Me levanto bastante animada, hoy es un gran día para sonreír le a la vida, hoy puedo celebrar oficialmente que es verano, casi chillo de la emoción, siempre he amado el verano, el sol, la playa, barbacoas, me entusiasma saber que tengo 2 meses de gloria infinita . Bajo a la cocina a por algo de desayunar, solo son las once de la mañana y mi casa ya parece el metro, ha llegado mi tía con mis dos primas pequeñas de 8 años, si, las dos son gemelas y no paran quietas, en fin, como iba diciendo, me dirijo a la nevera para tomar algo en lo que mi madre termina de hablar con mi tía. Mi hermano aún duerme así que voy directa a el baño aprovechando que él no está despierto, el agua fría recorre cada centímetro de mi cuerpo y me despierta por completo, es una agradable sensación cuando salgo de la ducha envuelta en mi albornoz azul turquesa que tanto me gusta, la música suena de fondo mientras me cepillo el pelo, cuando termino me visto, opto por unos shorts de tiro alto verde militar y una blusa corta blanca de tirantes, amarro mi cabello aún húmedo en una coleta de caballo y bajo los escalones descalza, tarareando una cancioncilla inventada en el momento - buenos días mamá- ella me sonríe y sigue con lo que está haciendo, apenas me ha dirigido la palabra en esta semana, y no es que me haya peleado con ella ni mucho menos, es simplemente que está rara... en cuanto a papá, simplemente está igual, metido en sus asuntos de trabajo -Elena...tenemos que hablar- eso no parece sonar muy bien en cuanto sale de su boca, nunca había visto a mamá así - ¿pasa algo malo? ¡¿se murió el perro?! dios - ella niega, y entonces me informa -lo hablaremos en cuanto esté tu hermano en planta, y no quiero miradas de suplicia para que te lo diga antes porque sabes que no va ha funcionar- gruño pero enseguida se me pasa cuando se me ocurre la mejor idea del mundo...
Estoy ha tan solo unos centímetros del oído de mi hermano y entonces cuando estoy lo suficientemente cerca...-¡DESPIERTA!- salta de la cama apunto de caerse y entonces me muero de la risa al ver su cara de espanto -¡ te has vuelto loca !- me tira su almohada en la cabeza, pero no me importa porque sigo riéndome, pero recupero el aliento y le digo más calmada -mamá quiere hablar con nosotros- frunce el ceño y me encojo de hombros. Mamá se ha sentado en el otro sofá opuesto a el que estamos mi hermano 2 años mayor que yo -vale, empecemos- se aclara la garganta y ya me estoy impacientando -como ya sabéis a empezado el verano, las vacaciones- suspira -se que es una buena noticia para vosotros pero para mi no tanto...- prosigue -tu padre y yo...tenemos que viajar por negocios a Miami, durante casi todo el verano, no puedo dejarlos solos sin antes deciros un par de cosas...- mi hermano salta de la alegría pero parece que a mi no me emociona tanto la idea... mamá sigue hablando sobre chorradas de "no fiestas, no alcohol..." bla bla bla, yo aún sigo anonadada sin saber como reaccionar, ¿qué voy ha hacer con mi estúpido hermano durante casi 60 días? no quiero soportar esas estúpidas fiestas que hace cuando papá y mamá no están en casa, al final siempre soy yo la que acaba siendo la que recoge la casa para no acabar castigados. Mamá ya está en la cocina haciendo el almuerzo, mi estúpido hermano está en su cuarto con la música a todo volumen, la casa retumba, mamá ni se inmuta, esto es una estupidez.
Tras una larga charla con mi mejor amiga Sasha sobre chicos guapos, ropa, bueno en fin cosas de chicas, le cuento la noticia de esta mañana -aaaaaaaaah- alejo el móvil de mi oreja ante el espantoso chillido de Sasha y vuelvo a pegarlo a mi oreja - tía es lo más, estoy deseando volver a ver a tu hermano, está tan bueno...- casi me da una arcada al escuchar eso -por favor, para- seguimos hablando sobre el tema y a los pocos minutos termino la llamada, el lado bueno de todo esto es que Sasha me ha dejado quedarme los fines de semana en su casa. el resto del día lo paso viendo las series de la televisión y dando vueltas por la casa.
UNA SEMANA DESPUÉS
-Te quiero, cuida de tu hermano, si pasa algo grave ya sabes que puedes llamarme, sea la hora que sea, no lo olvides, tu tía se pasará una día a la semana por si necesitáis algo- me dice mientras me abraza fuertemente y se despide dándome un agradable beso en la frente, papá ni se molesta en despedirse, simplemente nos lanza una sonrisa falsa y cierra la puerta mientras sigue con su teléfono pegado ha la oreja, no se como no se le derrite de tanto pegarse el móvil. La casa queda en absoluto silencio hasta que uno de los dos habla - primero, nada de fiestas, segundo nada de amiguitos tuyo por aquí, y tercero pero no último nada de chicas de una noche, ah, y nada de alcohol, en cuanto vea una sola cosa fuera de su sitio mueres- se burla de mi dándome un pequeño cate en la cabeza -ay- me quejo mientras él corre hacia arriba por la escaleras -estúpido...- le digo pero parece que no se entera.
Los días pasan y parece que todo va bien pero se acerca el fin de semana es viernes por la noche, mi hermano está preparando un par de cosas, vasos, alcohol, hielo, al final a conseguido salirse con la suya, sigo viendo la tele ignorando por completo a mi hermano, al finalmente canso y la apago, me quedo mirando el techo -¿cuanta gente?- por fin pronuncio -unas...200 así..- abro los ojos por completo cuando lo escucho, ¿Cómo puede conocer a tanta gente si solo tiene 18 años? -¡¿que!?- casi me desmayo - lo que oyes así que si no quieres que te encierre en el baño arréglate o haz algo- me cruzo de brazos y hago lo que me dice, al fin y al cabo una pequeña fiesta no me sentará mal hace mucho tiempo que no voy a ninguna, además si quiero irme a dormir solo tendré que subir las escaleras. Me doy una ducha rápida y me seco mi pelo, luego lo plancho, ha crecido bastante, me llega casi por el trasero, estoy pensando en cortármelo, pero bueno, a lo que iba, una vez planchado por completo me aplico la base de maquillaje y luego termino haciéndome mi mejor resultado, mis ojos brillan y me siento despampanante, ahora salgo del baño y miro en mi armario, me entra el pánico al no ver nada que ponerme, hasta que encuentro una falda estrecha negra que llega hasta medio muslo, acompaño esta con una blusa de tirantes ancha y corta con un escote notable pero que no deja ver nada y un elástico que hace que la blusa se pegue a mi cuerpo, es preciosa ya ni si quiero la recordaba en mi armario, por último mis más preciados tacones. Me retoco rápidamente mi maquillaje mientras escucho el zumbido bajo mis pies y un barullo de gente, supongo que ya habrá llegado los amigos de mi hermano, como siempre llegan antes. Bajo las escaleras lentamente para no tropezarme hasta llegar a la pequeña entrada, avanzo por el suelo de madera hasta llegar a el salón, las luces están tenue y el color es un azul eléctrico gracias a los leds que compramos el otoño pasado, eso le da un toque más moderno a el lugar, todo está completamente ordenado, los sillones y el sofá que antes estaban en mitad de la sala ahora están pegados a las paredes, las cortinas están cerradas y en la cocina solo hay vasos de plástico bebidas limón y hielo, menos mal que los vasos de cristal los ha quitado el estúpido de mi hermano que por una vez en subida utiliza el cerebro. Mi hermano se percata de mi ausencia y deja de hablar con el grupo de amigo de siempre que me miran de arriba a abajo mientras cuchichean, me estremezco incomoda por la situación y ahora dirijo la mirada a mi hermano que se encuentra delante de mi, tengo que elevar la cabeza un poco ya que es bastante más alto que yo - tu encárgate de que las habitaciones estén cerradas- asiento y corro hasta arriba sin preocuparme de caerme o no , lo último que quiero es que entres a mi habitación o a la de mamá y papá, la de mi hermano me importa una mierda, que se joda. A medida que pasaba el tiempo a llegado la gente, exageradamente en grupos grandes, pronto un dj maneja la música y esto se convierte en una verdadera fiesta americana, gente bebiendo, saltando riendo gritando, bailando, todo lo que se os pueda ocurrir, mientras tanto yo estoy sentada en el sofá con una baso en mi mano que me ha pasado una chica, me lo estoy bebiendo a pesar de que no se lo que es, suspiro cansada del aburrimiento, varios chicos se me acercan pidiéndome desesperados que baile con ellos, pero los rechazo, la mayoría solo buscan sexo. Llamo a Sasha para preguntarle cuanto más va ha tardar, pero no me responde, sigue pasando las horas hasta que mi atención se centra en un chico alto de la estatura de mi hermano, sus ojos son tan verdes como los míos, su cabello es oscuro, es bastante guapo, y ahora me fijo de con quien habla, se trata de mi hermano, me resulta extraño, nunca lo había visto por aquí, ni en el instituto, ni en otras fiestas que ha hecho mi hermano otras veces, y parece tener mucha confianza con mi hermano, no aparto la mirada de él hasta que sus ojos se fijan en los míos, su expresión es tranquila pero a la vez fría, cosa queme pone los pelos de punta, mi hermano para de hablar con él y se fija donde él está mirando, entonces sonríe y me hace una seña para que vaya, me pongo en pie casi tambaleándome, las piernas y las manos me tiemblan, este tío no me da buena espina -ven Elene te presento a un amigo- casi gritando extiende su mano y me rodea los hombros, el tipo no para de mirarme - este es Adrián, lo conozco de hace poco pero es buen tío, de ahora en adelante vendrá a casa- el aliento de mi hermano huele bastante a tequila, le patina la lengua, está borracho pero el tal "Adrián" parece que está sobrio - tu hermano es un capullo- sonríe de lado, sus labios son carnosos y rosados, su sonrisa perfectamente alineada y blanca, es tan perfectamente....capullo como mi hermano.
La noche pasa lenta, Sasha me ha llamado diciendo que ha pillado un virus y no puede venir, así que paso las horas de un sitio a otro, a veces subo a mi habitación para buscar un poco de distracción, pero no hay nada que me distraiga. Voy al baño y cierro la puerta tras mi, me miro al espejo, todo sigue en su sitio excepto mi pintalabios que se ha corrido un poco ha causa de la bebida que ha humedecido mis labios, los vuelvo a pintar y salgo de nuevo, decidida tiro del pomo y cuando estoy a punto de salir, choco con un cuerpo y casi caigo a suelo pero una mano me sujeta, sigo la mirada por su musculado brazo hasta llegar a su cara, es ese tipo de antes, como se llamaba...Alan? Álvaro...? -perdón Alan es que creía que...- corta mi frase -¿como?- frunzo el ceño -¿me has llamado Alan?- asiento un poco insegura y rompe e carcajadas y niega - me llamo Adrián- pronto mis mejillas arden y parece que él lo nota y le resta importancia - no pasa nada- asiento de nuevo y esta vez aparto la mirada dirigiéndola a otra parte sin importancia -pero puedes llamarme como te de la gana- le miro y me quedo en blanco ¿que le digo? ¡joder! -eeh...bueno encantada, Adrián- paso rozando su brazo y bajo las escaleras corriendo hasta el jardín trasero donde hay algunas personas pero no demasiadas - vale, eso ha sido muy raro..- hablo conmigo misma intentando buscar tranquilidad y consuelo.