- cariño...- murmure moviendo el cuerpo de mi adormilada novia.
Aquella que tantos suspiros me sacaba y que cada día me enamoraba más.
- cinco...minutos - pidió con su voz rasposa. Se volteó dándome la espalda dejando al descubierto su trasero.
- nada de eso o llegaré tarde, bebe- dije dándole una nalgada.
Soltó una suave risa, segundos más tarde, se levantó.
- está bien - dijo caminando hasta el baño, tiempo después escuche el ruido de la ducha.
Como yo no sabía manejar, Lauren me iba a dejar y a buscar al hospital en donde yo hacía mis prácticas.
Así es, estudiaba medicina. Mientras que lauren estudiaba leyes. Su práctica la hacía en una de las mejores firmas de abogados que hay por la ciudad.
Ella entraba más tarde que yo y por eso me iba a dejar.
Dirán: ¿por qué no aprendiste a manejar? Bueno, es que como Lauren siempre me iba a buscar y a dejar a todos lados, no lo vi necesario.
Salió minutos más tarde y se vistió, en 20 minutos aparcabamos fuera de una cafetería.
Nos bajamos a desayunar, (porque no nos dio tiempo de hacerlo en casa) y lo hicimos tan rápido como pudimos.
Horas más tardes me encontraba en el hospital, estaba concentrada en mi pequeño paciente, el cuál de había fracturado la pierna gracias a una buena caída con su bicicleta.
Al terminar de atenderlo, fui hasta la sala donde descansaban los médicos y me senté en un sofá sacándo mi celular.
Amor: ¿salimos hoy con las chicas?.
<visto>
- bebé, es lunes. - envíe de respuesta.
Amor: ¡vamos! No seas aguafiestas.
<visto>
- está bien. - teclee rápidamente, tenía la sensación que está noche sería difícil.
Y lo fue.