''I never knew what was waiting in store...'' - Goldfish ft. John Mani (One Million Views)
Mientras caminaba alrededor de la tienda de autos, la música melosa de Beethoven que sonaba de fondo hacían vibrar mi corazón. A pesar de que antes no era tan rica cómo lo soy en este momento, aún así la música clásica era un placer oculto mío.
-Este es el indicado- le dije al vendedor de autos y firme las formas inmediatamente.
Él me entregó las llaves del Mercedes Benz plateado y entré en este inmediatamente. Los cobertores de los asientos eran de un cuero liso y brillante, y el sistema de sistema era simplemente maravilloso. Este era un regalo para mi misma ya que hoy era mi cumpleaños número veinte.
Mi nuevo iPhone sonó con actualizaciones de gente publicando: ''Feliz cumpleaños!'' en mi muro de Facebook.
Una vez que llegue a casa, mi teléfono sonó, señalando que estaba recibiendo una llamada. Revisé el identificador y era Kaya.
-Hola?
-Algo terrible pasó- dijo Kaya lloriqueando del otro lado del teléfono.
-Qué cosa?- pegunté con frenesí.
-Lo siento por arruinar tu cumpleaños, pero puedes venir por favor?- me preguntó sorbiendo su nariz.
-Estaré ahí en un minuto- dije y colgué.
Tomé las llaves de mi nuevo auto del mesón de la cocina y me subí en este para manejar en dirección a la casa de Kaya. Esquivé el tráfico como pude y giré en la calle Abington que era dónde la mansión de Kaya se encontraba situada. Detuve mi auto frente a la reja, ingresé el código de seguridad y una vez adentro manejé con calma hacia la entrada de su casa. Los jardineros se encontraban cortando sus arbustos y los aspersores estaban todos encendidos.
Estacioné al lado de su auto y saqué la llave del contacto. Me bajé del vehículo y corrí hasta su puerta. Antes de que pueda siquiera tocar el timbre, la puerta de Kaya se abrió dejando ver a su mayordomo.
-Señorita Hennig, por favor sigame- dijo con profesionalismo.
Hice lo que me dije y terminamos en la sala, donde Kaya se encontraba, sentada en un sofá de felpa color borgoña con pañuelos a su alrededor.
Caminé directamente hacia ella y me crucé de brazos.
-Cuéntame todo ahora- dije desalentada.
* * *
-Espera, tu publicista, Lily, se llevó todo tu dinero?- pregunté con incredulidad.
-No, no todo mi dinero, solo un millón de dólares y sinceramente ni siquiera me importa que se haya llevado el dinero.Es decir, un millón de dólares no es nada para mí pero el hecho de que haya roto mi confianza de esa manera... me rompió el corazón.- dijo y comenzó a llorar otra vez.
Froté su espalda de manera reconfortante.
-No te preocupes, todo va a estar bien.- le dije, porque sentía que era lo único apropiado para decir.
-Perdón por arruinar tu día especial.
-Oh, créeme, no lo arruinaste. Probablemente solo estaría comiendo pastel mientras veo Netflix- dije honestamente.
-En serio?- cuestiono, mirándome con sus ojos llorosos y una expresión atónita en el rostro.- Mi corazón llora por ti.
Sonreí por lo graciosamente sarcástica que ella podía ser en una ocasión tan terrible.
-Acabo de tener una idea realmente loca- dijo Kaya y una enorme sonrisa ilumino mi rostro.- Por qué tú no te vuelves mi publicista?
-Yo? Oh, no. No sé absolutamente nada sobre ser una publicista!
-Puedes tomar clases para eso. Vamos, eres prácticamente la única en la que confío ahora y además me estarías y sería cómo mi regalo de cumpleaños para ti.
Mordisqueé mi labio inferior y pensé al respecto.
-Pero que hay de Saki? Ella sigue siendo mi jefa.
-No te preocupes por ella, yo me voy a encargar.- dijo Kaya con una mueca de seguridad en el rostro.
* * *
Kaya y yo nos encontramos sentadas en la bien ventilada oficina de Saki mientras esperábamos una respuesta de su parte.
-No.
-Qué?- dijimos Kaya y yo al mismo tiempo.
-Dije que no- reiteró Saki con brusquedad.
-Pero por qué?- imploró Kaya con estridencia.
-Afectaría la calidad de trabajo de Shelley y pondría tensión en ella.- dijo con simpleza.
-Pero estoy más que dispuesta a hacerlo!- supliqué.
Ella suspiró y se quitó las gafas. Me miró directamente y pensó por un momento.
-Estás cien por ciento segura?
-Si- dije con formalidad.
-Entonces voy a aceptarlo por ahora, pero vas a tener que encontrarme una asistente a medio tiempo porque no hay manera en la que podrás ser capaz de hacer ambos trabajos- dijo, poniéndose las gafas nuevamente con total elegancia.
-Muchas, muchas, muchas gracias!- exclamó Kaya.
Salimos de la oficina y nos miramos.
-Aaaaaaaah!-gritamos mientras nos tomábamos las manos.
Nos abrazamos y terminamos riendo con fuerza. Dado a que era hora de almuerzo, decidimos ir al pequeño restaurante a una cuadra de aquí, así que bajamos en el elevador. Mario, extrañamente, no se encontraba por ningún lado.
Cuando el ascensor descendió al piso más bajo y las puertas se deslizaron para abrirse, salimos sólo para encontrarnos con dos enormes guardias de seguridad que parecían los Hombres de Negro. Mario estaba hablando con Leona la recepcionista y cuando pasé a su lado me di cuenta que no estaba usando su usual uniforme.
-Hey, por qué no estás usando tu uniforme?- pregunté.
-Tengo que ir a un funeral en Atlanta, así que me tomé una semana del trabajo. dijo Mario levantando su puño al aire en señal de victoria.
-Vamos Shell, tengo hambre- gimió Kaya.
Rodé mis ojos y Mario se rió.
-Hasta que nos veamos otra vez- dijo Mario haciendo una reverencia.
-Va a ser una triste espera-dije, llevando una mano a mi pecho mientras Kaya tiraba de mi fuera del edificio.
El aire fresco me golpeó en el rostro y los estruendosos sonidos de la calle inundaron mis oídos.
-Eres rara- dijo Kaya.
-Dime algo que no sepa- respondí.
* * *
El restaurante estaba calmado y no particularmente lleno de charla, pero los apetecedores aromas provenientes del área del chef me hacían agua la boca.
-Cuando puedo empezar con los cursos?- pregunté, y llevé mi tenedor y mi cuchillo a mi bollo pegajoso.
-Estaba pensando que probablemente deberías tomar un curso intensivo la siguiente semana en este lugar que conozco... Oh por Dios- dijo Kaya y agachó su cabeza.
-Qué?- pregunté, girando mi cabeza en todas las direcciones.
-Deja de hacer eso! Vas a atraer la atención a nosotras.- Yo... Yo acabo de ver a mi ex-novio, Will.- susurró.
Mis ojos se engrandecieron mientras hacía mi mejor esfuerzo por no reírme de lo cómica que Kaya se veía.
-Oh no, me vio- dijo Kaya, sentándose recta y fingiendo indiferencia.
Un guapo afroamericano con cabello estratégicamente rasurado hizo su camino hasta nuestra mesa y yo luché por no jadear. Su ex-novio era Will Smith!
-Hola Kaya... y amiga- pronunció Will, su voz gruesa resonando con delicia en mis oídos.
Mordí mi labio inferior, tratando de no suspirar audiblemente a su comportamiento atractivo y cautivador tono de voz. Hablaron por un rato y luego él se fue con una cortés despedida. Cuando salió por la puerta,, posé mi mirada en el rostro de Kaya mientras ella fingía indiferencia nuevamente.
-Qué?- soltó cuando me descubrió mirándola.
-No me dijiste que salías con Will Smith!
-No lo hice?- cuestionó a pesar de que ella ya sabía la respuesta.- Se me debe haber olvidado.
-Mentira. Ahora cuéntame todo. Cómo se conocieron, etcétera.
-Ok, si tienes que saber...-dijo y comenzó a explicar con emoción.- Ambos estábamos audicionando para un papel...
Mientras escuchaba su historia con atención, una realización inesperada se hizo presente en mi mente. En este año, conocí a más actores famosos de los que había conocido en toda mi vida. Mi vida era asombrosa.
* * *
Luego de una frenética semana de cursos de publicistas, logré entender tres puntos principales que eran evidentes en la carrera:
-Toda publicidad es buena publicidad.
-Tienes que ser despiadado.
-Básicamente tienes que acosar a tu cliente.
Kaya es mi primera y espero mi única cliente. Espero hacer un buen trabajo con ella.
*Traducción de la novela en inglés: ''The Arrangement''
*Autora original: @SmartiesHb
*Prohibido copias y/o adaptaciones.