La mamá de mi mejor amiga - C...

By xArdepapix

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¿Por qué nos enamoramos siempre de la persona menos correcta? Lauren Jauregui, una adolescente de 18 años des... More

Prólogo
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•70• (Fin)
Epílogo
Another one

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By xArdepapix

Lauren POV

El pavimento se sentía frío contra la planta de mis pies, enviándome escalofríos por mi columna vertebral para luego esparcirse por todo mi cuerpo provocando un temblor. Estaba tiritando de frío. Era de esperarse, eran las 3 de la madrugada y hacia un frío de puta madre en las calles, en especial si estábamos hablando de las afueras de la cuidad en donde estaba rodeado de árboles.

Llevaba mis tacones en la mano derecha luego de quitarlos por el dolor que me provocaban al caminar, y en la otra llevaba mi bolso con las pocas pertenencias que había llevado a la fiesta de Carla.

Después de literalmente huir de Camila, me fui lo más rápido que pude de su casa. No quería estar ahí nunca más en mi vida.

No sabía cuánto tiempo llevaba caminado en cualquier dirección y a mitad de la noche en un lugar completamente desolado y desconocido para mí. Pero no me importaba con tal de que pudiera poner varios metros de distancia entre esa mujer y yo. Ningún auto pasaba a estas horas por aquí y para variar, mi maldito celular no tenía señal ¿qué podía ser peor?

Me sentía completamente estúpida por múltiples motivos. Para empezar, había caído en las garras de Camila de nuevo. El sentimiento de culpa me invadía cada vez más, me sentía asquerosa e idiota por volver a cometer el mismo error con la misma persona ¿cómo era posible? No tardé ni dos días en volver a convertirme en la "amante" de Camila. Era increíble.

Estaba en el medio de la nada, sin saber a dónde ir y con el alma por el piso. No sabía que mierda hacer a continuación. Me sentía totalmente frustrada.

Yo ya era una mujer adulta y no me podía permitir estar en esta situación. Era completamente estúpido. No podía ni soportar una noche bebiendo sin cometer alguna cagada. Donde estaba mi madurez.

Más que enojada conmigo misma, con Camila y con el universo en general por ponerme en esta posición, lancé mi bolso contra el pavimento lo más fuerte que mi brazo me lo permitió. Pude oír como mi celular crujió dentro de este pero no le presté importancia. Lo menos que me importaba en este momento era mi inservible teléfono sin señal.

Miraba en todas las direcciones en busca de alguna señal de vida que fuera capaz de ayudarme y sacarme de aquí pero no había completamente nada. La casa de Camila estaba en el medio de un bosque. ¿Quién compra una casa en un lugar así?

Bueno Camila lo hizo. De seguro era para alejarse de lo que conlleva ser famoso y todas esas mierdas, pero de todas formas. Era como vivir en la nada misma.

Inútilmente recogí mi bolso pero no me moleste en ver el interior. Solo necesitaba liberar un poco de frustración y eso sirvió un poco, solo un poco.

El alcohol que aún estaba en mi torrente sanguíneo me hacía sentir peor. Sentía que estaba como en un sueño. No podía creer lo que acababa de hacer, aunque en alguna parte remota de mi cabeza era consiente de lo que había hecho y me carcomía por completo.

Seguí caminando por lo que no se cuánto minutos más fueron hasta que las luces de un auto me sacaron de los dolorosos pensamientos que me invadían. Me volteé a ver de quién se trataba pero las fuertes luces de este no me dejaban ver nada, así que puse la mano con mis tacones en ella frente a mi rostro para evitar que la fuerte luz me llegara directamente. Mis ojos ardieron por el cambio drástico de iluminación y los achiné en reflejo.

El auto aparcó a unos metros de distancia y apagó las luces. Gracias a Dios. Sentía que me quedaría ciega. Me dispuse a caminar hasta este para ver de quién se trataba. Esperaba que no fuera un puto asesino o algo por el estilo.

Mientras caminaba hacia el auto que, ahora podía notar era un deportivo blanco bastante lujoso, el conductor abrió la puerta de este y descendió. Vi una silueta asomarse pero no podía distinguir el rostro ya que seguía encandilada por la luz. Solo veía una mancha blanca si es que me intentaba concentrar en identificar a la persona.

"Hey... lo siento. Estoy algo perdida. Me preguntaba si podías ayudarme" hablé hacia la figura que ahora también se acercaba a mi.

"Lauren..." escuché mi nombre salir de su boca. Maldita sea. Podría reconocer esa voz armoniosa donde fuera. Era Camila.

Me quedé estática en el lugar, reaccioné en un par de segundos y comencé a retroceder de espaldas mientras ella se acercaba a mi a paso acelerado.

"No... no Camila déjame en paz por favor" exclamé desesperada mientras ahora me volteaba para salir corriendo de ahí pero ella fue más rápida y con un fuerte agarre en mi antebrazo me detuvo y volteó en su dirección. Me jaló tan fuerte que quedé pegada a su cuerpo cuando ella con su otro brazo me atrajo por la cintura. Su rostro quedando a centímetros del mío. ¿Qué se creía?

"Escúchame... no puedes andar sola en medio de la nada" habló un tanto preocupada y desesperada. Si ella no me hubiera tentado no estaríamos en esta situación, aunque no la podía culpar solo a ella, ambas la habíamos cagado.

"Camila suéltame. No quiero saber nada de ti nunca más" grité furiosa devuelta mientras ahora comenzaba a forcejar para librarme de su agarre pero ella me mantuvo pegada a su cuerpo. Mis brazos incapaz de alejarle de mí mientras la empujaba por los hombros.

"Lauren cálmate y escúchame" volvió a ordenarme mientras seguíamos en un forcejeo inútil porque yo no podía salir de entre sus brazos. Qué demonios hacía aquí buscándome de todos modos. Estaba empezando a desesperarme. No la quería escuchar, solo quería salir del medio de la nada. Por más que la empujaba no lograba separarnos ni si quiera un centímetro. El agarre que tenía sobre mi cintura era fuerte y posesivo.

Me tomó desprevenida cuando juntó sus labios con los míos provocando que me quedara estática por un momento y con los ojos abiertos como platos. Sus labios eran cálidos y aún tenían el mismo sabor que antes.

Ni si quiera debería saber a qué saben. Intenté no perderme en el sabor y textura de estos. Los había extrañado tanto pero ahora no eran míos.

Antes de que pasara otro segundo, reaccioné y la empujé lo más fuerte que pude provocando que se separara de mi y sin pensarlo mucho, le di una cachetada fuerte en su mejilla izquierda. ¿Que no entendía que no podía andar por ahí besando a quien se le plazca mientras está en una relación? Una furia incontrolable tomó el control de mi cuerpo y por consiguiente mis acciones.

"No puedes hacer eso. No puedes engañar a tu novio y besarme sin mi permiso Camila" le grité reprochándole mientras veía como pasaba su mano por el lugar golpeado y me miraba con dolor notorio en sus ojos. Se lo tenía merecido. No tenía permitido faltarme el respeto así. No la quería cerca.

"¡No tengo novio!" Gritó con las cejas fruncidas dando un paso en mi dirección. La furia era más que notoria en su rostro y temí por mi vida. Sentía que me saltaría encima para devolverme el golpe en cualquier momento.

Espera... dijo que no tenía novio. ¿Eso fue lo que dijo o lo imaginé?

"¿Q-que?" Pregunté incrédula bajando todas mis defensas. Ya no era la bola de furia que era hace unos 5 segundos atrás. Ahora estaba confundida.

"¡No tengo un puto novio Lauren! He intentado decirte eso todo este tiempo" volvió a gritar enojada. Demonios.

Se veía sexy enojada. Su ceño fruncido y una vena en su cuello resaltaba. Podía ver sus músculos tensos bajo su ajustado vestido blanco. Era perfecta incluso así.

"Pe-pero y Khaled... la última vez que busque tu nombre en las redes sociales aparecía que estabas en una relación con él..." volví a hablar incrédula.

"Terminamos hace más de 4 meses. No volvería a ser infiel nunca en mi vida Lauren. Aprendí de mis errores" me explicó ahora más calmada.

Carajos. Me sentía más idiota ahora si es que podía ser así. Mierda mierda mierda.
Había cagado mi oportunidad de empezar las cosas bien con Camila.

Había pensado mal de ella y la había golpeado por nada.

"Oh Dios lo siento tanto. No quise... no quise golpearte y pensar mal de ti... y-yo no lo sabía. Pe-pensaba que me querías como tu amante de nuevo" divagué mientras ahora miraba con más lástima que antes su mejilla roja. Sentía las mías arder por la vergüenza y la inmadurez con la que había actuado. Si tan solo la hubiera dejado hablar desde un principio.

"No... no no te disculpes. Te entiendo. Te besé sin tu permiso y no sabías que estaba soltera. Lo entiendo" habló comprensiva. ¿Era real?

"Me siento una imbécil. Debí haberte escuchado" balbuceé mientras ahora daba vueltas de un lado para otro con la ansiedad haciéndose presente. Quería que la tierra me succionara y me llevara al vacío.

"Oye... está bien. Déjame llevarte a casa. Hace un frío horrible y estamos en mitad de la nada" posó una mano en mi hombro y me quedé en mi lugar. Levantando mi rostro para mirarla a los ojos mientras hablaba.

Me limité a asentir y dejar que me guiara hasta su auto. Abrió la puerta del copiloto y esperó a que subiera para después dirigirse ella hasta la puerta del conductor y entrar.

Un silencio incómodo invadió el lujoso auto. Se encargó de romperlo con una broma "Ahora entiendo cómo es que noqueaste a ese hombre con un solo golpe" dijo refiriéndose a esa vez en la que dejé inconsciente a un hombre con un golpe de bate en la cabeza.

Una carcajada idiota salió de mi boca y pude escuchar su risa también. Que situación más extraña.

Había extrañado el sonido de su risa.

"Lo siento de nuevo por golpearte. Pensé que estabas siendo una idiota" me volví a lamentar mientras un escalofrío escapaba de mi cuerpo provocando que mis últimas palabras salieran con castañeos de mis dientes y frotara mis manos contra mis brazos cubiertos por mi delgada chaqueta de cuero. El frío caló hondo en mi cuerpo.

Camila me observó y con un rápido movimiento prendió la calefacción y se volteó hacia el asiento trasero para sacar una chaqueta también negra y pasarla por mis hombros. Me aferré a ella con ambas manos y me acurruqué contra el asiento. Tenía mucho frío.

"Gracias" murmuré bajito desde mi posición. Camila me regaló una sonrisa bonita y procedió a encender el auto mientras el calor proporcionado por la calefacción comenzaba a invadir el espacio.

"Te llevaré a mi casa porque aún estoy un tanto ebria y no quiero que nada nos pase si es que voy a dejarte a tu casa ¿de acuerdo? Le pediré a uno de mis choferes que te vaya a dejar" me informó a lo que yo solo murmuré un 'está bien'. 

Todo era tan extraño. Estar aquí junto a ella en uno de sus lujosos autos cuando acababa de besarla y golpearla. El aroma proveniente de su abrigo entrando a mis fosas nasales mientras disimuladamente lo olfateaba más de cerca. Su aroma fuerte  pero dulce a la vez me hacía sentir más calmada. Cerré mis ojos cuando el cansancio por todo lo ocurrido y el alcohol me golpearon fuerte. No tenía energías como para entablar una conversación coherente. Me sentía totalmente adormecida luego de saber que todo estaba en orden y que ahora estaba a salvo... más o menos.

No tardé en quedarme dormida.

                               •~•

Desperté cuando una muy leve luz invadía la habitación en la que me encontraba. No recordaba absolutamente nada. No sabía dónde estaba. No reconocía el lugar. Me senté en la cama rápidamente sintiendo una punzada atravesar mi cabeza dolorosamente. Maldita resaca.

Recorrí la levemente iluminada habitación con mis también adoloridos ojos en busca de alguna pista que me indicara donde estaba. Era bastante grande y lujosa. Un gran ventanal que daba hacia un aún más grande balcón se encontraba a mi lado izquierdo, frente a mi una gran puerta doble de madera blanca con retoques en ella y perillas doradas llamaba mi atención. Era bastante elegante. Cuando miré a mi derecha, pude divisar un gran sofá blanco también en el cual descansaba una silueta. Era Camila, estaba en la habitación de Camila... y que habitación por dios. Cerca del sofá habían dos puertas sencillas. Una debía ser un baño y la otra supuse era el armario. Había instrumentos en las esquinas de la habitación y el aroma dulce que tenían las sabanas y el ambiente en general eran muy Camila.

Me sentía en mi hogar. Era cálido y acogedor.

De inmediato una ráfaga de recuerdos cayó sobre mi. Cuando me escapé de la fiesta y cuando ella me fue a buscar y luego la golpe. Demonios. Había pasado tanto en tan solo un par de horas. Me sentí culpable de inmediato por provocar que la noche terminara así. Por salir sin pedir una explicación y por nunca dejarla hablar.

Me puse de pie, sintiendo el frío piso contra estos. Recién me di cuenta de lo que llevaba puestos. Una camisa gigante y mis bragas, nada más. No iba a hacer preguntas. No quería saber la respuesta. De seguro Camila tuvo que lidiar con mi ebrio trasero ella sola. Me sentía más avergonzada ahora.

Me puse de rodillas a su lado. Su rostro era sereno y por la posición en la que dormía pude ver su mejilla aún roja por mi cachetada. Sin poder controlarme dejé un beso en esta de manera delicada. Al separarme pude ver cómo su ceño se frunció un tanto, quizás no debí tocarla.

Tenía unas ganas inmensas de hacer que se levantara y se fuera a acostar conmigo pero no quería despertarla. Se veía tan en paz.

Sin embargo fui egoísta así que la empecé a mover ligeramente por el hombro.

"Camz... ven a dormir conmigo... Caaaamz..." susurré cerca de su rostro apreciando como de a poco abría sus ojos y los enfocaba en mi. Alejé mi mano de su cuerpo y esperé a que despertara.

"¿Q-qué ocurre?" Se despertó por completo un tanto asustada y mirando con ojos abiertos y atentos.

"No... no pasa nada... so-solo quería que fueras a dormir conmigo. El sofá debe ser muy incómodo y no quiero que lastimes tu espalda..." que mentira más grande.
Se calmó con mi respuesta de todos modos.

"Oh... umh... está bien. Vamos" salió de debajo de la única manta que la cubría. Debió haber pasado frío durante toda la noche.

Yo fui la primera en deslizarse dentro de la cama y dejé las mantas abiertas para que ella pudiera entrar. Su cara adormilada me causaba una ternura inexplicable. Ella estaba vestida igual que yo. Con una camisa larga con un estampado de piñas y unas bragas que no podía ver pero sabía estaban ahí. Se veía igual o mejor que anoche. Siempre lucía perfecta.

Se acurrucó en la almohada y cerró sus ojos perezosa. No quería que durmiera. Quería que me apapachara. 

"¿M-me puedes abrazar? Tengo mucho frío" le pedí tímida. Ella abrió sus ojos y me miró por unos momentos antes de asentir con una pequeña sonrisa mientras volvía a cerrar sus ojos. Le di la espalda y ella se apegó a mi, pasando su brazo por mi cintura y pegando su torso a mi espalda. Tiré mi trasero un poco para atrás para estar más cerca mientras me acurrucaba más contra su cuerpo. La escuché gruñir... o quizás gemir. No lo pude distinguir muy bien. Sonreí para mis adentros y noté lo fría que estaba así que comencé a frotar el brazo que estaba sobre mi torso para brindarle calor.

Mientras hacía eso volvimos a caer dormidas.

                               •~•

Camila POV

Me sentía en paz.

Tener a Lauren entre mis brazos era el mejor sentimiento existente en este planeta. Era inexplicable todo lo que esta pequeña mujer me hacía sentir. Era como un café por las mañanas o el aroma de rosas nuevas o el acostarse bajo un montón de mantas en un día frío. Ella era cálida y acogedora y había extrañado más de lo que pensaba tenerla aquí conmigo.

Ayer había sido una noche de locos. Pasé de la excitación a la decepción, de la decepción al terror y del terror a la rabia y así sucesivamente hasta llegar a donde estaba ahora. Feliz. Feliz por poder sentir el cuerpo semidesnudo de Lauren contra el mío.

No fue fácil bajarla de mi auto por mi cuenta y luego cambiarla de ropa. Estaba completamente dormida y no quise despertarla así que poniendo en uso todos los días que voy al gimnasio en la semana, la tomé en brazos y la traje hasta mi habitación en donde la cambié y recosté en mi cama. No quería dormir con ella porque se vería mal así que opté por el sofá. No me molestaba.

El problema fue que me morí de frío durante toda la noche y el sofá terminó siendo más incómodo que como lo recordaba después de la media hora en la que estuve en él intentando dormir. Cuando por fin lo logré, no tardé en sentir un suave murmullo que me despertó. Fui recibida con una grata sorpresa. Lauren me pidió que me fuera a acostar con ella y no dudé en complacerla. Dormimos abrazadas mientras ella me acariciaba brindándome calor.

No había dormir así de bien en años.

Volví a despertar por segunda vez cuando ya una gran cantidad de luz entraba por el gran ventanal que tenía finas cortinas blancas.

Lauren tenía su cabeza apoyada en mi pecho y una de sus piernas entrelazada con una mía. Sentí como su mano traviesa se posaba sobre mi tripa y comenzaba a acariciarla de manera reconfortante. Un millar de mariposas estallaron dentro de mi.

Su mano de manera lenta comenzó a bajar hasta llegar al final de mi camiseta y adentrarse dentro de esta. Cuando su piel hizo contacto con la mía en mi estómago me tensé de inmediato. Mi respiración se hizo pesada y los pensamientos impuros afloraron.

Acariciaba mi tripa con sus finos dedos y de vez en cuando pasaba las uñas. Era un toque tan inocente pero tan intenso y provocativo. Me tenía temblando bajo su tacto.

¿Ella sabía que yo estaba despierta? ¿Estaba ella despierta?

"Lauren..." murmuré con voz ronca que terminó sonando más como un gemido. Ella pegó un saltito por la sorpresa pero no detuvo sus caricias en mi piel.

"Mmh..." respondió simplemente. Su mano cada vez bajando más. Ahora se encontraba hacinado caricias con la yema de sus dedos alrededor de mi ombligo. Yo ya comenzaba a arder. Podía sentir el dolor placentero formándose entre mis piernas. Estaba jugando conmigo.

"¿Qué estás haciendo?" Volví a hablar. No quería que sus caricias pararan pero se estaba poniendo peligro y yo no quería meterme en más problemas.

Ella levantó su rostro para mirarme. Sus ojos verdes eran cristalinos y lamió sus labios para mojarlos y dejarlos de un rosado apetecible. Su mano salió de su escondite y se posó sobre sus ojos para restregarlos y luego dejarla por sobre mi torso. "Solo te hacía mimos. Perdón si fue demasiado" respondió con voz ronca al igual que yo. Era tan sexy y adorable.

"No... no lo fue. Es solo que..." no pude terminar la oración cuando escuchamos que llamaban a la puerta. Bufé molesta y Lauren se separó de mi por completo descansando su cabeza en la otra mitad de la cama y quitándome su calor. Estábamos tan bien.

"¿Quién es?" Semigrité para que me oyeran del otro lado.

"Señorita Cabello. El desayuno está servido" escuché la voz de mi sirvienta la señora Rodríguez. Amaba a esa mujer con toda mi alma pero me había interrumpido en el peor de los momentos.

"Voy en seguida" volví a decir mientras ahora bufaba y salía de la cama en un rápido movimiento. Quería quedarme con Lauren ahí recostadas por la eternidad haciéndonos mimos pero debíamos salir. Era tarde y teníamos una conversación pendiente. No estábamos en posición de hacer esas cosas... no aún.

"Puedes tomar una ducha en el baño de la habitación. Yo iré al de abajo. Te espero en la cocina " le informé mientras veía como se estiraba en su lugar, asentía con una sonrisa en sus labios y me escaneaba de pies a cabeza.

Le devolví la sonrisa mientras negaba por su descaro y salí de la habitación. Antes de cerrar la puerta pude ver cómo sus ojos subían a mi rostro dándome a entender que estaba viendo mi trasero. Que sinvergüenza.

                                 •~•

Una semana había pasado desde la fiesta de Carla. No había visto a Lauren desde entonces. Estaba tan llena de cosas que no había sido capaz de hacerme el tiempo y juntarme con ella o mínimo llamarla.

La gira de mi último disco estaba llegando a su fin por lo que estaba llena de entrevistas y conciertos en distintas partes del país. Luego de saber que Carla ya estaba bien tuve que irme de Miami y continuar con mi gira que estaba en pausa por la salud de mi hija. Ahora debía poner manos a la obra en las últimas fechas de conciertos que me quedaban. Eran solo 3, una en Texas, otra en Nueva York y la última por suerte era en Miami.

Ahora estaba en Texas preparándome para la presentación que sería al día siguiente. Tuve un montón de entrevistas y ensayos. Ni una hora libre para poder llamar a mi hija que hoy mismo tenía programada la operación. Estaba al borde de los nervios en todo momento. Durante las entrevistas no me podía concentrar en las preguntas y ni mucho menos rendir al 100% en los ensayos. Estaba totalmente con la cabeza en otro sitio, específicamente en ese hospital de Miami donde operarían a Carla en un par de horas más.

La operación duraría aproximadamente 4 horas y estaba a cargo de un cirujano amigo de Lauren. Ella me aseguró que el hombre era de total confianza y que haría todo lo posible para que todo saliera bien. Yo solo me limité a creerle y a morirme de nervios.

Cuando por fin me pude desocupar de todos mis asuntos de estrella de pop, me dirigí de inmediato a mi habitación de hotel para llamar a Lauren y saber de la situación de Carla que, si no me equivocaba estaba en el pabellón en este mismo instante y le quedaba tan solo media hora ahí.

Apenas crucé la puerta, me lancé sobre la gran cama y saqué mi celular de mi bolso. Hacía un calor de puta madre así que puse el aire acondicionado a tope.

Al segundo tono pude oír su voz "¿hola?" Una sonrisa se formó en mi rostro a penas la oí. No hablaba con ella desde hace una semana. No sabíamos nada de la otra. Yo estaba muy ocupada con el término de mi gira y ella con su trabajo.

Yo tenía un plan. Quería empezar las cosas de nuevo y de buena manera. Comenzaría hablando con ella como personas normales y de a poco iría avanzando. Por primera vez me tomaría las cosas con calma con respecto a Lauren. Nuestro error siempre era precipitarnos. Pero no lo sería esta vez. Ahora quería hacer las cosas bien y eso significaba tratarla como la princesa que era y darnos el tiempo necesario para hacer que las cosas funcionaran.

La conquistaría de nuevo con todas mis tácticas. Sacaría lo mejor de mi con tal de poder hacerla mía otra vez.

Luego de poder suprimir mi sonrisa y alegría por poder escucharla de nuevo, respondí "Hola Lauren ¿cómo has estado?" Me apoyé en mis codos mientras sujetaba el celular en mi oído y esperaba por su respuesta. Una sonrisa gigante adornando mi cara.

"Oh h-hola Camila. B-bien gracias ¿y tú?"
Podía notar la sorpresa en su voz. ¿Que no tenía mi número guardado en su teléfono?

"Bien pero un poco cansada. Ha sido un día bastante loco. Te llamaba para saber de Carla. ¿Sabes cuánto falta para que termine la operación?" Pregunté ahora más nerviosa que antes. Me mordía las uñas en suspenso por lo que me diría Lauren. Esperaba que todo estuviera saliendo bien y que no hubiera ningún inconveniente.

Si ya de por sí no me perdonaba el no poder estar ahí para Carla en el hospital por mi trabajo, mucho menos me perdonaría el no estar junto a ella en caso de que algo saliera mal.

"Oh... umh... si. De hecho ya ha salido del pabellón y ahora está en reposo. Está anestesiada aún por lo que seguramente dormirá toda la noche. Cuando despierte mañana verán su estado y acordarán un día para darla de alta" me informó. Yo no podía estar más feliz.

"¿Y... fue todo bien con la operación?" Volví a preguntar con otro nudo formándose en mi estómago.

"Si. Fue todo bien. El doctor dijo que pudo extraer con éxito toda la glándula y que no quedó rastro de células cancerígenas en el área. Pudo remover todo" solté una risa de alegría. Nada me podía hacer más feliz que esa noticia en este momento. Pude volver a respirar.

"Genial. Eso es asombros. Estoy muy feliz de escuchar eso. Tienes que llamarme cuando Carla despierte y dile por favor que la amo con toda mi alma y que no tardaré en volver ¿si?" La emoción en mi voz era notoria. Quería saltar de alegría por las paredes y gritar por el balcón. Estaba demasiado feliz.

"Si. No te preocupes. Te llamaré cualquier cosa y le daré el recado a Carla a penas esté consciente. Yo también estoy alegre de que todo haya salido bien" me confesó con un tono feliz al igual que el mío. Sabía que para ella Carla era importante. Después de todo eran amigas.

"Nos dio un gran susto. Pero gracias a Dios te encontramos. No podría haber confiado en otra persona que no hubieras sido tú" la halagué. Era cierto. Me hubiera costado bastante dejar a Carla en las manos de otro doctor.

"Gracias. Yo también estoy feliz de que me encontraras y... hablando de encontrarse ¿cuándo vuelves a Miami?"
Me preguntó. Ella no perdía el tiempo.

"Vuelvo en 5 días para dar el último concierto de mi gira y después de eso estoy libre ¿te gustaría salir conmigo en uno de esos días?" Le pregunté. Era ahora o nunca.

"¡Si!... quiero decir... por supuesto, me gustas... quiero decir... me gustaría salir contigo" habló apresurada.

Me daba cierta ternura "Genial. Será una sorpresa así que no te preocupes por nada. Nos vemos en una semana y recuerda llamarme en caso de cualquier cosa" agregué por último intentando sonar seria y no reírme de su entusiasmo.

Podía sentir la vergüenza en su sistema desde aquí mismo "S-si. N-nos vemos. Adiós" se despidió tímida desde el otro lado.

"Adiós preciosa. No puedo esperar para verte" le hablé por último antes de cortar. Lauren me hacía sacar el lado coqueto que llevaba en mi. Me encantaba ponerla nerviosa con mis acciones y dejarla sin palabras con mis halagos. Era divertido saber que tenía poder sobre ella.

Con una sonrisa boba procedí a dejar mi teléfono en la mesita de noche y a despojarme de mis prendas para poder darme una ducha. Había sido un día tan largo y agotador pero ahora que sabía que Carla estaba bien y que todo había salido correcto, podía descansar. Además de el hecho de que Lauren y yo estábamos en un buen lugar.

Necesitaba un comienzo nuevo y esto era. Esta era la oportunidad que tanto había esperado. Por fin podría pasar tiempo junto a Lauren. La había extrañado tanto y saber que la podía tener solo me hacía desearla más. Pero no me precipitaría como siempre. Me tomaría todo con calma.

Tendría citas con ella, la invitaría a salir siempre que pudiera, le daría regalos y si todo salía bien, le pediría ser mi novia. Sería una relación completamente normal porque ya no teníamos barreras. Ya no había nada que nos pudiera separar si es que lo intentábamos. Ambas estábamos en un mejor lugar en nuestras vidas que nos permitía poder entablar una relación normal.

De verdad esperaba que todo saliera bien.

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Perdón por tener tan botado este fic pero estoy en mi último año de colegio y estoy llena de pruebas!!! Por lo que no he tenido tiempo de escribir. Pero pude terminar unos capítulos y prometo subir otro más mañana o pasado!!!!

Quería aprovechar para agradecerle a todos/as los/as que leen mi historia y que les gusta por algún motivo. Nunca pensé que a alguien le gustaría esta wea pero heme aquí así que de nuevo muchas graciaaaass y los quiero muchoooo!!!!

(Es la primera vez que escribo aquí así que no sabía qué decir. Espero que se entienda mi mensaje)

-muchas 🍑🖐🏼 para todos!!!

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