UN AÑO ATRAS...
Teníamos planes…
Teníamos muchísimos planes, uno de ellos era encontrar a “nuestra alma gemela”. También ir a Disneylandia… creo que la segunda opción era la mas fácil de conseguir, el problema es que nos faltaba TIEMPO!
Pero como había escuchado alguna vez… la vida no se planea, se vive. Pero como evitar planearla? Todos lo hacemos, no? Que haremos al día siguiente o la semana que vine… o como te prepararías si tuvieras que salir. Pero siempre me rompían mi burbuja de ilusiones diciéndome: pero si lo planeas, en que momento vives?
Cuanta razón… había planeado cada minuto de mi vida y ahora los minutos se atropellaban uno tras otros para no perderse en vano, para no ser el último.
Estaba nerviosa. Mire el reloj por enésima vez y la manecilla solo se había movido un minuto mas. UN MINUTO! Odiaba esperar, era lo peor que podía hacer!! Aunque debería de estar agradecida con la lentitud del tiempo, significaba que seguía viva. Pero igual! Se me estaba haciendo eterna esta espera. Aunque no me debía de importar… puesto que eso me esperaba… LA ETERNIDAD, eso según Jorgito.
Faltaban dos horas y media para que vinieran a buscarme y llevarme a un quirófano del que los doctores aun tenían esperanzas, pero donde yo ya no tenía confianza en regresar…
Era extraño, otro en mi lugar tal vez se hubiese vuelto loco con el pensamiento que estaba teniendo en este momento. Me reí de mis propios pensamientos y como han ido virando el camino contadas veces en el mismo día… mí ultimo día.
Es extraño, no me había puesto a pensar en eso. Recuerdo que en una ocasión habíamos hecho una lista de cosas que hacer POR ULTIMA VEZ. En ese entonces, lo acompañe a Jorgito a hacerlas porque creíamos que no sobreviviría a la quimio. Más bien, era yo la que no tenía confianza, aunque siempre me decía TODO LO DEJO EN MANOS DE DIOS…
Recuerdo que me burlaba en silencio. Hacia bastante tiempo que había dejado de creer en el. Más que en él, era en la iglesia. No me considero una persona “católica”, creyente o como sea que se dice; pero si creo en la naturaleza y que todo ocurre por algo. Ya sea por “mandato divino” o por las decisiones que hemos tomado. Aunque no entendía porque existían las enfermedades.
Jorgito se la pasaba diciendo: ES UNA PRUEBA QUE DIOS ME PONE PARA PROBAR MI FE.
En mi fuero interno odiaba a Dios, y odiaba a Jorge por pensar de aquella manera tan estúpida! Y mírenme ahora!
Wow! El día es esplendido! El cielo no podría estar mas despejado, típico de verano. Aunque odiaba el calor, hoy es uno de esos días con la temperatura perfecta. Sin tanto calor, una suave brisa que hacia danzar a los arboles, un intenso sol en lo alto y gente alegre disfrutando de mi ultimo día.
La última vez… me acerco a la ventana corro las cortinas y veo el sol por última vez. Nunca me había fijado en su intensidad… debe de ser realmente grande para iluminar todo un planeta, y eso que estaba viviendo en este… no sabría como explicar como inunda con su luz al universo entero.
Luz. La misma con la que mi amigo, mi MEJOR AMIGO Jorgito iluminaba mis días. Si sobrevivo, mis padres me mataran. Aun recuerdo lo enojada que estaba cuando hui de casa. Ahora, mirando hacia atrás veo todo el daño que le había hecho a mi madre al pronunciar aquellas palabras: DEJA DE METERTE EN MI VIDA.
Sé que es normal, y que todo el mundo lo dice en algún momento. Pero cuando ella me respondió: MI CASA, MIS REGLAS, el indio me salió de adentro y le conteste que entonces me iría para tener mis propias reglas; solo que no pensó que al decirme: PONES UN PIE FUERA DE ESTA CASA Y TE OLVIDAS DE NOSOTROS! yo lo tomaría en serio.
Seis.
Ese es el número de años que llevo fuera de casa. Pero no puedo quejarme. Logre lo que quería… PARA QUE MENTIRME! Solo logre aquello que me propuse, no lo que quería.
Me conseguí un novio maravillosamente guapo y con quien nunca te cansabas de tener sexo… y eso fue lo malo, tanto le gustaba el sexo que no le alcanzo conmigo solamente. Y hoy me encontraba sola…
Me conseguí el mejor trabajo del mundo! Luego de haber estado haciendo de todo para que no me echaran del departamento que había alquilado con mi ahorros, haber trabajado con los patanes mas sucios y babosos, aguantando cuanto acoso recibía pensando: DEBO LLEGAR AL FINAL DEL MES! Me lo merecía! Al trabajo que tengo me refiero.
Era asistente en una editorial. Trabajaba 8 horas, me pagaban bien y lo mejor de todo: PODIA LEER CUANTO LIBRO SE ME ANTOJARA ANTES DE SU PUBLICACION! Era como estar en el cielo. Aunque debo admitir, que antes de que terminara cada año volvía a mi primer amor. Mi primer libro. Mi señor Darcy!
El mejor libro de toda la historia debo decir, y este año no lo iba a poder hacer… por ahí me concedían alguna que otra nube y podría leer desde ahí… ja! Eso también decía Jorgito.
Orgullo y Prejuicio. Mi primer libro, un regalo de mi madre. Recuerdo que me había dicho: PARA QUE TE CONCENTRES EN OTRA COSA QUE NO SEAN MUCHACHOS, ASI TUS HORMONAS SE MANTIENEN TRANQUILAS. Más que eso se habían alborotado. El saber que podría existir un hombre con las características de ese hombre me había revolucionado aun mas!
Mi madre.
La extrañaba y la necesitaba. Me hubiera gustado ver su rostro por última vez. No me había animado a tomar el teléfono e informarlo lo que me habían diagnosticado hacia 5 meses y que hoy me operaban.
Todo comenzó con un dolor en el abdomen, pero como acompañaba a Jorge en su tratamiento contra su cáncer de pulmón no me preocupe por mi salud…
Jorge siempre había sido fuerte desde el principio, era… es una persona llena de luz. Nos habíamos conocido hacia ya dos años en el trabajo, era nuevo y me encargaron ayudarlo a incorporarse pues venia de otro país de intercambio ya que le encantaba las historias que le contaban sobre argentina, como el tango, la comida y la gente.
Recuerdo que me había confiado que le decepcionó la gente, pues en capital eran muy diferentes a como son a tan solo 30 minutos de allí… y que a pesar de sentirse cómodo en el trabajo se daba cuenta que la gente no se tomaba un minuto para vivir, sino que corrían constantemente. Tenía razón, yo había aprendido a hacerlo, pues entre la facultad y el trabajo, siempre estaba corta de tiempo. O eso creía. Que tonta… ahora me doy cuenta que el tiempo no se mide, se vive.
A pesar de nuestras diferencias en cuanto a creencias y pensamientos habíamos congeniado de inmediato, creando un sentimiento de amistad inquebrantable hasta el punto de conocer hasta el último significado de algún gesto. Éramos mas como hermanos, como almas gemelas…
· _Almas gemelas? – recuerdo la cara que había puesto ante mi explicación
· _Siii!! Almas gemelas…
· _Pero eso no es de parejas?? – insistió asustado
· _No! Tu alma gemela es aquella persona con quien te vuelves a encontrar en otra vida! Porque constantemente volvemos, todo depende de como lo vivimos…
· _Hay Débora! Hay veces en las que creo que estas loca! – reía mientras le daba un mordisco a su sándwich.
Ante aquella explicación él no había hecho comentario alguno, pues en el fondo él también lo creía, pues cuando le diagnosticaron el cáncer del pulmón el me pregunto preocupado si ese era su castigo por ser tan feliz, no espero a que yo les respondiera el mismo se había respondido diciendo: no, es una prueba que debo pasar y espero tu estés a mi lado.
Obviamente me mantuve firme a su lado. Pero cada vez que tenía que entrar a quimio el doctor me decía de lo débil que estaba y que tenia miedo que su cuerpo no aguantase la terapia. El, de piel moreno, flaco, alto y desgravado a pesar de no tener un físico atractivo tenía cuerpo, tenía su encanto y más cuando sonreía; pero con la terapia se había convertido en un costal de piel y huesos. Sus finos dedos en la palma se habían vuelto amarillentos mientras que las uñas moradas.
Hoy estaba lejos aquel Jorgito. Había superado todo tipo de pronósticos, los médicos estaban maravillados con el progreso repentino que había adquirido y con su fe aun más inquebrantable que antes. Pero también tuvo su momento de debilidad y fue cuando pusimos en marcha el plan de LO ULTIMO PARA HACER.
Sus ojos al ver el atardecer en el mar… con los colores violista, naranja y amarillo con un toque de azul intenso habían hecho que el derramara una lagrima.
· _Es lo mas bonito que he visto… mira como el mar y el cielo apenas se acarician… parece un amor imposible, no crees? – me pregunto sin separar su vista del horizonte.
· _Así como la luna y el sol con su eterna persecución… – susurre para no arruinarle el momento.
· _Pero cada tanto, el sol y la luna se vuelven uno… creando un eclipse con su amor – apenas giro el rostro y me miro fijo. Creo que jamás olvidare aquella expresión ni lo que sentí cuanto tomo mis manos – prométeme que me dejaras ir?
En ese momento se lo prometí porque algo en mi interior me gritaba que el no moriría, pero era yo ahora quien quería que el me lo prometiera.
Entre otras cosas estaba el que le enseñara a tomar fotografías, y así lo hice. Con un curso intensivo, rápido y efectivo teniendo su profesora a mi, él había tomado grandes fotografías. Capturando momentos hermosos como de niños huyendo de sus padres en la plaza, un gatito lamiendo su pata, como una pareja de ancianos tomados de las manos intentaban cruzar una calle entre otras… pero mi preferida era una que había tomado al amanecer. El sol apenas se asomaba ahí donde el cielo acariciaba a la tierra, una leve neblina invadía la ciudad a su antojo ofreciendo un ambiente un tanto tenebroso y los rayos de sol intentando filtrarte entre las pocas nubes que intentaban cubrirlo y la misma niebla. Donde la neblina no llegaba en lo alto del cielo, se podía apreciar aun las estrellas en un firmamento pintado en un azul claro. Lo había tomado desde mi habitación, se había alojado allí pues mi departamento estaba mucha más cerca del hospital que la pensión donde él vivía y obviamente era mucho mas amplio que si espacio de un ambiente donde apenas había espacio para su sofá cama. Un lugar donde de día era una sala cocina para recibir a sus visitas y de noche su diminuta habitación.
También estaba el hecho que quería enseñarme a cocinar antes de su partida, pues decía que sin el me moriría de hambre. Era cierto, siempre quedábamos para comer pues mi talento en la cocina iniciaba y desaparecía en unos simple huevos revueltos. Hoy soy capaz de decir que podría cocinar para un batallón… pero si moría… a quien cocinaría en el cielo o en el infierno? Creo que dependiendo del lugar que según Jorge para el existía me seria indistinto pues lo extrañaría horrores. Pero si hacia caso a mis creencias, solo me quedaba rogarle a ese Dios que el siempre rezaba que me diera la oportunidad de encontrarlo en mi siguiente vida y aprovecharla al máximo.
Su cáncer había sido detectado dentro de todo a tiempo, localizado y exterminado por así decirlo siendo un verdadero milagro su recuperación evitando su propagación… pero sabia que en mi caso yo no tenia tanta suerte.
Aun tengo presente el rostro de mi amigo. Fue hace cinco meses y tres días. Me había invitado a una cafetería donde el ambiente era tranquilo, con cuadros llamativos de diferentes artistas locales entre los cuales se podía apreciar el rostro de un niño llorando pero con una sonrisa en su rostro. Jorge llevaba el mismo semblante. Sentado frente a mí con un sobre blanco abierto entre las manos, estas le temblaban y las lágrimas no dejaban de brotarle de los ojos.
· _Ni siquiera he llamado a mi madre – había iniciado – como tu haz sido todo para mi en todo este proceso solo pensé en ti – susurro a penas.
Mire su rostro, llevaba la cabeza gacha pero así podía apreciar el cabello oscuro, suave y sedoso que le estaba creciendo al igual que las cejas luego de que este se fuera perdiendo lentamente. Sus manos temblorosas donde antes eran moradas hoy poco a poco retomaban ese color oscuro característico de su piel mientras insistente acariciaba el pedazo de papel.
· _Me estas asustando – admití. Y levanto la vista regalándome la mirada más dulce e impactante que jamás había visto. Sus oscuros ojos tenían un cierto brillo que me infundía confianza.
· _Recuerdas que cuando todo comenzó te había explicado de la sustancia que encontraron en la sangre… y me dijeron que una persona normal por lo menos debía tenerlo por lo bajo de 5 ml?
· _Si
· _Bien, cuando me enferme tenia 18, me sigues? – pregunto con la voz temblorosa volviendo a bajar la cabeza.
· _Si – respondí en monosílabo al no creerme capaz de pronunciar más.
· _Luego de la segunda operación se redujo a 15, 30 días después un nuevo examen demuestra su reducción a 8.9…m – tanto el como yo respirábamos con dificultad sabia que se había hecho un examen de rutina la semana anterior a esa reunión y allí se definiría su futuro – bien…
· _Jorge me estas matando! – grite histérica tomando su mano por encima de la mesa.
· _Hoy fui al medico, Adivina? – se atrevió a mirarme fijo nuevamente con un brillo y una sonrisa que iluminaba todo su rostro. Por un momento sentí paz… el Dios a quien tanto él había rogado disfrutar en paz sus últimos alientos le estaba dando una segunda oportunidad para vivir.
· _Jorge…
· _2.8… – susurro.
Recuerdo que la alegría fue tal, que me lancé a sus brazos sobrevolando la mesa y tirando todo lo que se interponía en la mesa. Cuando lo tuve en mis brazos lo pude sentir a salvo, a excepción del catete que aun habitaba a un lado de su pecho. Sabia que le dolía pero no afloje en mi abrazo pues la noticia en respuesta era otra en mi caso.
· _Me alegro tanto por ti! – susurre lo poco que mi voz temblorosa me permitía y las lagrimas intentaban ahogar.
· _Ya veras que tu también saldrás adelante… – respondió compasivo acariciando mis cabellos.
Había veces en las que dormía con aquella sensación: sus manos acariciando mi cabeza mientras susurraba que todo estaría bien… quise responderle y decirlo que sabia que saldría de esa. Pero mis resultados no eran tan favorables.
Me habían descubierto un tipo de cáncer destructivo. Lo que había iniciado con una simple lesión en el hígado término siendo un cáncer que no solo había afectado ese órgano sino que también a mi riñón derecho afectando también parte del útero del mismo lado minimizando mis posibilidades de ser madre en el caso que sobreviviera.
Y fue ese mismo día en que le decía a Jorgito que pasaba de quimioterapia a radioterapia. Mi larga melena recta y oscura se había reducido a la altura del hombro y en menor cantidad donde oculto bajo una de las tantas pashmina que mi amigo me había regalado.
Hoy mi imagen era muy diferente y admito que mis pensamientos también. Vuelvo a mirar aquel mismo reloj y me doy cuenta del castigo que estaba recibiendo pues solo 15 minutos fue el recorrido que las manecillas decidieron hacer. Entonces una vaga idea que rondaba mi mente desde hacia días volvió a surgir.
Mi madre… la extrañaba horrores y bien sabia que ella tal vez en este momento estuviera pensando en mí como yo en ella, con la diferencia de que ella me creería en alguna fiesta o dormida luego de una larga gira de antro tras antro.
Sin pensarlo dos veces tome mi cartera que se encontraba apoyado en la mesa a un lado de mi cama y saque la cámara digital. Tenía batería. Me alcanzaría para un mensaje. Cobarde! Me dije a mi misma. Bien podría llamarla y decirle cuanto la extraño y cuanto me gustaría que estuviera aquí.
Sacudí mi cabeza desechando esa idea y apoye la cámara en el respaldo de la cama. Lo acomode y enfoque perfectamente para que cuando tomara asiento en la cama no se cayera. Entonces recordé que había fotografías. Así que me dispuse a verlas por última vez.
Había cerca de ciento cincuenta fotografías. Algo extraño en mí, puesto que me encantaba tomarlas e imprimirlas, enmarcarlas y regalarlas. Nunca me conformaba con una sola toma de la imagen. Siempre sacaba tres o cuatro de la misma y luego decía que eliminaría las que no me gustaran… y terminaban gustándome todas! Las que no enmarcaba terminaba en la pared de la sala, a un lado del ventanal que daba al balcón.
Un hobbies adquirido de niña, cuando mi padre había llegado a casa con una cámara Cannon profesional en manos. Me había enseñado a ver la luz natural, a ver más allá de la escena. DEBES BUSCAR EL ALMA DE LA IMAGEN QUE QUIERES, eso me decía con ojos brillantes…
Era increíble que con padres tan buenos haya salido un demonio como yo. Pero por lo menos les quedaba mi hermana menor. Pamela. Esa si que era la hija perfecta. Solo unos años menor que yo y había logrado todo. Solíamos hablar por teléfono. En tres meses nacería mi sobrina, Zoé, y no podría conocerla. LA VERAS DESDE EL CIELO, eso me diría Jorgito, si supiera mis pensamientos.
Sacudí mi cabeza eliminando mis pensamientos para evitar las lágrimas. Volví a acercarme a la cartera y tome mi pequeño bolso, donde guardaba el maquillaje. No quería que me vieran pálida o amarilla.
Me puse un poco de rubor, algo de delineador negro para que resaltaran mis ojos verdes. Ojos que amaba debo decir. Me habían ayudado a conseguir buenos candidatos para noches explosivas. Mire mi imagen en el pequeño espejo de mano, y cuando al fin quede conforme, guarde todo. Volví a acomodar la tela en mi cabeza.
Miré el reloj, solo habían pasado 3 minutos mas. Tenía tiempo de sobra para despedirme de mi familia con el video que pensaba grabar. Aunque no esta segura de que decir: HOLA MA! PA! PAME! CUANTO TIEMPO, DISFRUTEN DEL VIDEO QUE ES LO UNICO QUE LES DEJO, PUES TENGO CANCER Y NO CREO VOLVER A VERLOS… no muy cínico… y sin ser yo.
Además, luego debía convencer a Jorge para que se los entregue…
TU Y TU PENSAMIENTO PESIMISTA! Eso me responderá. DIOS TE AYUDARA YA LO VERAS! Eso me decía todo el tiempo últimamente. Aunque no sabía si era para convencerme a mi o así mismo. Creo que él también había llegado al mismo lugar donde yo había estado alguna vez cuando el doctor le infundía ánimos a mi amigo y en el consultorio me decía todo lo contrario. Recomendándome que siempre estuviera alegre a su lado para que no se deprimiera, pues eso era fundamental para el tratamiento.
Encendí la cámara, volví a enfocarla, puse la opción “video” y fui a sentarme al frente del aparato. La luz verde me indicaba que no estaba grabando, así que me acomode de manera despreocupada con las piernas cruzadas; acomode mi pañuelo en la cabeza y ensanche mi mejor sonrisa antes de antes de que la luz roja me indicara que comenzaría a grabar…
Cuando la luz al fin se hizo escarlata tome aire con el pulso acelerado y mire hacia el foco de la cámara sabiendo que decirles con exactitud, y para dejarles mi último mensaje a mis familiares y amigos…