-Emma, ¿quién está...? -Robert cayó en medio del pasillo al ver a Angelina al otro lado de la puerta.
¿Qué buscaba esa mujer ahí? Se sorprendió al ver la mano de ella y de su sobrino, estrechada. Tenía que avisárselo a Alex, sacó el celular del bolsillo de su pantalón y marcó al número de su hermano. Se dio vuelta y caminó hasta la habitación, para tener un poco más de privacidad; luego de un par de tonadas, Alex contestó.
-¿Qué pasa? -Alex preguntó bastante preocupado y temiendo lo peor.
-Angelina está en la puerta con Frederick.
-¿Angelina? -preguntó sorprendido, no esperaba aquello -¿pero qué quiere ella ahí?
-Te juro que yo me encuentro igual de sorprendido que tú, pero no creo que quiera nada bueno. Emma está con ellos -se frotó la frente, sin saber qué hacer.
-Ahora mismo llamaré a Angelina.
Angelina soltó la mano del pequeño y se paró erguida, sin apartar su mirada del niño.
-Siempre supe que eras muy hermosa, mami -dijo, sonriendo tímidamente -¿has venido para quedarte conmigo? -preguntó entusiasmado.
Angelina sonrió de lado con aquella pregunta. Los niños eran tan... estúpidos, era por eso que no los aguantaba. Se creían cada cosa que se les dijera. Por suerte Frederick la ayudaría a volver con Alex. No le gustaba perder y menos contra una simple secretaria de pacotilla. Torció los labios hacia abajo, fingiendo una mueca triste.
-No, mi amor -se llevó la mano al pecho y negó con la cabeza -, me encantaría, pero tu papi está viviendo aquí con su nueva novia o ¿no? -levantó la mirada hacia Emma, quien la miraba de forma desdeñosa.
-Papi dijo que solo es una amiga -murmuró con la voz entrecortada, ¿su papá le había mentido?
-Frederick, corazón -Emma le tocó la cabeza y lo miró -, entra un momento junto al tío Robert ¿sí? -utilizó una voz seria para que el niño no le contradijera.
Frederick bufó, inflando sus mofletes, mirando a Emma bastante molesto, apenas estaba conociendo a su mamá y ya le pedía que se vaya de ahí. Sus ojos se aguaron de pronto, solo quería estar con su mamá y entró llorando sin girarse a mirar a ninguna de las dos mujeres.
Emma se sintió un poco dolida, pero era por el bien del pequeño, además esa pequeña rabieta ya se le pasaría. Miró a Angelina con molestia y abrió completamente la puerta y se paró frente a ella, encarándola.
-Deja al niño en paz -advirtió, Emma, con un tono bastante amenazante -no permitiré que vuelvas a...
-¿a decirle la verdad? -Angelina completó la frase -porque esa es la verdad. Esa empleaducha es amante de Alex.
Emma la miró con los ojos achicados por el término con el que se había referido a Jenna.
-¿Qué te importa eso? -se cruzó de brazos, arrugando la frente -él está muy bien sin ti ¿Por qué te importa ahora el niño?
Angelina soltó un bufido de burla. ¿Cómo se atrevía esa chica a hablarle de esa forma? Pero ¿Quién se creía que era? Antes de contestarle con alguna ofensa hiriente, su celular en el bolso comenzó sonar. Rebuscó entre sus cosas hasta que consiguió dar con el aparato. Al ver quien estaba llamando, sonrió sin gracia.
-Hola, mi amor -dijo de forma coqueta.
-¿Qué haces en mi departamento? -preguntó sin amabilidad alguna -¿Qué buscas? El niño no está nada bien para...
-Eh, eh, tranquilo -intentó calmarlo -cuidadito con lo que dices. Solo he venido para ver a nuestro hijo -sonrió de nuevo. ¡Ja! ¿eran tan obvias sus intenciones? Estaba claro que el pequeño duendecito le creería a su mami en todo, absolutamente todo que le dijera.
-Te conozco, Angelina -gruñó -. Si tanto querías ver al niño, hubieras ido al hospital -hizo una pausa - ¡Maldita sea! Solo tenías que visitarlo una vez al mes y no fuiste capaz. ¡Tú misma dijiste que no lo querías! -gritó, alterado.
-Las personas cambian, mi querido -dijo, mirando sus uñas largas, de la mano izquierda, perfectamente pintadas de un rojo pasión -. No estaba preparada en ese entonces para ser madre -confesó, con la voz apagada y mirando un punto del suelo.
Estaba segurísima que con esa actuación la mosquita muerta de Emma y el tonto de Alex, caerían redonditos -. Sé que fui una horrible madre, ni siquiera tengo que ser llamada así -rompió su voz en llanto -, dios, que patética me escucho de esta forma -rió.
-Está bien -suspiró, harto y a la vez, conmovido -, pero entraras con Emma o Robert, no te dejaran sola con Frederick.
Angelina evitó colocar los ojos en blanco y fingió una enorme sonrisa de satisfacción y agradecimiento que se vio muy natural, pero no tanto para Emma, quien no le sacaba los ojos de encima y no le hacia ninguna pizca de gracia la actuación de esa mujer. Emma sabía que Angelina era una maldita manipuladora, porque ella también era...así.
NA: Infinitas gracias, estamos por llegar al 100k de leídos *-* me hace tan feliz, en serio, jamás pensé llegar hasta donde me encuentro. ¡GRACIAS DE VERDAD!
PD: no olviden que al finalizar la historia estaré editando nuevamente los capítulos:
-Faltas ortográficas.
-Detalles.
-Y estaré mezclando capítulos para hacerlos más largos xD
EJ: pondré el capítulo 31 con el 30 y así sucesivamente.