Mates (Camren G!P)

By turningpages97

581K 32.7K 17.3K

El pueblo de Campbellville, Ontario, Canadá siempre ha sido el hogar de Lauren Jauregui, donde dio sus primer... More

Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
N/A
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12 (Parte I)
Capítulo 12 (Parte II)
Capítulo 13
Capítulo 15
Capítulo 16
¡Mi nuevo libro ya está disponible!
Capítulo 17
Fallas/errores en Wattpad
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20
Capítulo 21
Capítulo 22
Capítulo 23
Capítulo 24
Capítulo 25

Capítulo 14

17.6K 1.2K 505
By turningpages97

N/A: ¡Nueva portada! In love with the amazing new cover SLOTHTATO made for me! Thank you so much, it flutters my heart just by looking at it! ¿A ustedes les gusta?

Lauren's POV

"Camila..." 

"¡N-no, no te acerques!" Efectivamente, ella ahora temía que la lastimara. Nada podía dolerme más que eso, porque yo jamás haría algo así. "¿Dónde... D-dónde estamos? ¿Qué es este l-lugar?" Se pegó contra la pared, queriéndose alejar lo más posible de mí, que permanecía parada a un metro de la camilla. 

"No voy a lastimarte, yo-" 

"¿¡Dónde me has traído!? ¿¡Q-qué... Qué es esto!? Quiero-q-quiero salir de aquí." Una solitaria lágrima corrió por su mejilla y sentí mi corazón encogiéndose. 

"Camila, por favor..." Alcé mis manos intentando apaciguarla, pero ella no se veía para nada convencida. 

"¡No! ¡N-no quiero estar aquí! ¡Lauren déjame ir!" Las lágrimas ahora caían como la lluvia, secándose en algunas partes de sus mejillas y goteando de su barbilla.

"¡Tienes que quedarte quieta!" Avancé unos centímetros y me detuve al notar que evidentemente, la había espantado más de lo que me hubiese gustado. Sus manos temblaban y no pude evitar odiarme por ser tan brusca como siempre. debía aprender que no podía tratar así con todo el mundo, acostumbrarme a la delicadeza y suavidad de Camila iba a ser un reto. "No... No lo entiendes, no voy a lastimarte. Te traje aquí porque no podía llevarte a tu casa y arriesgarme, ni mucho menos volver a esa fiesta." El dolor en mi pecho se fue calmando progresivamente cuando sus manos se fueron relajando y se posaron sobre la sábana blanca de la camilla. Una de sus uñas estaba rota, las demás lucían quebradas y sucias de tierra. 

"¿Dónde... Dónde estamos?" Preguntó todavía poco tranquila, sin siquiera mirarme. 

"En mi casa-"

"Ésta no es tu casa..." Devolvió viendo los alrededores con disimulo. 

"Sí lo es, esa puerta lleva al gimnasio de la planta baja." Señalé la puerta de metal al costado de la pared a nuestra izquierda. "Esto es una enfermería para cuando cosas como lo de hace un rato ocurren." 

"¿Cómo sé q-que no me harás nada?" Empuñó las sábanas con fuerza. Suspiré, deseaba transmitirle algo de seguridad, pero claramente no iba a ser algo fácil en lo absoluto. 

"Porque no lo haré. Si dejas de moverte podrás-" 

"No. Quiero irme. Ahora." Sus ojos fijos en el suelo, se veían perdidos en el blanco/crema de las baldosas. 

"Estás herida y no he podido explicar nada, no te dejaré ir así." Mi corazón se aceleró repentinamente y supe que había sido a causa del suyo, mis palabras no habían sido las más agradables para sus oídos, aparentemente. "Tu estómago, tienes una herida ahí y no quiero que empeore," Informé. "por eso, por favor dame unos minutos para hablar." Me miró, buscando señales de hostilidad. Los humanos no tenían esa habilidad para detectarla tan desarrollada como nosotros, pero aún así servía. 

Por un lado no quería que me viese, mis ojos aún brillaban y eso podía asustarla. Pero por el otro, lo único que deseaba era que devolviera el gesto, que me viera y supiera que yo no presentaba ningún peligro para ella. Que de alguna manera fuese capaz de entenderlo con tan solo verme. Teníamos esa conexión especial, después de todo.

Su cabeza se movió asintiendo muy levemente y los irises achocolatados se desviaron rápido hacia sus piernas, flexionadas sobre la camilla. 

"Mi padre trató tu herida, no es nada grave por suerte, pero no es buena idea que te muevas mucho. Tendrás que cambiar la venda cada unas horas con nuevo desinfectante y-" 

"¿Qué hiciste con él?" Me tardó apenas un segundo comprenderla, y entonces tensé la mandíbula al recuerdo de ese pedazo de basura. 

"Nada. Te desmayaste y tuve que traerte aquí, así que no pude hacer mucho con él." Me crucé de brazos y me recargué contra el escritorio. "Pero no te preocupes, puedo rastrearlo más tarde y romperle todos los huesos como se lo merece." Troné mis nudillos con ganas de salir, atrapar al tipejo ese de porquería y colgar su cabeza de la copa de un árbol, como a un trofeo. 

"No." Me cortó antes de que mi ira pudiese escalar más alto. "No lo hagas." 

"Camila..." Tomé aire y desencajé la mandíbula. 

"Nadie..." Se abrazó las piernas. "Nadie tiene derecho sobre la muerte de otra persona, y s-sé, sé que lo matarías." No entendía por qué su opinión me pesaba más que la mía. Tenía razón.  

"Pero," Mis dedos aprisionaron el borde del escritorio. Ella llevaba la puta razón y yo ardería por tener que tragarme la furia.

"No, Lauren. ¡No es algo que puedas decidir tú!" Exclamó decidida. 

"¿¡QUÉ QUIERES ENTONCES!? ¿¡QUE ME QUEDE AQUÍ SIN HACER NADA!? ¿¡DE BRAZOS CRUZADOS!? ¡NO QUIERO QUE VUELVAN A PONERTE UN DEDO ENCIMA, CAMILA! DIME, ¿¡QUÉ HUBIESES HECHO SI YO NO HUBIERA LLEGADO A TIEMPO!? ¡POR EL AMOR DE DIOS, NO QUIERO NI PENSARLO!" Azoté mi puño contra la madera del escritorio, haciendo temblar su estructura. Una de las patas se había resquebrajado. "¡Te dije que no podías andar sola por ahí y te dije que no asistieras a esa maldita fiesta!" Crují mis dientes. "¡Crees que tienes todo bajo control pero no es así, cualquier imbécil puede intentar algo y con sólo un poco más de fuerza que tú podrían dejarte inconsciente y hacer quién sabe qué cosas!" Grité dando vueltas por la habitación, pasando mis dedos por mi cabello, revolviéndolo y dándole permiso a mis nervios para tomar control de mi cuerpo. "¡Hijo de..." Mis uñas comenzaron a crecer puntiagudas y a amarillentarse. 

Un sollozo. 

Me arrepentí de mi perdida de control cuando la vi alejarse una vez más, su labio inferior no paraba de temblar, aterrorizado. "...No, yo... Lo-lo siento, n-no quería... Dios." Extendí mi mano como una idiota, lo cual fue en vano ya que segundos después recordé el ligero detalle de mis garras. Su cuerpo se arrimó todavía más a la fría pared y oí más de esos silenciosos sollozos mientras ella enterraba su rostro entre sus manos y se refugiaba detrás de sus rodillas. "No, no llores, por favor." Supliqué con un hilo de voz. Di tres pasos hacia atrás, no iba a asustarla más de lo que ya estaba. Agaché la cabeza y mordí mi labio inferior, el recuerdo de su sabor y sus labios regresó a mi mente. Era su culpa, era todo su culpa que yo tuviese unas incontrolables ganas de llorar y pedir perdón arrodillada. Era su culpa que yo no pudiese dejar de pensar en ella. Era su culpa que yo no sintiera ni la más remota atracción hacia otras chicas. Era su culpa que me hallara todas las noches queriendo su cuerpo presionado contra el mío, compartiendo calor, pasando mi brazo por sobre su cintura, besando sus hombros con delicadeza... Y era hora de que ella se enterase. 

Tragué saliva. 

"Estoy enamorada de ti y mi padre lo supo en cuanto me vio acariciando tu mano, mientras dormías." Alcé la vista al mismo tiempo que ella, que me observó entre sorprendida y confundida. "No somos iguales a ustedes. Esto no es cualquier cosa, Camila, en serio no lo es." Cerré mis ojos. "Cuando nos gusta alguien nosotros... No podemos evitarlo, y si tú sientes lo mismo, entonces tampoco podrás." Hizo el rostro hacia un lado, incrédula. "Así que dime, ¿También sientes esa necesidad de besarme a cada minuto? ¿También te es insoportable el estar lejos?" La vi removerse, su pulso se había acelerado otra vez. "Porque yo no lo soporto. Y si aún me tienes miedo después de esto, al menos déjame... Déjame cuidarte, a la distancia." Se salió enteramente de su escondite y se sorbió la nariz. 

"Y-yo... Necesito t-tiempo... Y espacio." Por supuesto que lo entendía, lo entendía perfectamente. La noticia de mi verdadero yo y, demonios, un tipo casi la... 

Gruñí internamente.

Ya. Calma. 

Pues claro que necesitaría tiempo, la situación estaba totalmente jodida y parecía no haber una manera correcta de afrontar las cosas. Mi cerebro explotaría pronto. 

"Si eso es lo que quieres..." Liberé pesadamente el aliento que ni siquiera sabía estaba conteniendo. 

"L-lo siento. Q-quiero-" Intentó regular su respiración. "Quiero ir a casa, por favor." Colocó una mano encima de la venda y me obligué a cerrar los ojos fuerte para no correr a abrazarla. 

Te pondrás bien, lo prometo. Nada malo te va a pasar de ahora en adelante. No lo permitiré.

Pensé pero no lo dije. Debía tragarme eso también si no quería presionar más a la morena. 

"¿Te sabes el número de Hansen?" Asintió frotando su antebrazo, probablemente el aire acondicionado se encontraba a una temperatura muy baja y yo ni cuenta me había dado. Tomé el teléfono fijo del escritorio. Camila dijo en voz baja la combinación de números que yo fui marcando de a uno y luego de tres tonos, la dueña del mismo atendió la llamada. La coloqué en altavoz para que Camila pudiera oírla, quizás así se tranquilizaría más rápido, oyendo una voz familiar y bienvenida. 

"¿Hola?" Se escuchó viniendo del otro lado de la línea. 

"Hansen, soy Lauren-" 

"¿Lauren? ¿Qué Lauren?" 

"Jauregui." 

"¿¡Qué ray-¿¡C-cómo conseguiste mi número, quién te lo dio-¡Agh! ¡Eso no importa ahora, estoy ocupada ahora, Camila, ella-"

"Está aquí conmigo." 

"La buscamos por todos lados y... Espera, ¿qué? ¿¡Ell-ella está ahí!?" Rodé los ojos, deberían de haber estado más atentas y cuidar de su amiga, podría haberse evitado todo este incidente y yo no estaría al borde de volverme loca por querer asesinar a alguien. 

"Sí, escucha, Camila..." Giré mi cuello y la observé asegurándome de que tenía su consentimiento para decirlo. La pequeña latina asintió despaciosamente, acomodándose la blusa. "Fue... Ella fue atacada por un tipo en el bosque, cerca de la casa. Está herida,-"

"¡OH DIOS MÍO, MILA! ¿¡QUÉ FUE LO QUE LE HIZO!? ¿¡ESTÁ DESPIERTA!? ¡POR FAVOR DIME QUE LO ESTÁ!" Me alejé del teléfono entre todos sus gritos. Solamente volví cuando se detuvo. Algunas otras voces igualmente desesperadas resonaban detrás de la suya. 

"Ella está bien ahora. Está despierta y me pidió que te llamara para que vinieras a buscarla, quiere ir a casa y necesita descansar. Mi casa queda frente a un granero de madera y a menos de un kilómetro del lago. Es la única por aquí así que no puedes perderte." Oí a Brooke insistiendo en hablar conmigo pero Hansen la chistó creyendo que había tapado bien el micrófono. Después de una pequeña discusión sobre quién había sido la culpable de perder de vista a Camila, la polinesia regresó al teléfono y prometió que llegaría en unos minutos a la dirección que le había proporcionado anteriormente. 

"Hansen viene en camino, creo que sería mejor subir al primer piso, en la cocina hay algunas frutas para que comas, no quiero que vuelvas a desmayarte." 

Después de eso Camila simplemente me siguió hacia arriba, admiró despaciosamente el gimnasio en el trayecto, ya que éste era un nuevo descubrimiento para ella. Mantuvo sus brazos cruzados como si quisiera utilizarlos de escudo todo el tiempo y al llegar a la cocina le ofrecí varias frutas que teníamos para adornar cuando había visitas, las cambiábamos cada una semana, antes de que se echasen a perder. Camila sólo quiso una banana del enorme racimo.

Dicho y hecho, la bocina no tardó más de diez minutos en sonar fuera de casa. Al segundo en que abrí la puerta, Hansen ya se había abalanzado y abrazaba como un oso a Camila. Deseé poder ser ella para tenerla entre mis brazos también. Tuve que tragarme mis estúpidos pensamientos y ver cómo la ojimarrón se dirigía hacia Kordei, Brooke y Sivan, quienes la apretujaron a más no poder mientras la polinesia les regañaba por no tener cuidado con la herida. 

"Espera." Agarré su antebrazo "Antes de que te vayas," La solté cuando conseguí que se volviera completamente hacia mí. Hice una pausa y suspiré. La rubia abrió los ojos sin entender el porqué de mi llamado de atención. "la herida no es grave, no necesita demasiados cuidados..." Fruncí la boca, debatiendo conmigo misma. Quizás sería mejor callar. 

"Ajam..." Hizo una mueca y entrecerró los ojos, percibiendo que había algo más que yo no lograba hacer salir de mis labios. Alzó las cejas de cierto modo que sentí como si pudiese ver a través de mí. Ya no había caso en esconderlo. 

"Cuídala. Hazla comer y dormir un rato, si algo le sucede... Por favor llámame." Lo dejé ir. Daba igual que ellas supieran sobre mi especial atracción hacia la morena. 

"Jauregui..." Hizo una mueca y supe que querría sacarme algo de información, pero no la conseguiría de mí. En cuanto a mi implícita admisión de querer a Camila, no pensaba dar más detalle. Lo importante ahora era cuidar de ella, y rezaba por que estas chicas y Sivan lo hicieran bien.

"No. Ya vayan, tiene que dormir y reponerse." Sus labios formaron una línea recta y agachó la vista al suelo. Pestañeó un par de veces antes de volver a alzarla.

"Gracias, en serio muchas gracias." No sé de dónde había nacido el gesto, pero por un segundo, una diminuta media sonrisa se hizo presente en mi rostro y negué. 

"No la dejen sola, por favor." Hansen sonrió y asintió, las otras dos asistían a Camila para entrar al coche aunque la latina insistía con que podía sola. Troye me sonrió algo triste desde el interior del auto. Entendí ahí, que él siempre lo había presentido. Todas las puertas del coche se cerraron y solamente faltaba que una se adentrara y arrancase el motor. Reflexioné mientras veía a la más alta aproximándose al vehículo para ponerlo en marcha. 

¿Debería seguirlas por si acaso? 

No. No quería invadir más la vida de Camila si ella no estaba cómoda con mi presencia. Cumpliría con mi palabra y me mantendría al margen, sólo deseándola de manera distante. 

Entretanto iban desapareciendo por el camino de tierra en medio de la inmensa arboleda, observé el vidrio trasero del auto borroso por el vaho, y no estaba segura de si alucinaba o no, pero sí estaba segura de que cuando ella se giró, pasó una mano por el cristal, y sus ojos encontraron los míos, ya no había vuelta atrás. Era la primera vez y claramente la única, en que los roles se invertían. Camila no era mía, ¿pero yo? Yo era más que suya. 

Camila's POV

"¡Nos tenías con el corazón en la garganta! ¿¡Acaso no pensaste en averiguar quién rayos era ese tal Nicholas antes de acompañarlo fuera de la casa para 'fumar un cigarrillo'!?" Tapé mis oídos, el dolor de cabeza no era inaguantable, pero sí contribuía a que mi mal estado de ánimo aumentase gradualmente. Les había contado toda mi horrible experiencia digna de ser una pesadilla con ese cerdo pervertido. Aunque la ojiverde lo había implorado antes de subir a la cocina, no hacía falta que me pidiera que guardara su secreto, omití hablar de aquello y alegué que no recordaba algunas partes de lo ocurrido. Las chicas y Troye me creyeron y decidieron no indagar más en esa llaga.

"Dinah, por favor. Ya fueron suficientes reproches." La rubia suspiró con pesadez y apretó su agarre en el volante. "Tienen razón, fui una estúpida por confiar en un extraño, no debí alejarme. Lo siento, estoy bien y eso es lo importante aquí." 

"No, también fue nuestra culpa, no debimos dejarte sola." Alegó Ally, acariciando mi brazo afectivamente. 

"Si yo no me hubiese ido por ahí nada de esto hubiera sucedido..." Se culpó el castaño con remordimiento. Sacudí mi cabeza y le sonreí dulcemente, o eso intenté, aún estaba débil. 

"No te culpes, Troye, yo me descuidé y decidí seguirlo, no tú." Regresó la sonrisa, sus ojos se veían un tanto cristalizados y eso me causó una ternura gigantesca. "Estoy bien, no se preocupen." Aseguré y besé la sien de la más bajita. 

El auto de papá no se encontraba estacionado frente a casa, así que agradecí al darme cuenta de que estaría sola. Dinah aparcó el suyo a un costado del camino y desabroché mi cinturón. El momento incómodo llegó cuando todos me vieron expectantes. 

"Uhm... Bueno, gracias por traerm-"

"Oh, no. Ni sueñes que vas a quedarte todo el día sola. Todavía nos debes mucha información, Karla." Expresó en un tono de madre enojada, se bajó del coche y se dirigió hacia mi puerta a paso firme. Troye, Mani y Ally fueron tras de ella, lo que no me dejó otra opción más que dejarlos pasar aunque eso llevase a que me preguntaran hasta si tengo o no un lunar en la nalga. 

Lo primero que hicimos fue instalarnos en mi cuarto, ninguno quería que me moviera demasiado, cosa que supe, fue obra de Lauren. Así que todos trajeron algo de la cocina para beber y comer. Una satisfacción aliviante llegó a mí cuando pude cambiar la blusa manchada de sangre por una camiseta clásica limpia y mucho más abrigada. Me senté estilo indio sobre mi cama, todas las miradas encima mío mientras yo sólo jugaba con las mangas de mi blusa.

"¿Y bien?" Preguntó Normani, acomodándose en la silla giratoria de escritorio. Mordí mi labio inferior y estiré la manga, los nervios carcomiendo mis ideas de a poquito. "Oh, vamos, no te quedes callada ahora, ¡queremos saber qué demonios hay entre tú y Jauregui!" Persistió impaciente, pegándose en los muslos con las palmas como una nena chiquita. 

"Mila, sabemos que hay algo entre ustedes, si no abres esa bocota ahora juro que-" 

"Nos besamos." Admití con los ojos cerrados. Sin querer arranqué un pedacito de piel de mi labio, tenía que calmarme si no quería terminar con la barbilla chorreando sangre. "Dos veces, una en los vestidores y otra detrás de las tribunas." A Dinah y Normani casi se les cae la mandíbula al suelo. Ally trataba de no reír en sus caras y Troye me sonreía con complicidad. Era obvio que él lo sospechaba desde un principio. 

"¿Qué?" Cuestionó en español la polinesia. Quise acompañar a Ally en sus risitas, pero mi cerebro aún estaba repleto de la misma imagen de Lauren, viendo al auto irse frente a sus ojos. 

Mi pecho punzaba dolorosamente ante el recuerdo de esa triste, resignada mirada. Pero realmente no sabía qué decir en respuesta a su declaración, o más bien, no podía decir lo que sabía; que sus besos me tenían loca, queriendo más de sus manos acariciando mi cintura y su piel desnuda contra la mía. Que a veces me hallaba fantaseando en clase sobre qué se sentiría estar en sus brazos y entregarle mis labios hasta el cansancio. No fui capaz de decir todo eso porque estaba muerta del miedo. Miedo a que todo fuese una confusión suya y yo al final quedara como una tonta. Es que, Lauren estaba tan acostumbrada a que las chicas se entregasen a ella como gatas en celo que pensé que tal vez, mis constantes rechazos eran algo nuevo y excitante para ella. Pero incluso con todo eso en mente, algo dentro de mí gritaba: Confía en ella. Y por alguna razón, lo hacía... Sólo necesitaba mi tiempo, no es todos los días que te enteras de que la persona que te gusta no es humana. 

"Alto ahí, ¿¡estás diciéndome que te besaste con Lauren Jauregui y no solo una vez, ¿¡SINO QUE DOS VECES!? ¡ILUSA FUI, CREYÉNDOTE HIPER RESERVADA! ¡ANDABAS BESUQUEÁNDOTE CON ELLA DETRÁS DE LAS PUTAS GRADAS Y EN LOS VESTIDORES!" Se abanicaba el rostro con las dos manos. "Jesús, ahora solo falta que me digas que-" 

"Dijo que está enamorada de mí." Las risitas cesaron.

La lima de uñas de Normani cayó al piso y la cara de todos en la habitación se tornó ilegible. No sabía si estaban a punto de gritar de la emoción, de llorar, de desmayarse o de que les dé un infarto. El silencio empezó a ponerme nerviosa después de unos segundos. "N-no se queden callados, digan algo..." Tragué en seco y volví a mi juego de estirar las mangas de mi camiseta, concentrando mi vista totalmente en ello para no sonrojarme más de lo que ya estaba. 

"Bueno... Mierda." La más alta pestañeó repetidas veces, su boca medio abierta como la de todos en la habitación. Temí tener que trapear su baba luego. "Mierda, ¡Mila!" Alcé la cabeza al oír mi apodo y de la nada, una sonrisa descomunal hizo su camino por las comisuras de sus labios. "¿¡LAUREN CASANOVA JAUREGUI AL FIN SE DECIDIÓ POR UNA, Y ESA ERES TÚ!? ¿¡TIENES IDEA DE LO GRANDE QUE ES ESTO!?" Mis mejillas se calentaron y el color se apoderó de mi rostro. 

"Oh dios santo." Murmuraron Normani y Troye al unísono, el muchacho era puras sonrisas y cejas alzadas. Ally se sentó junto a mí y me envolvió en un tierno abrazo que me costó corresponder de lo avergonzada que me sentía. 

"No. Tú no tienes idea de lo que significa esto, pero los que la conocemos desde el primer grado sí, y es algo... Wow." Hacía movimientos con sus manos para darle énfasis a su discurso. "¡Un millón de chicas matarían por estar en tu lugar, quiero que lo sepas!" Desvié la mirada hacia mi regazo, apenada. "Chica, tienes que aprovechar esta oportunidad, ¡si ella también te gusta, entonces deberían salir! ¡Serían la pareja más sexy de todo el maldito instituto!" Como si todo fuese así de sencillo.

"Oh, ya cállate. No es tan fácil como crees." Fruncí el ceño y presioné los párpados entre sí, no me metería en mi mundo de fantasías para luego ser echada a patadas cuando la realidad me encontrara. Mis miedos seguían presentes y acechando. 

"¡Es obvio que ambas se gustan de esa manera! ¿Por qué no-"

"¡Pero tengo miedo!" Dinah subió las cejas. "¿Q-qué tal si sólo está confundida? O... O si alguien se entera y esparce el rumor... Como dijiste, todas querrían matarme y jugar tenis con mi cabeza." No era lo que más me asustaba, pero también era una opción muy posible. 

"Mila..." Entró Normani a la discusión. "Juro que en todos los años que he conocido a Lauren, jamás la he visto defendiendo a nadie ni cuidándolo como lo hizo contigo, ¡demonios! ¡incluso se tragó una puta suspensión por noquear al idiota de Mccain, y todo por ti." 

"¡Y me lanzó un balón a la cara cuando nos vio cerca!" Agregó Troye muy contento como para estar hablando de alguien que casi le provoca una contusión cerebral. Logró que una risita se escapara de mí. 

"Sólo es cuestión de darle una oportunidad..." Finalizó la polinesia poniendo su mano en mi muslo y propinando suaves caricias con su pulgar. Su sonrisa se extendió compasivamente y justo cuando volteé mi cuello para ver por la ventana, una gota chocó contra el vidrio. 

Esa noche no dormí, estuve demasiado absorta pensando en Lauren. Hacía frío y sabía que el calor corporal de la ojiverde podría haberme envuelto y salvado de las heladas si no me hubiese acobardado. Pero ahí estaba yo, acostada y mirando cómo las gotas golpeteaban el cristal y se congelaban al minuto. Preguntándome si a la distancia ella anhelaba tenerme entre sus brazos, tanto como yo lo hacía. 


Nota: ¡En serio estoy enamoradísima de la nueva portada! Me parecía que la historia tenía mucho más para reflejar en la tapa y esta gran persona llamada SLOTHTATO supo volcarlo todo perfectamente en una sola imagen. Simplemente maravilloso, le estoy infinitamente agradecida. 

PD1: Fue bastante difícil hacer este capítulo ya que debo admitir, me siento súper identificada con Lauren. Me dolió algo mientras lo escribía.

PD2: Pronto empiezo mi segundo año en el instituto de arte, no sé qué tanto puede afectar eso a mis actualizaciones, solo aviso. Sepan que de cualquier manera, todos mis proyectos (publicados y por publicar) seguirán en pie. 

Si les gustó, por favor voten, comenten, compartan, pásense por mi otro fic, y tengan un bellísimo día/noche *heart emoji* 

Continue Reading

You'll Also Like

69.4K 6.5K 33
Ser guardaespaldas de la hija de un mafioso no fue nada fácil para Jeongyeon, su vida está puesta sobre la vida de Nayeon para protegerla cueste lo q...
2M 218K 43
Bakugou es un chico popular, mariscal de campo, atractivo, todo el cliché, pero un día que salió tarde de su práctica se topó con un chico el cual de...
133K 12.6K 31
⋮ α 𝗸ᦅ͟ᦅ𝘁ׅɘ𝘁e fꪱc ⋮ taehyung y jungkook son enemigos pero en una noche de borrachera ambos tiene sexo, taehyung queda embarazado y ahora tendrán q...
439K 61.8K 42
Una sola noche. Dos mujeres lesbianas. ¿Un embarazo? ¡Imposible!