Sing to my heart (Camren)

By papillon2701

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Lauren Jauregui está obsesionada en secreto con la cantante Camila Cabello. Cuando Camila aparece repentiname... More

Capítulo 1. Obsesión
Capítulo 2. Collide
Capítulo 3. Cuenta hasta dormir
Capítulo 4. Orbes verdes
Capítulo 6. Caigo por ti
Capítulo 7. ¿Celos?
Capítulo 8. Into you
Capítulo 9. Malos entendidos
Capítulo 10. Cruzo lo que sea
Capítulo 11. Cállate, Lauren
Capítulo 12. Negación
Capítulo 13. Movimiento equivocado
Capítulo 14. Te quiero
Capítulo 15. Eres mía
Capítulo 16. Debajo de la piel.
Capitulo 17. Máscaras
Capítulo 18. Fall to pieces
Capítulo 19. Días grises
Capítulo 20. Punto de quiebre
Capítulo 21. Quizá tarde
Capítulo 22. A través de la tormenta
Capítulo 23. Inesperado
Capítulo 24. Instintos
Capítulo 25. Acerbo
Capítulo 26. De vuelta
Capítulo 27. Miedos
Capítulo 28. Decidirse
Nota
Capítulo 29. Sing to my heart

Capítulo 5. Run away with me

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By papillon2701



Lauren POV


Estaba nerviosa, estaba muy nerviosa, había salido con muchas chicas y chicos antes, lo admito, pero en ninguna de esas ocasiones había sentido que la seguridad en mí misma flaqueaba, es decir, yo era Lauren Jauregui, y no quiero sonar engreída pero tenía una buena posición en el ranking de las chicas más deseadas. Quise culpar mi nerviosismo al hecho de que hacían ya más de un par de meses que no tenía citas, y no quería relacionar esa realidad con el tiempo que estuve obsesionada con Camila, sólo era falta de costumbre ¿lo era? No quise ponerme elegante, no quería demostrar empeño por ella, la cena se había programado dentro del mismo hotel donde se hospedaba Camila, y se me hacía extraño que ella viviendo la mayor parte de su tiempo en Los Ángeles aún no había conseguido un apartamento, quizás era una manifestación de su excentricismo. La cantante me citó en ese lugar porque supe que en el fondo no quería darle demasiada trascendencia, repito ella sólo proponía la cena de agradecimiento para sentirse mejor con ella misma o al menos yo trataba de convencerme de ello, no quería hacerme ningún tipo de esperanzas y si me ponía a pensar ¿en verdad yo quería relacionarme con Camila de alguna manera? Quería avanzar y superar el hecho de que había estada colada por ella cuando aún no me conocía, pero últimamente estaba haciendo las cosas completamente inversas, y eso no me estaba ayudando en absoluto.

En cuanto llegué sólo bastó dar mi nombre en el lobby y me dieron un par de indicaciones para encontrar el restaurante. La sala era lujosa y espaciosa como era de esperarse, y Camila estaba vestida de negro en una de las mesas de esquina. Su atuendo era casual, llevaba unos pantalones de mezclilla ajustados y unas botas que combinaban con una chaqueta de cuero, tenía puesto unas gafas oscuras que me recordaron la primera vez que vi a Dinah, ella se veía perfecta con cualquier cosa que usara, ya lo había comprobado en muchas ocasiones. Me hizo una seña en cuanto se notó que yo hacía presencia, entonces me apresuré para alcanzarla, sentía que mi corazón también doblaba el paso; Camila se puso de pie y me dio un fugaz beso en la mejilla, yo cerré los ojos imaginando al profesor que más odiaba en la facultad para así evitar sonrojarme delante de ella, creo que funcionó.

-Hola. - Me saludó con esa voz que a veces le salía ronca al final de la frase, yo sentía que me introducía en otra dimensión y el mundo a mí alrededor se desplomaba. - Gracias por aceptar venir, espero que no hayas tenido que cancelar ningún plan importante, es decir, hoy es sábado y...

-Nada importante, sólo tengo que estudiar para el examen de la otra semana, pero ya había programado el día de mañana para dedicarme a eso. - La tranquilicé y ella sonrió satisfecha.

-Me alegra mucho que hayas venido, Lauren, en verdad quería agradecerte por lo que hiciste por mí, fue un acto bastante desinteresado, apenas nos conocemos y tú fuiste muy amable. - Se expresó con cautela, pero en ningún momento me miró a los ojos, tenía la vista clavada en su copa de vino, no supe cómo interpretarlo y me frustraba ser incapaz de leer a Camila.

-Cualquiera hubiese hecho lo mismo, Camila. - Repuse recordándole implícitamente que ella no era una persona del común, la cantante frunció los labios y entonces me miró por varios segundos, yo sentía que estaba a punto de caer en el precipicio de sus profundos ojos marrones.

-Yo no le hubiese pedido a cualquiera que lo hiciera. - Declaró sin romper el contacto visual, era demasiado tarde ya había sucumbido en sus palabras, el corazón se me quería salir del pecho, no sé si era parte de mi imaginación, pero cada frase que usaba la latina tenía un aire de sensualidad, era como si ella no pudiera evitarlo, como si se tratara de algo innato a su personalidad, o era que quizás, sólo quizás, estaba coqueteando conmigo en algún universo paralelo. "Lauren concéntrate o vas a acabar babeando sobre la mesa". - Estoy un poco harta de este menú. - Murmuró cambiando el tema al ver que yo permanecía petrificada en total silencio, ahora fingía leer la carta, cuando yo sospechaba que la conocía de memoria y su comentario me lo confirmaba.

-¿Quieres irte de aquí? - Le propuse de repente, y la verdad no sé de dónde me salió tanta valentía, fue algo que solté sin pensar y ya empezaba a arrepentirme. Camila me miró colocando la carta sobre la mesa lentamente, mientras sopesaba la idea.

-¿Por qué no? - Contestó encogiéndose de hombros, entonces me sonrió como si tramara algo. - Quiero que me muestres algo que le guste a Lauren Jauregui.

-Te advierto, podrías aburrirte pronto, me gustan las cosas convencionales...

-No estoy muy familiarizada con lo convencional, así que ponme a prueba. - Me retó levantando la ceja y dándome esa mirada letal, Jesús, no debería ser legal que alguien tan sexy anduviera por ahí en el mundo. - ¿Traes auto? - Indagó y yo asentí. - Vamos a por él. - Concluyó poniéndose de pie, yo la imité de inmediato, aún no me creía lo que estaba pasando, Camila conmigo en mi automóvil ¿estaba soñando otra vez?

Apenas pasamos por la entrada del hotel, Camila se puso los lentes oscuros, uno de sus guardias tuvo que mirar dos veces para cerciorarse de que sí se trataba de ella y que la cantante abandonaba el lugar prescindiendo de sus servicios, reaccionó de inmediato saliendo disparado detrás de nosotras, Camila me pidió que doblara el paso mientras dibujaba una sonrisa traviesa en su rostro, como si quisiera escabullirse de su propio guardaespaldas. Yo había dejado mi auto estacionado fuera del hotel, por lo que los flashes sobre nosotras no se hicieron esperar cuando salimos, eso me había tomado por sorpresa, por unos minutos había olvidado quién era Camila Cabello... la cantante se giró rápidamente y vimos como el guardaespaldas estaba casi sobre nosotras, "¡corre!" le escuché gritar y ya me llevaba ventaja, entonces no hice otra cosa que obedecer su orden, cuando estuvimos a pocos metros de mi auto desbloqueé las puertas y la alarma sonó, Camila identificó el carro y se deslizó rápidamente sobre el asiento del copiloto, yo lo abordé a los pocos segundos. "¡Arranca, Lauren, vamos!" exclamó entre risas y vimos como el guardaespaldas se devolvía por la camioneta seguramente, Camila se estaba desternillando de la risa, su risa era tan contagiosa que yo me le uní.

-¡Estás loca! - Le dije entre risas mientras miraba por el retrovisor verificando que nadie nos estuviera siguiendo.

-Eso fue divertido. - Comentó pasándose el brazo por el estómago, le dolía por haberse reído tan fuerte durante tanto tiempo. Entonces la miré y ella me miró y ambas dejamos de sonreír al tiempo, yo sentí una corriente eléctrica que me recorría cada rincón del cuerpo, Jesús, nunca antes había visto unos ojos que tuvieran tanto poder sobre mí, ella me hipnotizaba de una manera que yo desconocía. El claxon de los autos que estaban atrás me hizo despertar del embrujo en el que había caído, entonces me di cuenta de que el semáforo había cambiado a verde y yo no me había percatado con antelación por estar mirando estúpidamente a Camila Cabello, de inmediato rompí el contacto visual y puse el auto en marcha con cierta prisa. - ¿A dónde vamos, Lauren?

-Oh, sólo estoy planeando secuestrarte, seguro que me darían mucho dinero por tu rescate. - Traté de bromear para romper la tensión que se había formado en los últimos minutos, escuché reír a Camila por lo bajo. - ¿Qué piensas? - Indagué al ver que sonreía durante un largo rato pero no hacía ningún comentario y vacilaba.

-Me preguntaba, si hipotéticamente fueras una secuestradora... ¿correría yo el riesgo de sufrir síndrome de Estocolmo? - Soltó y yo apenas pude procesar el sentido de sus palabras en mi cabeza, esta vez no pude evitar sonrojarme violentamente, Camila lo notó y volvió a reírse a carcajadas.

-Tú sí que sabes cómo dejar sin palabras a alguien. - Mascullé tratando de borrar el rastro de mis sonrosadas mejillas.

-El efecto Cabello. - Simplificó encogiéndose de hombros con autosuficiencia, yo rodé los ojos reprimiendo una sonrisa. Quizás, sólo quizás estaba coqueteando conmigo en algún universo paralelo.


Camila POV


¿Qué me pasaba? ¿De verdad había estado diciendo todas esas cosas? Lauren no era ninguna tonta, no tardaría en hacerse la idea de que yo estaba flirteando con ella. Estaba casi segura de que todo era culpa de las palabras de Dinah, ella siempre sabía qué decir para lograr sugestionarme, así que tenía que controlar mi espíritu de regalada, o todo podía terminar mal... no quería utilizar a Lauren, no quería, en serio, pero cuando ella estaba cerca yo sentía que todas las cosas que me afligían el pecho desaparecían, y entonces me sentía más liviana, Lauren me hacía sentir real [...] Lauren disminuyó la velocidad cuando nos acercábamos a unos edificios y entonces descendió por el parqueadero, asumí que vivía allí, antes no me había querido decir a dónde iríamos. No era que me estuviera muriendo por irme a una discoteca, es decir, ya había tenido mucho de eso, por lo menos por el fin de semana, así que estaba completamente curiosa por los planes de Lauren. Tomamos el ascensor hasta el último piso, cuando nos detuvimos sólo había una puerta, Lauren sacó unas llaves y giró el picaporte, todo estaba oscuro, aquello ya empezaba a causarme cierta ansiedad, entonces sentí la mano de la chica de ojos verdes guiándome entre la penumbra, yo me preguntaba por qué era que no encendía las luces, estaba inquietándome, cuando de repente escuché otra puerta abrirse y el viento me golpeó fuerte en la cara, supe que estábamos en la azotea, escuché clic y una hilera de bombillos suspendidos en el aire se encendió, yo sonreí enormemente porque la vista era maravillosa, desde ahí podíamos divisar gran parte de la ciudad, era precioso, y había un silencio acogedor. La azotea no era muy grande, y en ella había un espacioso diván junto a una pequeña mesa, pero lo más curioso era que aquel lugar estaba adornado con muchas plantas con flores de distintos colores, precioso. Cuando me di la vuelta, la pelinegra había desaparecido dentro del apartamento así que decidí acomodarme por mi propia cuenta, aquella noche una enorme y magnífica luna llena nos acompañaba.

-Me encanta tu azotea, es envidiable. - exalté cuando vi a Lauren reaparecer con una botella de vino y dos copas, se acomodó a mi lado pero guardando una distancia considerable, entonces empezó a servir la oscura bebida.

-Está a tu disposición siempre que quieras. - Dijo amablemente mientras se llevaba un sorbo de vino a la boca. - Este es uno de mis lugares favoritos, vengo aquí recurrentemente cuando necesito pensar, es decir, este lugar me transmite una tranquilidad que no logro hallar en cualquier parte.

-Entiendo que tiene un significado importante para ti, me hace muy feliz que hayas compartido ese significado conmigo. - Dije con sinceridad, ella asintió, tenía un brillo especial en sus hermosos ojos, realmente le gustaba estar allí.

-¿Está esto dentro de tus expectativas? - Me preguntó cuidadosamente.

-Definitivamente está más allá de mis expectativas, pensé que iríamos a un bar o cualquier otro lugar icónico de la ciudad, me alegro de que no haya sido así. - Contesté francamente, todavía me sentía envuelta por la magia de aquella azotea.

-No quise traerte a un lugar donde existiera la posibilidad de que ya lo hubieses frecuentado con anterioridad, admito que no fue una idea original, pero al menos estuvo dentro del objetivo. - Sonrió ligeramente, parecía un poco retraída y se me hizo tierno de su parte.

-No hay nada menos original que haberte citado en el restaurante del hotel. - Repuse y esta vez ella dejó escapar una risa, y yo estaba sorprendentemente encantada con el sonido de su risa, me atrapaba en una atmósfera donde no podía poner atención a nada más que no fuera la inflamación de mi pecho. Quizás, sólo quizás, yo estaba aventurándome en terrenos peligrosos. "Cautela, Camila."

Seguimos bebiendo vino y hablando de trivialidades hasta que se acabó la primera botella, Lauren pidió a domicilio unos tacos, según ella, los mejores tacos de la ciudad, quiso complacerme porque sabía de mi ascendencia mexicana, yo se lo agradecía, en verdad no recordaba cuando había sido la última vez que había comido tacos, así que no podía estar más encantada con la idea. Lauren, por supuesto había traído más vino, yo por supuesto cedí ante mi vulnerabilidad con el alcohol, pero no me sentía angustiada ni ansiosa como casi todas las veces, estaba tranquila como no lo había estado en mucho tiempo... y ahí estaba yo, con una recién conocida, en un lugar donde no había gente que me conocía, que se moría por hablarme, sin sentirme atosigada, ahí estaba yo sintiéndome como una chica de 21 años, una chica con una vida común y corriente, y me encantaba la sensación de sentirme "normal", porque era una sensación que había estado olvidando durante los años en que alcancé tanta fama, en ese lugar era simplemente Camila Cabello, no la cantante de pop famosa que aparecía en las noticias y en el internet.

-Tengo que admitir que me encanta lo convencional, Lauren. - Comenté mirando fijamente la luna mientras tomaba de mi copa de vino animadamente, empezaba a sentirme intoxicada, y yo era casi adicta a esa sensación, porque podía desinhibirme de todas mis preocupaciones. Me volteé al sentir la intensa mirada de Lauren sobre mí, entonces me tropecé con sus verdes pupilas, que me estudiaban en silencio, como si quisiera decirme algo, pero yo no me atrevía a suponer absolutamente nada, aquello me espantaba sobremanera y no entendía por qué.

-En este momento no estoy segura de poder decir lo mismo. - Murmuró ella atravesándome con esos intensos fanales, yo sentía que sus palabras me hacían perder la concentración, por supuesto que se estaba refiriendo a mí, ¿o era eso lo que mi ego me quería hacer pensar? "concéntrate, Camila, concéntrate, ni siquiera estás tan borracha" sentía que me desvanecía y no sabía si era por el efecto del vino o por el efecto de Lauren, yo me esforzaba por encontrar en mi mente algún recuerdo en el que una chica se me hiciera tan atractiva como mi compañera de universidad, ¿acaso me estaba empezando a gustar Lauren? ¿O era que la sugestión de Dinah era así de poderosa? En ese instante, Lauren se acercaba peligrosamente hacia a mí, y yo sentía que me desvanecía, tenía la sensación de que el mundo empezaba a girar más de prisa y que todo empezaba a volverse borroso hasta que desapareció, y hubo sólo oscuridad y el silencio más perfecto.


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