Mates (Camren G!P)

Autorstwa turningpages97

581K 32.7K 17.3K

El pueblo de Campbellville, Ontario, Canadá siempre ha sido el hogar de Lauren Jauregui, donde dio sus primer... Więcej

Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
N/A
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12 (Parte I)
Capítulo 12 (Parte II)
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 16
¡Mi nuevo libro ya está disponible!
Capítulo 17
Fallas/errores en Wattpad
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20
Capítulo 21
Capítulo 22
Capítulo 23
Capítulo 24
Capítulo 25

Capítulo 15

19.1K 1.2K 742
Autorstwa turningpages97

N/A: Here I am! ¿Acá también me extrañaron? ;) (La canción no es para escucharla en ningún momento en especial del cap, sólo me pareció que encajaba bien con los sentimientos de Lauren y quise compartirla.)

Importante: Como el guión '-' significa un corto lapso de tiempo entre los hechos, el asterisco '*' significa un lapso de un día o más. 

Lauren's POV

"¡Lauren!" No hice caso, continué golpeando el saco con toda mi fuerza. Eventualmente las grietas comenzaron a extenderse y mitad del cuero cayó al suelo junto con la arena. "¡Lauren, ya detente!" Exigió el pelinegro después de aprisionar mis muñecas. "Debes mantener la calma y decirme qué carajos te sucede." Lo vi de reojo, con la respiración agitada y el sudor cayendo por los costados de mi rostro. Liberó su agarre y tomó mi rostro. "Mírame." Presionó sus pulgares contra mis pómulos. "Lo que sea que pase, puedes contar conmigo." Yo hasta ese punto exhalaba como un toro furioso, por la nariz y la boca, apretando mis dientes. ¿Por qué tenía que ocurrirme esto a mí? ¿Por qué las cosas tenían que ser así? ¡Hubiese sido todo mucho más fácil si yo no fuese un puto animal! Una jodida bestia. "Respira, así." Gesticuló con sus manos, pactando un compás relajado de inhalación y exhalación. Seguí sus pasos, intentando devolverle a mis ojos su color natural. 

Un sollozo se escabulló fuera de mi boca. "No quiero." 

Alzó una ceja de forma inquisitiva. "¿El qué?" 

"Ella..." Abrió los ojos grande, claramente él no esperaba que mis problemas tuviesen que ver con una chica. Incluso después de haberle dicho que me gustaba Camila, Zayn tenía sus dudas sobre el asunto. "Ella me tiene miedo." Admití derrotada, destruida. 

"¿Ca-Cabello?" Tomó sus precauciones al pronunciar el nombre. Asentí. No tenía fuerzas para enojarme con él por llamarla por su apellido. "¿Así que eso es lo que te tiene hecha un desastre?" Acarició mi hombro gentilmente. "Ya veo... Asumo entonces que ella es tu..." Lo miré con mis ojos hinchados y rojizos. 

"Lo es." Tomó aire y lo soltó lentamente. 

Hubo un silencio de al menos un minuto.

"No tienes idea." Suspiré. "Lo único en lo que puedo pensar es en ella y cuánto quisiera poder tenerla entre mis brazos todo el día. Sus manos... Son tan pequeñas y suaves... La necesito y duele, no poder tenerla." Apreté los puños hasta ver mis nudillos blancos. Mis uñas normalizándose a medida que la impotencia y la ira se iban esfumando. 

No era solamente eso. Todo en ella me atraía de una manera insana. Quería que fuera mía y darle todo. No era el ser más romántico del mundo pero lo intentaría por ella, haría lo imposible. Aún no comprendía exactamente cómo es que su perfume podía embriagarme, cómo es que sus ojos podían absorberme, cómo es que estando yo tan acostumbrada a los encuentros de puro sexo casual, duro y sin tapujos, estuviese dispuesta a esperar y soportar lo que fuese por hacerle el amor a ella y solo a ella. Acariciar su piel, o... Rozar sus labios siquiera. Camila me hacía débil. Antes de ella yo ni por mí misma me preocupaba. Ahora... Ahora sólo temía que algo malo le sucediese a ella. 

"Sólo dale tiempo, verás que ella también se siente así." Lo vi con tanta esperanza que me creí una torpe ilusa. 

"¿Cómo es que tú sabes todo esto?" Acentué el 'tú'. ¿Acaso él ya había encontrado a su mate? La pregunta encendió alarmas en mi cerebro. 

Eso sería una noticia inesperada.

"Algunos padres prefieren tener esa charla antes. Ya sabes, para no ponerme así como tú cuando llegue el momento." Rió y golpeé su brazo, fallando en aguantar la corta y rasposa risa que emergió de mi boca. 

"Eres un idiota." 

Iba a esperarla. Por el tiempo que fuese necesario.

*

Camila's POV

Me levanté sintiendo un frío particular recorriendo cada rincón de mi cuerpo, como si estuviese adherido a mi ser. Busqué algo de ropa cálida, nada de colores oscuros, como si pudiera abrillantar más el día vistiendo colores claros. ¿Para qué? 

Ah, claro. Quizás sí te haga falta algo de alegría. 

Puse los ojos en blanco, y suspiré. 

Una ligera expresión de angustia e incomodidad me persiguió a donde fuera que me dirigiese, estaba segura. 

Los días transcurrían lentamente y como un disco rayado, llegando al quiebre y repitiéndose. Una y otra vez. Era molesto y me ponía quejumbrosa. No quería que nadie me molestase. 

Creí que si me alejaba de Lauren podría al fin concentrarme en algo más que no fuesen sus ojos, pero no había caso. No me era posible olvidar esas esmeraldas, cómo brillaban de un hermoso dorado cuando sus emociones se incrementaban. No podía quitar de mi cabeza sus labios unidos a los míos y la familiaridad que encontraba en ellos, como si toda mi vida hubiese estado esperando para besarla solo a ella. No podía despegar la sensación de sus manos sobre mi piel ni mucho menos lo suave que se sentían a pesar de ser tan toscas y fuertes. 

En el instituto podía percibir su mirada en mí, pero cada vez que nos cruzábamos, ella se desviaba hacia algún otro lado. Irónico, porque yo era la que quería espacio y tiempo, pero yo también era la que buscaba su figura entre toda la multitud de estudiantes, vaya a saber uno con qué intensiones provenientes de mi inconsciente. 

Estúpida.

"¡Hey, Cabello!" Avisté al bravucón ojimarrón aproximándose a paso veloz hacia mi casillero. 

Oh, no.

Metí mis libros de la mejor manera que pude, amontonándolos y cerré la puerta, lista para largarme de ahí cuanto antes. Su mano sostuvo mi codo y mi corazón dio un vuelco. Lo único que me faltaba era que me molestasen los matones. 

"Escucha, si lo que quieres es la tarea de cálculo, lamento decirte que-" 

"¡No, no! Déjame hablar, por favor." Bueno, esto sí que era algo nuevo. Revisé a mi alrededor en busca de cámaras, pero no había ni espíritus en el pasillo. Mi mirada chocó otra vez con la suya y la advertí hacia su mano. 

"Suéltame." Agrandó los ojos y alejó su mano casi espantado. Entrecerré los míos y rascó su nuca incómodo. 

"Disculpa, debía detenerte de alguna manera." ¿'Disculpa'? ¿Esa palabra realmente había salido de él? Aclaró su garganta. "Iré al grano. Sólo quiero decir que lo siento por haberte molestado en clase y todo eso. Prometo no volver a hacerlo." Garantizó con severidad, parecía estar reprochándose a él mismo.

Ya, en serio. ¿Dónde están las cámaras?

"Ajá..." 

"Sabes que, bueno, Lauren es importante para mí y no quiero que ella se enfade conmigo." Ah, ya sé de dónde viene todo esto. "Además, supongo que desde ahora serás como una de nosotros y..." El ataque de tos nervioso se hizo presente. "Demonios, ¿estás bien?" Preguntó con cara de aterrado. Contesté varios 'S-sí' entre tos y más tos. "Pues, es nuestro deber tratarte y protegerte como tal..." Se acercó a mi oído una vez que el ataque cesó. "No es prudente hablarlo por aquí, pero sabes a qué me refiero." Movió las cejas buscando que le diese el okey para continuar. 

"Sí, s-sí lo sé." 

"Bien, también deberías saber que nosotros no elegimos nuestra situación y lo que está sintiendo Lauren es muy fuerte y duro a la vez-"

"¿Crees que a mí no me afecta?" Cuestioné indignada, cruzando mis brazos. 

"No quise decir eso. Pero debes saber que la idea del 'amor' no es algo con lo que nosotros estemos muy relacionados. En cambio tú sí pareces del tipo que se la pasa leyendo novelas de ese estilo. Tienes que admitir que estás más cerca que nosotros de entender todo ese mundo." Tenía un buen punto ahí. "Lauren jamás te haría daño, Camila. He oído y visto cursilerías en películas, pero ninguna actuación se compara con la verdad de todo lo que ella me dijo sobre ti." Me dio una media sonrisa al notar el rubor esparcido por mis mejillas. "¿Crees que podrías darle una chance?" Cabizbaja, mordí mi labio inferior resistiendo las ganas de sonreír. 

"Me lo voy a pensar." 

El resto del día me lo pasé maltratando mi labio a mordidas y pensando en qué clase de cursilerías había dicho Lauren sobre mí. 

*

"¡Hey, Mila!" Exclamó Normani a mi lado, chasqueando sus dedos frente a mi cara. La miré de inmediato, sacudiendo mi cabeza. Estaba totalmente fuera de ese lugar, en mi propio mundo, lleno de labios suaves y carnosos, verde esmeralda, y brazos fuertes cargándome por el bosque. "¿Estás aquí?" Sonrió con las cejas fruncidas, divertida. 

"Ah, sí." Me reincorporé en mi asiento y parpadeé varias veces, enfocando la vista en la pizarra. No había escrito nada en toda la clase. 

Genial, ahora tendré que quedarme en la biblioteca a estudiar luego de clases. 

"Pues no parece." Rió, pero el sonido se fue desvaneciendo rápidamente al notar que yo obviamente no me encontraba en mi mejor estado. "Oye... ¿qué ocurre?" Posó una mano sobre la mía y me hundió aún más el no sentir calor absoluto emanando de su toque. Nada era tan cálido como las manos de la ojiverde. Agaché la mirada con tristeza. 

"Nada. Sólo estoy algo cansada, no dormí bien anoche." Como un rayo, percibí una corriente de electricidad y miré velozmente hacia la puerta del salón, pero no había nadie ahí. 

El timbre sonó y todos se pararon de sus asientos para salir apresurados. 

"Yo no me trago esas mentiras, Mila. Vayamos a la cafetería a hablarlo con Troye, Dinah y Ally, ¿sí? De cualquier manera tenemos que ir a almorzar." Me extendió su mano, yo todavía ni siquiera me había puesto de pie. No había mucho que guardar en mi mochila, debido a que no se necesitan demasiados materiales para pensar y ver el suelo toda la clase. Alcé la cabeza y vi su expresión de cachorro abandonado bajo la lluvia. "Vamos, sé que no has estado comiendo. Todos lo sabemos y ya empieza a preocuparnos que estés así." Abrí los ojos. ¿Cómo es que sabían eso? Mordí mi labio. No se suponía que lo supieran. Tendría que distraerlos un poco y actuar como si realmente estuviese comiendo, porque la verdad es que no tenía nada de apetito en esos momentos. 

"Está bien." Exhalé sin ánimos y tomé su gentil mano para levantarme de la silla. 

Los pasillos ya se habían vaciado para cuando salimos del salón. Todos estaban en el comedor, lanzando aviones de papel, siendo partícipes de guerras de comida, parejas que compartían almuerzos y besos un poco exageradamente húmedos, chicos coqueteando con las porristas y millones de acontecimientos más tomando lugar en un solo espacio. Cuando mis ojos se encontraron con otro par de orbes café, desafiantes y burlonas, me tensé ligeramente. La Co-capitana de las porristas, Kendall Jenner, me veía como si quisiera atravesarme el pecho con un puñal. ¿Qué rayos le sucedía a esa?

Rodé los ojos y puse mi atención en nuestra mesa justo a tiempo para ver a Troye, Dinah y Ally sonriendo, agitando sus manos. 

"Al fin, ¡estábamos esperándolas!" Observé el plato de la polinesia y achiqué los ojos. 

"Tienes el plato medio vacío, Dinah." Troye y Ally rieron. 

"Bueno, nosotros sí te esperamos." Sonrió brillantemente el castaño, enseñando su bandeja, aún intacta. 

"¡Linda bufanda, Mila! Combina genial con esa polera." Halagó la pequeña Ally. 

"Ah, gracias, es la primera vez que la uso." Arregló el cuello de ésta y luego lo admiró complacida. No había nada fuera de lo ordinario en mi elección de ropa, pero a Ally parecía asombrarle cualquier cosa que llevase colores o algo brillante encima. A veces dudaba de que fuese la más grande, aunque fuera apenas por unos pocos meses. 

"Te conseguimos un filete con papas y ensalada." Alcanzó la bandeja hasta mí y la acomodó en frente mío. Estaba rodeada de personas tan buenas y cálidas, pero nada de ese calor me llegaba. Tenía frío, mucho frío. Devolví el gesto débilmente, el dolor en mi pecho todavía me castigaba a cada segundo y amenazaba con empeorar cada que un pensamiento acerca de Lauren se escabullía entre mis ideas. Aparentemente toda la mesa se dio cuenta de eso y el ambiente en un instante se tornó algo incómodo, silencioso. La invasión de preguntas se acercaba, lo sabía. Me preparé a mí misma. 

"¿Has hablado con ella?" Comenzó Dinah. 

"No." Fruncí los labios pero aún así traté de no demostrarme muy afligida por la situación. 

Estás destrozada.

Sí. Y no deben enterarse de eso.

"¿Te ha hablado ella a ti?" Revolví la ensalada con mi tenedor. Negué y me llevé el trozo de filete con lechuga y tomate a la boca. "Okey... ¿Siquiera se miran?" Apreté mi agarre en el utensilio de plástico y corrí mi mirada hacia la mesa negra. Sus amigos estaban ahí, charlando y riendo, pero ella no aparecía por ningún lado. Mi corazón se oprimió y quise llorar. Con 'tiempo y espacio' no me refería a no vernos en lo absoluto. Demonios, la extrañaba mucho. 

"Supongo que... No." Regresé a mi comida, aunque no tenía ni una pizca de hambre. Fingí mientras Dinah y Troye discutían sobre un show de modas en París que había sido transmitido por tele el domingo, donde una cantante que Dinah odiaba pero Troye amaba había cantado algunas de las canciones de su nuevo repertorio. Cortaba los pedazos más pequeños para que no sospechasen, no eran tan observadores como para notarlo. 

Un zumbido en uno de mis bolsillos delanteros llamó mi atención y desbloqueé mi teléfono para ver el centro de notificaciones. 

1 Mensaje Nuevo:

[12:23 p.m.]

Jauregui: Por favor, come. 

Abrí la boca, confundida, y fruncí el ceño. 

¿Cómo...?

Levanté la vista y ahí estaba. Sentada en su mesa de siempre, lucía distante a las bromas de sus compañeros y simplemente me veía con un ademán serio, podría jurar que hasta estaba preocupada, intranquila. Un solo vistazo a sus irises y ya me habían entrado ganas de salir corriendo y lanzarme a sus brazos. Dios. ¿Por qué? ¿Por qué tenía que sentirme así? Como si no pudiera sin ella, como si necesitase su cercanía para no desmoronarme por completo. ¿Cuándo había ocurrido esto? ¿Cuándo es que comencé a sentirme de esta manera? No me había dado ni tiempo para asimilarlo, que ya deseaba volver a verla, tener su calor cerca y poder refugiarme en ella. Lo cierto es que: jamás necesité tiempo ni espacio para darme cuenta de mis sentimientos ni de los suyos. 

Mi mano tembló, pero aún así el tenedor viajó a mi boca, que se abrió para recibir otro bocado de filete con ensalada. Ésta vez, no escatimé con el tamaño del corte. 

[12:25 p.m.] 

Jauregui: Gracias.

-

"Oh, estupendo." Siseé al ver que como una estúpida había olvidado mi libro de textos literarios en  casa. "¡UGH!" Saqué mi cartuchera de la mochila y la dejé sobre la extensa mesa de madera plastificada. 

La biblioteca se encontraba enteramente desierta salvo por una muchacha con anteojos y cabello enrulado, muy absorta en su libro de ciencias como para prestarle atención a sus alrededores. Me puse en pie y caminé hacia los estantes de los libreros. Había una sección para cada género y tema, todos los libros estaban en buena condición y perfectamente clasificados por orden alfabético. Me pregunté quién sería tan obsesivo como para ponerlos así. 

"¿Buscas algún libro en especial?" Una voz suave y aguda hizo que me girase para encontrarme con la misma muchacha de antes. 

Por supuesto, ¿cómo no lo imaginé?

Sus ojos brillaban bajo los enormes lentes color morado con pintas de otros colores vivos. Sonreí y asentí. 

"Sí, busco 'La Ladrona de Libros'." Su rostro se iluminó y movió la cabeza con emoción, cosa que me pareció adorable. 

"Sígueme, está por aquí." Me guió por entre las altas estanterías y me sorprendí al encontrarme con tantas secciones. Definitivamente me daría una vuelta luego por la de psicología y filosofía. Dimos la vuelta en una fila y llegamos a una sección de la que no alcancé a leer el nombre. "Debería de estar por aquí..." Transitó uno por uno los libros de un estante en específico y retiró uno del montón. "Bingo." Chilló y lo extendió alegremente. 

Oh, si no estuviera ahogándome en mi propia miseria, reiría contigo.

"Mi turno ya se acaba aquí, pero la biblioteca queda abierta así que puedes leer los libros que quieras, siempre y cuando los devuelvas a su lugar tal y como estaban." Agregó con una risita al final. Volví a sonreírle cortésmente, tomando el libro de sus manos.

"Gracias." 

"De nada. Muy buen libro, por cierto." Apretó la pila de papeles que llevaba contra su pecho y me dedicó una última sonrisa antes de irse agitando su mano. 

Regresé a mi lugar y me dediqué a leer. Tenía planeado liquidar al menos unos cinco capítulos, dependiendo de la extensión de cada uno, porque quería llegar a casa antes de las tres. Tranquilamente podría haberlo pedido prestado, pero sabía que me sería imposible enfocarme cuando tuviese a Sofi saltándome encima luego de haber bebido su chocolate caliente. No era seguro darle azúcar a esa niña.

Llevaba ya una hora y alguna que otra pequeña lágrima derramada, cuando una intensa correntada de viento abrió de par en par una de las ventanas y el frío logró estremecerme hasta los huesos. "Ufff." Tirité ligeramente y ajusté mi chaqueta, ya que en realidad no me faltaban más de séis páginas para terminar el capítulo, así que podría marcharme en breve. 

De repente el viento acrecentó su brutalidad y empujó varios papeles que había dejado en la mesa al suelo. "¡Mierda!" Mascullé y me paré a recogerlos uno por uno. La ventisca continuaba entrando por la ventana y congelaba mis manos, que ya temblaban deplorablemente por culpa de mi estúpida cabeza que en la mañana había olvidado recordarme que debía empacar unos guantes por si las dudas. Uno de los papeles voló hasta la puerta. Me apresuré a atraparlo, agachándome. "¿¡Acaso la tienen contra mí hoy!? Sólo falta que..." Las palabras se atracaron en mi garganta al ver unas botas de combate color marrón justo al lado de la hoja de papel con mis apuntes. Tragué saliva y junté coraje para levantar la vista, pero no fue necesario. La corpulenta silueta se agachó y la tomó por mí, parándose e invitando con su mano a que yo lo hiciera también. 

"Podrías haber cerrado la ventana, así no estarías temblando." Tosí tapando mi boca con una mano y me reincorporé con su ayuda. Su vestuario era el de todos los días, pero por alguna extraña razón, hoy se veía especialmente atractiva. Con un aire prohibido, algo me atraía en sobremanera. 

Agité un poco la cabeza, saliendo de mi trance. "S-sí, yo... Sí." Asentí furiosamente y guardé las hojas en mi mochila antes de hacer mi camino hacia la ventana para tratar de cerrarla. El maldito pestillo necesitaba algo de aceite, estaba muy duro. Arrugué la nariz, ejerciendo más fuerza.

Estúpido. Pedazo. De porquería.

"Deja, déjame intentarlo." Se acercó, percibiendo mi frustración a causa del inmediato fracaso. 

Me hice a un lado. Ella de un solo tirón consiguió aflojar la traba y colocarla en su lugar. Me sentí una inútil debilucha. Para mi fortuna, la sensación de hundimiento se disipó rápido. Pero para mi desgracia, sólo era porque sus ojos se negaban a separarse de los míos. 

"Vine a traerte esto." Me faltó el aliento. En su otra mano una humeante taza de café con leche reclamaba a gritos que la digiriese para calentar nuevamente mi sistema. "Yo lo prefiero negro. Pero no creí que tú lo soportaras así que pedí uno con leche." 

"No... N-no era necesario, no debiste..." Estiró aún más el brazo, dándome a entender que no recibiría un no como respuesta. Apreté los labios. 

Vamos, sólo quiere ser amable contigo. 

La Camila interior juntó sus manos, suplicando. 

Deberías de darle una oportunidad...

Pestañeó reiteradas veces con un puchero. 

Carraspeé. "Gracias." Sonreí a medias, aceptando su caritativo gesto. Lauren me vio por unos segundos, detallando la manera en que alcé la taza y la atraje a mi boca. Tuve que contener un gemido cuando el sabor llegó a mis papilas gustativas. Estaba delicioso. Dulce y ardiente, quemaba mi lengua pero entibiaba mi cuerpo, que iba despaciosamente recuperando temperatura. 

Su mandíbula se tensó. 

"Te ves preciosa." Mis mejillas se calentaron y no fue por el café. Señor, ayúdame. Miré la taza, no me atrevía a toparme con sus penetrantes ojos, pues tenía la certeza de que si lo hacía, enseguida tiraría todo por la borda y dejaría que se aprovechase de mis labios a su gusto y por el tiempo que se le antojara. 

Lo que me recordó...

"N-no es cierto. Tengo... T-tengo los labios morados y resecos del frío." Acoté, creyendo que eso podría persuadirla de sus propios deseos, y los míos. ¿Para qué negarlo? 

"Sabes perfectamente que eso me importa una mierda." Rayos, claro que lo sé.  No era una fan de esas personas que se la pasan insultando, pero su crudeza y su falta de filtro provocaban cosas en mí que me costaba comprender. Un revoloteo indescriptiblemente agradable en todo mi cuerpo. "Lo siento, es costumbre." El zumbido aumentó a sabiendas de que la ojiverde se proponía cambiar esas costumbres por mí. "Respeto tu decisión. No quiero ni voy a apurar tus tiempos." Finalizó seriamente. 

Tal vez sólo eso me faltaba para caer en sus seductoras redes. El saber que yo era la única por la que ella haría esa clase de cosas. No mentía. No tenía idea de cómo, pero podía advertir que su discurso era real por la forma en que las increíbles orbes esmeralda intercalaban camino de mis ojos a mis labios y la respiración le pesaba más de lo normal. Sentí como si fuese un instinto, una naturalidad suya, y quizás mía, el desear con locura a la otra. 

Abrí la boca para hablar. 

"¿Por qué no has estado comiendo?" Preguntó antes de que pudiese siquiera pensar en algo. 

"No tenía hambre." Me encogí de hombros y le di otro sorbito a mi café, ignorando su cara de exasperación a mi respuesta. 

"No vuelvas a hacerlo." 

Fruncí el entrecejo. "¿Qué cosa?" 

"Eso. Descuidar tu alimentación." Rodé los ojos. "Si no comes no tendrás fuerzas y podrías llegar a descompensarte en medio de los pasillos. No quiero que eso pase. Me duele el pecho de solo verte temblar." ¡Basta, basta, basta! ¡Ya para de ser tan...! ¡TAN...! ¡UGH! ¿¡Cómo es que puede decir algo así, como si fuera sencillo!?

"Fue solo un l-ligero descuido... No suelo omitir comidas." 

"Espero que no se repita." Suspiré algo apenada y asentí. 

"Tranquila-" El tono de mi celular interrumpió lo que iba a decir y maldije a mi padre por elegir ese momento para llamarme. 

"Está bien, yo ya me iba. Mantén lo que te dije en mente." Musité un tenue 'Sí' mientras veía cómo ella contemplaba algo que parecía darle infinitas vueltas en la cabeza. Lauren miró de mis ojos a mi frente y volví a olvidar el modo correcto de respirar. "Te veo luego." Escondió las manos en los bolsillos delanteros de sus jeans, dio media vuelta, y se marchó. 

Ella quería... Iba a...

"Oh dios..."

Sólo cuando conseguí regular mi ritmo cardíaco, le devolví la llamada a mi padre para pedirle que viniera por mí. 



Nota: Ayer llegaron los certificados de los exámenes internacionales y ¡adivinen quién sacó la nota más alta! Gracias a todxs los que me desearon suerte, ese día estaba muy nerviosa y no se imaginan cómo sus comentarios me aliviaron el alma. 

PD: Traté de hacer el cap lo más detallado posible como me lo propuse con SH, ¡espero que les haya gustado! Como siempre, si encuentran algún error, por favor háganmelo saber :)

Y en fin, si les gustó, por favor voten, comenten, compartan, pásense por mi otro fic, (que ya pasó las 100K leídas, todavía no caigo de lo alto) y tengan un bellísimo día/noche *heart emoji*

Czytaj Dalej

To Też Polubisz

131K 12.4K 31
⋮ α 𝗸ᦅ͟ᦅ𝘁ׅɘ𝘁e fꪱc ⋮ taehyung y jungkook son enemigos pero en una noche de borrachera ambos tiene sexo, taehyung queda embarazado y ahora tendrán q...
2M 218K 43
Bakugou es un chico popular, mariscal de campo, atractivo, todo el cliché, pero un día que salió tarde de su práctica se topó con un chico el cual de...
58.9K 10.9K 39
Jimin es un humano común y corriente, un día va a una excursión en el bosque y al recostarse en un árbol es transportado a un mundo mágico, llamado f...
68.7K 11.4K 32
"Sergio Pérez siempre ha sabido que no es suficiente para Max Verstappen. Desde su compromiso hasta sus actuales años de matrimonio, sabe que el Alfa...