«Cuando lo miré por primera vez a los ojos, supe que estaba en problemas.
Supe que debía enfrentarme a todo.
Me enfrenté a mis límites.
A mi locura.
A mis mayores miedos.
Mis sentimientos.
Las reglas.
Las oposiciones.
Al dolor.
Al peligro.
E incluso me enfrenté a él mismo.
A sus demonios.
Y sus malos hábitos.
A sus depresiones.
Y su pasado.
Yo estaba tan rota, que jamás habría creído que me enfrentaría a esto por amor»
— Mickaellie.