Mis tres almas - Bryanna Ann...

By paulasosrez13

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A sus tres años, Bryanna Robinson comenzó a escuchar diferentes voces entorno al interior de su mente. Su ext... More

Sinopsis " Mis tres almas" - Bryanna Anné Robinson
1 capítulo. - El descubrimiento de un curioso comportamiento.
2 capítulo.- Te echo de menos, papá.
4 capítulo.- Una única mirada puede valer más que mil palabras.
5 capítulo.- Reúne fuerzas y levántate.
6 capítulo.- ¿Y si realmente, yo pertenezco a aquel lugar?
7 capítulo.- La sala. (PARTE 1.)
7 capítulo.- La sala. (PARTE 2.)
8 capítulo.- La llamada.

3 capítulo.- Bienvenida al Psiquiátrico Williams North 36.

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By paulasosrez13

2 semanas después.

Quién lo diría, Bryanna Anné Robinson planeando su huida. Todo está en su correcto orden, mamá no llegará hasta dentro de dos horas, aún me sobra tiempo. Comencé a terminar de introducir todo tipo de objetos útiles y recuerdos que me ayudasen a no extrañar aquel lugar en la maleta de viaje. Habían sido diecinueve años durmiendo, pensando, recordando, riendo, aguantando, llorando, imaginando y un largo etcétera en aquella majestuosa casa. Y yo estaba a punto de dejarla atrás por una insignificante discusión.

No me importaba lo que llegaría a opinar mi madre tras esta cobarde decisión, pero sí que me importaba la opinión de mi padre, apostaba que me estaba observando desde allí arriba, o quién sabe si del más allá apenado. Sé que no estaría orgulloso de mi huida, pero lo necesito, ya estaba obteniendo demasiado dolor debido a estas.. acompañantes, no deseaba cargar con más. 

Cuando al fin estuve lista, bajé cada escalón con lentitud y detenimiento, deslizando mis dedos por la rugosa pared. Admiraba cada rincón de mi hogar, eran demasiadas sensaciones las que inundaban mi mente por momentos. Me dispuse a atrapar un bolígrafo y una hoja en blanco, preguntando a las voces de mi interior si de verdad estaba totalmente segura de lo que hacía. Recibí una respuesta afirmativa al unísono, y eso fue lo que me impulsó a plasmar lo siguiente: 

Mamá, prometí que alguna vez me iría, y creo que ha llegado ese día. Siempre serás mi punto de apoyo, pero desde la distancia. Seguiremos manteniendo el contacto por el teléfono móvil o vídeo llamadas. Aunque esto me duela.. Es lo mejor para ambas. Una loca en casa podría tratarse de un gran riesgo para tu salud. No lo hago por mí, tan sólo es por ti. Gracias por cuidarme esta cantidad de años, te lo agradezco enormemente. Te quiero, mamá.

Y sin previo aviso, una lágrima amenazó con lanzarse sobre la carta, provocando que en el final de ella se borrasen las palabras: " Te quiero, mamá ". 

Aspiré el aroma que la vivienda proporcionaba,  dejando caer leves suspiros por toda ésta a medida que me dirigía hacia la entrada. Sin más dilación, cerré la puerta tras de mí, e intenté llamar  la atención  de un conductor de taxis a base de gritos que se encontraba aparcado, -y podía asegurar adormilado-, cerca de los contenedores. El joven se acercó con éste hacia mí, dejándome pasar al interior de su vehículo.  Me saludó amablemente, aunque por mi parte no fue correspondido, estaba demasiado nerviosa y arrepentida. Ambos nos alejamos de aquel lugar en cuánto arrancó el coche, dirigiendo una mirada de anhelo hacia mi hogar. 

 Durante el trayecto, el ambiente se había conservado silencioso e incómodo. Numerosas veces, él quiso entablar una corriente conversación entre dos personas corrientes, pero yo esquivaba todo lo que proviniese de él. Yo no era una persona corriente, y tal idea hacía que me desconectara de todo y todos. Una parte de mí sentía tratarlo de aquella manera, pero otra me incitaba a tratarlo de aún peor. ¿Por qué actuaba sí? ¿Desde cuándo actuaba así? Comenzó a dolerme la cabeza, y aún más tras escucharle nuevamente intentar dialogar conmigo. ¿No se iba a rendir nunca? 

 — Soy Marcos, encantado. Tú... Tienes cara de Adriana, así que te llamaré Adrianna. Y una pregunta que quizá debería guardármela, ¿te comió la lengua el gato?

¿Marcos? ¿Adrianna? ¿Comer la lengua el gato? ¡Pero qué decía! Bonito nombre para una persona tan descarada. Y, en cuánto al nombrete elegido tampoco me desagradaba, además llevaba una terminación parecida al mío " Anna / Bryanna ".  En cuánto a la última frase.. Intenté no perder los estribos, la paciencia era una virtud de la que yo gozaba. Por lo que, simplemente me limité a sonreír de manera sarcástica y seguir con mis asuntos: admirar  el precioso paisaje, y caer en la cuenta de que no tenía idea hacia dónde me dirigía. 

Debía hablar, quisiese o no. 

— Eh, esto, verás.. No sé adónde pretendo ir.

— Pero yo sí. — Contestó él rápidamente, parecía resultarle divertido mi nerviosismo.—

¿Qué? ¿Cómo iba a saberlo? Cambié mi rostro nervioso a uno totalmente sorprendido, siendo interrumpido por una carcajada; era suya. 

— Era broma, era broma. Te noto algo tensa, algo de humor nunca viene nada mal. — Se apresuró a decirme.—

No es que no lo soporte, sólo que.. Me resulta demasiado insistente. Con lo que añoro y necesito yo el silencio. ¡Deja de robármelo, bandido! Debo de dejar de hablar sola, aunque verdaderamente no me encuentre tan sola, a ellas no puedo excluirlas, llevan formando parte de mi vida y de mí una larga temporada. 

— Bueno.. Pero yo sigo sin saber hacia dónde voy. 

— Mi jornada laboral termina en justamente.. 10 minutos. Vivo a tres horas de aquí, podrías venirte conmigo y ya allí, encontrar algún lugar en el que instalarte. 

¿De verdad iba en serio cada palabra que acababa de recitar? Sus ojos negros como el carbón reflejaban total seriedad, desde luego. Me parecía una mala idea, ¡cómo iba a irme a quién sabe dónde con ese tal Marcos! Era una idea de locos, ¡y yo no estaba involucrada en ella, no podía estarlo! Pero, a pesar de mis pensamientos, igualmente respondí. 

— Aceptamos. 

Noté como mis labios se movieron con calma para pronunciar dicha palabra, pero yo no había sido quién se había encargado de ello. ¿Quién a parte de mí podía controlarme? Hice memoria y pude recordar: mis almas. ¡Pero habían contestado en plural, y eso se veía reflejado en el rostro del chico! Intenté esquivar el tema, y reñirme por mi torpeza. Bueno, mi.. Su torpeza. 

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Ambos nos encontrábamos colocados en cada asiento de la guagua (autobús), sin intercambiar una única mirada o palabra, lo cual me hacía sonreír victoriosa, ¡se había rendido! Quise fijarme de quién ocupaba el asiento del conductor, pero no había. Mi madre me había comentado que años atrás, allá en el 2014, habían conductores de todo tipo de vehículos, pero actualmente, sólo se conservan los taxistas. ¡Un dato curioso! Pues la guagua conducía por sí misma, la tecnología y sus ventajas.. 

3 horas más tarde.

Diez de la noche, última parada. ¡Al fin hemos llegado! Aunque yo no tenga idea del lugar en el que me encuentro. Tras bajar del gran vehículo verde, pude divisar con mayor claridad el entorno. Por una parte, parecía situarme en el campo, aunque por otra, podía asegurar que se trataba de una ciudad. ¡Era precioso! Marcos me sacó de mis pensamientos para ejercer de guía. 

— Vivo en una residencia para estudiantes, ¿lo sabías? — Me comentó, como si creyese que yo fuera una especie de vidente.—

— Claro, ¡anteriormente había tenido ese mismo vaticinio! - Contesté,  con un tono burlesco.— 

Pero.. ¿Desde cuándo yo me río con una persona que no se trate de mi madre? Que alguien me explique, por favor. Él negó seguidas veces con la cabeza, señalándome su vivienda desde lo lejos. Nos introducimos en esta en cuestión de escasos minutos, él con total seguridad, yo con pura desconfianza. Él no tenía llave, una señora mayor nos recibió en la puerta con una hipócrita sonrisa. Las paredes eran de un blanco intenso, tanto que consiguieron marearme. Las personas que circulaban parecían estar deprimidas, otras se desplazaban en batas -también blancas- de un lado a otro. Aquel lugar cada vez me daba peores sensaciones. 

 Lárgate. —Pude escuchar con dificultad, según el tono, parecía tratarse de una orden.—

— No.. Quédate, parece un lugar mejor que la calle. - Respondió otra con un tono más delicado.—

No sé qué hacer. ¿Irme, quedarme? ¡Me estoy volviendo loca, totalmente loca! ¿Quién se supone que me habla? ¡Quién me habla! Antes de seguir con mi guerra interna, decidí instalarme allí al menos durante esa noche, no tenía otro lugar mejor. 

Tras llegar a las habitaciones destinadas, el pánico comenzó a evadirme. Todo era blanco y oscuro, no habían ventanas, excepto un pequeño agujero en la parte alta, por allí se proyectaba un fino rayo de sol. Y lo peor.. ¡Habían rejas! ¿Dónde estaba? Recibí una fugaz respuesta, la cual me dejó totalmente desconcertada y horrorizada. 

 — Bienvenida al Psiquiátrico Williams North 36.

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¡Hola! No sé si les está gustando la novela, o.. ¡Me gustaría saberlo! Ya sea dando sus opiniones en cuánto al libro, a mi escritura, etc..  En serio, me encantaría que opinaran, pues a base de ello puedo ir mejorando poco a poco. ¡Espero que disfruten! ¡Gracias!

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