Dos años atrás.
Lauren sonreía mientras golpeaba sus manos al ritmo de la música, la ventana baja no sólo dejaba entrar un viento que disminuía el calor que sentía, también le permitía asomar el rostro para cantar a todo pulmón. Mike sonreía, si su hija optaba por la carrera musical de seguro le iba bien porque tenía una voz preciosa. Le tocó el hombro, con ese estado de ánimo tan bueno su hija merecía escuchar la nueva noticia.
Mike: Lauren ¿Qué pensarías si te dijera que dejo el supermercado?
Lauren: -empalideció, su sonrisa desapareció y volteó el rostro hacia él- ¿Te despidieron papá? –Su padre sintió culpa al ver la preocupación en su hija, sabía que no tenían la mejor situación económica pero hacía lo que podía, no quería que pensara cosas que no eran- papá si quieres yo trabajo el doble y...
Mike: No hija -Lauren podía ver su sonrisa, aquel gesto la tranquilizó- es verdad, dejaré de ser un simple reponedor y todas esas cosas, porque mis jefes me inscribieron en un curso de administración para tener en el futuro un puesto mejor.
Lauren: Dios ¡¿Esto es enserio?! – Sus ojos brillaban emocionados- pero ¿Y el sueldo?
Mike: Lo seguiré recibiendo, todo sea por el bien de nuestra familia, me encantaría ser alguien en la vida, que tú, mi pequeña Taylor y tu madre, e incluso si ocurriera el milagro de que Christopher lo pensara así, se sientan orgullosos de mí.
El viaje inicialmente se había pensado para ir de pesca y compartir tiempo de "padre a hija" pero ahora que había revelado la noticia, desviaron el camino para pasar a una tienda y comprar cosas para hacer una cena y contarle a los demás. Mike no tenía más de 45 años, y Lauren era la que definitivamente más se le parecía en la personalidad. Subieron el volumen de la música, ambos empezaron a cantar a todo pulmón hasta que Lauren comenzó a notar que un auto frente a ellos empezaba a dibujar un zigzag sobre el camino. Apenas tuvo tiempo de gritarle a su padre que desviara hacia la derecha, pero había sido tarde porque el vehículo impactó al costado donde manejaba él.
El auto que abordaban empezó a rodar por la avenida pasando a llevarse otras cosas. En el momento preciso de haber sido impactados, Lauren sintió su cabeza estrellarse con algo, no sabía si era metal o parte de la cabina pero sabía que aquel golpe era algo pequeño comparado con todo el infierno que sucedía en realidad. Todo comenzó a oscurecerse, un profundo líquido sabor metálico inundaba su boca y cuando quiso gritar por su padre cayó en un estado de inconsciencia profunda. No tenía como enterarse de que era la única persona viva en el auto, su padre había muerto instantáneamente.
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Presente
Camino al hospital Lauren se había desmayado por el dolor, pero sobretodo por el impacto que significaba para ella un accidente físico, sobre todo una fractura. Producto del accidente había tenido múltiples daños, las fracturas más graves habían sido las expuestas como la de su muñeca izquierda y parte de su parrilla costal derecha que perforó su pulmón del mismo lado provocando una hemorragia interna que casi le costó la vida. Claro, lo de ahora no era grave pero ¿Y el daño emocional?
Camila no quería que supieran que había causado esto, porque no había deseado que resultara así, mas, era inevitable que las personas comentaran y mucho peor, que sus padres lo supieran.
Inmediatamente en el hospital se comunicaron con Clara para que supiera lo que le había pasado a su hija, palideciendo con la noticia porque también le hacía recordar el episodio más fuerte de su vida, cuando la llamaron para comunicarle el trágico accidente.
Alejandro hablaba coquetamente por teléfono con su esposa cuando escuchó golpes fuertes en la entrada de su oficina en casa. Murmuró algo en secreto, cortó la llamada y abrió la puerta encontrándose con Clara que apenas podía hablar. Sólo pudo entender "hospital, Lauren, fractura", pero no fue necesario atormentarla más para ofrecerse y llevarla a donde estaba su hija. Era de esperarse su reacción, Lauren le había confesado lo del accidente para que entendiera porque era muda, así que podía comprender la magnitud emocional para ella.
Una vez allí lo único que pidió fue hablar con un médico para que le informara de lo que realmente estaba pasando porque Clara era incapaz de hablar, estaba pálida y sentada en un asiento con las manos cruzadas mientras oraba en silencio.
XX: Señor Cabello, la paciente Jauregui está en una sala donde le realizan una intervención quirúrgica porque tuvo una fractura de Monteggia, se fracturó el radio y ahora le pondrán placas con tornillos lo que llamamos osteosíntesis temprana, es bastante probable que tenga que usar por seguridad un yeso, pero –miró a Clara- debe calmar a la madre de la paciente, no tiene ningún tipo de riesgo vital por si lo piensa, sólo fue una fractura que debe ser tratada de forma inmediata para que no tenga problemas después con la movilidad.
Alejandro: Por favor, todo costo de esta intervención y estadía que sea cobrado a mi nombre –apretó su mano- muchas gracias por la información. –Se sentó al lado de Clara para hablar con calma las cosas- ¿Habló con su hija?
Clara: -se secó las lágrimas- No, si se entera se pondrá a llorar y nadie podrá calmarla hasta que la traigan a este lugar para ver a su hermana, sólo le dije que Lauren está ocupada y llegará más tarde. Cuando vea a mi hija, volveré a casa para decirle a Taylor lo que pasa en verdad pero no ahora.
Alejandro: -entrecerró los ojos al ver a un hombre de rasgos asiáticos y algo fornido que caminaba de un lado a otro con impaciencia. Al reconocerlo se acercó- ¿Señor Park? –inmediatamente se le iluminó el rostro, varias veces lo había visto en los pasillos de Heidelberg- Un gusto verlo aquí. ¿Le sucedió algo?
Park: No, a mí no, pero a una alumna que ingresó con una fractura y...
Alejandro: Espere, espere... ¿Habla de la alumna Jauregui? La conozco, estoy aquí acompañando a su madre porque soy su jefe ¿Me podría decir que pasó? Es demasiado extraño que llegue con una fractura así.
El asiático miró a la nada por unos segundos. Sabía que el hombre frente suyo era el padre de la alumna Cabello. ¿Cuál era la conducta que un profesor debía tomar frente a una situación como esta?
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Nerviosa observaba la pantalla de su computador portátil porque, ante todo, la opinión pública para ella era importante. Se encontraba navegando por Facebook, era necesario saber ahora que comentarios hacían en la página de chismes de Heidelberg, además del grupo de los alumnos de último año. Lo que quiso que no fuese noticia era ahora lo más comentado entre sus compañeros. "¡Chicos! ¿Supieron? La muda pobretona se quebró un hueso en Tae Kwon Do :O ", "Bravo, Camila, sabíamos que la competencia con ella era fuerte pero ¿En serio tú lo hiciste?", "¿Suspenderán a Camila por esto? Sería una pena :(" Y un sinfín de comentarios donde se alegraban por la situación pero sorprendentemente había muchos donde comenzaban a especular preocupados sobre el estado de ella e incluso de como lograría comunicarse. ¡Mierda!, la morena gimió antes de caer de espaldas con las manos sobre su rostro mientras sollozaba angustiada. Le había quebrado el antebrazo derecho ¿Cómo podría comunicarse si escribir, ni hablar mediante el lenguaje de señas le sería posible? Recordó por un instante cuando ambas se encontraban en el baño el primer día de clases y ella modulaba cerca de su rostro. Sintió sus labios calentarse al igual que el sitio más sensible entre sus piernas. Sus labios modulando, la lengua entre sus dientes destacando cada frase, esa lengua que era cálida y poderosa para besar.
Asustada cerró el computador y miró hacia el frente. Si no le hubiera tocado con ella en la case de Tae Kwon Do, si sus sentidos no le hubiera jugado una mala pasada cuando colocó una palma sobre su pecho que latía rápido con ella. Si se hubiera detenido un segundo para pensar antes de actuar violentamente para defender su orgullo. Por supuesto quería restregarle en la cara que se había equivocado, que Camila Cabello era experta en artes marciales pero ¿Lauren Jauregui había estirado su mano para molestarla? ¿Haría eso cuando tuvo muchas oportunidades de hacerla quedar mal? ¿Y si tan sólo quería ayudarla a pararse?
Camila: Mierda –si antes la relación entre ambas era mala, ahora sería un desastre sin poder resolverse. Su teléfono móvil sonó, al ver que era su padre no pudo calmarse, menos al escuchar su tono de voz- Papá, hola ¿Qué... qué pasa?
Alejandro: Estoy en casa, baja inmediatamente a mi oficina. –No recordaba en su vida haberlo oído tan ronco y enfadado.
Tragó saliva, si no bajaba sabía que él subiría buscándola y no quería aumentar más su enfado. Temblando bajó peldaño por peldaño cada una de las escaleras ¿Qué le diría exactamente? ¿Se habría enterado del accidente? La puerta de la oficina estaba abierta apenas un poco para que entrase y la cerrara tras su espalda. Tragó el nudo en su garganta al ver a Alejandro apoyado en su escritorio con los brazos cruzados y las cejas fruncidas, era imposible avanzar más porque la tensión era palpable en el ambiente.
Alejandro: En este instante me pregunto que hicimos mal tu madre y yo, ella está ocupada trabajando pero estoy seguro que cuando se entere de esto te dará una charla al igual que la mía.
Camila:Papá...
Alejandro: Sí, lo sé, soy tu papá. Tú eres mi hija Camila, pero me duele decir en este minuto que la única hija que tengo me ha decepcionado de forma profunda. –No había variación en su tono de voz, salvo que en la última frase había cargado la palabra- Te hemos dado de todo, pero aun así te hemos inculcado valores, como que el dinero no lo es todo o que cuando lo tienes debes compartirlo. ¿Cuál es esa enferma necesidad de tener que demostrar cuan rica eres frente a todos? ¿Te sientes bien humillando a los demás?
Camila: -con la voz temblando apenas respondió - Si fuera por eso ¿Por qué vivimos en una mansión? ¿Por qué me mandas al mejor colegio y tengo lo mejor en todo?
Alejandro: Sabes a lo que me refiero, puedes disfrutar de lujos pero la actitud hija, la actitud no debe hacerte ser una persona vil. Creí que no eras así, pero hoy me duele saber que lo que con tu madre te hemos inculcado no lo has aprendido ¿Qué mierda te hizo Lauren para que empezara esta guerra de ego?
Camila: ¡Eso no es cierto!
Alejandro: ¡No mientas Karla Camila Cabello! –Camila sentía sus ojos llenos de lágrimas y aunque a Alejandro le angustiaba hacerle esto a su hija, no debía ceder ante los sentimientos- Nunca te he llamado la atención porque siempre fuiste impecable incluso para pórtate de niña, pero llega Lauren a este mundo y te transformas ¿Me puedes explicar por qué le fracturaste el brazo cuando sólo quiso levantarte del suelo?
Camila: Yo no lo sabía...
Alejandro: ¿Por qué le aplicaste un movimiento de Judo en una clase de Tae Kwon Do sin permiso de tu profesor? De hecho ¿Por qué no estuviste en el hospital para ayudarla?
Camila: Tenía miedo papá, yo no quería herir su cuerpo, me confundí, usé fuerza desmedida y... fue un accidente debes creerme. –Le susurro angustiada.
Alejandro: Sé que no querías dañarla de esa forma pero ¿Qué es eso de no te soporto cenicienta? ¡Deberías llamarla por su nombre y no con un apodo denigrante! –Golpeó su escritorio sobresaltando a su hija, además de provocarle el llanto- Nunca te he retado mi vida, pero debes entender que cuando cometes un error pagas por él. Sabes que fui pobre como una rata, te lo confesé, a ella la ayudo porque quiero que tenga oportunidades, es muy inteligente. ¿Estás celosa? Tienes de todo ¿La llamas cenicienta porque crees que está jugando en un cuento? -se acercó a ella con la barbilla alta- Si sigues con esa actitud no llegarás a ninguna parte. Soy tu padre mi amor y como tal –acarició su rostro- te digo la verdad, te conozco, sé que la ves como una competencia. Tendrás que dimensionar el error y hacerte responsable de las consecuencias porque si te suspenden ni tu abuelo, ni tu madre, ni yo intervendremos, eres inteligente y bonita pero este mundo que te rodea no es tan real como el de allá fuera, personas como Lauren llegan a ser grandes en la vida. –Le indicó la salida- No sólo reflexionarás Camila, te encargarás de ayudar a Lauren por el daño que le causaste, porque una fractura para una persona no es algo grande, pero para alguien como ella que casi perdió la vida en un accidente automovilístico, alguien que usa sus manos para hablar, para alguien así esto es difícil. Y no quiero quejas porque si ella no quiere dirigirte la mirada, lo entenderé. Ahora sal de acá y espera a que tu madre llegue porque será quien mejor dictamine tu castigo.
A Camila se le rompía el alma en pedazos ¿Desde cuándo sus padres se habían atrevido a hablarle de esa forma? Quizás desde nunca y ya era hora de hacerlo.
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Espero que Wattpad no se ponga a fallar como lo ha venido haciendo estos días -.-
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