Casado con mi secretaria © (B...

By R1Aguirre

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Importante
Parte 1
Parte 2
Parte 3
Parte 4
Parte 5
Parte 6
Parte 7
Parte 8
Parte 9
Parte 10
Parte 11
Parte 12
Parte 13
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Parte 15
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Parte 17
Parte 18
Parte 19
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Parte 71
Parte 72
Parte 73
Parte 75
Parte 76
Parte 77
Parte 78
Parte 79
♥IMPORTANTE♥

Parte 74

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By R1Aguirre

Despierto de golpe, ya la claridad está golpeando fuerte mis pestañas, observo el reloj, son más de las 8 am, ¡Wow! Nuevo récord, ya estoy aprendiendo a ser pobre, esto es lo más tarde que me he podido levantar, Alex sigue ahí a la par mía, ella si rompe récord todos los días al levantarse bastante tarde, pero que disfrute mientras somos pobres, ya sé, menciono esa jodida palabra muchas veces...pero es que... amo ser pobre.

Hago mi rutina de ejercicios, hoy tocan piernas. A los minutos David se aparece, bostezando, con su cabello rubio despeinado como siempre.

—Oliver ¿Para qué putas quieres más culo? ¿No ves que ya pareces Nicki Minaj? —¡Ah!

—¿Y tú para que putas quieres más pelo? ¿No ves que pareces el maldito de Wolverine?

—Amo mi barba Oliver. Déjame en paz —David me mira con desaprobación y se dirige hacia una caminadora eléctrica —Y bien ¿Qué te ha dicho tu padre? —me siento en una banca plana, mientras tomo un sorbo de agua.

—Nada, ya sabes, lo típico. Henry aquí, Henry allá, Henry, Henry y Henry.

—Maldito hijo de puta —me interrumpe, con su respiración entrecortada por el ejercicio —digo, no es que le diga puta a Margot, es que Henry debió nacer de otra madre, alguna puta y Margot que es tan buena lo adoptó...

—David, deja de inventar, desgraciadamente es el clon del señor Anderson. Creo que por eso tanto favoritismo.

—Agradece que tú te pareces a tu madre en todos los sentidos. Por eso eres mucho más guapo —frunzo mi entrecejo y lo miro con intriga.

—¿Sabes que eso sonó tan gay? Luego te molestas que te crean homosexual.

—No... mi King Kong y yo amamos las vaginas —y Alex se ríe del nombre de mi súper Oliver, y esto que no sabe como David llama a su miembro, no puedo evitar reír cada que escucho eso.

Una vez que David se ha retirado, me dirijo hacia la cocina y ahí está mi linda rubia preparando mi batido de proteínas, como siempre lo hace, cuando sabe que estoy en el gimnasio, la amo. Me acerco a ella abrazándola por detrás haciéndola que se estremezca y derrame parte del batido sobre la encimera y su short de la rana René, evito reír por que luego mi brazo termina en un ángulo bastante doloroso.

—Tú limpias —dice de inmediato una vez que me entrega el vaso, no tengo de otra, con una media sonrisa tomo el vaso, ella también sonríe, que linda, beso sus labios mientras limpia sus piernas y manos del batido de proteínas y sube por las escaleras a cambiarse.

Escucho el timbre sonar, frunzo mi entrecejo, no espero a nadie a esta hora, pongo la polera que traigo en manos sobre mi cuerpo mientras camino hacia la puerta, al acercarme a la cámara que está instalada afuera veo que es mi padre ¿Mi padre? Deseo dejarlo ahí, pero ya ni molesto estoy con él por su serenata de la jodida canción del Titanic. Abro la puerta indicándole que pase y él lo hace, se detiene por unos minutos viendo la alfombra de girasol de Alex en la entrada, el último día que estuvo aquí fue para el cumpleaños de mi rubia y había escondido esa puta alfombra.

—Interesante alfombra —dice, volviendo su mirada a mí, lleva una muleta porque al parecer su rodilla sufrió un poco con la caída de ayer, me contengo de reír al recordar eso.

—Es de Alex —digo, mientras camino hacia el comedor para continuar bebiendo mi batido. El camina tras mío y se sienta en una de las sillas del comedor —¿Y qué te trae por acá?

—Vengo por los documentos que tu madre me dijo que tenías y que me los ibas a facilitar.

—Ah sí, pero ¿Sabes por qué lo haré? Porque estás mandando a la mierda todo mi trabajo.

—Oliver... —interrumpe, poniendo su maletín sobre el comedor.

—Bien, voy por ellos.

Me encamino hacia mi habitación y veo que Alex no está, pero si su tiradero de ropa, típico cuando se cambia, comienzo a recoger todo y luego me dispongo a buscar los benditos documentos que este señor quiere, mis lentes están sobre la mesa de noche, los tomo y me los pongo para leer si los que acabo de encontrar son los correctos. No, no es que esté ciego, simplemente me gusta ponerme lentes para leer porque me siento interesante.

Camino de regreso hacia el comedor donde se supone que él está, y al levantar la mirada veo a Alex sentada frente a él y está riendo mientras mi padre la observa con su entrecejo fruncido, sí, de seguro recordando lo de ayer, ella no se puede contener las risas.

—Esas son las cosas que debes aprender, si es posible de memoria —digo entregándole el portafolios que llevo en manos, mi padre toma el portafolios y enarca una ceja al ver la cantidad de hojas que contiene, rodeo la mesa, beso la coronilla de Alex y me siento a la par de ella —si sigues trabajando como lo estás haciendo —pongo mis antebrazos sobre el comedor y entrelazo mis dedos—vas a ir a la quiebra. Y te tocará hacer el doble de trabajo. Sólo mira cuanto has perdido.

—Con esa cifra mensual de pérdidas en un año usted señor Anderson habrá perdido el 15% de su empresa ¿Sabe qué significa eso? Más de 3,000 personas perderán su empleo.

Frunzo mi entrecejo de inmediato y miro a Alex enarcando una de mis cejas, lo peor de todo es que tiene razón, pero la pregunta del millón es ¿Cómo?

— Luego de leer tus libros de estadísticas y encontrarme el archivo "Pérdidas que ha ocasionado el señor Anderson" me pareció divertido usar lo que acababa de aprender para resolver el acertijo que estaba al final "¿Cuánto habrá perdido en un año?" —interesante, continúo mi vista en ella, al igual que mi padre — ¿Saben qué? Ignórenme. Tomar Red Bull me hace daño —se pone de pie y camina hacia el refrigerador, no sé porqué pero me acaba de sacar una amplia sonrisa. ¿Tal vez lo del Red Bull?

—¿Lo ves? Luego dices que no entiendes nada de números —voltea a ver antes mis palabras—papá, aprende —menciono, mi padre está viéndome sin ningún tipo de expresión.

—¿En serio? ¿Hiciste un archivo sobre las pérdidas que voy a ocasionar? —se recuesta sobre el espaldar cruzándose de brazos.

—Que ya estás ocasionando —él suspira, y continúa su mirada en mí, esa mirada que a mí no me intimida y no quito mis ojos de los suyos.

—Oliver, quiero que salgamos a cenar...

—No —digo de inmediato —siempre que me invitas a comer es para reclamarme cosas —la comida es sagrada.

—No sé porqué te haces el ofendido por todo, tú fuiste el que me mantuvo engañado un buen tiempo ¿Me has pedido perdón por eso?

—¿Y tú me has perdido perdón por todos estos años queriéndome hacer sentir menos a la par de Henry? ¡Henry! —continúa esa mirada en mí, pero ahora con esa expresión de asombro—¿Tienes idea de cuántas pérdidas me ocasionaste sólo por una estúpida venganza?

—Oliver, eso ya te lo expliqué... te cité para que habláramos bien sobre este asunto, pero no te apareciste y ni siquiera te dignaste a llamar para decirme que no podrías porque estabas en el funeral del señor Carlin ¿Y todavía te molestas conmigo? Yo quería arreglar las cosas.

—Tú lo que querías era sacarme en cara que al menos Henry se casó de verdad —vuelve a suspirar —y ya te dije mi respuesta —la verdad soy demasiado rencoroso como para simplemente olvidar todo eso que hizo.

—Oliver, creo que tenemos una larga charla pendiente.

—Yo no quiero, entiéndelo. No quiero hablar contigo. Estoy haciendo esto, porque Alex me lo pide, porque mamá me lo pide, pero no porque tú me lo pidas, me hiciste pasar los peores días de mi vida en el momento menos indicado.

—Tú no me dijiste nada, Oliver.

—¿Qué te iba a decir? Me acababas de echar de la empresa. Algo que a mí me costó —levanto la voz, a la mierda lo de no levantarle la voz a tus padres—pero te voy a demostrar —me pongo de pie y lo señalo con mi dedo índice —que yo puedo ser tu peor pesadilla.

Dicho esto camino de regreso hacia mi habitación, no sé porqué siempre que viene es a sacarme de quicio, mejor estamos sin vernos, juro que sí voy a ser su peor pesadilla, desde ya; la verdad, no estaba seguro de seguir con estos planes porque pensé en algún momento volver a trabajar con él, pero mejor no, haré mis propias cosas y le voy a demostrar que yo también puedo hacerlo.

Comienzo a ampliar y mejorar las ideas, no sé cuánto tiempo ha pasado desde que comencé a teclear en mi computadora, pero ya pasó bastante tiempo, ni siquiera he tomado una ducha, la tomaré y luego sigo en esto, comenzaré a hacer algunos socios que no tengan nada que ver con mi padre, perfecto, en algunas semanas esto ya debe estar funcionando.


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