¡Hola! Soy Alex.
Quizás me recuerdes de historias como Asfixia (esa en donde todos estaban muertos pero había una chica que no), y Damián (esa en donde habían unos asesinos bien sádicos y sexys que daban miedo pero risa al mismo tiempo).
A que sí, ¿verdad? Y si no, pues no pasa nada. Me alegra mucho poder conocerte.
Te preguntarás entonces qué es esto.
Bien, esta es una historia corta que hice para un concurso de romance. Y quizás tú no lo sepas, pero yo soy muy mala con el género romántico. No se me da muy bien, ya que lo mío es más la ciencia ficción y las cosas un poco... retorcidas. Así que esto fue más que todo un reto que me propuse a mí misma. Quería saber si era capaz de crear una historia romántica sin meter sangre, muertes, aliens, enfermedades mentales, conejos, locura, plagas, experimentos, etc.
¡Y lo logré!
Y me ha gustado mucho a decir verdad. Le agarré cariño a estos personas en tan pocas palabras y ojalá tuviera el tiempo necesario para desarrollar mucho más sus personalidades, por lo que sin duda alguna en cuanto pueda lo haré ya que esta podría ser una historia completa muy buena.
Entonces, aquí te presento mi humilde intento de romance en apoyo a la comunidad LGBT y... a mi alma sippeadora en desarrollo. (?)
Así que si no te agradan estos temas o tienes algo en contra de los que no son "heterosexuales", pues puedes dar la vuelta ahora mismo. O si por el contrario quieres descubrir que este tipo de historias pueden ser mucho más de lo que piensas o lo que te han dado a entender, entonces serás bienvenido (a).
Sé libre de comentar lo que quieras pues las opiniones y las críticas siempre son bien recibidas. Pero OJO, esto no significa que puedes insultar a otros lectores. Sé tolerante y respetuoso. :)
Bueno, ya sabes, el amor ocurre de muchas maneras. Y no siempre sale como lo esperamos o... como parece que sucederá.
¡Muchas gracias por leerme!
Tan solo con eso me haces muy feliz.
Con cariño y besos de gas letal, sangre y ahora amor...
Alex.