Un suspiro y mil disparos | t...

By BeautifulDerangement

55.4K 4.5K 746

Hay miradas que hablan. Y desde el momento en que los ojos de Mickaellie se encontraron con los de Yuu Shiroy... More

Introducción
Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 17 [POV Aoi]
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20
Capítulo 21
Capítulo 22
Capítulo 23
Capítulo 24
Capítulo 25
Capítulo 26
Capítulo 27
Capítulo 28
Capítulo 29
Capítulo 30 [POV Aoi]
Epílogo

Capítulo 10

1.8K 150 20
By BeautifulDerangement

El ruido del móvil me hace doler horrores la cabeza. Es que es tan familiar el dolor, que ni siquiera puedo quejarme. ¿Es raro que me haya acostumbrado a llorar hasta dormir y llorar al despertar? Imagínate la rutina desde que tenía seis años.

Miro la pantalla y la luz logra cegarme; a pesar de no ver, calculo que han pasado varios días y no me importa. Ni siquiera sé si es de noche, porque tengo las persianas bien cerradas y he dejado la puerta con llave, lo cual me separa del mundo exterior.
Hoy es uno de esos días en donde las pesadillas desaparecen. La verdad es que si hubiera despertado por las pesadillas, no podría sobrevivir.

La hora marca la una de la madrugada. El ícono de un nuevo mensaje junto con el de llamada perdida son moneda corriente en estos días. Desbloqueo la pantalla y veo el listado de llamadas, que son casi todas de Reita y los chicos. Me siento un poco culpable, sé que están preocupados, pero no tengo ánimos para salir. Si lo hago, será para ir a alguna fiesta a emborracharme como solía hacerlo antes. Es un poco paradójico que lo diga, pero no quiero caer en eso otra vez, a pesar de que ahora estoy cayendo en el círculo vicioso del encierro.

Leo los mensajes que me han dejado desde hace días, pero no los respondo. Estoy decepcionada de no recibir ni siquiera un mensaje de Yuu, a pesar de que he borrado su número. Supongo que ya le habrá dicho a mi madre desde hace cuánto no voy a terapia. Probablemente por eso ella apareció hace unas horas atrás a gritar mi nombre y aporrear la puerta.
Paso a leer los mensajes del grupo que tengo con Uruha y Ruki. Somos apenas tres pero siempre es como si escribieran mil personas. Bueno, casi siempre, sin contar estos días donde he desaparecido de absolutamente todos lados.


Uruha: "Todos tenemos problemas y sin embargo no nos escondemos. ¿Es que te ha tragado la tierra, Mickaellie? ¿Puedes decirnos si estás viva al menos?"

Ruki: "Si estás viva, ¿puedes explicar qué pasó?"

Uruha: "Por si te importa, Yuu está hecho un desastre, y no hablo metafóricamente. Creemos que tienes algo que ver... Porque ya sabemos que se gustan, no saben disimular"


Está hecho un desastre... ¿Será por mí? Saber eso me da una sensación de calidez reconfortante, tal vez sea por el hecho de que no soy la única idiota que se siente mal aquí.
Tomo varias respiraciones, siento que el corazón me va a mil por segundo; y aunque me he planteado desaparecer por un buen tiempo, no puedo seguir ignorando a mis amigos.


Tú: "Hola chicos, estoy bien. No tengo nada que ver, hace tiempo no hablo con él."


Uruha me responde al instante y me suelta miles de maldiciones y agradecimientos por haber respondido. Ruki me bombardea a preguntas y, como la vengativa que soy, no le respondo ninguna. Siempre hay un buen momento para vengarse, nunca olvidaré que me ignoró por completo el día en que Yuu llegó como nuestro nuevo profesor al instituto y no fue capaz de contármelo.

Dejo el móvil en la cama y oigo a mi madre golpeando la puerta, a grito de guerra, cómo no. Está obsesionada con sacarme de aquí y hacer que coma algo, pero no va a conseguirlo. Estoy decidida a seguir unas semanas más aquí dentro.
No es que me haya afectado demasiado el hecho de ver a Yuu besándose con Kigari, sino que no me siento preparada. Necesito tocar fondo antes de salir a la superficie, así es como mi vida funciona... Triste pero cierto.
No hay nada más deprimente que intentar convencerse a una misma de que todo está bien. Lo he hecho antes, y siempre es así: Algo va mal, me encierro, intento pensar que todo pasará, y termino hundiéndome cada vez más.

Odio que todo sea complicado. Sé que nadie me ha dicho que sería fácil, pero... ¿Realmente tenía que enamorarme de un hombre que me dobla en edad y, además, que es mi profesor? Quiero pensar que él también está pasando por este estado en el que te cuestionas por qué te pasan las cosas. Sé que está mal, aunque no sé si es por mí. Ni siquiera sé si le gusto de verdad... Que me haya besado no significa que realmente me quiera.

—Mickaellie, necesitas comer —grita mi madre desde afuera—. Me prometiste que no volverías a hacer esto, ¿qué ha pasado?

¿Qué ha pasado? Pasa que me siento decepcionada, humillada, y que estoy hundiéndome de nuevo. Lo triste es que no puedo decirlo en voz alta porque voy a romper en llanto y ya estoy cansada de llorar por todo.
Sus pasos me indican que se ha retirado.

Mi móvil suena bajo, llenando el silencio. Miro la pantalla y no reconozco el número, pero mi dedo se desliza por inercia y tomo la llamada sin querer. Entonces, acerco el aparato a mi oído.

—¿Hola?

Mi voz suena rasposa, baja, desconocida a mis oídos. Esta versión de mí es la que más odio, los cambios en mi voz me hacen notar cómo voy cayendo cada vez más.
Del otro lado de la línea, una respiración acelerada me inquieta; pregunto quién es, pero nada más que ese sonido se oye.

—Mickaellie.

La voz me deja sin aliento. Jadeo sorprendida y me siento repentinamente viva, aunque la sensación solo dura un instante. Cierro los ojos y siento, como en todos estos días, las lágrimas que me queman las mejillas.

—Explícame por qué Kazuki ha preguntado por ti —murmura sin esperar a que diga algo—. Maldita sea, dime que no has hablado de nuevo con él.

No sé por qué motivo se lo oye tan desesperado. ¿Quién demonios se cree que es para reprocharme algo?

—¿Y a ti qué te importa?

—Estoy cansado de oír esa jodida respuesta, deja de comportarte como una niña.

—Pues si estás cansado de oírme, ¿por qué me llamas? —murmuro y me aferro con una mano a las sábanas—. ¿Por qué te importa tanto que alguien más se interese por mí?

El silencio del otro lado de la línea me da la respuesta: Aún no sabe por qué demonios actúa como un idiota todo el tiempo.

—Es peligroso, va a lastimarte.

—No te he pedido que me cubras las espaldas, no tienes que jugar al héroe conmigo —siseo.

—Ni siquiera sabes quién es él, Mickaellie —interrumpe—. No quiero que te haga daño.

—Dices que no quieres que me lastimen, pero tú eres quien me está lastimando. Dices que no lo conozco, pero tampoco te conozco a ti. Hablas de peligro, cuando el único peligro existente eres tú.

—Escúchame...

—¿Qué demonios quieres de mí, Yuu? Dime, ¿qué quieres? Te lo daré todo, pero ya no me hagas esto.

—No debería querer algo de ti, Mickaellie. Ese es el problema.

Su respuesta me deja fuera de combate. ¿Qué demonios debo responder a este juego de palabras? Me siento confundida, enojada, triste. No puedo mantener esta conversación ahora.

—Queda claro que soy sólo un problema —susurro, las palabras quemándome la boca—. Entiendo que esta sea tu manera de quitarme de encima.

—No me malinterpretes...

—Mi madre te paga para que oigas mis tonterías y me sigas la corriente, es obvio —interrumpo—. Terminemos con esto, Yuu.

—Si tú supieras que voy a contra corriente para no cometer ninguna locura...

Su voz afectada y contundente me silencia, pero entiendo su punto. He sido yo quien confundió las cosas desde el comienzo. Fui yo quien creyó que las rosas tenían otro significado, la que quiso besarle mientras estaba borracha... Y, sin duda, él no quiere esto.

—Mickaellie, entiende que lo único que quiero es que salgas adelante. Si te involucras con personas como Kazuki...

—Kazuki, ¡Kazuki! —grito de frustración—. ¿Cuál es tu maldito problema con el chico?

Comienzo a ponerme muy nerviosa, me arden las mejillas y tengo calor, por lo que abro la persiana, el ventanal, y salgo al balcón. El viento fresco de la noche me golpea la piel y me relaja.

—¿Qué es ese ruido? ¿Dónde estás?

—En el balcón —susurro, secándome las lágrimas.

—¿Qué haces ahí? Ve adentro, Mickaellie, estás nerviosa y...

—¡No voy a hacerlo!

Doy un paso adelante y tropiezo con una pequeña mesita que había olvidado que estaba afuera. El jarrón que estaba arriba de ella cae al suelo, dejándolo lleno de vidrios rotos. El impacto me hace dar un salto y termino aferrada a la barandilla del balcón, perdiendo mi móvil en el suelo. La pantalla está oscura, así que no puedo verlo, pero me apresuro a buscarlo. Entre los nervios, el calor y la oscuridad, me clavo un vidrio en la mano, sintiendo el dolor agudo e insoportable.
Y, como siempre, el hedor de la sangre me sofoca.

Estoy tan mareada que lo único que puedo hacer es volver a tomarme de la barandilla con la mano sana e intentar respirar. Cierro los ojos para no desmoronarme. Podría volver adentro, pero no puedo ver los vidrios y estoy descalza.
Escucho golpes y la voz de mi madre gritando mi nombre, un rato después escucho una voz masculina.

—¡Doctor Shiroyama, oí algo romperse y Mickaellie no responde!

Más golpes y gritos. Él entra, prendiendo las luces.

—¡Llame a emergencias, por favor!

Sin importar los vidrios rotos, él pasa y me acuna en sus brazos, prometiendo que todo estará bien.

Es extraño, pero Yuu Shiroyama siempre logra llegar hasta mí.

Continue Reading

You'll Also Like

443K 30K 71
Boku No Hero Academia Viendo el Futuro: Los estudiantes de la U.A estaban a punto de tener una clase, como todos los días, pero fueron citados no sol...
95.7K 12.7K 19
Viajar al Amazonas a pesar de su disgusto le abrió los ojos para darse cuenta que al final... Todavía no era verdaderamente libre. . . . No. 1 en #t...
177K 14.2K 37
Lara pensaba que Toni era el amor de su vida, pero dejó de serlo hace mucho, después del primer golpe que recibió por su parte cuando estaba embaraza...
542K 85.8K 35
Park Jimin, un padre soltero. Por culpa de una estafa termina viviendo con un completo extraño. Min Yoongi, un hombre solitario que guarda un triste...