Medio kilómetro de distancia

By iwillsaveyoutonight

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¿Qué pasa cuando un ángel pierde la memoria, se topa con un demonio y cae? ¿Quién cambia a quién? Una mentir... More

Sinópsis
Relación tóxica
Epígrafe
Para ti
Prefacio
Capítulo 1
Capítulo 2.
Capítulo 3.
Capitulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
9. El comienzo
10. ¡Por un demonio...
11. ... lo que faltaba!
12. Nutella con fresa.
13. Diabólica tentación
14. Las rosas son rojas.
15. El juego de Victorious
17. Círculo vicioso | Parte I
18. Círculo vicioso | Parte II
19. Yo fui tuyo y tú mía
20. Sucesos inesperados.
21. Maritza Engel.
22. Perfume barato
23. Se cierra un capítulo
24. El primer día sin Katherine
25. Lluvia de espuma | Parte I
26. Lluvia de espuma | Parte II
27. El baúl de los sueños
28. Tres sobres de azúcar
29. Calle de ensueño
30. Solo quédate con él si...
31. Te sigo amando, Maritza.
32. La nostalgia es un perra
33. Elévame hasta tocar el cielo, Luca
34. ¿Y qué es lo que quieres, Luca?
35. Buena mierda
36. Triángulo amoroso
Cien mentiras
¿Dónde mierda está el sol?
37. Sal en la herida
38. ¿De dónde te conozco?
39. Chanaje
40. Y vuelve el perro arrepentimiento
41. Un cigarillo y dos corazones rotos.
42. Whisky y malas decisiones

16. ¿Por qué lanzas tus misiles?

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By iwillsaveyoutonight

Canción: Antes de la seis/Shakira.

Abro la puerta que está frente a mí y al hacerlo lo primero que visualizo es una pequeña habitación de motel decorada con paredes en tapiz amarillo mostaza y flores, la decoración es totalmente horrible y se ve muy vieja, como si fuese de otra época.

Dejando de lado la mala decoración de lugar, lo que más me sorprende de la misma es el desastre que hay en ella; vidrios tirados, floreros hechos añicos en el piso, sabanas tirada, el televisor en el piso totalmente destrozado, llaves y puedo decir que hasta ropa. Eso mismo es lo que hace que busque a los dueños de ella, encontrándolos sobre la cama acostados en rotundo silencio.

Cierro la puerta tras de mi avanzando hacia la cama donde los sujetos están acostados. Al llegar me quedo en un shock durante un momento pero entonces comprendo todo, estoy soñando.

Quién está en esta en la cama somos Nathan y yo. Por mi parte avanzó hacia la cabecera de la cama y los miro con detenimiento. Él está sin camisa y con su cabello algo revuelto, mientras yo me encuentro en pura ropa interior pero pareciera importarme poco.

Frunzo mi ceño porque aunque sé que todo esto es una especie de sueño no comprendo nada.

Nathan está acostado de lado sobre la cama apoyando parte de su peso con su codo mientras la otra parte está encima de mi cuerpo, yo me encuentro acostada boca arriba y abajo de la mitad de su cuerpo.

Él me mira con sutileza, como si estuviera analizando algo en mí y yo... Bueno yo me encuentro como ida.

Me pongo en cuclillas de lado de la cama para ver mejor los rostros de Nathan y Katherine—mi yo en el sueño—, y mi desconcierto crece más.

Observó el rostro de Nathan dejándome ver un ligero corte en su labio inferior y lo que parece ser sangre seca saliendo de su nariz junto con un tono amoratado en su mejilla debido a un golpe. Y yo bueno, aparte de que me encuentro con la mirada perdida, tengo las sombras negras de mis ojos corridas junto con mi labial carmesí.

Sin darme cuenta al fin hay movimiento entre ellos y siendo yo quien lo hace, observo como llevo mi mano hasta la mejilla de Nathan acariciándola con delicadeza como si fuese un bebito. Eso mismo hace que me llene de más dudas pues la mano con la que acaricio su mejilla está cubierta con un vendaje mal hecho que cubre gran parte de mi muñeca y palma asimismo el vendaje tiene una mancha roja que supongo es sangre.

La verdad no tengo idea de que está pasando aquí pero definitivamente este no es un sueño húmedo como al principio pensé, ni mucho menos un sueño común más bien parece ser una clase de pesadilla.

Nathan toma mi mano y besa mis nudillos, para después apartar mechones de cabello de mi rostro tímidamente como si estuviera arrepentido de algo.

— Me disparas o me curas, no puedes hacer ambas—le susurré mientras una lágrima caía de mi ojo.

¿Pero qué mierda es esto?

Me paro de repente, no sé porque Katherine le dije eso a Nathan pero esta mierda ya no me está gustando.

Los ojos de Nathan se ven cristalinos y rojizos como si quisiera llorar también pero no lo hace, solo hace por besar mi frente.

Miro hacia todos lados porque ya quiero despertar y dejar de ver esto. Da miedo verte a ti misma y más cuando dices cosas sin sentido. Observo hacia todos lados pero todo sigue igual, entonces, una gota cae sobre mi frente lo que hace que levante mi vista al techo y sin saber de dónde salió un chorro de agua me golpea de lleno en rostro y automáticamente siento que me hago.

— Mierda, te dije que te pasaste de agua Hiessen—escucho decir, pero aun siento esa sensación de ahogamiento que no me deja pensar con claridad nada.

Saco fuerte bocanadas de aire y a su vez escupo el agua que entraba por la fuerza hacia mi garganta.

— Tú viste quien dijo que la gente se desesperaba tirándole un vaso con agua en la cara—dice Heissen

— Sí, pero tú le aventaste toda el agua sucia que había en el florero, idiota—contraataca, por quien ahora reconozco la voz es Bambi.

Me incorporo en mi cama y visualizo a mis amigos sentando al borde de ella. Heissen tiene un florero en la mano y sé que fue de ahí donde saco el liquido que casi me mata—muy exagerado lo sé—, Bambi me mira sonriente y dice

— Dormilona —se inclina un poco y alborota mi cabello—. Cinco minutos más y pensamos que estas muerta.

Rodeo mis ojos y la empujo—. Son unos idiotas, pensé que me ahogaba.

Hiessen me mira divertido pero no dice nada.

Me paro de la cama y avanzo hacia el baño para asearme un poco dejando a mis amigos solos en mi cuarto. La verdad que el sueño que tuve me tiene algo desconcertada, la gente dice que los sueños significan cosas pero entonces ¿qué significa ese sueño?

Salgo del cuarto y mis amigos me miran extrañados

— ¿No lo recuerdas cierto? —pregunta Heissen. Y no, la verdad que no lo recuerdo porque no se dé que me esté hablando.

Niego con la cabeza y pregunto—. ¿De qué es lo que no me acuerdo?

— El parque de diversiones al que iríamos, lo planeamos desde hace un mes, ¿cómo es que no lo recuerdas? —dice Bambi algo indignada, Heissen niega con su cabeza y añade

— ¿Sigues distraída por lo de tu madre? —avanza hacia a mi y me toma por los hombros acercándome a su cuerpo para después posar sus brazos en mi cintura, abrazándome tiernamente.

Sonrió sin ganas y asiento con mi cabeza. Bambi se nos une y me abraza por detrás. Nos mantenemos así por unos minutos.

— ¿Quieres venir para distraerte un poco?

Me separo de Hiessen y Bambi. Paso mis manos por mi rostro por desesperación.

— Lo siento chicos, pero lo había olvidado y ayer quedé con Nathan de vernos hoy, de hecho en un par de horas iré a verlo a una cafetería cerca de aquí.

Bambi asiente y Heissen me mira ceñudo—. En verdad te gusta ¿cierto?

— Me lo quiero violar con la mirada, ¿eso responde a tu pregunta?

— Y tú eras la santa ¿eh?, maldita mosca muerta—se burla Bambi—. Lo que no entiendo es ¿por qué si te gusta tanto, no follaron duro toda la noche?

Ayer estuvimos a punto de hacerlo, me excitó como nunca me había excitado, mi cuerpo estaba en llamas y posiblemente el suyo estuviera frío como el hielo porque en cada roce que teníamos producía un choque térmico, estando a punto de colapso si su miembro no estaba dentro de mí. Me sentía algo avergonzada porque jamás había estado en una posición igual pero en ese momento lo único que quería era tirar de mi pelo de la desesperación por no sentirlo más cerca. Pero todo se fue al diablo cuando su madre abrió la puerta, si la señora Dorian-Greyson llegó como chivo por su casa y nos cacho en plena movida, así que si me sentía avergonzada por lo que estábamos a punto de hacer, mi vergüenza creció más tanto que me fui sin siquiera despedirme de ella.

Nathan por su parte se lo tomo todo con gracia y la señora, bueno ella, ni siquiera dijo nada pasó directamente al cuerpo de Nathan y dijo que lo esperaba allí, a mi no me saludo posiblemente porque no me recuerda, quién sabe.

Mi chico dijo que me lo recompensará hoy, quedamos de vernos en una cafetería en el centro de Manhattan y yo encantada acepte.

Llevamos dos horas hablando a detalle lo que pasó ayer por su parte Bambi me dijo que estaba orgullosa de mi por estar saliendo de mi capullo y Heissen, bueno mi mejor amigo me mandó a callar porque según él si le contaba más me lo iba a quitar y pues definitivamente no quería eso. Me dijeron que me perdonaban si la próxima semana nos íbamos de fiesta y yo pues acepte, la verdad que amo las fiestas. Dijeron que ya se les hacía tarde para ir al parque de diversiones y yo no los quise entretener más así que ahora nos encontramos en la puerta para despedirnos.

— Bueno... si hoy llegan a terminar lo que ayer empezaron quiero lujo de detalles—dice Heissen antes de darme un corto beso en los labios de despedida y dirigirse a su auto.

— Yo solo quiero saber si la tiene grande—comenta divertida Bambi mientras juega con mi cabello—. Tal vez podamos compartirlo

Santa madre, pinche amiga loca que tengo. Pero obvio sé que me lo dice de broma y solo para molestarme... no somos esa clase de amigas.

— Eres una zorra—le dije

Da unos pasitos hacia a mí y nos damos un beso en la mejilla igualmente en forma de despedida, camina rumbo al auto de Heissen pero a medio camino voltea maliciosa y dice—. Tú una virgen

Llevo mi mano a mi pecho y la miró con indignó diciendo un tanto divertida

— Ojalá, te deje gonorrea.

— Ojalá, seas precoz.

Sube al coche, Hiessen lo pone en marcha avanzando lento por lo que Bambi saca su cabeza y me grita—. Te amo, te veo después.

Quiero gritar lo mismo pero aunque lo haga no me escuchara así que me lo ahorro. Aunque se que esta de mas decirlo Bambi sabe que es mi mejor amiga y es una de las personas que mas amo en el mundo.

***

Son las 6 de la tarde y ya me encuentro en la cafetería en la espera de Nathan. No hablamos desde en la mañana porque dijo que tendría mucho trabajo pero que sin duda nos encontráramos aquí y que por favor llegara punta porque según odia la impuntualidad.

— Buenas tardes ¿lista para ordenar? —me pregunta una joven mesera de un manera muy cordial. Usualmente uno va y lo pide y las meseras te lo entregan pero me he abstenido de pedir algo puesto que Nathan aun no llega, ya han pasado 15 minutos y creo que por lo mismo se acerca a preguntar.

Sonrió tenue.

— Aun no, estoy esperando a un amigo—le respondo gentil. Ella hace una mueca pero asiente con su cabeza para después decir que está bien y que vuelve después, yéndose a quien-sabe-donde.

Saco mi celular y reviso mis llamadas perdidas y no hay nada, mensajes tampoco. Marco un par de veces el número de Nathan pero me manda directamente a buzón le escribo un mensaje pero no responde. Han vuelto pasar 15 minutos y ya siento que la gente me mira extraña y piensan lo que yo también pienso, he sido plantada.

Me da mucha pena pararme e irme sin haber bebido nada y estando 30 minutos como idiota esperando a alguien que obviamente no llego. Pero ya que, intento justificar a Nathan pensando que se le atravesó algo, incluso pienso que no pudo cancelarme debido a que su celular se quedó sin batería pero aún así me siento incomoda por dicha situación, nunca me había dejando plantada.

— ¿Lista para ordenar? —vuelve a preguntar la mesera que hace minutos vino. Le doy una mirada triste y ella parece comprender todo. Lleva en su mano una charolita con varios cafés, toma uno y lo pone frente a mí—. La casa invita... mi abuelita decía que todo mal pasa mejor si tenemos el corazón calientito.

— Gracias—le digo realmente agradecida removiéndome en mi asiento. Asiente con su cabeza y se vuelve a ir. Miro por la ventana del pequeño local y simplemente miro la gente pasar y las hojas de los árboles moverse con abrupto, mientras bebo mi cafecito caliente, levanto mi vista hacia el cielo y se mira nublado, creo que esta apunto de llover.

Termino mi café y doy una última mirada al mi celular pero sigue sin haber señales de vida por parte de Nathan. Suspiro dejándolo pasar, ya después me dirá que paso. Tomo mi pequeño bolso y saco unos cuantos dólares poniéndolos sobre la mesa, no voy a pagar el café que la chica me regalo, voy a recompensar en ser gentil y buena persona dejando más de lo que consto el mismo café.

Antes de salir me vuelvo a topar con la chica y le doy una gran sonrisa que ella responde de la misma manera. Salgo del local y el viento golpea con fuerza mi cara, es un aire frío y fuerte, vuelvo a mirar al cielo y definitivamente va a llover. El cielo está nublado oscuro a punto de estallar.

Camino por las calles de Manhattan en destino a la parda de camión, quiero llegar a la casa leer un libro y después ver Netflix mientras veo por la ventana como la lluvia cae y el sonido de fondo me arrulla. Nunca lo he hecho pero siempre me salen imagines así de en facebook por lo que supongo que ha de ser lindo, así que pienso intentarlo hoy.

Camino en forma rápida y directa porque no quiero mojarme, las personas caminan del mismo modo que yo y algunas hasta me empujan, malditos mal educados. Pero mi paso pasa de ser rápido a ser lento porque escuche una risa muy parecida a la de Nathan, me quedo parada en medio de la calle buscando de donde proviene esa risa, hasta que la encuentro y maldigo por haberlo hecho.

Nathan va saliendo de una tienda junto con una chica pero no es cualquier chica es Maritza, este tiene su brazo alrededor del cuello de ella.

Están a poco metros de mí y el coraje, la humillación e indignación me pegan directo en el pecho. Por lo visto ellos no se han percatado de mi presencia y tengo tres opciones, les saco la vuelta, voy y lo cacheteo o simplemente lo ignoro. Pero creo que ni siquiera vale la pena que lo golpee y menos que le saque la vuelta, pasó justo por enfrente de ellos y la mirada de Nathan se encuentra con la mía al principio solo veo confusión puesto que su ceño se frunce y después veo cómo se ilumina sabiendo su error pero no se cual de todas, si por haber estado conmigo de manera intimar ayer y ahora estar con ella o por haberme dejando plantada o porque describí su juguetito. Maritza pare no reconocerme puesto que ni siquiera voltea a verme pero yo sí que la recuerdo.

La conexión entre Nathan y yo se rompe cuando ambos seguimos avanzando en lados contrarios y no, el imbécil no hizo por hablarme y tratar de explicarme algo que justifique esto.

Doy la vuelta en la cuadra y sin pensarlo corro como loca por las calles sin saber a dónde voy, justamente me siento como Forrest cuando empieza a correr para salvarse de los chicos que quieren golpearlo.

Me detengo en un callejón y me meto un poco, pegó la espalda en la pared y con la palma de mi mano me doy de golpes en la frente mientras me regaño

— Estúpida eso es lo que eres, una completa estúpida

Mi respiración está acelerada y las manos me pican del coraje, quiero gritar y golpear cosas.

¿Por qué mierda casi me acuesto con él? Es que yo debo de tener un serio problema de estupidez, realmente me iba a meter con él, con alguien que no es mi novio, que acabo de conocer y que está enamorado de otra. Pero es que realmente soy estúpida.

Además de eso deje a mis amigos por estar con Nathan, ¿para qué me haya dejado plantada y por Maritza?

Maritza... la hermosa y radiante Maritza. Creo que a lo largo de mi corta vida jamás una mujer me hizo sentir tan inferior y poca cosa solo con su presencia o simplemente con saber de su existencia. Me siento tan poca cosa solo de pensar en ella.

Tal vez porque no soy tan bonita como pienso, no soy lo suficientemente buena para alguien como pensaba. No soy suficiente, no soy una barbie como Maritza.

¿Por qué te tuviste que ilusionar? Katherine, siempre te manda a la goma a ti. Ibas a caer en el juego de Nathan, te ibas a constar con él y después te iba a botar.

Si me viste desarmada ¿por qué lanzaste tus misiles? 

— ¿Por qué? —grito frustrada.

Cierros mis ojos con fuerza y todas mis experiencias con hombres y sobre todo con Nathan pasan por mis cabeza. Y ni siquiera estoy enojada con Nathan, estoy enojada conmigo misma por ser tan ingenua y estúpida.

Escucho unos pasos acercarse y la verdad que no estoy de humor para nada. Mucho menos para que un bueno para nada quiera alimentarse a través de mi, que se busque un puto trabajo.

— Ni se te ocurra intentar asaltarme porque no ando de humor para tus tonterías, ladrón de mierda—dije enojada ni siquiera ver a la persona.

— No estoy aquí para asaltarte—dice simple avanzando más hacia a mí, abro mis ojos lentamente y me encuentro con su mirada viéndome cálido y las lágrimas de coraje caen por mi rostro sin poder detenerlas.

Camina más hasta posicionarse enfrente de mí, se mantiene callado solo observándome. Y me siento más patética que antes.

— No tienes la idea de lo difícil que es competir contra todas esas chicas con cuerpo de barbie—dije entre lágrimas silenciosas.

Sus brazos de repente me rodearon y yo sin dudarlo mucho accedí al abrazo escondiendo mi cabeza en su cuello.

— Hace mucho que las barbies no son la gran cosa, ¿no te enteraste? Ahora peppa pig es la nueva sensación—me dice mientras acaricia mi cabello con delicadeza.

Me separo un poco y limpio las lagrimas de mi rostro, mientras sonrió solloza.

— ¿Me estás diciendo gorda y rosada?

— Te estoy diciendo que eres hermosa. Y pretender de ser una barbie o mejor que una no te hace hermosa, te hace hermosa que no te importe cuantas barbies hay porque siempre abra alguien que prefiera a una cerdita rosada—niega con la cabeza mientras lleva un mechón de mi cabello detrás de mi oreja—. A lo que voy es que... ser rubia de ojos azules y tener el cuerpo de "perfecto" no te hace a ti perfecta.

Sonrío.

— Mira no soy muy bueno en esto pero el punto es que no debes agobiarte con eso, eres muy hermosa y si un imbécil no sabe verlo y valorar pues a la mierda.

Las lágrimas dejaron de salir y de alguna manera sus palabras me hicieron sentir mejor, porque tiene razón competir con ellas—a lo que yo me refiero como Maritza— y tratar de ser "perfecta" no me hace a mi serlo, al menos no por dentro cómo se debe serlo.

— Gracias, Luca.

***

Luca me invitó a comer y la mayor parte del tiempo me hacía reír pero una parte de mi no estaba justamente en el lugar, estaba divagando en porque la traición hacia un hombre me hace cometer estupideces. Finalmente dijo que tendría que irse para pasar por Sam e ir a una fiesta, yo solo asentí porque lo que más quería era estar sola y alejada de los amigos de Nathan. También he de decir que Luca no me pregunto porque estaba así por lo que creo lo supuso porque tampoco mencionó a Nathan en toda la conversación.

Así que supongo que mi inicio de "historia de amor" llegó a su fin.

Culpo a wattpad y a las películas de amor por hacerme creer esa mierda.

El viaje en el bus es tranquilo, todos se mantienen callados y en silencio escuchando las gotas de lluvia pegar en el techo del bus. Y otras mirando por la ventana como la lluvia cae e imaginándose la vida perfecta, tal como yo.

Pero justamente ahora no me imagino eso, más bien me imagino eso del "amor", es una mierda una verdadera mierda. Debí hacerle caso a Bambi desde el principio solo tener sexo y dejarlo fluir pero nunca enamorarme.

Me bajo en mi destino, camino un par de cuadras desganada pateando una piedra mientras que se cruza en mi camino.

Creo que se siente feo cuando alguien te decepcionada pero cuando te decepcionas a ti misma es mucho peor. Caí en mi propio juego, él jamás prometió nada y fue sincero, pensándolo bien fui yo la estúpida que puso sus ojos donde no debía y su mundo no se movía demasiado rápido, era el mío, yo era quien movía todo rápido, yo fui quien dejo que las cosas pasaran y llegaran hasta este punto pero nada de esto hubiera pasado si me hubiera dado a respetar.

La lluvia me tiene toda empapada y ya ni siquiera me importa mi celular o las cosas que tengo en mi pequeña bolsa, solo quiero tirarme en la cama y hacer lo mejor que se hacer: dormir.

La cabeza me va a explotar si no cesó mis pensamientos durmiendo, pienso sobre todo, sobre mí, sobre Nathan, sobre Bambi, sobre el sexo, sobre quién soy, sobre cual ofrecida fui, sobre el amor..

Mmm el amor, bueno el amor es una mierda, el amor no exi...

Ni siquiera puedo culminar mi frase porque entonces la vida me día una señal de esperanza. No puedo decir <el amor no existe> cuando me encuentro parada enfrente de mi casa y miro a mis padres corren como si fuesen niños bajo la lluvia.

Mamá corre mientras padre la persigue, hasta que la alcanza y la toma por su cintura y le da un par de vueltas mientras ríen y se besan. Así que no, no puedo decir que el amor no existe cuando lo miro en todo su esplendor frente a mis ojos.

Sonrío y las lágrimas nuevamente amenazan con salir y esta vez no se la razón.

Avanzó hacia ellos y aunque las cosas no están del todo bien ante nosotros tres, la familia siempre es familia, señal de protección y amor puro.

Nuevamente no puedo decir que no existe cuando amo como a nadie a mis padres y aunque no es la misma clase de amor, amor es amor.

Mi madre es la primera en mirarme y avanza hacia a mí con cautela. La lluvia sigue cayendo mojándonos mucho más.

Creo que mi cara le dice todo puesto que al verme abre sus brazos para darle la bienvenida a una brazo de madre e hija.

— Todo va estar bien mi pequeña—dice acariciando mi cabello del mismo modo que Luca lo hacía. Mi padre se nos une al abrazo y besó mi cabeza.

Sin pasar mucho tiempo papá me toma por la cintura y me tira al piso. Cierro los ojos automáticamente con fuerza para que las gotas de lluvia no entren en mi pupila.

— Ahora si flaquito, guerra de cosquillas—dice y acto seguido siento sus dedos por todo mi viento moviéndose con agilidad mientras yo me remuevo como ciempiés después de echarle gasolina.

— Ayúdame— le digo a mi madre y ella lo hace, se abalanza hacia mi padre y cae sobre el inmovilizando y haciéndole también costillas y yo me incorporo yendo ayudarla.

***

Me encuentro en el cuarto recostada sobre las piernas de mi mamá, mientras ella me hace un peinando. No le conté nada sobre Nathan no quiero que ella también se decepcione de mí, no lo soportaría. Solo le conté una parte, le dije que me había ilusionado con el pero termino siendo un patán.

— ¿Quieres que renuncie? —me pregunta.

Obviamente no, no quiero que por amoríos de adolescentes mis padre pierdan su empleo, soy una persona madura y sabré sobrellevarlo.

— No para nada—le respondo. Me siento sobre mis rodillas frente a ella y la miró sonriente mientras toco su vientre con mi mano, ella me sonríe—. Te amo y estoy feliz de ser la hermana mayor.

Porque sí, creo que era miedo el que tenía... el ya no ser más la bebé de mis padres, que otra personita tenga su atención y yo simplemente sea un cero a la izquierda. Pero creo que ya estoy comprendiendo, pronto me iré y ellos estarán solos un hijito les hará bien. Supongo.

— ¿Sabes que siempre serás mi bebé?—me pregunta de forma solloza, con sus ojos verdes cristalizados, tomando mi mejilla con su mano yo pegando la misma en ella, moviendo mi cara, como si fuese un gato demostrándole cariño a su dueño.

— Ahora lo sé, mami.

***

Las cosas que más odio al momento de despertar es que me despierten y amanecer adolorida del cuello. Y justamente hoy tengo que amanecer así, mi vida no puede ser peor y sí, soy la persona más exagerada de todas.

Me levanto y voy corriendo hasta mi pequeño escritorio, ayer padre checo en google como hacerle si mi celular se mojaba recomendaron que pusiera en pila en arroz obviamente crudo y eso fue lo que hice. Saco la pila del celular del un platito que puse con arroz y tras limpiarlo se lo pongo en el celular.

Por favor, por favor, por favor prende mi amor, prende, prende, prende.

Los minutos pasan y yo sigo picándole al botoncito de encendido de mi ya viejo iphone.

— ¡Qué prendas coño!

Y si, prendió. Checo todas sus funciones y parece estar bien aunque un poco lento. Los mensajes empiezan a llegar junto con notificaciones de redes sociales diversas lo dejó sobre la cama y avanzó hacia el baño para lavarme mis dientes no quiero me apeste la boca y arreglarme mi cabello parece que me exploto el boiler.

Salgo de mi habitación con mi celular en mano y caminó hacia la cocina para hacerme algo de desayunar ya que mis padres a estas horas se encuentran trabajando.

Conecto el estéreo y lo vinculó a la laptop para poner una canción y empieza a sonar la canción por toda la cocina, le subo hasta 30 siendo el volumen más alto.

Saco unas fresas del refrigerador y empiezo a contarlas mientras me muevo a un lado y al otro al ritmo de la canción.

—An' I don't give a damn 'Bout my bad reputation —canto como loca mientras busco un recipiente para poner las fresas. Lo encuentro y pongo las fresas ahí, mientras voy a buscar el cereal y la leche—. You're living in the past It's a new generation

Me siento para poder comer más a gusto mi cereal, sigo escuchando la música y moviendo mis pies por debajo de la mesa hasta que el sonido de una llamada hace que ponga la música en pausa y sobre todo deje mi comida a medio terminar, avanzó hacia donde deje mi celular conectado y lo tomo.

Me lleva la puta Deblyn, tengo una llamada entrante de Nathan y la verdad Nathan es un tema que ya deje ayer, no soy orgullosa para nada, ni mucho menos rencorosa, reconozco mi error y punto, cierro capítulo.

Le pico al boton rojo para rechazar la llamada y nuevamente la llamada vuelve a entrar. Le vuelve a picar y el vuelve a llamar, otras dos veces sucede lo mismo y cansada de otra vez jugar su estúpido juego le mandó un mensaje diciéndole <hemos acabado> y bloqueo el número. Al momento de hacerlo me percato que tengo desde ayer 36 llamadas perdidas de su parte, menudo tipo. También logró ver que tengo mensajes de el de ayer, me dispongo a borrarlos sin siquiera mirarlos pero creo que mi curiosidad puede más.

Abro algunos de los mensajes

Nathan:

Por favor contesta el celular, Kathy.

Nathan:

Katherine, lo siento soy un idiota ¿si? No quise dejarte plantada pero de verdad lo olvide.

Nathan:

¡Contesta el puto celular! Te lo puedo explicar todo si dejas de ser tan inmadura.

Nathan:

Vale que me altere, por favor, responde Katherine.

Son algunos de los mensajes que me mandó, por mi seguridad y es mejor dejar de leerlos.

Bloqueo el celular y termino mi cereal a la fuerza ya que se aguado y sabe horrible. Subo a mi habitación, me baño y cambio. Ya que pasó lo que paso con Nathan ya no está en pie lo de irme con él debo ir a buscar un trabajo porque pues lastimosamente no cae los árboles ni nada por el estilo.

Cierro bien todas las puertas y me percato de que la case esté parcialmente limpia, no quiero volver a pelear con mamá y menos por algo tan insignificante.

Le dejó un recado sobre la mesa de la sala de estar, diciéndole que iré a buscar trabajo, de hecho ni siquiera sabe que renuncie pero ya cuando llegue puedo inventarle algo del porque "renuncie".

Abro la puerta de la casa para disponer a ir a un centro comercial o algo, pero como dije la vida no puede odiarme más.

— ¿Se puede saber por qué no me contestas las llamadas?

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