~Pov Lucy~
Hay veces en que ni yo misma me entiendo, y puedo decir con toda seguridad, que esta es una de esas veces. ¿Por qué? Porque estoy caminando rumbo al Centro Comercial con un pelirrosa al que no soporto, para ayudarlo con mi amiga...
¿Acaso se puede ser más idiota?
Oh, claro que se pude, ya que a Lisanna le gusta Sting...
Y este es el momento en donde me pregunto a mi misma...
¡¿Por qué acepté si sé que no tiene oportunidad?!
Bueno, no tengo idea, pero ahora no hay vuelta atrás.
Sólo espero que esto salga bien para él...
—Oye, Natsu— Llamé su atención.
—¿Si?
—A ti... ¿te gusta mucho Lisanna?
—Supongo que si— ¿Supone? ¿Ni siquiera está seguro que tanto le gusta?
—¿Cómo que supones?
—Supongo— Repitió encogiéndose de hombros— No es muy usual que me guste una chica.
—¿En serio?
—Si. Soy un desastre en el amor, por eso Gray es mi consejero en estas cosas.
—¿Gray? ¿El chico que hizo un examen con un marcador rosa con tal de no pedirle un lápiz a Juvia?
—Si, no tengo mucho presupuesto para consejeros amorosos—Dijo riendo— El punto es que estoy seguro de que siento algo por Lisanna.
—Entiendo...
—De todos modos, gracias por ayudarme, Lucy.
—Solo recuerda que me debes una.
—Claro.
Y sin decir nada más, seguimos nuestro camino al centro comercial. Una vez llegamos, entramos y subimos al segundo piso, donde estaba ubicado el patio de comidas. No tardamos en ver a Lisanna comiéndose un helado como si fuese el último que comería en su vida.
—Bueno, aquí estamos— Dije apuntando a Lisanna con la cabeza.
—Si. ¿Y... Y ahora que?
—No lo sé, tu fuiste el que me pidió venir— Dije indeferente.
—¡Si! ¡Creí que sería una buena idea acercarme más a Lisanna!
—¿Y no encontraste una forma mejor de hacerlo que por medio de mi?
—¡No!
Tiene que ser una broma.
—Natsu, para acercarte más a ella tienes que dejar de lado todos esos nervios y ser tú mismo. Sin parecer más idiota de lo que ya eres.
—¡Es fácil para ti decirlo!
—Estoy tratando de ayudarte, así que concéntrate.
—Está bie...
—¡Lucy!— Me llamó a lo lejos una voz que conozco más que bien, logrando que la cara de Natsu se pusiera roja cual tomate. Que bien lo manejas, Dragneel.
Me di media vuelta y, arrastrando a Natsu conmigo, comencé a caminar hacia la mesa donde estaba Lisanna.
—¡Hola!—Nos saludo ella.
—¡Hola Lis!— Dije tranquilamente tomamdo asiento.
Al ver que no había respuesta por parte de Natsu, no dudé en pegarle un codazo. El segundo del día, por cierto.
—¡H-hola Lisanna!— Dijo casi sin aire por el golpe. Ups...
—Si... Espero que no te moleste, pero cuando salimos del orfanato invité a Natsu a venir— Dije entre dientes las últimas palabras. Me molestaba la idea de tener que ocultarle las cosas a mi amiga, pero no sería por mucho.
Natsu tendrá que aprender acercarse a ella por si sólo.
—¡Claro que no me molesta!— Dijo ella con entusiasmo— Natsu es genial. Además, todo por ti Lucy— Dijo por lo bajo lo último, mirándome con esa mirada pervertida que solo ella tiene.
Si supieras...
—No digas tonterías. Solo estoy... Tratando de llevarme mejor con él— Mentí. Pff, como si eso fuera a pasar.
—Claro, eso... Después de todo tendremos que trabajar juntos un buen tiempo— Me siguió el juego— Te debo una— Susurró rápidamente.
—Lo se— Le respondí de igual manera— Entonces, ¿Cómo te fué en el hogar de ancianos?
—¡Muy bien! Todos fueron muy amables. ¿Y que hay de ustedes en el orfanato?
—Bien, supongo— Contesté.
—Si, los niños son un poco... Eufóricos, ¡Pero son geniales!
—¡Ryuu es tan lindo!
—¿Quien es Ryuu?— Preguntó Lisanna curiosa— No me digas que te gusta alguien...
—¡Claro que no! ¿Cual es tu problema con querer emparejarme con todo el mundo?
—Bueno, va siendo hora de que traigas un novio, ¿no crees?— Dijo riendo. Hija de...
—Ryuu es un niño muy tierno de no más de cinco años— Explique.
—Literalmente se le caía la baba por él— Acotó Natsu. Exagerado.
—¡Que tierno! Ustedes tienen suerte de trabajar con un montón de niños.
—Si, seguro...— Dijimos al unísono no muy convencidos.
—Oigan, ¿Por qué no compramos un helado?— Habló mi amiga, con el mismo entusiasmo que una niña de seis años.
—¿No acabas de comerte uno?— Pregunté.
—Si, pero quiero otro— Es todo un caso...
—¡Vamos, yo quiero uno!— Se emocionó también Natsu. Wow, se parecen mucho.
—De acuerdo, yo también quiero— Confesé riendo— Pero creo que no traje dinero.
—No digas tonterías, rubia. Yo invito— Dijo Natsu.
—No es necesa...
—Nop, no puedes negarte, son las reglas. Te debo una, ¿Lo olvidas?
—¿Estás intentando pagarme con un helado?... Bueno, no suena tan mal.
—¿De que hablan? ¿Pagar que?— Preguntó Lisanna confundida.
Creo que olvidamos que nos estaba escuchando... ¿Ups?
—N-nada— Se apresuró a decir Natsu.
—Vamos por ese helado de una vez— Dije poniéndome de pie rápidamente...
***
—¿Estas bromeando?— Preguntó Natsu a punto de llorar de la risa.
—¡Claro que no! Les digo que esa señora sabía baila muy bien. Creo que lo hacía mejor que Lucy— Se burló la idiota de mi amiga.
—¡Oye! No soy tan mala— Dije riendo. Aunque ni yo me lo creo...
Estuvimos toda la tarde en el centro comercial, ¡Y no pudimos parar de reír!
La buena noticia es que el idiota comenzó a relajarse más al hablar con Lisanna, así que todo esto no fue en vano. Sin mencionar que conseguí un helado grátis...
—Chicos, ya es tarde, creo que deberíamos irnos— Habló Lisanna revisando la hora en su celular.
—Si, es cierto.
—Entonces vamos, yo las llevo— Dijo Natsu sacando la llaves del auto de su bolsillo.
Espera, ¿Llaves de auto?
—Emm... Natsu.
—¿Que?
—Sabes que nosotros llegamos aquí caminando, ¿Cierto?
—¿De que hab... ¡El auto!
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¡Holis! :D
*Le tiran tomates*
OK, perdón por tardar tanto en actualizar. Es que desde que empecé con la escuela, apenas tengo cinco segundos al día para respirar. Ahre.
*Le tiran piedras*
Perdón, no los aburro más con mi vida y mis chistes malos :)
Peeeeeero, quería darles las gracias a todos por todo el apoyo!
No quiero sonar repetitiva, pero en serio, ¡Ya llegamos a las 400 Lecturas! :D
Si, para mi eso es motivo de festejar, no destruyan mi felicidad (?
¡Un beso! ❤