Al otro día me desperte temprano por lo que supuse.
Me giré hacia el lado de Carl y lo observe. El seguia dormido,parecia un ángel.
-¿Acaso tengo monos en la cara?-Dijo sonriendo y abriendo los ojos.
-No no tienes monos en la cara.-Dije sonriendole y acariciando una de sus suaves mejillas.
-¿Que tengo entonces?-Me pregunto adormilado.
-Unos labios super besables-Dije risueña. El aumento el tamaño de su sonrisa.
-¿A si? Entonces pruebalo.-Dijo con voz seductora pero a la vez dormida.
Me acerque y hice que nuestros labios rosaran. Nos besamos con intensidad.
Cuando me quede sin oxigeno me separe
Me mordi el labio inferior.-Si que son super besables-Dije.
El se sento en la cama improvisada y me miro encarnando una ceja.
Dormido,despeinado y con una ceja encarnada... Si sumamos todos, diria que es la perfeccion en persona.
Se quedo observandome por un rato.
-¿Que?-Dije perdida en su mirada azul.
-Estas loca.-Dijo explotando en carcajadas.
-¿Porque?-Le pregunte uniendome a sus risas.
-Por creer que mis labios son besables-Dijo calmandose un poco.
-¿Que? Es la verdad-Dije sentandome.
Sonrio-¿Por casualidad, sabes que hora es?-Dijo levantandose.
Pude observar que llevaba un pantalon de dormir a cuadros rojos y verdes y una remera negra.
-Nose.-Dije. Me levante de la improvisada cama y me dirigi a la ventana. Corri apenas la cortina-Creo que las 7 a.m-Dije.
-Es demaciado temprano-Dijo volviendose a tirar en la cama.
-Nunca cambias eh...-Dije. El me miro.
-Tu pelo...-Dijo.
-¿No te habias dado cuenta?-Le dije con una sonrisa.-Ire a revisar las provisiones. -Cambie de tema.
El flojo de Carl se quedo dormido. O aparento hacerlo.
Fui a la cocina y revise las alacenas. Quedaba poca comida.
Fui hasta un gabinete que habia en la cocina y lo abri. Los antibioticos eran escasos. Necesitabamos vendas y desinfectante.
-CARL ALISTA TUS COSAS. TENEMOS QUE IR A BUSCAR PROVISIONES-Grite desde la cocina.
Se escucho un bufido de su parte.
Sali de ahi y me fui a buscar mi mochila y mis armas.
Baje y Carl ya estaba listo.
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Decidimos dividirnos e ir por separado. Claro que cada uno llevaba su radio.
Entre a un mini mercado. Fui a la seccion de "farmacia".
Tenia la pistola en mano por si pasaba algo.
Recogi vendas,alcohol,desinfectante,antibioticos,curitas(parches o como le digan).
Me voltie y habia un caminante viniendo a mi direccion.
Agarre mi cuchillo y se lo clave. Acabe con el rapidamente.
Lo limpie y lo volvi a poner en su lugar.
Me colgue la mochila y fui a la seccion de comida.
Los estantes estaban llenos.
<<Creo que este lugar sera de nuestro abastecimiento por algun tiempo>> Pense.
Tome galletas,atun,sopa,fideos,carne,quesos,etc. Mi mochila estaba llena.
Se me ocurrio una genial idea para que nadie se acerque a este lugar.
Busque algunas sogas o cadenas.
Encontre dos cadenas gruesas y una no tanto. La que era menos gruesa tenia un candado con una llave.
A demas del candado encontre al llave de la persiana de metal. (esas que bajan cuando cierran un local)
Abri las puertas y deje entrar a un caminante.
Lo tire al suelo y le corte la mandibula y los dedos. Los brazos se los deje para aparentar.
Lo ate a un caño cerca de la puerta. Lo suficiente para que no me atrape.
Abri la puerta nuevamente, y repeti la misma accion.
Satisfecha con mi "proteccion", fui a la parte donde habia aerosoles. Agarre uno negro.
Ya tenia todo listo para irme.
Baje la persiana de metal, rogaba por que no haga ruido. Efectivamente, no lo hizo.
Con la llave suelta que encontre, abri la pequeña puerta que habia y sali.
Cautelosamente la cerre por fuera con llave.
Esta me la guarde en un bolsillo.
Con el aerosol escribi: NO ENTRAR MUERTE ADENTRO.
Como sabia que algun idiota intentaria entrar, tire la llave del candado al suelo. El candado lo arroje lejos.
Realmente me habia pasado.
"¿Siena?" hablo una voz. Era el radio.
"¿Que pasa Carl?
"VEN RAPIDO A LA CASA"
"VOY DE INMEDIATO"
Me asuste ¿Que paso?
Corri lo mas rapido que pude esquivando a los camiantes.
Estos estaban lentos por el frio. Muchos ni se mosqueaban.
Corri hacia la casa.
Llegue y toque la puerta desesperadamente.
Carl me abrio y estaba con una sonrisa.
-¿Que paso?-Dije.
-Papa desperto-Dijo emocionado.
-Te voy a pegar Carl. Me hiciste asustar.-Dije aliviada.
Entramos a la casa y cerro la puerta con llave.
Rick estaba sentado en el sillon.
-Rick-Dije con alegria. Este me miro y me sonrio.
-Siena, que gusto verte-Dijo este con una sonrisa en la cara-Ven aqui-Dijo abriendo sus brazos para que le de un abrazo.
Fui hacia donde estaba y lo abrace.
-¿Que traes en la mochila? parece que va a explotar-Dijo Rick riendose.
-Comida y cosas de farmacia-Dije.
Deje la mochila a un lado.
-¿Habia muchos caminantes?-Dijo Carl.
-No. Hablando de camiantes, encontre un nuevo lugar repleto de comida. Idee un "plan" para que nadie se acerque. -Dije recordando mi idea.
-Genial ¿Cual era tu plan?-Dijo Carl con una sonrisa.
-Agarre a dos camiantes y le corte los dedos y la madibula y los ate con cadenas adentro del mini mercado.-Dije.- Despues encontre la llave de la persiana de metal. Baje la persiana y sali. Cerre con llave-Saque la llave del bolsillo-y con aerosol escribi grande: NO ENTRAR MUERTE ADENTRO-Finalize.
-Guau-Dijeron Rick y Carl.
-Salio inteligente mi princesa-Dijo y me abrazo por detras. Me sonroje.
Guardamos todas las provisiones en la cocina.
En la mochila,al fondo, encontre la sonaja y el osito de peluche que habia guardado para Judith.
Carl se acerco y observo lo que tenia en mano.
-¿Que piensas hacer con eso?-Dijo.
-Si encontramos a Judith,se los regalare-Dije con una sonrisa.
-Siena yo... no creo que puedas-Dijo el triste.
-¿Que paso? -Dije y empezo a llorar. Comprendi.-Oh no ... dime que es una broma. Porfavor.-Dije largandome a llorar.
Le habia tomado mucho cariño a Judith.
-No es una broma, encontramos... el moises de ella todo ensangrentado-Dijo dolido.
-Era solo una bebé...-Dije triste.
El resto del dia transcurrio normal. Rick hizo reposo todo el dia.
Llego la noche. Estabamos cenando cuando se escucha un ruido de vidrio romperse.
-¿Pero que...?-Dijo Rick.
Nos acercamos a la sala y vemos a los caminantes tratando de entrar.
No era uno,ni dos,ni treinta. Eran,aproximadamente, cien.
Era nuestro fin. No teniamos escapatoria.