"¿Vienes hoy o qué?" Emmett me llamó, arrojándome una almohada.
"Es muy temprano", me quejé, lanzando lo primero que pude agarrar hacia él, que resultó siendo mi sujetador.
"Levanta tu culo de la cama o te arrastraré por las escaleras."
Dejé salir un gemido, presionando mi cara en mi almohada por unos momentos antes de arrastrarme fuera de la cama.
Me puse un traje de baño y me puse una camiseta y un par de pantalones cortos, arrojando mi pelo en un moño desordenado. Deslice mis pies en un par de chancletas y agarré mis lentes Ray Bans antes de salir a la cocina.
"¡Ella vive!" Emmett anunció.
"Cállate."
"El coche está listo." dijo Parker, entrando al apartamento. "¿Estamos listos?"
Me acerqué y cogí una manzana de la cesta de frutas para desayunar.
"Vamos," aceptó Emmett, revisando su teléfono.
Seguí a los muchachos por las escaleras, los tres en silencio.
Este iba a ser un día largo.
Había una rubia esperando en el vestíbulo, su nariz enterrada en su teléfono. Su cabeza se levantó cuando nos vio, y una sonrisa se extendió por su rostro.
"Hey nena," Emmett saludó, con una sonrisa.
"¿Qué?" pregunté, alzando las cejas.
"Ella es Reagan," dijo. "Vendra con nosotros."
"¿Estás jodiendo?" preguntó Parker.
"Vamos," le dijo Emmett a Reagan, ignorándonos a Parker ya mí.
Parker y yo intercambiamos miradas, los dos nos sorprendimos.
"Esto no fue acordado", le informé a Emmett, mientras nos dirigíamos al carro de Parker.
"No sabía que necesitaba tu permiso para invitar a alguien," dijo Emmett, poniendo los ojos en blanco. "Si Michelle hubiera podido venir, la habrías invitado."
"Eso es diferente."
"No veo cómo."
Emmett abrió la puerta del asiento trasero para Reagan y luego se subió a su lado.
Y fue entonces cuando me di cuenta de que se esperaba que me sentara enfrente con Parker.
Respiré profundamente, soltando un lento suspiro antes de tomar el asiento del copiloto.
Parker apretó el volante, sus nudillos prácticamente tornándose blancos.
"Estaría bien que no destruyeras el volante", le informé.
Soltó una carcajada, soltando un poco su agarre mortal del volante.
Me senté entrecruzado, mirando por la ventana mientras nos dirigíamos a la bahía.
Reagan y Emmett estaban charlando en la parte de atrás, y Parker encendió la radio para romper el silencio entre los dos.
Un poco despues, el coche empezó a hacer un ruido y luego se detuvo.
"Tienes que estar jodiendo conmigo," masculló Parker, golpeando el volante.
"Abre el cofre," ordenó Emmett, antes de salir del coche.
Parker se unió a él en la parte delantera del coche, los dos abriendo la capucha y soltando una nube de humo.
"Tengo la sensación de que no vamos a ir a ningún lado por un tiempo", comentó Reagan.
"Igual," murmuré.
Después de unos minutos, salí del coche también para ver qué estaba pasando.
"Metió la empaquetadura de la cabeza", me informó Emmett, con una sonrisa sombría.
"¿Que qué significa eso?" Le pregunté, la charla de Emmett sonando algo griego.
"Eso significa que necesitamos un camión de remolque," dijo Emmett.
Tanto para un día en el barco.
"¿Cuánto me va a costar esto?" Parker le preguntó a Emmett con un suspiro.
Emmett dejó escapar un suspiro, mirándose la junta. "Porque te amo, probablemente puedo conseguirlo por menos de 500."
"¿500?" preguntó Parker.
"Por lo general, te costaría mas de 700", defendió Emmett. "Pero como ya he dicho, probablemente pueda conseguírtelo en 450."
"Joder," Parker gimió.
"Y eso no incluye el hecho de que tu motor se sobrecalentó por una razón", agregó Emmett.
"¿Qué?"
"Explotó porque el motor se recalentó", dijo Emmett. "Así que tenemos que diagnosticar el por qué tu motor se está sobrecalentando y eso te costará un buen centavo".
Parker se pasó los dedos por el pelo, soltando una serie de maldiciones.
"Voy a decirle a Reagan lo que está pasando", dijo Emmett, después de unos momentos de silencio.
"¿Qué hay de una grúa?" Yo pregunté.
"Ya llamé a la tienda de Auto Body", Emmett dijo, mientras se dirigía hacia el asiento trasero. "Están en camino."
Ésa es definitivamente la ventaja de tener a tu hermano, o en este caso el mejor amigo de Parker, que trabaja en un taller.
"Esto es una mierda," murmuró Parker.
"Lo peor es que estamos en medio de la carretera," dije, saludando a un coche que pasaba.
El conductor me ignoró.
"Gilipollas," grité después de él.
"Y estaremos aquí por los próximos 45 minutos a una hora," Parker recitó, con un suspiro.
Miré por encima de mi hombro, donde Reagan y Emmett estaban besando intensamente en el asiento trasero.
"Que suerte," murmuré.
El silencio se interrumpió entre nosotros, y me encontré mirando a las nubes.
"Ese parece un T-Rex", dijo Parker, después de unos minutos más de silencio.
Lo miré. "¿Qué?"
"Esa nube," aclaró, señalando una nube a la izquierda. "Parece un T-Rex."
"De ninguna manera", estuve en desacuerdo, mis ojos explorando el cielo. "¿Ves esa?"
El asintió.
"Ese parece un bizcocho."
Inclinó la cabeza, concentrándose por unos instantes. "Tal vez podría ver eso."
Y así es como pasamos los siguientes 45 minutos, debatiendo sobre las formas de varias nubes.
-.-.
"¿Me prestas tu coche?" Emmett me preguntó.
"Tienes tu propio coche," le recordé, abriendo la nevera.
"Deje que Parker se lo llevara a Miami."
Levanté las cejas. "¿Dejas que Parker conduzca tu Mercedes?"
"Sí, no hablemos de eso, ¿puedes prestarme tu coche?"
"Mis llaves están en mi tocador," dije, riendo entre dientes mientras sacaba un recipiente de yogur.
"¡Oye zorra!" Michelle gritó, entrando en el apartamento.
"Realmente necesitamos mantener esa puerta cerrada," dije, tomando un asiento en el mostrador para comer mi desayuno.
"No pretendas que no me amas", se quejó Michelle, tomando un plátano.
"No hay nada que fingir", prometió Emmett, volviendo a la cocina. "¿No cerré la puerta?"
"Idiota" murmuró Michelle.
"Me voy a trabajar", dijo Emmett. "Estaré en casa un poco después del almuerzo."
"De acuerdo." dije, soplándole un beso.
Salió del apartamento, silbando.
"Tu hermano es guapisimo," dijo Michelle una vez que la puerta se cerró.
"Cállate y vamos a desayunar", le dije, arrojando mi yogurt medio comido en la basura.
"Pero tu hermano acaba de salir con tu coche."
"¿Y no tienes uno?"
Se detuvo por un momento. "Hagamos como si eso no hubiera pasado."
"Ninguna promesa idiota."
"¿Esa es la manera de hablarle a quien te llavará a buscar comida?"
"Emily tiene hambre," dije, poniéndome de pie.
"Chris Keller no está haciendo una aparición de camafeo hoy," me informó Michelle. "Aquí en el mundo normal hablamos en primera persona."
"Chris Keller era un poco lindo en la Temporada Nueve", le dije, mientras nos dirigíamos hacia la puerta.
"No me hables por lo menos dos minutos," ordenó Michelle, sacudiendo la cabeza.
-.-
"Echo de menos a Lee," le dije a Emmett.
"¿Por qué?" Emmett preguntó.
"Él llenaba el apartamento," dije, mientras exploraba su colección de discos. "Hacia que las cosas fueran interesantes." Ubiqué su álbum de Jimmy Buffet, Changed in Latitudes, Changes in Attitudes. "Y me gustaba estar alrededor de él."
"Bueno, tienes a lo mejor después de el", dijo Emmett, mientras enchufaba el disco.
"¿Qué?"
"Todavía tienes a Parker."
Rodé los ojos, subiendo el volumen del sistema auxiliar.
La puerta del apartamento se abrió unos segundos más tarde, y Parker entró, bebiendo un té dulce de McDonald's.
"Hablando de la reina de Roma," comentó Emmett. "¿Donde está mi carro?"
"Estacionado y seguro," le prometió Parker, arrojándole a Emmett sus llaves.
Emmett prácticamente salió corriendo del apartamento para ir a revisar su auto.
"It's those changes in latitudes, changes in attitudes, nothing remains quite the same", Parker cantó junto con la cancan mientras abría el refrigerador.
"¿Conoces a Jimmy Buffet?" pregunté.
"¿Quién no lo hace?" preguntó, sacando un recipiente de plástico. "¿Esta fresca?"
"¿Qué cosa?"
"La piña."
Asentí. "Emmett la acaba de cortar esta mañana."
Parker abrió el recipiente, tomando un tenedor y comiendo de él.
"These changes in latitudes, changes in attitudes, nothing remains quite the same", Parker continuó cantando, mientras comía la piña. "Through all go the islands and all of the highlands if we couldn't laugh we'd go insane".
"No sé si alguien te ha dicho esto, pero no puedes cantar", le informé.
"Bueno, ahí va mi carrera," bromeó, antes de tomar otro bocado de piña. "Si eres tan buena, vamos a escucharlo."
"Nunca dije que lo fuera."
"Bueno, no puedes golpearme sin ofrecer algo a la mesa."
"No va a pasar."
"Te he visto bailar en la mesa y tus consecuencias de Negocios Arriesgados. ¿Podría ser realmente peor?"
Buen punto.
"Bien", estuve de acuerdo, sacando la lengua hacia él. "Pero sólo para probar que estás equivocado."
Levantó las manos en señal de rendición. "Canta princesa."
Sentí mi estómago revolcarse ante el apodo.
La canción llegó de nuevo al coro, y esperé hasta que alcanzó el tercer verso.
"I think about Paris when I'm high on red wine, I wish I could jump on a plane. And so many nights I dream of the ocean, God I wish I could go sailin' again."
"Nada mal," dijo Parker, con un gesto de asentimiento. "Pero no tan bien como yo."
Me burlé, sacudiendo la cabeza. "En tus sueños."
Y entonces Parker, incapaz de contenerse, empezó a cantar la siguiente parte de la canción.
"These changes in latitudes, changes in attitudes, nothing remains quite the same. Through all of the islands and all of the highlands if we couldn't laugh we'd go insane."
Y con eso la canción terminó.
"Yo diría que podríamos ser aceptados en American Idol", pensó Parker.
"A mi me hubieran aceptado", corregí, mientras Wonder Why We Ever Go Home sonaba en el toca discos. "A ti te habrían mandado a hacer tus maletas."
Parker se rió de eso, y no pude evitar reírme también.
-.-
"Va a ser una explosión," Hannah estaba diciendo, mientras me sentaba en nuestra mesa de almuerzo.
"¿Que esta pasando?" pregunté, mientras abría el recipiente de la ensalada.
"Fiesta este viernes", me informó, con una sonrisa. "La dirección va a ser publicada tres horas antes de la fiesta y se supone que es importante."
"¿No se supone que todas las fiestas son importantes?" Le pregunté, su entusiasmo pareciendo algo extraño.
"Pero en esta no podemos faltar," ella defendió.
Para Hannah no podemos faltar a ninguna fiesta.
"Está bien", estuve de acuerdo, con una carcajada.
"¿vienes?"
"¿A una fiesta que aparentemente va a ser importante y que no tengo la dirección?no me la perdería".
"No estoy buscando tu sarcasmo Emily Winston," ella advirtió, señalando su tenedor en mí. "Vienes y eso es definitivo."
"He oído que será épica," sentenció Michelle, con un gesto de asentimiento.
Rodé mis ojos, soltando una risa.
"Entonces, ¿traerás a Emily?" le preguntó Hannah a Michelle.
"Definitivamente."
"¡Oh, qué diablos!" dije mientras le ponía aderezo a mi ensalada. "Vámonos de fiesta."