-Vamos Emma es más que mucha coincidencia de que este aquí, y cuando te conté eso era para que lo guardarás en secreto no que se lo dijeras en cuanto la vieras, ya la habías buscado y espiado es todas las redes sociales y conseguiste su dirección eso fue suficiente - le hablaba a regañadientes Tom a Emma por su acción, se estaban instalando en la carpa para luego ir a comer -
-Vamos Tom desde que la conociste hablaste de ella como si fuese única radiante estrella de sur, si es una fabulosa coincidencia para ambos encontrase aquí, aprovecha ella parece ser desente y lista, no encontrarás mucho de eso en el medio en que nos rodeamos -
-Bien basta no digas nada que me pueda hacer quedar en mal con ella, solo me parece atractiva no la invitaré a salir si, solo es linda y ya - estaba algo apenado por el comportamiento de su amiga pero admitía en su interior que todo era una enorme coincidencia -
-Vamos Thomas entiendo que nuestro trabajo sea difícil, de acá para allá pero solo piensa, primero ese café, y ahora Sudán es el otro lado del mundo, estamos solo a una carpa, esta bien si aún no quieres invitarla por lo menos por un café pero ya que estaremos aquí unos días puedes por lo menos hablar con ella y ver como es, se ve que es muy lista pero sencilla, aprovecha la ocasión -
-No lo creo además ¿Viste al doctor Mike? Seguro es su novio o su esposo, seria lógico - ella lo miró algo molesta -
-En serio Tom, deja las excusas y actúa que las obras no son largas -
Tardamos un poco para comer ya que casi todo el tiempo la pasamos platicando, no suelo estar en un lugar comiendo más de cuarenta minutos pero bueno, era una buena excepción, se esperar cuando estoy con la gente que estimo, por que cada quien contaba sus historias, además esos otros voluntario se fueron a sentar con nosotros y supongo nuestro apetito creció y comimos un poco más, aquel sujeto de ojos celestes me veía de ves en cuando pero las más interesada era su acompañante, Emma.
-Doctora por favor Cuéntenos usted ¿Cómo era en su juventud? Aún que creo que la escuela de medicina siempre recibe jóvenes tranquilos que no salen mucho - eran el tipo de preguntas que no me hacían a menudo, y es que entre un año tarde a la universidad por mi antigua vida, donde lejos de ser lo que soy ahora solía hacer cosas descontroladas y salir a beber cada fin de semana, tenia todo y a la vez nada -
-Bueno yo... - mi amigo y compañero Mike tampoco sabía mucho de mi pasado ya que cuando deje de ser lo que era decidí dejar todo atrás y avanzar - No bueno es que era todo lo contrario a lo que soy ahora, en la universidad desaté mis ideas compulsivas pero antes era muy intranquila, salía mucho con mis amigos, a beber bailar y cosas que es mejor no contar - reí y di un trago a mi bebida esperando cambiaremos de tema, tarde más de lo que se podía y para mi ayuda cambiamos el tema -
-Ambos son pediatras me imagino - dijo otro de nuestros guías y de nuevo nos voltearon a ver creo que pensaban que éramos novios o que estábamos casados -
-No sólo lo soy yo, pero ambos si somos médicos internistas, solo que la segunda especialidad del doctor Mike es cardiólogo - Mike me volteo a ver y me dio una sonrisa cálida, me resultaba atractivo pero por alguna razón repelia el contacto con alguien, tenia miedo de ser lastimada otra vez -
-¿Ustedes dos están casados o algo así? - Emma pregunto de golpe y Tom le dio una mirada represiva, si lo que había dicho era algo inapropiado pero era lo que todos querían escuchar -
-No, solo somos muy amigos, aún que no por elección mía - bromeo Mike y todos al igual que el rieron yo solo fingí una sonrisa sin mostrar los dientes -
-De verdad ustedes son maravilloso por hacer esto por nosotros, son los mejores médicos que pueda haber, sus padres deben estar orgullosos por hacer hijos tan ejemplares, caritativos y honorables - era lo que temia dijeran, orgullo de nuestros padres, no para mi, no había ningún orgullo, todo lo contrario, hacia más de diez años que no veía a mis padres, ni tenía intención de ver les, ellos no sabían que yo era médico, que hacía cosas por los que lo necesitaban, solo era la hija desobediente, la oveja negra -
-Disculpen pero debo terminar de alistar una cosa, debo atender a un niño en media hora así que me retiro pero por favor sigan, los veré más tarde, provecho para todos - me levante y metí la silla en la mesa, y estaba a nada de querer acomodar la silla a la par exacta pero quería irme pronto de ahí así que solo salí sin alimentar mi hábito compulsivo -
Fui a la carpa donde estábamos durmiendo, estaba controlando mis ideas, hacía mucho que no pensaba en mis padres, y me gustaba vivir así, me concentraba en los objetos más simples que habían desde una botella de agua hasta un bote de crema, no quería llorar más y menos por ellos, por que era recordar todo mi pasado, cosa que no me gusta hacer. Tardé mucho tiempo en enfriar mi cabeza, y comencé a poner mi maletín para salir en unos minutos a seguir con chequeos. Y cuando tuve todo listo salí a comenzar a trabajar, Mike me alcanzaría después, solo ayudando a los demás me sentía más tranquila, solo así mis pensamientos no me volvían loca. Comenzó a caer la fresca noche y era muy acostumbrado entre los pobladores encender una fogata y cantar canciones o contar leyendas. Mike y yo teníamos que ayudarnos a bañar debido a que era bastante difícil para nosotros hacerlo solos, claramente cada quien volteaba para no ver al otro y pasar al agua o tapar bien alguna rendija. Fuimos a la fogata y todos estaban ya ahí, incluyendo a Tom, esos ojos celestes no se opacan con la noche, al contrario, brillaban como luceros. También estaba Emma que le decía cosas en voz baja a Tom, y me veía de vez en cuando juguetona.
Era magnífico por las canciones que esas personas cantaban, era el mejor coro del mundo sin duda alguna, se escuchaba impresionante. Yo me dejaba llevar con la música al igual que los otros que como yo no entendíamos lo que querían decir las canciones solo las disfrutábamos. Había un lugar al lado mio, y Tom se fue a sentar a mi lado, Mike puso la cara un poco seria y desvío la mirada algo molesto, yo no dije nada, solo que me impresionó su acción, tenía un buen lugar pero se había ido a sentar a mi lado. Me quedé perdida viendo a las estrellas, el lugar estaba descampado así que podía perderme en el brillo de los astros, en el alo de la luna, en la fresca brisa.
-Es maravilloso, para ser un lugar olvidado, pero es el lugar más hermoso donde Dios a puesto su obra. Por eso siempre estoy destinado a volver aquí, donde hay siempre paz y buenos cantos - Tom me sacó de mis pensamientos, voltee a verle pero regrese de inmediato mi vista a las estrellas -
-Si, es un lugar mágico, pero aquí todo es real - cerré los ojos sintiendo el aire fresco, como si este golpeara suavemente mis mejillas, e imaginaba como si pintase mi rostro -
-No puedo creer que te haya vuelto a encontrar en el otro lado del mundo, eso es bastante raro, pero me alegra verte vuelto a ver lejos del ruido y el ajetreo de la ciudad - abrí los ojos de golpe y analicé lo que decía, me parecía demasiada coincidencia y en cierto punto creía me había seguido o algo por el estilo -
-Así es la vida algunas veces Tom, todo puede parecer una coincidencia, aún que en realidad supongo ya todo está escrito, no se que es en realidad, pero si se que así me gustan las cosas - voltee y nuestras miradas chocaron, desvíe la mirada en seguida, sentía nervios de sus ojos celestes clavados en mi -
-Eres una chica espontánea entonces - río débilmente, y en mis adentros yo también lo hice, yo soy una persona que intenta organizar todo, muy compulsiva y sobretodo que intenta tener todo a la perfección -
-No yo no soy así, soy muy compulsiva, casi siempre sigo horarios y pensarás que es aburrido pero a mi me gusta estar así, planeo casi todo mi día, no es monótono para nada, de hecho me gusta que todo este en orden, demasiado en orden, me cuesta incluso ver un tenedor o una cuchara fuera de lugar, que las puntas de la mesa o la silla estén sobre la línea me da una pequeña sensación de comodidad - no debí decir eso no no no no, ahora va a pensar que estoy loca, aun que Pensándolo bien ¿por qué me importa lo que el piense? Hace mucho que eso no me pasa al menos con un hombre, quizá sea por que me resulta más que muy atractivo, no, ya, concéntrate - Perdón creo que eso estuvo fuera de lugar, lo lamento en serio -
-Descuida, es bueno saber más de ti, digo por que bueno estamos trabajando juntos y no esta demás conocer a tus compañeros de trabajo, incluso podríamos ser amigos - se notaba un poco nervioso y eso me parecía lindo, me reí un poco y ahora era yo quien se sentía incomoda, no quería que creyese que me reía de él -
-Claro, supongo que eso es bueno también, y tu Tom ¿Qué tipo de hombre eres, espontáneo, minucioso, o una de esas cosas nuevas? - todos platicaba a nuestro al rededor haciendo que se oyese un pequeño coro de voces, Mike no hablaba con nadie, hasta que Emma decidió sentarse a su lado y platicar con el, mejor dicho a preguntarle cosas, si me conocía, o si eramos muy amigos-
-No lo se, jamás lo había pensado, me gusta que las cosas me sorprendan pero también me gusta organizar mi vida, como la hora de mis comidas o mis horas de dormir claro cuando no tengo trabajo, aveces es pesado aun que me encanta hacerlo así que no es monótono. Pero me encantan las cosas simples, mucho en realidad aunque no lo parezca, desde beber una taza de té en una cafetería y leer por las tardes, o sentarme en alguna plaza a ver gente pasar, se que suena raro pero es grandioso - casi sentía que había algo de mi en él, desde el hecho de sentarse en la plaza a sólo ver gente pasar, parecía alguien muy interesante y por más que yo quisiera oír de él, me estaba reprimiendo, ya no quiero enamorarme, no por ahora, aún no me siento lista -
-Madelein es hora de irnos mañana vamos al pequeño pueblo de al lado, y es algo tarde - Mike se separó de su charla con Emma y fue hasta mi algo demandante, pero sereno, podía leer en sus ojos que había algo más detrás de todo eso, y llegó justo en el momento exacto yo ya no quería estar al lado de Tom, tengo solo una tarea justo ahora y no quiero que nadie me distraiga de mi meta, y sobre todo no quiero hacerme ilusiones con nadie, ya no -
-Tienes razón Mike, Tom - me levante de golpe y le di una sonrisa cálida, solo por ser amable - Nos vemos mañana, descansa, y sigue siendo tú. Descansa - me di la vuelta y camine junto a Mike hasta la carpa donde dormiríamos, me quite las botas y fui detrás de una cortina para cambiarme, me acosté en la cama y Mike apago la luz, me gire hacia la pared y me cubrí hasta el rostro, aún que no pude evitar recordar la sonrisa del apuesto hombre de ojos celestes, de sonrisa aperlada, y la forma tan linda en que sus rizos toman su rumbo, como un caballo salvaje, y la extraña forma de su risa que lo hace sonar tan tierno, y sus manos, jamás e tocado sus manos pero creo que son tan suaves como acariciar la seda o el agua, algo sucede conmigo, hacía tanto que no miraba a un hombre de esa forma, creo que siento mariposas en el estómago. Pero me niego a acercarme más, ya no quiero salir con alguien que me lastime, por que parece ser el tipo de personas que salen con muchas chicas, y que sobre todo lo siguen muchas chicas, quizá la hermosa joven de ojos marrón, Emma, sea su novia, por la forma en que lo mira sonriente, eso no lo se. Lo que si se es que debo apartarlo de mis pensamientos y dormir, y cuando esté viaje termine no lo veré quizá jamás, y no se si me guste pensar eso, más ahora que lo conozco, que este lejos, en algún otro país o ciudad u otra mesa de algún restaurante, aún que creo que ya no estará lejos de mis pensamientos desde ahora.
Por la mañana, muy temprano, cuando el sol aún no salía Mike y yo ya estábamos listos para cuando el auto llegara para llevarnos al pueblo cercano. Fue un viaje de dos horas, perdí mi vista todo el camino en la arena, en el desértico valle encantado, en el olor de la tierra, disfrutaba del aire golpeando mi rostro, casi jugando a atraparlo con mis manos.
-Aveces me gustaría saber que estas pensando - dijo Mike rompiendo el silencio y mirándome detenidamente -
-No creo que te agrade, justo ahora mis pensamientos están en mucho desorden, normalmente casi siempre es así, todo está flotando ahí - dije mirándolo también, me gusta la calidez de sus ojos azules, mi mejor amigo Mike, lo conocí cuando entré a la universidad, y en realidad no entendí como las chicas lo veían mal, resultó ser el patito feo que se volvió cisne, un cisne muy hermoso para ser realistas -
-Mis pensamientos están igual ahora, solo que es por algo, creo que los tuyos también están desordenados, aun que creo que es por alguien - su rostro se noto desanimado, y me sentí algo avergonzada, creí que solo yo podía notar que me parecía guapo y agradable aquel hombre de ojos celestes -
-Bueno tengo tantas cosas en mi cabeza justo ahora Mike, cosas que debo a hacer cuando regresemos, lo que quiero comer, la canción que necesito escuchar, todo eso, además de que la raya de tu cabello no va derecha lo lamento yo la habría dibujado derecha Mike, y no podré estar tranquila hasta que la emparejes - solté con sinceridad al mirar su cabello, fue mi forma de desviar su mirada y cambiar sus preguntas, no quería que mencionace a Tom -
-Es agradable que me lo hayas dicho - sonrió y me miro fijamente - ¿Podrías acomodarlas por mi? Ya que al parecer eres mejor acomodando el cabello, por eso tus rizos siempre se esponjan - lo mire seria y saqué de mi bolso un bolígrafo, me acerqué a él, volteó la cabeza dejándome libre el mechón de cabello que iba a acomodar, pude oler su perfume muy cerca de mi, casi impregnando se en mi ropa, y casi puedo jurar que escuchaba su latidos algo acelerados, tome el bolígrafo y con suavidad lo pase sobre la línea que ya estaba dibujada acomodandola para que esta fuese lo más derecha posible, el auto freno casi de golpe y caí sobre su pecho, me queje un poco de dolor - Dime por favor que no te lastimaste - me enderecé de a poco algo aturdida, si me había dolido a mi no imagina lo que le había dolido a él, levanté mi mirada y sus ojos estaban viéndome detenidamente, sentía su respiración sobre mi rostro, sabia lo que podía suceder, así que me acomodé de inmediato, sacando todas esa ideas de mi cabeza, aún que no lo negaba quería besarle desde hace mucho, pero ese no era el momento -
-Doctores ya llegamos, vengan los llevaremos con los pobladores, están muy deseosos de verlos al fin, además de que les han preparado una comida especial para las tres de la tarde y luego volveremos - yo salí lo más rápido que pude, apretujando mi maletín entre mis manos, las cuales ya estaban bastante sudorosas -
Me concentré todo el día en solo hacer mi trabajo, aunque por más que lo evitase mi mente me gastaba una mala pasada y recordaba lo que había sucedió en el auto, estuve solo a unos centímetros de besar a Mike, y me emocionaba, aún que para ser realistas, después de estar tanto tiempo sin salir con alguien me emocionaba hasta ver besos de personas en el parque o en las películas, pensando que era yo, aún que también venia a mi mente Tom, es como si cada vez que miraba hacia el cielo viese sus ojos, sus lindos ojos celestes y su sonrisa, sentía mi corazón latir como desquiciado. Estaba atendiendo al último paciente de todo el día, antes de ir a comer, Mike entró a avisarme se que ya era hora de terminar.
-Puede volver a la clínica más o menos en dos meses para el último chequeo, sus problemas hormonales van mucho mejor así que, cuídese mucho, nos vemos pronto - le di una pequeña bolsa con pastillas y la mujer se fue de ahí contenta y agradeciendo - Ya voy solo dos segundos, creo que metí en dirección equivocada alguna herramienta y todas deben ir en un sentido - me detuve a revisar mi maletín y acomodé mi pequeño aparato para leer retinas, salí de ahí junto a Mike quien tampoco dijo nada, fuimos hasta una carpa muy cerca a comer un poco, no comí mucho por que al volver estaba esperando probar un poco del guisados de chicharos -
No tarde mucho en comer, no me gusta dilatar me más de media hora pero me quede esperando a Mike y al conductor del auto que nos llevaría de vuelta, aun que solo tardaron veinte minutos más luego subimos a la auto para ir de regreso, me acomodé en el lado en que iba, cerca de la ventana e intenté dormir, pero no lo lograba, sentía a Mike a nada de decir algo y sinceramente no quería hablar sobre lo que pudo pasar. Llegamos después de dos largas horas en que intentaba hacerme la dormida, y en las que Mike no dijo nada, incluso pensaba que él no quería que sucediera lo que pudo haber sucedido, quizá él quería olvidarlo. Al llegar bajamos del auto, y estaban a nada de servir la comida, justo bajo un enorme árbol, fui hasta la mesa y me senté esperando a que sirviesen algo, poco a poco la mesa se fue llenando, aunque casi todos los invitados estaban en las sillas del frente.
-Doctora parece ser de gran apetito, puesto que comimos hace apenas dos horas - el chófer, un hombre de cincuenta años se fue a parar al lado mio muy sonriente -
-Esperé por le guisado especial de Lany, así que hice en hueco - señalé mi estomago, el hombre solo río sonoramente y se fue a paso lento, pronto los demás miembros se fueron a sentar, y pronto apareció Tom, con una playera negra con el logotipo de Unicef, sonriente, sus pasos eran enormes de modo que llegó bastante rápido hasta la mesa, y se sentó a mi lado, me miró un instante y me dedicó una sonrisa, Emma también se sentó a mi otro lado, quien me dedicó otra mirada alegre, casi juguetona -
-Pensé que no volverían si no hasta muy tarde, es un gusto que estés para la comida - sentía algo raro de nuevo en mi estomago, pero lo reprimia - Espero que se hayan divertido - y de nuevo esa sonrisa -
-Si fue divertido, nunca sabes que cosas puedes encontrar, incluso conocí a una chica con un nombre tan genial que me hace querer cambiar el mio - dije burlona, comenzaron a servir el guisado que había estado esperando con una bebida de raíz -
-No creó que sea buena idea, Madelein suena muy bonito, incluso hasta sofisticado ¿Eres de Inglaterra acaso? Es por que es normal ese nombre ahí - tiene un acento fantástico al igual que Emma, y no importa cuanto intenten cambiarlo, se nota que ambos son ingleses -
-No, yo soy de Washington, aun que odio mi nombre, se oye como de abuela de la segunda guerra mundial, y no es por ofender, cuando me registraron yo iba a protestar pero el padre me aventó agua a la cara - Tom comenzó a reír, mucho, casi se le iba el aire, creo que lo que dije fue muy gracioso por el modo en que se reiría, su risa era contagiosa de modo que yo también reí, me reía de esa forma en que te falta el aire y hacia ruidos extraños, cuando de pronto me falto el aire e hice sonido de cerdo, fue demasiado gracioso y humillante, cosa que lo hizo reír aún más y no sólo a el, si no a los demás que estaban sentados, que se reían sin parar, y de nuevo hice ese ruido, no podía parar de reír -
-Madelein eres muy graciosa - se limpió una pequeña lágrima de la cara, y respiraba rápido - Pensé que los médicos no tenían sentido del humor pero veo que me equivoqué -
-Gracias es bueno saber que no soy aburrida - ya casi acababa mi guisado, y aproveché que la señora se acercó para pedir un poco más -
-Cuéntame sobre ti, nos iremos en solo dos días más así que me gustaría saber sobre ti, quizá no volvamos a vernos - esa idea inundo mi mente, quizá en otra circunstancia me habría quedado callada y no habría dicho absolutamente nada, pero el hecho de pensar que la casualidad o lo que sea hizo que nos encontrasemos hasta aquí -
-¿Qué quieres saber de mi? - apoyé mi brazo en la mesa y deje descansar mi cabeza sobre mi mano, viendo hacia Tom con detenimiento -
-No lo se, am sobre que te gusta supongo - imitó mi acción y me miró detenidamente, nuestras miradas se encontraron, me enderece rápido por que sentía que me pondría roja si me veía de esa manera de nuevo -
-Bueno, se que suena extraño pero en New York no trabajo como médico, bueno no de tiempo completo solo por las tardes y parte de la noche, de hecho trabajo en una revista, suena tonto yo lo sé, pero bueno es agradable, trabajo en una fundación de ayuda, más médicos como Mike - hizo mueca de molestia - Y yo hacemos cirugías a gente que lo necesita, yo me encargo de pediatría y traumatologia, pero me gusta tener mis tardes libres, salgo del trabajo y voy a comer en ese café todos los días, es que me gusta ese lugar. Es que amo la medicina pero también quiero tiempo para mi por eso no lo hago todo el día, por que me encanta leer, adoro leer, solía leer sonetos de Shakespeare todas las mañanas en la universidad, y adoro escuchar música a todo volumen mientras me ducho o camino al trabajo, y el vino, no mucho pero creo que la cosecha lambrusco 72 es la mejor - me emociona hablar de las cosas que me gustan, así que supongo tenía una enorme sonrisa, cuando reaccioné Tom me veía quieto, sonriente, eso hizo sonrojar me un poco, y era notorio -Es tú turno ¿Qué cosas te gustan? -
-Adoro leer a Shakespeare y recito muchos de sus sonetos, adoro tocar la guitarra es un buen pasatiempo, me encanta cocinar sobre todo postres no es por presumir pero soy muy bueno cocinando, me encanta el teatro supongo que es la cosa que más me encanta hacer, y de ves en cuando jugar rugby, solo que no siempre tengo tiempo para hacer lo - también sonreía cuando habla de cosas que le encantan, incluso había un brillo en sus ojos -
-Pues debes buscar tiempo para hacer las pequeñas cosas que hacen tu vida muy feliz, como tocar la guitarra o hacer postres, cuando lo comienzas a hacer te sientes pleno créeme -
-¿Por eso no trabajas todo el día en un hospital? Imagino que debe ser magnífico poder hacer cosas que te gustan en un tiempo en que casi todos están trabajando, pero bueno no me quejo -
-Si justo por eso, no te imaginas la vida que solía llevar, de aquí para allá sin tiempo para nada, incluso cuando trabajaba para el hospital horas completas de mi día, me encanta pero necesitaba tiempo para mi, para leer antes de dormir después de darte un baño o para ir por un café en la tarde, cosas así, el trabajo me ayuda pero no me preocupa, vivo por la medicina no para la medicina, ya no soy una esclava -
-Es bueno saber que hay personas con ideas diferentes, normalmente las chicas que me rodean no son así, temo un poco al decir cosas es que eres más lista que yo y no quiero quedar como un bobo- reí un poco y bebí mi cerveza de raíz -
-No debes de menospreciar te, soy una persona normal, y no pareces ser bobo Tom, pareces alguien diferente - dije casi en un suspiro, cosa que le impresionó, no sabia que decir para que no preguntara que había sido eso -
-¿Qué tipo de persona soy? -
-Luces guapo - admití - E inteligente, no pareces alguien con cabeza hueca, y el hecho de venir a ayudar a gente que no conoces sin pago alguno demuestra que tienes buen corazón, hablas de lo que te gusta con la misma pasión con que las amas - sentía mariposas en el estómago con su mirada, quería prenderle fuego a esas mariposas, en ese momento quería soltarlas y que estuviesen libres -
-Es muy lindo de tu parte, también hablas con intensidad de tus placeres, y haces mejor trabajo que yo, es la ciencia que beneficia al mundo, como muchas tantas, pero haces un gran sacrificio. El chico debe ser alguien afortunado - bebí de mi cerveza de raíz hasta el fondo -
-No hay tal chico, desde hace mucho tiempo, supongo que así debe ser, pero y que hay de ti. ¿Hay una chica orgullosa? - esta bien que me pregunte pero, por que tu lo haces, ya callate deja de poner te en la mira, puede que el sepa que hay mariposas revoloteando como locas ya no digas nada más-
-No no hay chica orgullosa por ahora -fue como si mi interior se haya puesto de fiesta, me sentía un poco feliz, como una rendija de luz por la noche - Creo que por ahora así debe ser - todos los que estaban en la mesa ya se habían ido, desde hacia tiempo pero no nos habíamos dado cuenta, y habíamos hablado casi dos horas y ya había caído la noche -
Hablamos por mas tiempo, por varias horas hasta ser las nueve de la noche, pero es que parecía que no pasaba el tiempo cuando hablábamos, como si con él detuviera el tiempo, y quería permanecer así más tiempo, pero era algo noche y ya sentía algo de sueño, para mi desgracia tenía que ir casi todo el día a otro pueblo, lo vería hasta la tarde, aún que con esas horas de hablar de lo que más le gusta y anécdotas graciosas había tenido lo suficientemente para recordarlo todo el día hasta verlo otra vez.