Querido gatito
A veces me pregunto cómo me recuerdas ¿Con amor? ¿Con odio? O simplemente ahora te soy tan insignificante como un copo en una tormenta de nieve.
Tu fuiste mi primer beso. Aquella tarde combatiendo a Dark cupid. Si te soy sincera, nunca me arrepentiré de habértelo dado. Hiciste que mi primer beso se convirtiera en algo más espectacular de lo que alguna vez soñé; realmente me envolviste en un mar de emociones.
Paul me pidió que un beso mío fuera su ultima sensación, quise dárselo; quería recompensar todo lo que el había hecho por mí pero... ¿Como?
Todo ese amor por ti aún formaba un nudo en mi garganta, y el simple hecho de compartir mis labios con alguien que no fueras tú me llenaba de lágrimas. No quería darle mi dolor, un beso amargo jamás se disfruta.
El murió sin ese último deseo, no sabes cuánto me dolió a pesar de saber que murió con una ligera sonrisa. Me sentía tonta, débil; no lo pude complacer en lo único que el me había pedido.
No es que temiera darle mi corazón a alguien más. Es que ya te lo había dado a ti y tú lo seguías teniendo.
Hoy he vuelto a subir el balcón y sin verlo venir tú te hallabas en otro techo observando este sitio. Nuestras miradas se cruzaron y permanecieron ahí un instante.
Después, solo volteaste y tomaste rumbo lejos de mi.
Sé que me recuerdas, las personas no olvidan tan fácilmente; lo que temo es saber cómo me recuerdas.
Tu princesa.