Leyendo aquellos apasionados versos de amor donde los protagonistas se dejaban llevar por el placer, besando sus labios y acariciando sus cuerpos ajenos al lugar donde se encontrasen.
Lamentablemente la vida real no era como esos libros.
Ella nunca llegaría a Amar y si es que llegase a sentir aquello lo destruiría como persona masoquista que es, lo admitía, el amor no era para ella y con orgullo lo aclaraba a cada hombre buen mozo que hablaba entre coqueteos.
Ella estaba consciente de su atractivo físico y a veces lo odiaba. Quizás si no era nadie atractivo seria invisible y seria lo que tanto desea.
Nada.
Pero siempre hay alguien que te hace cambiar y en su caso no hubo excepción.
Una loca, Literal, apareció de una forma un tanto.
Inesperada.
-¡Permiso! Necesito esconderme -rie.- ¡Estamos jugando a las escondidas! -entra por la ventana.
Escupe el café que tan a gusto tomaba.
-Escupes bien -rie nuevamente.