—¿Que estás haciendo?— preguntó algo asustado el ladrón.
—¿Qué crees que hace un niño con un cuchillo?— examiné el cuchillo hasta la punta.
—Yo me iré, pero no me hagas nada...
—¡Que irónico! Tu venias con la intención de hacerme daño y yo no puedo hacerte nada, ¿por qué?
Me acerqué a él, se iba a levantar pero le di una patada en el estómago dejándolo sin aliento. Me arrodillé a su lado con una sonrisa malévola, tomé su mano lentamente colocándola en el suelo.
—Abre la palma—dije, pero no me hizo caso— Abre, ¡Ahora!— le hice un corte profundo en su brazo, el abrió su palma en el suelo, me acerque a él apuntando el cuchillo hacia abajo.
—Por favor...
—Tengo cinco amigos, pero hoy uno tiene que partir— comencé a señalar sus dedos— Tengo a Rodrigo, a Diego, Santiago, Humberto y Mauricio, ¿Cuál será el elegido?— sonreí— La hora llega y comienza la cuenta regresiva— seguí señalando sus dedos, uno por uno— Digo cinco...— señala su índice— digo cuatro...— toque con la punta del dedo medio— digo tres...
—No.
—Dos...— señalé el anular— uno...— ahora señalé el pulgar— cero...— levanté la mirada sonriendo.
Clavé inmediatamente el meñique. El dió un grito horrorizado, trato de gritar por ayuda pero clave rápidamente el instrumento punzante en su pecho. No quería matarlo, solo herirlo, pero ya estaba hecho, el abrió su boca expulsando sangre. Tire el cuchillo lejos de mí, ¿Ahora qué hago? ¿Dónde lo escondo? Sé que esto no puede ser algo nuevo, ya he eliminado a personas, pero ahora la situación era diferente por tener un cuerpo dentro de mi casa, no sabía qué hacer con él, no sabía a donde llevarlo o como ocultarlo. Si Amelia lo ve o sabe lo que hice regresare al Asylum y no por unos años, sino que de por vida. La sangre que salía de su cuerpo no ayudaba en nada, cada vez el suelo se manchaba más y no está de más decir que mi tranquilidad desaparecía. Recordé que tenía como una habitación bajando unas escaleras, lo utilizábamos como sótano, al menos Amelia no había entrado ahí, aun. Pero aunque me llevara el cuerpo este comenzaría emanar olores.
¿Por qué no me ayudas ahora voz de mierda? Claro, me haces asesinarlo pero cuando me hiciste ensuciar las manos te desapareces, pensé que eras mi aliado.
<<Escóndelo, necesitarás instrumentos para ocultarlo. No tienes nada para eliminarlo completamente y aunque salieras a comprar nadie te vendería ácido en grandes cantidades, eres menor de edad y no tienes auto, tienes que enterrarlo>>
¿Enterrarlo? ¿Acaso no has visto a las viejas que parecen cámaras de seguridad? Si llamo a la policía diciendo que quería robarme, los del Asylum no creerán y tal vez me ingresen para observarse.
<<Por el peso y longitud del cuerpo, cualquier intento de ocultarlo dejará marcas, tienes que cortarlo en partes pequeñas>>
Recordé cuando en césped del patio se llenó de plagas raras. Papá compró muchas cosas para eliminarlas, aunque echo muchos pesticidas las plagas se reproducían, así que decidió eliminar el jardín, echo ácido por mucha partes, de seguro ha de tener algo en el sótano. Me fuí al sótano, habían muchas cajas por todos lados, por suerte tenían nombres, me alegré al ver que había una en donde decía "Pesticidas" abrí notando variedades de frascos. Había un tarro gigante amarillo, gire rápidamente notando que era lo que quería. Tenía que traer el cuerpo aquí, pero no sabía si al echar el ácido el cuerpo emanar olores.
Quería llamar a alguien, quería llamé a Ethan, pero no quiero que se decepcione de mí, además son las dos de la madrugada y vive lejos.
<<Tranquilo, todos se ponen nerviosos la primera vez hacen algo mal visto para la sociedad>>
Cállate maldita voz, tú no eres el que trata de esconder un cuerpo.
Al trasladar el cuerpo, dejaba tirado sangre por todos lados y lo peor que yo estaba manchado de sangre. Tenía que quemar la ropa. Coloque el cuerpo en la tina del baño, si le echaba el ácido lograría desintegrarlo pero haría un desastre que sería mucho peor de limpiar.
No quería hacerlo, no quería cortar su cuerpo. Me levanté dirigiéndome a la cocina en busca de algo más grande que un cuchillo, buscaba algo como un hacha, algo lo suficientemente fuerte para cortar sus huesos. Abrí varias repisas, aplaudí cuando encontré lo que buscaba, saque todo lo que estaba en el baño, como la alfombra, el papel, higiénico, toallas, cepillos, de esa manera no mancharía nada y como es cerámica sería mejor lavarlo.
Tomé su mano, no sé por qué razón no me sentía tan asustado. Bueno tengo que admitir que si estaba asustado, pero no al extremo incluso me gustaba esto de tener a un muerto dentro de mi casa, parecía como en las películas, pero lo jodido era como eliminarlo, me gustaba la experiencia pero de todas maneras. La piel del ladrón estaba fría. Respire profundo tomando el objeto con el que iba a cortarlo, cerré los ojos, se me hacía tan difícil.
<<Tienes que hacerlo ahora, no sabes cuánto demorara descomponiéndose, en unas horas amanecerá y esa Amelia llegara>>
En ese momento recordé los libros que había leído, en especial los de Edgar Allan Poe, la manera en como los asesinos eliminaban a sus víctimas, me hacían sonreír ya que era increíble revivir esa escena.
No lo pensé más y corte su mano, luego su antebrazo. Tenía catorce años y tengo que admitir que ver como se deforma su cuerpo por mis cortes me asustaba un poco, tal vez haya visto fotos de muertos pero nada se compara con tener uno verdadero frente a mí. Quería llorar, estaba asustado a quien engaño, lo que prometí que nunca seria se convirtió en realidad. No pensé en más y volví a cortar sus extremidades, aun expulsaba mucha y tan solo cortar sus extremidades había llenado casi cuarta parte de la tina. Solo me quedaba cortar su tronco y la cabeza, pero no lo hice. Corte en trozos más pequeños sus brazos hasta que queden en parte algo pequeñas, Vertí el ácido en la tina, lo malo de esto es que comenzó a emanar gases y humos que dificultaban mi respiración.
Me levanté para irme al sótano, pero al ponerme de pie en el espejo note como el ladrón estaba detrás de mí.
Me gire pero no había nadie, corro al sótano en busca de mascarillas al encontrarlas regrese de inmediato al baño. Por seguridad cerré la puerta, me coloque la máscara y algunos guantes para evitar hacerme quemaduras.
"Me mataste"
La voz del ladrón resonó, ahora no me paralizare, tengo que ser rápido, mire el reloj notando que eran las tres de la mañana. Aunque haya echado ácido el proceso de desintegración era algo lento, cuando leí los libros de Edgar, había un caso similar al mío, el asesino había tardado ocho horas máximo, pero con otro método, el asesino preparaba su propio ácido y hervía al cuerpo. Amelia viene a las ocho y no daría tiempo suficiente.
"Se darán cuenta" la voz del ladrón me interrumpía "Ten en cuenta, que la mayoría de nosotros no trabajan solos. Saben que vine a esa casa, sabrán lo que hiciste"
—¡Cállate!— el ladrón estaba a mi lado llenándome la cabeza de ideas absurdas.
No es real, solo estas alucinando por el miedo, no es real, no es real.
El cuerpo dentro de la bañera se había convertido en un tipo de masa espesa, amarillenta pero en su mayoría rosada. Cualquiera que entre le luciría tétrico y pensaran que soy un demonio. Metí un palo fino para que el fondo de la bañera no se tape y de esa manera fluya más rápido. Pero estaba demasiado espesa, así que dude que este fluyendo. Tome un balde de agua, luego lo hecho a la bañera, de esta manera seria algo más liviana, como si la vida me despreciara lo minutos pasaban más rápido. Ya eran las cuatro y aún seguía entera la bañera, aun había medio torso del cuerpo, el rostro desfigurado del ladrón. Eche más agua, al parecer había funcionado más rápido, pero también no deje de echar ácido.
"¿Te das cuenta que esto fue la primera vez y de que no será la última?" el Ladrón estaba inclinado en la puerta cruzado de brazos.
— No eres real, te estoy imaginando.
—Vano niño, tienes algo diferente de loco no estaría hablando contigo— levante la mirada notando como me miraba con una sonrisa de lado— Necesitaba el dinero, mi novia lo necesitaba para una intervención...
—No quiero saber nada de ti, no es mi problema que tu novia necesite dinero.
—Si lo sé, me di cuenta que ni siquiera quieres haber nada de ti mismo.
—Tú no sabes nada de mi— dije cortante.
—Es cierto, yo tuve que escoger ser esto porque lo necesito, porque no encontré oportunidades, no sabes cómo quisiera nunca haberme metido por este camino, sabía que no todas las personas le tenían miedo a los ladrones, no quería que algún día pase algo malo, no quería que alguien acabe conmigo de la forma en la que estas ocultando mi existencia...
—¡Cállate!— golpeé la pared.
—Golpea lo que quieras, ¿De verdad quieres convertirte en alguien despiadado sin razón?
—Ya cállate...por favor— seguí echando ácido a la bañera.
El ladrón ya no estaba en el baño, me tome las sienes cerrando los ojos.
Al abrirlos abrí mis párpados totalmente sorprendido al verme frente a mí, era yo de pequeño.
—Dijiste que no serias un monstruo— dijo el pequeño— Te volviste en uno.
—No pude evitarlo— las lágrimas amenazaban con salir pero me contuve.
—Mama estará decepcionada de ti, tan solo mírate tu decidiste ser así, tu escogiste, la vida no te ha dado la espalda, la vida no te odia, tú la odias a ella.
—Mama ya no está aquí...
—No está, tampoco quería morir, ella solo quería verte crecer con la mirada hacia arriba. El dolor hace a las personas fuertes pero a ti solo te ha convertido en alguien débil, malvado, sobretodo te convirtió en alguien que ni sabes quién eres, quieres huir de ti mismo y tan solo porque vives atormentándote con algo que tu no hiciste pero, no es solo eso. Cómo te sientes tan herido dañas a otros solo por capricho, según tu deben conocer el dolor que te hicieron sentir a ti, tu no mataste a nadie. Eres egoísta— mi propio reflejo de cuando era niño apretó sus rodillas contra el pecho.
—¿Yo no lo hice?
—Ni siquiera te conoces, me das pena, me da lástima que eras la persona que daban consejos a todos ayudándolos, pero a ti no te sirvió de nada.
¡Basta, basta!
Salí del baño, no podía creerlo hasta yo me mismo me atormentaba. Tome esponjas, cubetas con agua y jabón, comencé a limpiar todo rastro de sangre, no quería levantar la mirada porque sabía que el ladrón y Keith niño me seguían con la mirada.
—ya no cuentes con tu inocencia— dijo el pequeño— Ya no eres yo, simplemente eres un desconocido sin identificación, apareceré cuando alguien quite al demonio de tu cabeza y haga que seas quien eres en realidad, porque tienes un mal concepto de ti mismo. Piensas que en realidad eres esto, un enfermo psicópata, pero no, no eres esto.
Levante la mirada, estaba solo completamente. Cualquier rastro del ladrón y de mi reflejo ya habían desaparecido. Suspire subiendo un gran alivio, con las esponjas comencé a limpiar el suelo, restregando cada gota sangre, cada prueba de que soy un monstruo.
Yo no quiero ser así.
La voz del ladrón aun a seguía dentro de mi mente acompañado con la conciencia que siempre me decía cosas, ya no era una sola voz, ahora eran dos. Apreté la esponja contra el suelo, limpiando toda la casa, olía a sangre la casa y no se diga del olor que hay en la bañera. Me dirigí a la cocina buscando las cosas que Amelia había comprado para la casa, en un sitio especifico encontré los desinfectantes. Sin pensarlo dos veces me coloque los guantes y asee todo, de seguro Amelia se sorprenderá de que haya limpiado la casa, me preguntara porque lo he hecho pero no tengo tiempo, después buscare una excusa.
No demore mucho en limpiar todo, pronto serían las cinco de la mañana y mientras más pasaban los minutos el baño más apestaba, la masa se había vuelto más espesa de lo común. Abrí todo el botellón de ácido y lo vertí, habían como cuatro litros. Salí de inmediato del baño ya que este se había nublado por la gran cantidad que había tirado.
Cerré la puerta y me deslice en el suelo, me tome la cabeza encogiendo mis rodillas.
Yo no puedo regresar al Asylum, no para siempre.
Espere una hora completa fuera del baño, abrí la puerta, al parecer esa nube que opacaba el baño ya no estaba, me acerque a la tina por suerte había eliminado la mayoría, pero aún quedaban restos. Trate de examinar por que no se descomponía aquello blanquinoso, con un pequeño moví aquello notando que eran parte de sus huesos y el caballo, me di cuenta que eliminar sus hueso y cabello era algo más lento.
Mire el tanque de ácido y ya no tenia, había llenado la bañera con todo el tanque. Por suerte no había quedado mucho del cuerpo restante. ¿Qué hago con esto? En una hora y media llegaría Amelia y yo no podía tocar aquella masa llena de ácido.
<<Mójala muchas veces>>
El agua lograría quitar algo de ácido, pero aunque eche agua esos restos no se disolverían, además tenía que limpiar el baño. ¿Porque demonios no llame a Amelia para decirle que querían robarme? ¿Por qué no llame a la policía?
Basta, ya está hecho y no es hora de preguntarme nada. Se me vino una idea a la mente, mire el tanque de ácido, tal vez deuda meter lo que sobra dentro del tanque y después tirarlo. Aunque los huesos no se descompongan en su totalidad se quebraban fácilmente con golpearlos.
Tengo que hacerlo ahora, me coloque los guantes acompañados de otros guantes, por si acaso. Tome con asco aquella masa rojiza y comencé a colocarla en el tanque, después de varios minutos por fin había colocado los restos, pensé que no alcanzaría pero hasta ha sobrado espacio, solo tenía que esconder el tanque y listo. Mire el baño, estaba un completo desastre, en especial la bañera, mire el reloj notando que tenía cuarenta y cinco minutos.
<<Será suficiente tiempo>>
Restregué todo hasta que quede reluciente, no es por exagerar pero la cerámica de bañera y la del, suelo había quedado reluciente incluso podía ver mi reflejo. La bañera se había tapado, abrí el conducto y con un palo fino destapaba todo para que fluya por su camino, gaste como dos frascos de ambientador en el baño y como dos o tres más por toda la casa, sé que se le hará algo sospechoso a Amelia, pero si de algo se es que puedo convencer a las personas.
Miré el reloj del teléfono, en tan solo cinco minutos Amelia llegaría y aún faltaba mi ropa, no podía quemarla ahora, así que tengo que esconderla. Subí a mi habitación, no podía ocultarla en el fondo del armario o debajo del colchón, recordé cuando jugaba con Helena y escondíamos a un conejo, mama le tenía alegría pero nosotros queríamos quedarnos con él, Helena se las ingenió para hacer como un pequeño hogar debajo del suelo de la habitación, me agache buscando donde era, hasta que encontré la pequeña puerta de madera, metí la ropa y cerré nuevamente por suerte el armario estaba encima de este pequeño escondite.
La puerta sonó, me eche en la cama para leerme el dormido. Todo están en su lugar, aquel tanque están escondido, la casa no olía a muerto, el cuchillo del ladrón también lo escondí, la ropa. Sentí con o Amelia abrió la puerta, cerré los ojos, lo que pude ver apenas era como me miraba con una pequeña sonrisa. Ella se retiró de mi habitación, lo que si sería sospechoso era que me haya acabado los ambientadores, que la casa luzca tan bien y que a mí me haya dado la motivación de arreglar la casa.
Baje haciéndome el adormilado por las escaleras, Amelia me sonrió diciéndome buenos días.
—Buenos días— respondí, trata de no estar nervioso— Seguí tu consejo— ella se sorprendió al ver que le estaba hablando.
—¿Cuál de todos?— sonrió, preparando el desayuno.
—Me dio un ataque de pánico luego de una pesadilla— suspiré— no sabía que patillas tenía que tomar...y me desespere cayendo de las escaleras.
—¡Oh cielos! ¿Cómo se encuentra? ¿Le duele algo? Tenía que haberme informado, aunque no pueda hablar por el ataque era solo de timbrarme la llamada y estaría por aquí.
—Estaba desesperado, luego de quedar inconsciente me enoje demasiado conmigo mismo...yo...— me estaba poniendo nervioso— quería destrozar todo, pero recordé cuando dijiste que cuando te enojas comienzas a arreglar todo...es vergonzoso pero lo hice.
—¡Oh! Ya te iba a preguntar por qué la casa estaba tan limpia... ¿Por qué usaste todos los ambientadores?— frunció el ceño.
Mierda, mierda, mierda.
"Por que querías ocultar mi olor a muerto" la voz del ladrón me resonó.
Piensa, piensa, piensa.
—¿No se usa uno de esos frascos por habitación?— dije de manera inocente.
El soltó una sonrisa ocultando el rostro con sus manos. Aunque me crea entupido era mucho mejor así, prefería eso en vez de un: ¡Hey! Es que estuve descomponiendo un cuerpo con ácido.
—Has aprendido mucho limpiando, pero si no quieres morir intoxicado será mejor que solo es una pequeña rociada por habitación.
—Yo quería hablar contigo sobre algunas cosas que quiero que compres— ella frunció el ceño.
—¡Claro! Solo dígame que quiere y lo comprare.
—Quiero aprender a conducir y cuando aprenda quiero que compres un carro, al tener los dieciséis quiero manejar mi carro.
—Sera así niño Keith— me sonrió, yo le di una sonrisa a medias dirigiéndome a mi cuarto nuevamente.
Bueno se me haría más fácil tirar un cuerpo ahora... Espera, ¿Seguiré haciendo esto?
<<Vamos Keith aunque te hayas asustado ¿no te pareció divertido? Además te alivia los ataques que tienes>>
Se sintió demasiado bien, pero no sé si quiero intentarlo de nuevo. ¿Qué demonios estoy haciendo conmigo?
—Eres un pequeño demonio que se convierte en un verdadero diablo.
***
Hola criaturas de la oscuridad♥ ¿Que les ha aparecido? ¿No les dio como miedo o gusto la manera en como describí el asesinato? Estoy haciendo un trailer para la nueva novela, además les pediré que me apoyen no saben como me esta quedando... SPOILER: VAN A AMAR A ELLIOT :c Después de este capitulo, saldra el verdadero origen no recuerdo si es ahí donde conoce a Ashley♥
Bueno, estaré dedicando a los que mas comenten...voten y comenten, saquen conclusiones y dudas que los ama mucho Alicia♥