Mañana Contigo

By keypatts

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Esta no es una historia de amor común y corriente a lo que estamos acostumbrados que nos vendan las películas... More

Sin un mañana...
Jorge...
UN AÑO ATRAS...
El Mensaje!
Sala Amarilla
Mi ultima hora con Mateo
Un final innecesario
El Funeral
Gracias!

La hora de la verdad

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By keypatts

LA HORA DE LA VERDAD

•Ya debes irte… – susurre por centésima vez con su  cabeza apoyada en mi frente mientras ambos estábamos sentados en la cama de la fría habitación.

•Es que no me quiero ir… – respondió con pesar.

Tome su rostro entre mis manos y le acaricie de manera lenta, como memorizando en mis huellas los detalles de cada línea. El me mira fijo y me pierdo en su expresión, acerca sus labios para fundirse nuevamente con los míos. Debía admitir que por más que le dijera que se retirara deseaba que no lo hiciera, porque eso significaría que me dejaría sola y entonces el miedo haría su aparición para no desaparecer.

Finalmente se puso en pie. Sin pronunciar más palabras deposito un beso en mis labios, otro en mis mejillas y por ultimo en mi frente, siempre acariciando mi rostro. Me mantuve con los ojos cerrados, tratando de calmar mi pulso pues ahora no estaba acelerado por su presencia o por su ausencia sino porque el miedo hizo su aparición.

Temblaba de arriba abajo. No me arrepentía de nada de lo que había hecho, de eso estaba segura. Pues sin importar las decisiones malas, aquellas me llevaron a los momentos buenos luego de las tormentas… como ahora mis últimos 60 minutos, aunque el dolor cada vez era insoportable. Mire el suero que ya colgaba por el garfio incrustado en la pared y me percate de que Jorge estaba sentado en el sillón a lado de la cama mirando en dirección a la ventana.

•No te escuche llegar – susurre con voz rasposa.

•No quería molestarte – se enfrento a mi – debías derramar esas lagrimas en silencio, pero las tenias que derramar y sabia que si yo te avisaba de mi presencia no lo harías – y me sonrió abiertamente.

Me limpie las lágrimas con el dorso de la sabana. Suspire profundo soportando el intenso dolor que sentía. Cada vez se hacia mas intenso. Cerré mis ojos como imaginando que eso seria la única solución a semejante dolor. Sentía que por dentro todo se iba derritiendo, sentía el cuerpo arder en llamas. Volví a suspirar, pero esta vez de manera sonora. El pulso nuevamente se me había disparado a causa de la molestia, con mis manos hechos puños volví a tomar una bocanada de aire y pronto sentí como una mano áspera me acariciaban las mejillas.

•Pronto todo terminara – susurro en mi oído.

Solo asentí, pues era lo único que me podía permitir hacer. Pronto el dolor parecía ir menguando, hasta convertirse en algo sutil. Jorge, sentado a mi lado había apresado mis manos con las suyas. Conforme volvía mi pulso a la normalidad sentía como la piel pronto se me iba erizando por partes. Tenía frio. Mucho frio. Pero sabía que solo era miedo.

•Aprendí todo lo que debía aprender, no es así? – pregunte. No me anime a abrir los ojos.

•Solo tú dices basta a tu sed de vida y a tu hambre por cumplir tus sueños…

•Nos falto Disneylandia! – apenas pronuncie, como escupiendo las palabras pues el dolor volvía a atacar.

•Y nuestra alma gemela! – soltó como intentando hacer una broma.

Yo estaba en una posición fetal, pues solo quería que el dolor se marchara. Jorge me había acurrucado en su pecho mientras acariciaba mi cabeza, podía sentir la aspereza de sus dedos largos mientras trataba de tranquilizarme pues también las lágrimas hacían su arribo. Una vez más, el dolor parecía cesar.

•Grita de dolor si debes gritar, llora por amor si quieres sufrir, quédate sin aliento si debes besar o quieras hablar… pero nunca cierres los puños y te tragues tus penas – susurraba – estoy aquí cumpliendo mi promesa, tal como prometimos hace tiempo.

•Hubieras inventado tu propio “spich”! – trate de bromear, por suerte salió bien pues ambos reímos.

•Fueron palabras dulces en un momento necesario…

•Como ahora – sentencie.

•Puedes ponerte en pie? Hay algo que quiero mostrarte…

A duras penas logre ponerme en pie, me calce las pantuflas y con la ayuda de su mano nos acercamos a la ventana. Esta estaba abierta y una suave brisa entraba por allí meciendo las cortinas de colores fríos, un triste gris azulado.  Fuera el cielo se encontraba nuevamente despejado, con el rey astro en lo alto, sonriendo con intensidad. Deje que los rayos del sol se filtraran tras mi piel mientras aspira aquella ultima bocanada de aire, pues en pocos minutos los doctores vendrían a por mi…

•Mira esto… – susurro Jorge señalando uno de los costados de la ventana.

Me acerque mas para poder apreciar mejor aquel milagro de la naturaleza que él me estaba enseñando. Aunque no era la primera vez que lo veía, y menos en aquel hospital.

•No te parece maravilloso que esto ocurra y en tu ventana? – pregunto esperanzado mientras veíamos la oruga, escondida entre los ladrillos y las ramas del árbol que se erguía de ese lado, cambiando repentinamente de color.

Definitivamente, no era la primera vez que veía nacer a una mariposa. La primera vez, lo había visto en una de las ventanas del Pabellón Amarillo, el mismo día que conocí a Carlitos. Ese milagro era lo que él me había reclamado que nadie se detenía a admirar.

•Es una señal – pronuncio mi amigo sacándome de mis recuerdos.

Lo mire de una manera que jamás lo había visto. Me daba cuenta que con él había compartido muchas cosas, cosas que con nadie mas me había animado a hablar… y que nunca que le había dicho cuanto lo quería y lo amaba por ser mi amigo.

•Por qué me miras de esa manera? – inquirió con una mueca en los labios y la voz temblorosa.

•Porque no se… no sé porque nunca te dije que te amaba – respondí.

•Porque eres una ambiciosa – respondió burlón mirando hacia otra dirección, cruzando sus brazos y elevando el mentón con gesto de ofendido.

•Ambiciosa?! – exclame alarmada

•Si! Ambiciosa… lo quieres todo para ti sola! – respondió con una sonrisa franca antes de abrazarme – yo también te amo… solo que me entristece saber que lo dices solo porque crees que morirás…

No respondí, solo miraba fijamente a la oruga de cascara seca cuando de pronto, sin previo aviso… cuando los rayos del sol acariciaban su escondite entre el muro y las hojas comenzando a curvarse. Se estiraba y contorneaba hasta que una de las capas de su cobija se abrió dejando entre ver de qué colores serian sus alas. Despacio y de manera despreocupada e impulsado por sus patas que en ese momento ya se encontraban a la vista, salía hacia la luz del sol. Extendió un ala y la meció de manera elegante, luego la otra haciendo el mismo acto. 

Mientras mi amigo estaba maravillado con ese nacimiento yo me concentraba en la cascara que había sido su hogar por un tiempo y no pude evitar compararlo con mi vida… todos, estoy segura que todos, en algún momento de nuestras vidas nos sentimos como si fuéramos un insecto, es mas, la gente colabora con esa sensación y nos encerramos, planeando el siguiente movimiento para no ser lastimados y aferrándonos a aquel recuerdo para no volver a sufrir; así, cuando nadie lo espera esa coraza ya no nos sirve y debemos enfrentar el mundo emprendiendo vuelo, un vuelo hacia la libertad. Y para mí, en este momento esa libertad era la muerte. Un pensamiento egoísta debía admitir… pero mi cuerpo, mi coraza ya no soportaba tanto dolor… tantos golpes.

•Yo lo veo más bien como un presagio – susurro Jorge rompiendo el hilo de mis pensamientos.

•Yo también

•No es lo mismo – interrumpió – conozco esa mirada… piensas que ahora que esa mariposa emprende el vuelo tu también lo harás y fuera de esta vida… – sus ojos se estaban inundando, pero en ningún momento su voz denoto tristeza o quiebre, mas bien coraje. Le estaba haciendo daño, eso lo sabía – tanto te cuesta tener un poco de fe?

•No se trata de fe… se trata de que creo que fui muy feliz, y si me pongo a pensar ya no tengo frio – y me abrace a mi misma – ya no tengo miedo… solo que me falta algo – dijo curvando mis labios.

Desde hacia meses que quería escuchar aquella canción, es mas, desde que había despertado la música y las letras de aquella melodía danzaban en mi mente. Acaricie el rostro de mi amigo y me aleje de la ventana; tome mi cartera y saque el celular busque la canción y le di reproducir. Me enfrente a su rostro y una enorme sonrisa se dibujaba en su rostro.

Aquella canción se había convertido en un himno para nosotros. En una de las tantas citas para el tratamiento, cuando el peor estaba, había puesto la misma canción. Recuerdo que él me había dicho que esa misma canción le había salvado la vida, porque la canción le había transmitido la energía que tanto necesitaba. 

Respondí a su sonrisa, con la music de fondo, encendí una vez más la cámara de video. Lo coloque encima de la mesa y tome de las manos a Jorge para que se sentara a mi lado. Cuando la luz verde se convirtió en rojo mire a mi amigo, le sonreí ampliamente y con la duda en su rostro comencé  a hablar:

•Me he equivocado a lo largo de mi vida, tome muchas decisiones erróneas pero admito que las volvería a hacer – entonces me enfrente al foco de la cámara – sé que hice daño pero también sé que están felices por mi. Mas allá de que ahora, los lastime al alejarlos de mi y en este momento, quiero que sepan que él es mi mejor amigo en el mundo – y señale nuestras manos entrelazadas – ha estado conmigo de la misma manera que yo he estado en la vida suya y saben que? Lo amo, pero no de la misma manera en que se aman un hombre y una mujer, no. Este sentimiento es diferente, aunque siento que el tiempo no me alcanzo para encontrar a alguien, a un compañero como lo encontraron ustedes, mama y papa, él se acerca bastante y aunque lo siento mas un hermano y un amigo que un amante, conocí la felicidad plena. Debo confesarles algo…

•Estas lista? – nos interrumpió un enfermera.

•Solo un minuto! – rogué girándome para enfrentarme a ella. Solo sonrió y se alejó, entonces volví a mirar la cámara – como verán debo ir a cirugía – y pase mi mano por mi cabeza calva, un gesto que hacia cuando estaba nerviosa pero que antes en ese gesto movía mi corta melena – bien, no tengo miedo, y por alguna razón me siento en paz – sonreí ampliamente – no odien a Jorge, recíbanlo como si de mi se tratase, grandes historias les contara como por qué esa música suena de fondo – y eleve mi dedo índice como señalando el cielo – los amo, mas nada puedo agregar. Fui, soy y seré feliz siempre que me recuerden y no me lloren… – sin evitarlo derrame lagrimas. Lace un beso en la dirección del foco y apague la maquina.

•Sabes que? – pregunto mi amigo secando mis lagrimas – I feel good! – e imita un gesto de James Brown.

Los enfermeros entraron mientras mi amigo y yo cantábamos aquella canción. Una de ellos me ayuda a cambiarme mientras seguís con la melodía, me coloco una bata desechable verde; me sonreía amable mientras tarareaba la canción conmigo. Una vez lista me acomodaron en la camilla con el suero, me colocaron una marcara. Mi amigo se coloca a mi lado tomándome de la mano aun con la canción de fondo. Le sonreí mientras avanzábamos de manera lenta. Sentía su mano firme con la mía mientras yo miraba las luces del techo conforme no s movíamos. Un golpe seco a mis pies me advirtió que hasta ese lugar podría acompañarme mi amigo.

•Te veo cuando despiertes! – escuche gritarlo.

Aunque la música se quedo con el, yo lo escuchaba en mi cabeza como si lo tuviera en mis oídos.

Al entrar a la sala de cirugías cuatro de los doctores que me venían atendiendo hasta el momento, iniciaron su labor colocándome una pinza en el dedo, cambiando el suero y acomodando los utensilios a lado de mi camilla.

Entonces, uno de ellos se detuvo sobre mi cabeza, acaricio suavemente mis mejillas. Yo le sonríe y el movió el barbijo que cubría parte de su rostro enseñándome también la suya, aunque sus ojos miel eran tristes se esforzó porque su sonrisa no lo fuera.

•Como te sientes? – pregunto acercándose a mi oído mientras me acariciaba.

•I feel good, I knew that I would, So good, so good, 'cause I got you (me siento bien, sabia que lo haria. Tan bien, tan bien, porque te tengo a ti) – susurre a través de la mascara.

En principio parecía confundido, pero me sonría ampliamente antes de besar mi frente. Pronto comencé a sentirme extraña, ya no podía escuchar lo que decían a mí alrededor, sentía como mi cuerpo dolorido poco a poco iba desvaneciéndose. Entonces, dos palabras que resonaron en toda la estancia me inundo.

•Te amo – susurre respondiendo a su confesión.

No estaba segura de si me había escuchado, pero entre la niebla que cubría mis ojos pude ver los suyos inundarse hasta que un sonido ensordecedor rompió todo a mí alrededor. Una luz mortecina sobre mi rostro lo inundo todo. A pesar de la confusión sentía como se movían a mí alrededor.

•No te vayas! Por favor! – se escuchaba a mis espaldas pero era mas un sutil susurro, pero el dolor ya no me invadía y conforme la luz se acercaba mas a mi, mejor me sentía – te amo! – volvió a insistir aquella voz y entonces todo se volvió oscuro perdiéndome en su intensidad dejando de sentir todo a mi alrededor y sintiendo una verdadera paz entonces luz volvió a hacer su aparición.

_______________________________

un nuevo cap... les dejo el tema: I FEEL GOOD de James Brown, que es el tema que escuchan. Espero la historia sea de su agrado... ya estamos llegando al final.

GRACIAS POR LEERLO!! por votarlo y comentarlo ME HACEN FELIZ!!

para los que leyeron Confesiones de un corazon roto, en la semana la actualizo estaba teniendo problemas con la historia pero ya encontre el camino. FELIZ INICIO DE SEMANA!

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