Era una noche de octubre y por hacer algo de miedo, mi amiga y yo jugamos a la Ouija, cosa de la que siempre me arrepentiré.
La noche era fría y negra en el ambiente se notaba un aroma extraño, no sé definirlo con palabras. Una amiga y yo buscamos una vieja Ouija que mi familia siempre ha tenido guardada, era de la bisabuela de mi amiga la cual había muerto cuando ella había nacido y siempre ella quería conocerla.
Yo solamente lo hacía por diversión, y mi amiga por un fin, quería hablar con su bisabuela. Estando en su habitación la sesión comenzó. Entre risas mi amiga bromeaba, yo estaba muy seria, concentrada,pero ella no lo notaba, hasta que cayó un rayo que iluminó toda la habitación oscura, seguido de un trueno, que estremeció hasta el último de mis huesos.
Asustados por el rayo, mi amiga, se quedo en blanco, en silencio como yo, concentrándose, y de repente, el puntero de la Ouija comenzó a moverse. Preguntamos al unísono, quién era, pero no respondió. El puntero se movía sin cesar de un lado para otro, sin formar palabras. Al final paró, y lentamente, formó las siguientes palabras: "Estoy yendo por ustedes". No pasaron ni tres segundos cuando llamaron a la puerta, pero nadie se atrevió a abrirla. Oímos la voz de quien llamaba, era una mujer, estaba en el pasillo, gritaba por entrar a mi habitación, el cerrojo estaba echado, no podía entrar, pero parecía que iba a tirar la puerta abajo.
La mujer gritaba desesperada, así que empuje la cama para trancarla. La mujer cada vez más desesperada, gritaba mi nombre. Yo tuve el impulso de abrir la puerta, pero me contuve, esos gritos eran aterradores. Entonces me dijo mi amiga,era la am bisabuela de mi amiga,ella me dijo, aunque no me explico cómo lo sabía. Ella se lanzó a abrir la puerta, quería verla, vi que tenía que verla, pero algo me agaro.
Los gritos cesaron, tuve un ataque de nervios, me acerqué a la puerta, una voz grave y fuerte salió de ella diciendo No se acerquen! Me quede como una piedra. La mujer del pasillo comenzó a gritar de nuevo: "¡Te lo advertí, y no me hiciste caso, ahora morirás!".Intente abrir la puerta pero no pude , los gritos volvieron.
Cuando conseguí abrir la puerta salí, pero la puerta se cerró detrás de mí. Oí los gritos aterrorizados de mi amiga, histérica, pidiendo socorro, dando patadas a la puerta para abrirla.
Escribo mi historia, cuarenta y cinco años después de que ocurriera, pues acabo de salir de la cárcel, culpado por el asesinato de mi amiga, la cual encontré muerta cuando conseguí abrir la puerta de su habitación.