin impórtame nada. Qué bien se siente esto.

— Dios, te deseo ya—le pido dejando la vergüenza de lado—. Desnúdate, ya.

Parece que él tampoco soporta más pues inmediatamente se para.

Sé que no tengo un amor de libro o de película, ni mi primera vez va hacer como esa mierda pero le estoy rezando a todos los santos y dioses que al menos tenga esa parte del libro o de la película donde el protagonista además de tener un físico mucho más atractivo que los otros chicos y sea todo un alfa, tenga un buen pene, que vuelve loca a cualquier chica.

¡Vamos, Afrodita! Concede me eso ya que no me mandaste el amor.

Sus pantalones caen al suelo seguidos de su bóxer negro.

Me quedo idiota complementándolo, está desnudo, frente a mí. Si definitivamente yo soy la maldita afortunada al tenerlo conmigo, tiene todo el cuerpo perfectamente bien esculpido y no exagere cuando dije que posiblemente era hijo de los 12 Dioses del Olimpo.

Estúpidamente, ladeo hacia la mesita de noche para ver si hay una rosa blanca y este milagro es gracias a la Rosa de Guadalupe pero ahora compruebo que esa serie mexicana es solo un fraude.

Aplaudo mentalmente cuando Nathan comienza a gatear hacia mí con mirada traviesa, como cuando un león caza a su presa.

— ¿Por qué aplaudes?—me pregunta riendo.

De acuerdo... no fue mentalmente.

Sonrío encogiéndome de hombros como respuesta, pero después recuerdo que dijo quería una relación sincera y directa.

— Tienes un buen pene.

— Ya lo sé.

— Engreído.

— Seguro de mi mismo—aclara con una sonrisa de suficiencia.

Sonrío porque los nervios y la excitación del momento no me dan para más.

Nathan, toma su miembro y lo jala de arriba hacia abajo un par de veces murmurando cosas que no alcanzo escuchar.

— ¿Crees que eso quepa dentro de mí? —le pregunte mirando con extrañeza su pene.

— Lo amaras, nena.

Era todo, definitivamente este sería nuestro momento.

Un medio siseo se me escapa de mis labios tan pronto el se presiona contra mí, mi mandíbula se cierra cuando muerdo mi labio inferior. La sensación es completamente extraña para mi, sin embargo me mantengo quieta sintiendo su enorme miembro dentro de mí.

Puedo sentir a Nathan tensarse encima de mí, conteniéndose de moverse más. Sin aliento, baja sus labios contra los míos, y lentamente suelto una vacilante respiración, con intención de aceptar esa sensación antes que avergonzarme de ella.

Duele, sí, pero la excitación que tengo y el placer que estoy sintiendo son mucho más intensos y agradables que pasan desapercibido el dolor.

— ¿Katherine? —me habla Nathan, aun conteniéndose, sus muslos se tensan con la cantidad de esfuerzo que le toma el contenerse de ir más lejos.

Muerdo mi labio inferior, esperando que el dolor pase y baje cada vez más.

— Estoy bien—digo y recién me percato cuan hundidas están mis uñas en su piel.

Entonces sucede el deseo y el placer por sentir más reemplazan el dolor pero la incomodidad aun sigue, pero puedo con ella.

— Muévete—le digo en un susurro.

Sus labios bajan nuevamente se pegan contra los míos, después, desciende hacia mi cuello, su respiración es cálida y rápida.

Lentamente, sus caderas se mueven adentrándose más en mí, el dolor vuelve a surgir pero entonces el calor y el cosquilleo en mis pechos hacen que deje de lado el dolor. Nathan juega con mis pezones dándome placer.

— Mierda, nena—gime contra mi piel, mordiendo mi clavícula para después pasar su lengua dejando marcas, enfriando el ardor de la mordida. Una nueva sensación de plenitud acompaña el dolor mientras el se adentra en mi y continúa esparciendo besos en mi piel.

Muevo mis manos en su espalda y en sus fuertes brazos, aprensándolos fuertemente mientras él se adentra cada vez un poco más, sintiendo mi cuerpo dilatado anormalmente.

Empieza a moverse a un ritmo prudente, adentro y afuera, afuera y adentro muchas veces mientras gruñe y la sensación no me gusta tanto pero sé que sabré llevarla.

Lo miro a los ojos y están brillantes y salvajes mientras continúa sus lentos empujones dentro de mí, cada estocada interior duele menos que la anterior. Ya se está sintiendo bien.

— Joder, estás tan apretada—gruñe—. En tu segunda vez, no será así, ese día si te follare duro.

Gime mi nombre mientras su lengua juega con mis pechos y sus manos tocan con fuerza mi cintura. Sus párpados se cierran por algunos instantes, deleitándose por la sensación de mi piel contra su piel sudorosa, conociéndose a fuego lento en el calor que estamos.

Parece que Nathan nota cuando la mayoría del dolor cede mientras me relajo bajo su cuerpo. Aun en gran parte incómodo y todavía con dolor pero nada que ver al shock inicial. Se deja perder solo un poco moviéndose algo más rápido con un desesperado delirio por placer.

Sus labios se aferran a mis pechos, haciéndome pensar que los pechos son su debilidad, su lengua gira por encima de mi pezón derecho, y después repite la misma acción con el izquierdo ya que se puso celoso.

Sus manos se mueven desde donde están sosteniéndolo, dejando que su peso caiga placenteramente contra mi torso. Colocando sus manos sobre mis rodillas, aparto mis piernas un poco antes de sostenme de nuevo, continua para hundirse lentamente y salir fuera de mi, piel con piel.

— Mierda—gruñe, ruborizado, ardiendo en calor—. Katherine

Su respiración se vuelve pesada, y sus movimientos agarran más fuerza.

— ¿Cómo te estás sintiendo?—pregunta tartamudeando.

Quiero que pares, pero a la vez quiero más.

— Sigue—le digo—. Te debo un orgasmo.

Hunde su cabeza en mi cuello haciendo que escalofríos recorran mi columna.

Un suave gemido acompaña cada movimiento suyo, el sonido erótico y puro con emoción y placer, el sonido de es como música para mis oídos. Sus piernas comienzan a tensarse, sus movimientos pierden el control y la moderación que tenía al principio. Puedo sentirlo tensarse encima de mí, su mandíbula también se tensa mientras se hunde en mi una vez más.

— ¿Ka-Katherine? —dice, sus palabras salieron tensas mientras muerde su labio inferior—. N-no voy aguantar más. No... no puedo.

Asiento, subiendo mis manos para enredarlas en su cabello, presionando mis labios contra la línea de su mandíbula, pero aparta mis manos de su cabello, entrelazando sus dedos con los míos. 

Y con su cuerpo encima del mío, nuestras piernas y abrazados, nuestras respiraciones entrelazadas con palabras de adoración y devoción, nuestra sangre combinada con intoxicante desesperación y emoción. Sabía que nada sería capaz de separarme de el, excepto él mismo, pero haré todo lo que esté en mis manos para que sea Nathan quien me pida que no me separa de él.

Su gemido concedió con la sensación de un líquido tibio, viscoso llenándome, maldiciendo mientras llegaba a la cima. Los músculos que estaban tensos de pronto comenzaron a relajarse y Nathan se permitió desplomarse sobre mí, su respiración era rápida y su cuerpo caliente, una delgada capa de sudor cubría su bronceada piel.

El corazón de Nathan palpita contra el mío, su respiración es feroz mientras desciende de lo alto, cierro mis ojos por varios segundos mientras él se recuesta sobre mi cuerpo, quieto, escuchando el placentero ritmo de los latidos de su corazón, deleitándome de la manera que el peso de su cuerpo me mantenía suprimida.

— Me encantas—me dice mientras su respiración se estabiliza y no jadeaba más. Sus se presionaron sobre mi sien y después en mis labios para luego alejar su rostro unas pulgadas de mi; para mirarme.

— ¿Cómo estás?—me pregunto. Su erección aún está hundida profundamente entre mis piernas junto con la calidez de su liberación.

Parece nervioso mientras espera mi respuesta y sale de mí lentamente. La repentina sensación de vacío se siente rara pero me mantengo tranquila, un poco adolorida y exhausta para moverme. Nathan se tira a un costado mío y coloca un dócil brazo alrededor de mi cintura. Con el fuera de mi y a un lado, ladeó un poco mi cabeza y puedo ver una pequeña cantidad de sangre sobre las sábanas.

— Estoy bien—le digo para mantenerlo tranquilo—. solo algo adolorida, eso es todo.

Asiente tomando mi mano dando un ligero apretón.

Esperaba tener el clímax pero también sabía que era mucho muy probable que no fuera así, al menos no de este modo pero viendo el lado bueno es que si llegue aunque de otra forma.

Estar tan cerca de Nathan de esta manera, íntimamente, me hace sonreír como una tonta, soy una jodida afortunada.

— Ahora estamos a mano, orgasmo por orgasmo—digo divertida.

Me sonríe pícaro.

— Será más placentero para ti con práctica—comenta apartando cabello de mi rostro y después dejando un ligero beso sobre mi hombro—. Así que hay practicar mucho.

Suelto una risita, porque si definitivamente tenemos que practicar mucho... él y yo, desnudos. Ríe conmigo. Su cabello está desordenado, su cuerpo tiene una ligera capa de sudor, sus ojos color miel brillan más que nunca y esta como Dios lo trajo al mundo, la versión perfecta para mí.

Me levanto lentamente para sentarme antes de notar el desastre entre mis piernas, una mezcla de sangre y semen. Arrugo mi nariz, Nathan suelta una risa presionando un firme beso en mi mejilla.

— Te ayudo a limpiarte, espera—le levanta de la cama e ingresa al baño en segundos sale con papel secante, regresa a la cama gateando hacia a mí y después sentándose entre mis piernas.

Me recuesto nuevamente tratando de relajarme y que esto no se torne más vergonzoso y poco sexy.

De pronto esto se siente más íntimo que el mismo sexo.

— Eres la primera chica con la que estoy sin protección—dice soltando una risa seca, no puedo verle el rostro. Arrugo mi frente sin saber que decir y es cuando mis alarmas se encienden, mierda.— Mañana vamos a comprarte la pastilla del día después, no te preocupes.

¡Vaya!, o hable pensé en voz alta o escucho mis pensamientos.

— Definitivamente.

Creo que termina porque se sube sobre mí y su cara esta frente a mis ojos.

— Hey, necesito una ducha... ¿te duchas conmigo?

Sin dudarlo ni un solo segundo asiento con mi cabeza, flexiona sus brazos haciendo que su cara quede a centímetros de la mía; deja un cortito beso en mi nariz.

— ¿Sera inolvidable?

Bueno, pensé que terminaría perdiendo mi virginidad en una borrachera con Heissen o que en mi primer orgasmo fuera por producto de un consolador que en futuros días pudiera regalarme Bambi, así que viéndolo bien... termine ganando y me fue mejor de lo que esperaba.

— Sí, definitivamente será inolvidable.

✈ ✈  ✈ ✈ ✈

Nota de autora: ¿Bambi Veneti o Heissen Agustín?

Chicas este capitulo es cortito, bueno ni tanto, pero bueno prometo en el próximo compensarlas con algo más interesante. Tuve que cambiar el contenido del capítulo haciéndolo más ligero pero los próximos ya no lo serán tanto, decidí que conforme va pasando van subiendo de tono 7u7

PD: ¿Le gusta la portada o creen que deberia cambiarla? es que no se... no soy buena con las portadas:c

PD2: He leído comentarios que dicen que esta historia es cliché, ¿en verdad lo es?😅

PD3: Llegamos a las 100k de lecturas💃😋 Muchas gracias, en serio me hacen muy feliz. Les debo un pastel, pizza y helado a todas asdfghj<3 (Y como lo prometido es deuda, en el siguiente capítulo dire quien es la afortunada del obsequio de los 100k). LAS ADORO TANTO, ADIOSITO!!!

Continue Reading

You'll Also Like

3.7M 162K 134
Ella está completamente rota. Yo tengo la manía de querer repararlo todo. Ella es un perfecto desastre. Yo trato de estar planificada. Mi manía e...
889K 46.5K 36
Melody Roberts es una chica muy sencilla, no es muy sociable y solo tiene una mejor amiga. Vive sola en un pequeño departamento, el cual debe de paga...
304K 19.7K 35
[SEGUNDO LIBRO] Segundo libro de la Duología [Dominantes] Damon. Él hombre que era frío y calculador. Ese hombre, desapareció. O al menos lo hace cu...
96.6K 8.8K 66
Júlia Fort García es la hermana mayor del joven lateral del Fc Barcelona Héctor Fort,el club invita al equipo a un partido de la sección femenina,est...