capitulo 1 reeditado
Bueno supongo que es momento de abrirme un poco más y presentarme ¿no?.
Soy ____ Marchetti, tengo 19 años de existencia y una montaña rusa de emociones. Mi vida, para ser sincero, es un caos. La universidad, ese lugar que esperaba como un oasis de tolerancia, resultó ser un desierto de desdén. Pensé que sería diferente a la secundaria, pero no, las mismas miradas de juicio, las mismas críticas por pensar fuera de la norma.
Y luego está mi familia, dividida por océanos y desacuerdos. Mis padres, como tantos otros, se separaron. Mi madre se mudó a Holanda con su nueva familia, dejándome aquí en Australia con mi padre y su esposa, junto a sus hijos, mis hermanastros. Aunque a veces nuestra convivencia es difícil y sus bromas me sacan de quicio, los quiero profundamente. A pesar de las diferencias, somos una familia unida en el fondo.
No es fácil ser el extraño en tu propio hogar, pero sé que ellos están ahí para mí, y yo para ellos. Así es como se resume mi vida en este momento: un desorden de emociones y relaciones fracturadas, pero también con vínculos inquebrantables.
—_____ levántate, papá dice que bajes a desayunar – dijo mi odioso medio hermano Aston, interrumpiendo mi sueño.
En esta casa no se puede dormir tranquila.
—Sal de aquí, Aston. Necesito privacidad, no puedes entrar así como así. Además, ¿no ves que estoy durmiendo? Bueno, estaba durmiendo. Dile a papá que deje de molestar un rato, estoy intentando descansar – suspiré y cubrí mi cabeza con la cómoda almohada.
—Yo que tú bajaba. No querrás que papá suba y te arrastre hasta la cocina. Además, tienes Universidad, querida hermana, y tus exámenes comienzan hoy – habló amenazante. Esa última frase realmente me preocupó.
"Mierda, niña, tenemos Universidad", me dije a mí misma. Las palabras de Aston resonaron en mi cabeza, y el peso de mis responsabilidades académicas cayó sobre mí como una losa. No sé cómo, pero me levanté rápidamente de mi cama y corrí al baño, tratando de ignorar el deseo de volver a la cama y ocultarme bajo las sábanas.
—Vete de aquí, dile a papá que ya bajé – me adentré al baño y me bañé, tratando de hacerlo lo más rápido posible. Mi mente estaba llena de pensamientos acerca de los exámenes que me esperaban ese día, y la urgencia de prepararme lo antes posible se apoderó de mí.
Al terminar, agarre mis cosas y las guardé cuidadosamente en mi bolso antes de bajar a la cocina.
La atmósfera estaba impregnada con la presencia de mis tres hermanos, mi papá, su esposa Sonia y nuestra ama de llaves.
—Buen día —saludé mientras me servía una manzana.
Sonia, con su dulzura habitual, me miró con preocupación.
—¿Cariño, no vas a comer algo más?—, preguntó.
Para mí, ella era más que la esposa de mi padre; era la figura materna que me había criado con amor y dedicación.
—No, ma. Llego tarde a los exámenes —respondí, sintiendo la urgencia de partir.
Rápidamente, me despedí y salí de casa. Agarré las llaves de mi auto, al que por alguna razón extraña había apodado Candace. Sé que suena un poco ridículo ponerle nombre a un auto, pero para mí, Candace era mucho más que un simple vehículo. Era mi compañero fiel, mi libertad sobre ruedas en las bulliciosas calles de Sídney.
Conduje hasta la universidad, sabiendo que el día no sería tranquilo. Y mi presentimiento se confirmó cuando vi a mi mejor amiga correr hacia mí, con un aire de desesperación en su rostro.
—¡¡______ NO SABES LO QUE ACABA DE PASAR!! – gritó eufórica al llegar, agarrándome por los hombros con un ímpetu un tanto brusco.
—Nop, sinceramente no tengo ni idea de lo que acaba de pasar —reí, y ella me golpeó el hombro. Me quejé mientras me sobaba la zona adolorida. Había dolido más de lo que esperaba.
—No seas exagerada, siempre haces un drama de todo —rodó los ojos, evidentemente hastiada—. Pero bueno, el punto es que... ¡FIVESOS! —sus palabras hicieron que mi corazón latiera más rápido. 5SOS era una de nuestras bandas favoritas, y desde hace años seguimos cada paso de ellos. Habían sido una parte fundamental de mi vida, y si Emma estaba tan emocionada, sabía que algo importante estaba sucediendo.
—¿Luke está soltero? —pregunté con esperanza, sintiendo cómo la emoción se apoderaba de mí.
—No, es algo mucho mejor aún —brincó emocionada en su lugar. Mi mejor amiga nunca era una chica común, pero verla tan feliz y saltarina siempre alegraba mi día.
—Ya, Emma, dime de una vez, estoy muriéndome de los nervios, ve al grano —suplicé, rogando por que compartiera la noticia de una vez. Ella asintió con una sonrisa traviesa, listándose para revelar el gran secreto.
—Según Twitter esta mañana. Los chicos anunciaron que necesitaban un nuevo integrante para la banda, y no sería cualquiera, sino que ese quinto integrante sería... – y ahí va de nuevo con su maldito suspenso.
—¿Quién, Emma, quién? – pregunté, ya hastiada. En verdad me molestaba que lo hiciera.
—¡Una chica! – gritó y yo la miré confundida. En verdad lo estaba escuchando bien. ¿Cómo es que no estaba enterada de esto? –Pero espera, hay más. Sabes que aquí hay teatro y que tú estás en ese coro. Bueno, el caso es que ¡Están Allí Adentro! Y tomarán audiciones para las chicas que quieran. Yo creo que tú lo deberías hacer, tienes una gran voz, y sé que serás quien esté en esa banda– me alentó.
Tenía ganas, realmente las tenía. Pero la pregunta que me atormentaba era seria. ¿Podría cantar frente a ellos? Eran mis ídolos y la sola idea de hacer el ridículo delante de ellos me aterraba. "Claro que sí puedes, ____. Cantaste sola ante 10.000 personas. ¿Y te aterras ahora, solo porque cuatro famosos están frente a ti? Vamos, no seas infantil", traté de infundirme confianza, pero aún no podía aceptarlo. Estaba aterrada. Quizás perdería la oportunidad de mi vida, pero no estaba dispuesta a arriesgarme tanto.
—No lo haré, Emma – dije comenzando a caminar, pero el simple hecho de que los cuatro chicos que hacen que mi mundo se descontrole y gire a su alrededor estén en mi escuela, hace que me desconcentre de todo. No podía siquiera pensar en otra cosa que no fuera el hecho de que estábamos pisando el mismo suelo ahora.
—Vamos, ____, no seas así, ve y audiciona. Eres buena, no tienes nada que perder– siguió insistiendo mientras caminábamos por los grandes pasillos de la facultad.
—No, Emma, es mi última palabra, no me presentaré – sentencié y ella solo bufó.
—Bien, como digas– se cruzó de brazos. — Lo respeto, pero no estarás diciendo que no te presentarás solo porque te aterran, ¿verdad? –preguntó Emma, con una mirada de complicidad.
Sus palabras resonaron en mi mente. ¿Acaso estaba dejando que el miedo me dominara? No podía permitirlo. Respiré profundamente, intentando reunir el coraje que necesitaba para enfrentar esta oportunidad única en la vida.
—No, no es por eso. Es solo que... me siento abrumada, ¿sabes? Son ellos, Emma. Son... especiales para mí –confesé, sintiendo un nudo en la garganta.
Emma asintió comprensiva. Sabía que entendía lo que significaban para mí esos cuatro chicos que llenaban mis sueños y mis playlists.
—Lo sé, _____. Pero también sé lo talentosa que eres. Y sé que, si te atreves a intentarlo, podrías sorprender a todos, incluyéndote a ti misma –dijo Emma con sinceridad, poniendo una mano reconfortante sobre mi hombro.
Sus palabras resonaron en mi corazón pero no lo haría.
No me presentaré frente a ellos
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~Luke~
Reedicion 30/3/24