Luego de hacer mis maletas, salí de aquella casa no sin antes despedirme de las chicas y Jade, un amigo de Gigi llegó por nosotros a la casa. Al llegar a casa sabía que no tenía mucho tiempo.
- ¿A dónde crees que vas Perrie Edwards?
Dijo mi mamá.
- Que te importa.
Respondí.
- Soy tu madre y a mi no me vas a responder así.
- Sii ti midri i i mi ni mi vis i rispindir isí.
- ¡PERRIE!
- ¿Qué?
- No vas a salir de esta casa.
- Lo siento, tengo cosas más importantes que hablar contigo.
- ¿Quieres que te eche a la calle?
- Tengo la casa de mi padre.
- ¿Me estás retando?
- Déjame en paz, maldita sea.
- Mientras vivas en esta casa vas a hacer lo que yo diga, quieras o no.
- ¿Ahora si te importa lo que mierda hago?
- Si, porque eres mi hija.
- Claro, ¿De verdad te consideras una madre?
- No me hables así, maldición.
Sentí la palma de mi madre en mi mejilla.
- ¿Acabas de golpearme?
- P-perrie no lo quise hacer.
- No me vengas con mierdas, me largo de esta casa.
- N-no mi niña.
- Mi niña mi maldito culo.
Subí a mi habitación con varias lágrimas rodando por mis mejillas ¿Realmente me ha golpeado? ¿Luego de todo lo sucedido? Ahora si que sé pasó. Marqué el número de mi padre esto no se quedará así.
- ¿Papá?
- ¿Estás llorando? ¿Qué pasó cariño?
- Mamá me volvió a golpear.
- ¿De nuevo?
- Si papá, estoy cansada de ella.
- Alista tus cosas pequeña, en un rato llego por ti.
- Te amo papá.
- Yo a ti más.
Corté la llamada y hice mis valijas, por fin estaré libre de ella y sus maltratos.
Marqué a Gigi.
- ¿Gi?
- ¿Nena? ¿Está todo bien?
- No Gi, tuve una pequeña discusión con mi madre y me golpeó, ahora iré a vivir con mi padre.
- ¿Todo sigue en pie?
- Si, sólo que tendrán que recogerme en casa de mi padre.
- No hay problema nena, envíame la dirección.
- Gi, mi mejilla está sangrando un poco.
- ¿Tan duro te golpeó?
- Si Gi.
- Muero por verte y abrazarte.
- Igual yo Gi, espero que pasé todo rápido.
- Igual yo nena, no me gusta verte mal.
- Nos vemos en un rato Gi.
- Nos vemos nena.
Corté la llamada mientras esperaba a mi padre, ya tenía todo listo. Me miré en el espejo y realmente mi mejilla se veía mal.
Escuché la bocina del auto de papá, emocionada tomé mis cosas y bajé las escaleras, papá me esperaba fuera de su auto.
- Eso realmente se ve mal, cariño.
Solté mis valijas y lo abracé.
- Lo siento por no hacerte casi y no irme a vivir contigo.
- No importa cariño, en casa estarás tranquila y no volverás a recibir este tipo de abuso.
Tomé mis valijas nuevamente y las subí al auto.
- Creo que se fue, cuando bajé no la vi.
- No está su auto, entonces se fue.
- Que gran forma de afrontar sus problemas.
- Tu mamá es rara por eso me separé de ella.
- Ya no importa papá, vámonos ya.
Subí al auto e inmediatamente papá arrancó y tomamos dirección a mi nuevo hogar. En el camino papá puso sus canciones favoritas y juntos las cantamos.
- Has mejorado tu voz.
- Lo sé, ahora puedo llegar a notas más altas.
- Eso es genial bebé.
- Si papá, oh debo mencionarte algo.
- ¿Qué?
- Estoy saliendo con una chica, su nombre es Gigi.
- Felicidades cariño.
- Y ella me invitó a París, en un rato pasa por mí.
- ¿En serio? Genial cariño.
- ¿Puedo ir?
- Por supuesto mi niña, necesitas despejarte y relajarte un poco.
- ¿Me puedes dar algo de dinero? No quiero que sus padres paguen todo.
- Si mi niña, cuando lleguemos a casa te daré.
No recordaba lo bien que se sentía estar con mi papá. Luego de un rato llegamos a casa e inmediatamente me instalé en mi habitación, bajé a la sala.
- ¿Dónde está tu esposa?
- Salió con tu hermana
- ¿Ya se llevan bien?
- Si, los últimos días han mejorado bastante.
- Me alegra escuchar eso.
Ahora recuerdo porque no me gustaba vivir con mi papá, por las constantes peleas entre mi madrastra y mi hermana.
- ¿A que hora pasa Gigi?
- Uhm, a las 6:30.
- Son las 5:40 deberías ir a alistarte.
- Si papá, ya vuelvo.
El viaje sería corto ya que Francia está cerca de Reino Unido, pero quería estar cómoda todo el viaje así que opté por ponerme algo casual y cómodo.
Me miré al espejo y debía tapar esa fea herida, tomé un poco de maquillaje y lo aplique en mi cara, realmente parecía como si no hubiera pasado nada en mi rostro. Bajé nuevamente a la sala y ya estaban mi hermana y mi madrastra.
- ¡Perrie!
Mi hermana se abalanzó sobre mi hasta al punto que caímos al suelo, tenía mucho de verla.
- Me vas a matar.
Dije mientras me levantaba del suelo.
- Tiempo sin verte hermana, te extrañaba.
- Igual yo bebé.
- Gusto en verte Perrie.
Dijo mi madrastra.
- Igualmente Kate.
Les sonreí a ambas.
- Nuestra pequeña Perrie en un rato se va de viaje.
Celebró papá.
- ¿A dónde vas cariño?
Preguntó Kate.
- París, Francia.
- Vaya, espero que la pases muy bien.
Me sentía mal al presumir que iría a Francia.
- Gracias Kate, les traeré recuerdos a todos.
- Los esperaremos.
Dijo y sonrío Kate.
Una bocina sonó afuera de la casa, supongo que es Gigi, así que salí a verificar.
- ¡Nena!
Vi a mi rubia correr hacia mi.
- Hola bebé.
- ¿Estás bien?
- Si, ya estoy un poco tranquila.
- Me alegro nena, ahora vamos que nos espera muchos papeles que llenar en el aeropuerto.
- Mis valijas están en mi habitación, ya vuelvo.
- No tardes, nena.
Entré rápidamente, subí a mi habitación y tomé mis maletas, al bajar me despedí de mi familia y salí nuevamente.
- ¿Tus padres y hermana están en el auto?
- Si, nena.
- Oh.
Entramos al auto, nos recibió su hermana Bella.
- Bella, ella es Perrie.
La castaña me sonrió y me saludó con un beso en la mejilla.
- Es un gusto Bella.
- El gusto es mío, Perrie.
- Mis padres Yolanda y Mohamed Hadid.
- Es un verdadero gusto conocerlos.
Dije nerviosa.
- El gusto es nuestro Perrie, Gigi nos habla mucho de ti y pues teníamos que ponerle una cara a tu nombre.
Respondió amable Yolanda.
- No tengas vergüenza con nosotros, Perrie somos una familia pacífica.
- No se preocupe señor, pronto se me pasará la vergüenza.
-Eso espero señorita Perrie.
Dijo algo burlón por lo que solté una pequeña risa. El carro arrancó de inmediato y nuestro camino al aeropuerto comenzó.
Después de una rato, al fin llegamos al aeropuerto, cada uno bajo su valija correspondiente y nos adentramos al aeropuerto.
- Olvidé pedirle dinero a mi papá.
- ¿Dinero?
Preguntó Bella.
- Si, ya sabes no quiero que sus padres paguen todo.
- Perrie, no te preocupes por eso, el dinero no es problema.
Dijo algo presumido.
- Es que, no quiero parecer interesada.
- Mira, tú tranquila ¿Si? Todo estará bien y nadie te dirá que eres interesada.
- Está bien, gracias Bella me hizo sentir un poco mejor.
- No es nada Pezz.
Luego un largo rato de papeleo y seguridad, al fin nos subimos al avión, iba sentada junto a obviamente Gigi y junto a Bella, será un viaje interesante ya que vamos en primera clase.
- ¿Te sientes bien?
Preguntó Gi.
- Sip, más que bien.
Entrelazamos nuestras manos. Realmente no podía creer que tan sólo ayer estaba con Gi en la playa y hoy estoy junto a ella en un avión camino a París.
El avión despegó e inmediatamente me recosté en el hombro de Gi quedándome dormida.
- Nena, psst.
Escuché la voz de Gigi.
- ¿Si?
Pregunté aún dormida.
- Mira por la ventana.
Me levanté de su hombro y maldición todo era tan jodidamente hermoso y perfecto.
Em avión aterrizó, la familia de Gigi t yo bajamos del avión ahora debemos pasar por más seguridad y papeleo.
- Muero de hambre.
Me queje graciosa.
- Somos dos, cuñada.
Dijo Bella, a lo que me sonrojé.
Pasamos por seguridad y todas esas mierdas, ahora nos dirigimos al hotel.
- Bien chicas, ustedes compartirán habitación.
Dijo Yolanda
- No hay problema, será interesante conocer a mi cuñada Perrie.
- Bella, la estás avergonzando.
Dijo Gigi.
- No importa, hace mucho no me llaman cuñada.
Gigi se sonrojo.
- Bien, ¿Quieren algo de comer?.
- Por favor.
Respondimos las tres al unísono.
El padre de Gigi soltó una risa, nos subimos a un auto que estaba fuera del aeropuerto.
- Vamos a comer crepas.
- Sii.
Volvimos a decir las tres al unísono.
Mohamed arrancó el auto y se entró a la ciudad del amor en busca de un restaurante de crepas.
- Por ahí hay uno.
Señalé el primer restaurante que vi.
- Buena vista.
Dijo Yolanda.
- Gracias señora.
Sonreí y me sonroje un poco.
El padre de Gigi aparcó el carro y todas bajamos del auto y entramos al restaurante. Es una mañana hermosa y la torre Eiffel se ve realmente hermosa.
- Ordenen lo que quieran.
Dijo Mohamed, obviamente no iba a ser casa e iba a pedir lo más cómodo.
- Yo sólo quiero una crepa con nutella y fresas.
Dije.
- Igual yo.
Dijeron Bella y Gigi.
La chica nos tomó la orden.
- Y cuéntanos ¿En que año estás?
Preguntó Yolanda.
- Oh, estoy en último año.
- Eso es genial, ¿A que Universidad planeas ir?
- Estaba pensado en la Universidad de Oxford.
- Buena elección, Bella y Gigi tal vez vayan a esa.
- Sería genial.
Solté una pequeña risita.
- Podrían vivir las tres juntas.
Quedé paralizada, o sea, ¿Yolanda quiere que sus hijas vivan con una chica que acaba de conocer?
- Oh vamos, será genial.
Dijo Bella.
- Posiblemente lo sea, pero aún no sé si voy a aprobar los exámenes.
Respondí.
La mesera llegó con nuestra orden.
- Buen punto.
Dijo Bella tomando los cubiertos.
- Consideralo Perrie.
Dijo Yolanda.
- Claro que lo haré.
Terminamos nuestro desayuno en silencio pero no en un incómodo.
- Muero del sueño.
Dijo Bella.
- Suban al auto, iré a pagar la cuenta.
Nos levantamos de la mesa y nos subimos al auto, el padre de Gigi llegó unos minutos después, siguiente parada: Hotel.
Al parecer el padre de Gigi también tenía sueño ya que manejaba rápido, mientras yo no dejaba de admirar lo hermosa que es la torre Eiffel. Por fin llegamos al hotel, Mohamed nos registró, Bella, Gi y yo nos fuimos a nuestra respectiva habitación o debería decir Suite, teníamos una maldita Suite para las tres y lo mejor, con vista a la torre.
Me recosté en la cama.
- Debes estar cansada, ve a dormir en la noche tendremos nuestra tercera cita.
Dijo Gigi.
Dicho esto me acomode en la cama e inmediatamente me quedé dormida.