Mil Palabras Por Decir

Par celestecastillo16

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Tras años de dolor y maltratos por fin Sophie es libre, la pérdida de sus padres y los abusos por parte de s... Plus

Vida nueva
Primera promesa
Pijamada no Pijamada
De ejercicio a pastelitos con crema
Ojos de agua sucia y otros insultos
Votos de fe
La universidad de Marvel
Desnudos
Conociendo a Cupido
50 Sombras De Liam
Cada quien es su propio infierno
Los demonios se complementan
Opiniones que matan
Parejas y no parejas
Decisiones Significativas
Sensaciones
Mentiras
Actos insensatos
AVISO
Un roce
Sentimientos inconclusos
La impotencia te vuelve impulsivo
¿El Yeti no era un leyenda?
El amor es veneno
El Culto del Desastre
Mascaras de polvo y piedra
Los momentos se marchitan
La luna confidente
El deseo de un chico desesperado
Solo los buenos mueren jóvenes
El trayecto de un comienzo
Primeras Impresiones
El amor propio
La conciencia del hombre parte 1
La Conciencia del Hombre Parte 2
Felicidad en pastillas
De mí y sobre mí.

Un lugar para casarse

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Par celestecastillo16

Me encuentro en mi habitación con los pies apoyados en la pared, en serio que odio mi habitación. Esta pintada de azul con corazones de color blanco; todas mis cosas están dispersas por aquí y allí, los libros en el estante desordenados, en el suelo se encuentran cosas como mi Ipod y mochila, el closet es mucho para mí y para mi ropa, al verlo te causa la sensación de que no hay nada en el, aunque he ocultado entre la ropa una caja con recuerdos de todo tipo: fotografías, escritos, notas...Lo más importante una vieja cámara que recibí a los 12 años en donde escondo recuerdos, pruebas y parte de mi persona, cosas que no quiero recordar jamás. Me levanto y tomo una camisa súper rosa con unos jeans, me visto, arreglo y peino mi cabello con los dedos asegurándome de no parecer una pordiosera.

Abby está en la universidad y pues... Se supone que yo tendría que estar en el instituto si no nos hubieran dado el día libre. Saco dinero de la gaveta de emergencias y lo guardo en mi cartera, es evidente que si pretendo salir lleve dinero, salgo de la casa y cierro con llave mientras camino en busca de un taxi.

Estoy frente a la casa de Christian tocando el timbre por tercera vez a pesar de que es de mal gusto insistir tanto, voy por el cuarto cuando la puerta se abre dejando a la vista a Lucy, la chica de limpieza, no sé porque si son cinco personas no limpian ellos mismo, bueno, por otro lado no me imagino a Oliver a Max y mucho menos a Christian con un trapeador y un balde limpiando el piso.

— ¡Hola, Lucy! —Sonrío, ella y yo nos llevamos bien—, ¿puedo pasar?

Me devuelve el saludo y se hace a un lado—. Supongo que no habrá problema —entro y la acompaño por las escaleras—, si vienes por Christian te informo que está dormido.

—Sí, lo sé —resoplo al llegar a la puerta—. Duerme las veintisiete horas del día.

Se ríe y vuelve a la cocina donde me imagino que está limpiando las repisas. Fuerzo la puerta como me enseño y entro cerrándola detrás de mí. Christian duerme boca abajo por lo que cambio de táctica en cuanto a cómo despertarlo, me pongo enfrente de la cama y me dejo caer en su espalda, escucho un gruñido de protesta y antes de que me suelte una maldición —anormal en él— le lanzo mi cabello a la cara, resopla y hunde la cara en la almohada.

—Fue mala idea enseñarte a forzar mi puerta —se queja en voz baja—. Eres muy quisquillosa.

— ¡Cállate que tú me adoras! —Me acuesto a su lado—. ¿Sabes que te quiero verdad?

— ¡No voy a salir a ningún lado! —Se gira dándome la espalda—, hoy ando con Clinofilia.

Le quito el edredón y me pongo de pie en el colchón. —Dijiste que no desaprovechara mi vida solo durmiendo —comienzo a saltar encima de la cama por más inmaduro que sea—, ¿lo olvidaste?

— ¡Exacto! Dije que tú no lo hicieras —me observa con diversión—. No que yo no lo hiciera.

—Si no me acompañas invitare entonces a Max —digo con tranquilidad sabiendo que va a ceder— tú decides. Se sienta en la cama y se cubre la cara con las manos.

— ¿A dónde quieres ir? —Se frota los ojos.

—No sé —estoy cansada de saltar así que me detengo— esperaba que lo eligieras tu.

—Llegas a mi casa a las nueve de la mañana, ¿y no sabes a donde ir o que hacer? —Reprocha con ironía—, no vuelvo a ceder contigo.

— ¡Tú me adoras y punto! —Apoyo la cabeza en su hombro— ¿A dónde podemos ir en este pueblucho?

Medita mi pregunta —escuché de una mujer que tiene un jardín magnífico no muy lejos de aquí —se dirige al baño luego de tomar una muda de ropa—. ¿Te gustan las flores, cierto?

—Cierto —agarro su almohada y la abrazo—. ¿Podríamos hacer un picnic? —Asiente y cierra la puerta la puerta del baño.

Pov' Christian

Estoy preocupado por mí. Si por mí. No dejo de pensar en ella, en como sonríe, en la forma en que su mano encaja perfectamente con la mía, en el brillo de sus ojos cuando trama algo... No dejo de pensar en ella en todo el sentido de la oración y en el efecto que tiene en mí. Altera mi ánimo con solo un abrazo, incluso me despeino intencionalmente o no me peino solo para que ella se queje y lo arregle con sus dedos. Soy capaz de soportar una película romántica y triste solo para que ella apoye su cabeza en mi hombro, ¿qué clase de necesidad es está?, ¿Es necesidad cuando te acostumbras a ver a alguien todos los días? Paso todo el día a su lado y en el momento en que se aleja ya la extraño. Salgo de la ducha y por primera vez no ha logrado aclararme la mente en ningún sentido, me visto ahí mismo sabiendo que Sophie no me dejara tranquilo. Al salir me encuentro con lo menos probable que creí que vería, Sophie lleva puesta mi camisa de Hard Rock Café blanca y mi chaqueta gris que le queda gigante, abre los brazos como la estatua de Cristo en Río de Janeiro.

— ¿Quedé bonita? —Me acerco a ella y le quito la chaqueta, se sonroja creyendo que me he enojado, tomo una azul y se la pongo en los hombros.

—Con está te ves mejor —se la coloca y me abraza, la piel se me calienta ahí, donde la suya ha ello contacto indirecto.

— ¡Me encanta tú ropa! —Sonríe enseñando sus dientes, no para presumir su linda sonrisa, solo porque es feliz.

No puedo evitar reírme porque no todos los días una chica te dice que le gusta tú ropa y no en el sentido de verla en ti.

—Te la regalo —digo rodeándole los hombros con mi brazo al salir, se levanta de puntillas y me besa la mejilla la cual es su manera de agradecerme. Y tengo que decir que desearía que ese beso hubiera sido un poco más a la derecha, ¿acaso quiero besarla? Sacudo la cabeza sin poder creer lo que acabo de desear.

Tuvimos que explicarle al taxista unas cinco veces en donde nos iba a dejar, es fácil y sencillo "jardines del Edén" dice en un cartel con letras doradas decorado con flores. Nos recibe una Señora —y con Señora me refiero a una mujer de 63 años—, nos guía y explica que en el jardín hay distintos tipos de lirios, tulipanes, gardenias, hortensias.... En fin es un jardín con 12 hectáreas en donde hay miles de flores con un camino de piedra y fuentes a juego, en mi opinión es un buen lugar para una boda, no es que insinué que me quiero casar.

— ¡Es hermoso! —Sophie salta, mira, toma fotos con su celular y sonríe sin cesar. Si creo que de verdad le gustan este tipo de lugares.

—Los dejare a solas para que puedan hacer su picnic —dice la mujer con picardía insinuándonos cosas— espero y se lleven un lindo recuerdo.

Tiendo el mantel y aún lado pongo la mochila donde viene la comida— ¿te gusta? — Pregunto al mismo tiempo que me agacho y saco la comida que hemos tomado del estante juntó a la compramos en la tienda.

— ¡Me encanta! Que es diferente —Se acuesta evitando que acomode la comida—, me hace sentir libre y en otro mudo.

—Viajera de la galaxia me da permiso —tengo las bolsas de comida en ambas manos— este picnic de pizza y gomitas no se armara solo. Sophie palmea el lado sobrante invitándome a estar a su lado.

—No tengo mucha hambre —cierra los ojos—disfruta del momento —suspira— no todos los días respiras aire de verdad.

Con aire de verdad se refiere a aire limpio sin olores contaminándolo.

—Vale —me acuesto a su lado— ¿te puedo preguntar algo?

Asiente con los ojos aún cerrados, decido no arruinar lo perfecta que se ve en esta posición, tan tranquila y callada, se acerca estando hombro a hombro.

— ¿Si tuvieras que pedir algo en este mundo que sería? —Suspira— ya sabes lo de las 11:11

—Jum... ¡Ya sé! Pediría tener los ojos de agua sucia —ella no se ríe como siempre lo hace en cambio se levanta de forma repentina y se limpia los ojos, ¿acaso está llorando?— Sophie solo era broma —digo al tomar su mano.

Entonces me mira con sus ojos brillando por la tristeza que siente, la acerco a mí y la abrazo con la intención de consolarla, las lágrimas decoran las mejillas, los labios hinchados y rojos de llorar al igual que los ojos, verla así es difícil, estoy acostumbrándome a verla feliz sin importar lo que pasé y no me es fácil procesar el como ella que es solo alegría puede llorar.

— ¡Quiero a mis padres devuelta! —Llora sin consuelo alguno entre mis brazos— los extraño demasiado.

En momentos como estos es donde te das cuenta de muchas cosas y en este caso fueron dos, primero mi vida parece perfecta en comparación con la suya y segundo, yo realmente no entiendo su dolor y menos como hace para no caer. La tranquilizo como puedo, abrazándola y diciéndole lo opuesto a lo que debería que es "Tranquila todo va a mejorar", ¡vamos! A veces necesitamos que nos digan la verdad, así que en cambio digo: "Has aguantado hasta hora y podrás hacerlo por más tiempo"

Me rodea el cuello con los brazos, ya ha parado de llorar limitándose a sollozar, mantengo su cuerpo unido al mío, el olor de su cabello inundando me los sentidos.

—Lo siento, siento haberte sacado de tu casa solo para que vinieras a consolarme —sus labios rosan mi cuello cada que habla, ¡Odín por favor no me castigues así! —. En el fondo sabía que estaba deprimida, solo que soy muy orgullosa para admitirlo.

—Sophie, conmigo no tienes que ser orgullosa, puedes decir lo que sientes sin preocuparte porque vaya a crear un prejuicio de ello, y siempre que necesites de...

Suena su celular interrumpiéndome, ella lo toma para atender la llamada mientras se aparte de mí, yo por otro lado observo por el rabillo del ojo y puedo distinguir el numero en la pantalla es Max.

<<Hola, cariño>>

Dice Sophie manteniendo la voz lo más estable posible, no sé para qué contesta si no se siente capaz de hacerlo.

<< ¿En dónde estás, preciosa? >>

<<Almorzando, ¿y tú? >>

<<Seré directo, ¿aceptarías salir a ver una película conmigo hoy? >>

Puedo escuchar perfectamente su conversación, ¡desgraciado ese! ¿Qué no hay otras chicas con las que él pueda salir? Justamente tiene que ser ella, ruedo los ojos y me prometo no más llegar a casa aclararle a Max que no puede jugar con Sophie, que ella está fuera de su liga y alcance

<<Eh... Supongo que sí puedo>>

Me mira sin entender que acaba de aceptar, genial estoy tan alegre por ambos, creo que voy a saltar de la alegría.

<< ¡Genial! ¿Entonces te veo a las 17:00?>>

<<Si, a las 17:00 está bien>>

<<Antes de que se me olvide, no le digas a Christian que saldrás conmigo. >>

Me mira la diversión brillándole en los ojos los cuales hasta hace un momento estaban cargados de lágrimas.

<<Vale, no le contare nada. >> Cuelga la llamada.

— ¿Entonces saldrás con Max? —pregunto fingiendo indiferencia por el asunto pero por dentro estoy molesto, confundido, celoso y herido ¿qué acaso mi compañía no le basta?

Se encoje de hombros. —Eso parece —dice al mismo tiempo que agarra un paquete de gomitas— están raro para mí como para ti.

—Jum vale, avísame si intenta hacerse al Romeo contigo —ojala no hubiera aceptado salir con él, ojala y no hubiera aceptado salir con nadie.

—Tranquilo se cuidarme de un chico —me saca la lengua que se ha vuelto azul por las gomitas— no tienes de que preocuparte.

Sé que puede hacerlo, más yo no quiero que lo haga ella sola cuando me tiene a mí para cuidarla, para alejar a los buitres que la acosen y atosiguen.

—Sí, lo sé —le robo unas cuantas gomitas— es solo para que lo sepas.

Nota: Esta novela,está participando en los @PremiosGemasPerdidas,pueden pasar por el perfil y participar ustedes también.


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