Una semana. Siete miserables días en los que recién comienzo a estudiar y ya me he topado a dos personajes desagradables. La vida enserio es patética e injusta, y no solo eso porque también absurda ya que ambas personas son desigualmente irritables. Primero aquella muchacha tímida e insistente, y ahora el odioso con complejo de Bad Boy. Malditas plagas que atraigo puesto que ya Eduardo y David han sido sustituidos en este lugar que pensé me iba a librar.
Sin poder anular mi expresión neutral termino de pagar mi desayuno y me voy a sentar en el que ahora es mi sitio de comida porque está en un rincón muy aparte de los demás que hablan matando a calma. Supongo que la inevitable soledad es la verdadera compañía que me atrae porque siempre la busco y ella a mí. Pero indudablemente mi lugar de paz ya se encuentra ocupado por nada más y nada menos que el chico de tatuajes.
— ¡Quítate de ahí imbécil!, aquí me siento yo así que deja de invadir mi espacio y lárgate de una buena vez— estallo en un grito sin poder guardármelo más por su invasión de lo que es mío haciendo así que este se levante demostrándome una mirada llena de frialdad la cual no causa nada en mí,
—Deja de molestar niña, mejor vete y siéntate en otra parte porque me gusta este lugar que ahora es mío, y no puedes hacer nada para evitarlo— habla entre dientes claramente más enojado que yo lo cual me hace sonreír al captar su irritable humor colérico que al parecer no logra dominar para nada bien. Sin duda alguna no domina sus impulsos para nada.
—Bueno— cambia su expresión también ahora observándome confundido lo cual enormemente me da gracia—Tal parece que no sabes hacer más que quitarle lugares a las chicas, ¿Es que acaso no sabes conseguir algo sin quitárselo a los demás?—le provoco con burla porque quiero ver más de su actitud impulsiva.
—Pues solo me gusta quitarle las cosas a los inútiles— responde mordaz haciendo que cambie mi actitud al igual que el porque me la está poniendo más difícil de lo que creí.
— ¡No te metas conmigo, hablo enserio! —exclamo muy molesta por la situación que no me está favoreciendo y más al ver ahora su expresión triunfante. Indudablemente el tipo es insoportable
— ¿Por qué? ¿Me golpearas?— Expresa con burla levantándose de su lugar dándole el permiso a mi puño a estrellarse con fuerza en su rostro acallándolo al fin mientras me ve aturdido tomando con su mano su nariz la cual fue afectada.
Rápidamente sujeto mi mano con fuerza mientras un pequeño jadeo sale de mí al sentir el peculiar dolor en ella por haber golpeado sin parar la pared ayer en la noche en un acto desmedido por controlar mi enojo en contra del otro tipejo intolerable de David. Y no debí de dar ese golpe sin antes haber pensado en mí herida aun fresca porque ahora hasta me cuesta mover los dedos.
—No debiste hacer eso— escucho un murmuro frente a mi haciendo así que alce mi vista a él, el cual se acerca levantando su brazo dispuesto a golpearme pero se detiene al ver mi agarre en un inútil intento de ocultar lo obvio — ¿Qué te pasó ahí?—pregunta relajando su expresión generando en mi otra mueca disgustada mientras la suelto y me aguanto el palpiteo del daño.
—Creo que di muy fuerte el golpe—respondo en un bufido por su actitud tan cambiante e insoportable mientras ahora el limpia la sangre de su nariz con el dorso de su mano negando sin creerme.
—No soy estúpido, esas marcas—Señala mis manos— no son por este golpe—apunta su nariz la cual se encuentra levemente hinchada— ¿Acaso peleas?
— ¿Me ves cara de hacer esas cosas? —refuto con aversión al imaginarme rebajarme a niveles tan primitivos como la confrontación corporal con otro ser que por desgracia di a entender con mi patético acto anterior.
—Tal vez...—musita sentándose nuevamente calmado—Eres valiente, no cualquier chica me golpea el primer día de conocerme, de hecho eres la primera que lo hace—toca nuevamente el puente de su nariz frunciendo el ceño—He conocido diversidad de chicas extrañas, hippies, góticas, dar, y hasta depresivas, pero tú eres muy diferente a todas ellas— confiesa mirándome con interés llamando mi atención por su modo de actuar.
—Y eso me hace única— afirmo en respuesta siguiéndole la corriente en la conversación que poco a poco se va haciendo llamativa
—Ven siéntate—me invita señalando a su lado mientras sonríe—me agradas— frunciendo el ceño y recelosa me decido a sentarme sin dejar de observarlo pendiente de su próximo movimiento.
— ¿Y ahora qué te pasa? —Pregunto ya confundida por su nueva actitud indiferente y “pacifica”—hace poco intentaste golpearme y ahora me dices que me siente contigo y que te agrado—finalizo ganándome su risa
—Sabes. —Se sienta mejor cruzándose de brazos—Yo sufro de eso a lo que llaman bipolaridad— declara en un susurro dejándome pensativa pero lo cual demuestro en una expresión perpleja para luego de unos segundos en silencio carcajearme ante lo irónico de esto.
—No lo puedo creer, ¿es enserio?— inquiero sin poder retener mi sonrisa burlona haciendo que él me vea con seriedad para después asentir dejándome meditando nuevamente ante sus palabras porque encajan perfectamente a su personalidad. Después de todo no es tan desagradable el sujeto como lo tenía previsto y esto cambia más las cosas.
— ¿Y tú acaso también lo eres?— rompe el silencio haciendo que lo mire inquisitiva.
—No, aunque a veces me pasa como a todo ser humano— respondo encogiéndome de hombros pareciendo obvia e indiferente ante la realidad.
—Me di cuenta...—dicta sin creerme del todo pero asintiendo —pero sabes— habla inseguro viéndome sin pestañear—eres muy extraña —suelta nuevamente curioso.
—Ya eso me lo dijiste idiota—manifiesto irritada por su insistencia lo cual hace que el genere un pequeño gruñido molesto.
— ¡No me digas así!— exclama alterado bufando después— ¿ves que si pareces? —me mira ladeando una sonrisa confirmando lo que es con tal acción,
—Mis cambios de humor son diferentes a los tuyos, ahorita estoy tranquila—aparto mi vista de la suya para ver a un lugar no especifico —Pero quien sabe que pueda hacer después…—le permito a mi mente divagar ante ilustraciones de mi parte del lugar envuelto en llamas mientras los inútiles de los adolescentes y profesores intentan vagamente huir del fuego. Y por aquel pensamiento una pequeña sonrisa nace de mis labios sin poder evitarlo.
—Oye—.interrumpe mis pensamientos su voz haciéndome voltear a verlo—He oído que desde que llegaste a este lugar no has hablado con nadie, eres silenciosa obviamente, te gusta estar sola por lo que veo—Frunzo el ceño desviando mi vista de nuevo porque no sabía que captaba la atención chismosa de los demás y, mucho menos en esos términos
—Pues yo no he dado motivos para aquellos rumores—lo miro de nuevo—además soy como cualquier otra persona, solo que no me gusta hablar demás. —repito lo mismo de siempre para poder acallar las dudas metiches.
—Hay algo en tu mirada que dice otra cosa— refuta con obvio interés haciéndome incomodar pero no deseando apartar mis ojos de él porque quizás sea sospechoso y el al parecer tiene vasta experiencia en descifrar personas, y eso no me conviene para nada.
—Yo podría decir lo mismo de ti— sonrío aligerando el ambiente después de un corto silencio meditando que decir ante su atenta mirada—tranquilo que no he matado a nadie—finalizo despreocupada sin borrar ahora mi sonrisa la cual es falsa pero congruente para él.
—Tranquila—me sonríe también —yo tampoco soy tan malo como me ves. Solo que lo toman así porque quieren, pocos motivos les di antes—se encoje de hombros— Rose — vuelve a verme ampliando su sonrisa ahora burlona
— ¿Cómo sabes mi nombre?— indago mirándolo mal al ver su porte superior.
—Lo averigüé—alega con simpleza haciéndome enojar ante su semblante relajado.
— ¿Y cómo te llamas tú?— inquiero llamando su atención luego de un rato .demostrándome interesada para poder sacarle información porque tal vez me sea de utilidad para después.
—No te dije que me hablaras
Aplano mis labios mirándolo con neutralidad reafirmando su punto bipolar porque ya es muy obvio y eso me molesta, pero si quiero continuar con lo mío debo controlarlo también.
—Te diré la verdad— logro mi objetivo al acaparar su atención— Eres una de las pocas personas que no detesto tanto en este sitio y eso que eres insoportable. Aún con eso creo que podrías ayudarme en algo— alza una ceja ante mi relato revelador haciéndome cruzar de brazos por su actitud infantil.
—La verdad—piensa sus palabras —me agrada tu forma de ser niña, pero no sé en qué podría ayudarte—admite generando un suspiro fastidiado de mi parte.
—Primero, no me digas niña—le informo con seriedad asqueada por su apodo—segundo, no me gusta que invadas mi espacio, así como este— recalco señalando el lugar—No soy muy paciente que digamos así que deja de provocarme si no quieres problemas. —le advierto para que entienda de una buena vez que se mantenga al margen lo cual no parece funcionar al ver su sonrisa agraciada dirigida a mí.
—Tú no me mandas niña, yo hago lo que quiero como ya te dije, pero sigue—rasca su creciente barba—me intrigas— tomo aire varias veces buscando paciencia ante sus provocaciones aburridas.
—Quiero que seamos amigos— suelto directamente haciendo que alce sus cejas sorprendido para luego asentir abstraído.
— ¿Y solo amigos?— refuta en un tono insinuante lo cual me hace verlo enojada nuevamente.
—Sí, solo eso, no pienses en otra cosa— contesto con una mueca de asco ante sus pensamientos perversos lo cual lo hace sonreír.
— ¿Y para qué necesitas mi ayuda? —agrega poco después
—Lo sabrás después— sonrío levantándome ante su mirada aturdida mientras salgo de la feria de comida para dirigirme al lugar de archivos en donde está toda la información estudiantil que para mí fortuna solo se encuentra una secretaria en el lugar a la cual reconozco gracias a su parlanchina hija que fue la encargada de darme un recorrido de bienvenida por las instalaciones al ingresar.
—Buenas tardes— me acerco a su escritorio captando su atención haciéndome sonreír un poco para darle más realismo a mi actuación— es usted la madre de carolina ¿verdad? — pregunto aunque ya sepa la respuesta que confirmo al verla asentir
— ¿Por qué? — inquiere confundida ante mi ahora expresión atemorizada.
— La vi en los pasillos de SP en el área artística mientras sufría lo que parecía ser un ataque de asma— aviso a sabiendas de que es su padecimiento haciendo que la señora frente a mí se levante de inmediato viéndome preocupada para después sin emitir palabras dejarme el lugar libre. Mentir cada vez me resulta más fácil y eso es gratificante. Me adentro a la verdadera oficina de información en donde cierro la puerta y busco entre los tantos estantes divididos por áreas los archivos que necesito, y acertando con la carrera y materias luego de varios minutos de frustración en donde no lograba acertar, por fin encuentro la fotografía delatora que estaba buscando haciéndome tomar la carpeta con cautela y abrirla salteándome a su paso los certificados de estudios y constancias para detenerme en la hoja más importante; datos y perfil del alumno nuevo ingresado
Primer nombre y apellido:
Brandon De la Hoz.
Fecha de nacimiento:
06/06/1994
Edad:
22 años
Carrera seleccionada:
Contaduría
Periodo
2016-A
Padres: -
Sin representantes
Dirección:
avenida 6, calle 32, Departamento Clark
Número telefónico:
005732045630
Termino mi inspección frunciendo el ceño porque no me dice mucho la información sobre él, sin embargo sacando mi móvil le tomo una fotografía y cuando estoy dispuesta a guardar la hoja en la carpeta noto que detrás de esta hay algo más que capta mi interés.
Nota: vive solo y es recomendado e ingresado directamente por el rector de la institución.
Sonrío al nutrirme un poco por aquella información y salgo de inmediato de ahí.
✨✨✨✨✨
Espero a que comience mi última clase del día para poder así largarme después del lugar al sentirme ya fastidiada, pero frunzo el ceño al ver como Camile alias la chica tímida se sienta a mi lado susurrándome un hola. Como lo sospeche está desesperada y su insistencia no me dejara en paz así que suelto un suspiro fatigado pensando en que beneficio ella podría tener. El profesor al entrar solo saluda con un simple gesto amargado para luego empezar a anotar unos ejercicios en el pizarrón, lo cual sigo sacando mi cuaderno y lápiz para anotar a su par.
— Hey Rose— otro murmuro de su parte me hace desviar mi atención a ella — perdón por interrumpirte pero quería decirte que te vi hablar con el chico nuevo —alzo una ceja intrigada por sus palabras haciendo que se sonroje apenada— y- ya sabes, el que tenía el cabello desaliñado y chaqueta de cuero y pues...
—Camile—le interrumpo— hable enserio cuando te dije que dejaras de observar así a la gente porque tu acoso da miedo. — ladeo una sonrisa al notar su expresión avergonzada asentir.
—Lo siento… pero era casi imposible no mirarlo porque está muy guapo — noto como se muerde el labio para luego tomar entre sus manos su bolígrafo y empezar a moverlo de un lado a otro mientras yo continuo escribiendo sin darle importancia.
— Y pues como te darás cuenta me gustó mucho
—Aja— respondo con desinterés a sus vuelcos hormonales
— Pensé que también te gustaba— frunzo el ceño girando mi cabeza de nuevo a su dirección
—Y ¿porque pensaste eso? — inquiero interesada ante su errático comentario
—Porque es obvio que al tener esa pinta rebelde llamaría tu atención— ruedo mis ojos ante su absurdo punto— y me dijeron incluso que hasta vino en una moto— suelta una risa nerviosa— y pues como tuviste suerte de a su primera visita hablar con él lo supuse. —finaliza sonrojada mordiendo el interior de su mejilla. No soportando más tanta idiotez me levanto de mí asiento guardando mis cosas
—Pues te equivocas porque yo no soy de ese tipo de chicas que cree en el amor a primera vista ni fantasea con personajes como él. — ultimo de explicarle innecesariamente para luego salir del salón sin poder soportar más su ridiculez salir. ¿Con que clase de persona soñadora e ingenua me junto ahora? Crédula. Definitivamente un giro inesperado a mí opaco y vacío círculo social.
Me dirijo a la salida pero me detengo al escuchar un ruido de detrás de un árbol y con la curiosidad llamándome me acerco al lugar con cautela encontrándome al chico problemático apoyado en este fumando con tranquilidad pero que al percatarse de mi presencia su postura relajada adopta una acongojada para rápidamente tirar el cigarrillo al suelo aplastándolo bruscamente con su zapato mientras se voltea a verme con el ceño fruncido.
— ¿Qué haces aquí?
—Salí a tomar aire, ¿Acaso no puedo?—contesto cruzándome de brazos ante su mirada seria —además, eso mismo podría preguntar yo — recorro vacilante el rincón en donde estamos,
—Yo también necesitaba estar solo— determina sin verme
— ¿Y eso te ayuda?—señalo la colilla en el suelo mientras sonrío con gracia ante su postura cabizbaja.
—Sí, ayuda ¿no lo has probado?—inquiere alzando una ceja recomponiéndose de inmediato haciéndome negar — Pensé que eras una chica mala— me sonríe ahora el con burla generando en mí una mueca ante las semejantes palabras de Camile. Si de verdad doy a entender eso con mi personalidad entonces es un asco también porque no me conviene.
—Es estúpido que te cataloguen así, solo eres tú y ya, además no soy mala—refuto con el ceño fruncido aumentando su sonrisa.
—Lo sé, aunque las mismas personas lo han tomado como algo que ellos usan con aquellos fines superficiales— responde indiferente.
—Mejor dame uno, voy intentarlo— le sigo la corriente extendiendo mi mano ante su actitud incrédula. No quiero parecer tampoco inferior a él, además me gusta experimentar. — Y Dame con que prenderlo. — completo al recibir ambas cosas en mis manos para luego utilizar el encendedor dejando así que el fuego acapare toda mi atención. — ¿Cómo se verá el lugar rodeado en llamas?— pienso para mí sin despegar mis ojos de la mecha—Sería hermoso… —exclamo en un susurro emocionado por mi visión.
— ¿Qué?
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Att: MM.
*** Capítulo Editado ***