Llegaste con rosas rojas, esas que no me gustaban, esas que odiaba por los malos tiempos... esos que tu sabías que me traían tormentos.
Las mismas que un día sostuvo mi mejor amiga hasta su último aliento, esas que eran su modo de pedir disculpas por la discusiones que teniamos por ti, ella sabía que tú me dañarías y, yo no le creí.
Sin embargo las recibí, porque eran tus detalles por intentar estar bien entre nosotros.
Que tonta fui, esas jamás fueron desde un inició para mí.
Ella te las había rechazado, y como segunda opción pensaste en mí.
Idiota de mí, soñando alto contigo cuando tu no pensabas un segundo en mí.