Me picaron tres mosquitos esta tarde.
El de la lástima, cada vez que lo rasco pienso en que hay miles de personas en el mundo muriendo en este segundo. Siendo abusadas. Hay robos, secuestros, mafias planeando su próximo golpe. Y yo acá, rascando ese granito y sintiéndome miserable por no poder hacer nada.
El de el dolor, cada vez que lo rasco recuerdo cuántas veces me desilusionaron, las veces que rascaron mi corazón. No un granito. Las veces que necesite tanto de alguien pero no quise mendigar amor y preferí seguir adelante como pueda. Ahí es cuándo vuelvo a pensar en las cosas que nombré allá arriba, eso es peor que tener el corazón roto.
Y el de el amor, cada vez que lo rasco te recuerdo a vos. Y me olvido de todo. El mundo se convierte en un lugar pacífico donde convivir. Me siento tranquila, nadando en flores de colores y hasta sabores. Me acuerdo de tus ojos y de tu pelo, de tus rodillas y de tus venas. Y sonrío, porque sos la única persona que logra hacerme olvidar de todo con una sola mirada.
Es la única picadura que quiero que no se vaya jamás.