NIKLAS I (Let me love you)

By may_be_may

127K 7.7K 2.3K

Libro #1 Él está destruído por dentro. Ella tiene una vida casi perfecta. Él está resentido consigo mismo... More

Prólogo.
Capítulo 1: Último mes en Colombia
Capítulo 2 : Adiós vida.
Capítulo 3: "Ningún chico encontraría algo sexy en ti, ni siquiera ese vestido"
Capítulo 4: El chico arrogante de la tienda de ropa
Capítulo 5: -¿Nadie te ha dicho que torcer los ojos es de mala educación?
Capítulo 6: ¿Estás segura de que tienes cerebro?
Capítulo 7: Por favor que no sea un nunca más.
Capítulo 8: Los Neumann
Capítulo 9: Navidad.
Capítulo 10: La gran gala (Parte I)
Capítulo 11: La Gran Gala (Parte II)
Capítulo 12: Olvidar.
Capítulo 13: It's over.
Capítulo 14: Me gusta.
Capítulo 15: ¿Puedo sentirme feliz y contenta después de todo esto?.
Capítulo 16: San Silvestre.
Capítulo 17: Nochevieja
Capítulo 18: Año nuevo, vida nueva.
Capítulo 19: Hablemos
Capítulo 20: Tú mereces algo mucho mejor
Capítulo 21: ¿Puedes hacer algo por mí en este momento?
Capítulo 22: ¡Al diablo con la amistad!
Capítulo 23: Púdrete en toda tu mierda y déjame en paz
Capítulo 24: Me estás volviendo loco
Capítulo 25: ¡Dormiremos en el sofá!
Capítulo 26: Él no sabe manejar este tipo de situaciones.
Capítulo 27: Déjame correr el riesgo
Capítulo 28: ¡¿Esperan a alguien?!
Capítulo 29: Papá.
Capítulo 30 : ¿Qué sucede?
Capítulo 31: Lo que quiera la princesa.
Capítulo 32: Where are you now that I need ya?
Capítulo 33: No eres nada.
Capítulo 34: Celos
NOTA DE AUTOR : Feliz Navidad 2016!
Capítulo 35 : Let me love you (Déjame amarte).
Nota de autor: ¡Importante!
Capítulo 36: ¿A qué le temes?
Capítulo 37: Me estoy enamorando perdidamente de ti.
Nota de autor: Capitulo 37 para el miercoles.
Capitulo 38: Verdades.
Capítulo 39: Julia
Capítulo 40: Es complicado
Capítulo 41: Café Bistro.
Capítulo 42: ¿Error?
Nota de Autor: ¿Y el capítulo 43?
Capítulo 43: Por tonta.
Él, el chico que no merecía amor.
Capítulo 44: Y tú me importas mucho más.
Capítulo 45: Me sacas de quicio.
Capítulo 46: Feliz cumpleaños querido y viejo amigo, Nik.
Capítulo 47: Una parte de mi yo del pasado estaba volviendo.
¡Book-Trailer!
Capítulo 48: Podría besar a esta mujer toda la vida si era necesario.
Capítulo 50: ¿Era todo resultado del dichoso Karma?.
Capítulo 51: ¿No podría ser tan malo cierto?.
Capítulo 52: Él sabía perfectamente a lo que estaba jugando.
Reto a mi personaje principal : Willi Heine.
Capítulo 53: Estaba destrozado, la quería de regreso.
P E R S O N A J E S
Capítulo 54: Aquí el tigre...La manada está a la espera.
Nota de autor: Final de la novela
Capítulo 55: ¡Despídete de ella!
Capítulo 56: Te amo y siempre lo haré
Epílogo
Segundo libro.
Niklas (As long as you love me)
Encuentrenme en Sarahah
Regresé, me extrañaron?
Una explicación a todos mis lectores

Capítulo 49: ¿Recuerdas todo eso?

1.4K 75 76
By may_be_may

"Te amo porque te amo. Porque sería imposible para mí no amarte"-
Juliette Drouet.

No hace falta, explicar lo que estaba sintiendo cuando vi a Nate en la puerta de mi casa. Era algo que no me esperaba, algo que sentía que complicaría muchas cosas, algo que simplemente no llegaba en el momento correcto.

¿Qué se supone que estaba haciendo aquí?

Habían pasado meses desde la última vez que hablamos, y nunca respondí a su mensaje de Facebook. Había una razón para ello ¿No es así?. Ya no significaba lo mismo para mí.

Llena de nervios lo invité a pasar a la sala de mi casa. Él seguía sonriéndome como si entre los dos jamás hubiera sucedido nada, como si se tratara de una visita normal; pero no lo era, no era normal que mi exnovio, quien me engañó con otra chica, estuviera en frente mío después de tantos meses en un país a miles de kilómetros de dónde él vivía.

¿Porqué está aquí?

¿Qué quiere de mí?

Entró a la casa a paso lento pero seguro, con esa seguridad que siempre lo había caracterizado. Yo estaba nerviosa, no estaba preparada para enfrentar esto después de tantos meses y mucho menos hoy. El día de por sí había sido muy difícil para mí, después de tanto pensarlo y meditarlo, había decidido hacer algo para ayudar a Niklas con todo este asunto de Lukas. ¡Niklas! ¿Qué haría si se llegara a enterar de que Nate está aquí? ¡No quiero ni imaginármelo!.

Apenas Nate pusiera un pie fuera de esta casa iba a llamarlo para contárselo, iba a decirle que Nate había venido. Después de lo qué pasó con Bastian, no quería que hubiera problemas entre nosotros, nuestra relación estaba más fuerte que nunca; ya no pensaba en alejarse de mí a causa de Lukas, había entendido que yo no me sentía más segura sino en sus brazos.

Sería simple: Hablaría con Nate, le diría que tengo novio, que no me interesa y que ya lo superé, él se iría y todo seguiría cómo hasta ahora, siendo sólo Lukas la causa de mis dolores de cabeza.

Pero...¿Por dónde empiezo? No soy capaz de articular palabra respecto al tema, aún estoy perpleja por verlo aquí. ¿Por qué así? ¿Por qué ahora?.

—Es una casa muy amplia y muy bonita— fue lo primero que dijo para iniciar conversación. Siempre fue muy bueno rompiendo el hielo. Me sonreía dulcemente siendo el Nate que yo conocía, el Nate que recordaba. Era increíble que estuviera aquí. Hacía casi un año que me había mudado a Alemania y desde entonces no habíamos estado frente a frente. ¿Había estado entrenando? Su espalda era mucho más ancha y sus brazos más musculosos; su forma de vestir seguía siendo la misma pero se veía mejor —seguramente por el cambio de su cuerpo— Su cabello negro seguía luciendo tan bien cómo siempre. Si había alguien con una linda sonrisa—aparte de Nik— era él. Yo tenía cierta debilidad por las sonrisas de un hombre y él no había sido la excepción.

—Gracias— respondí cortante. No podía permitir que notara los nervios que me consumían por dentro, aún estaba dolida por todo lo qué pasó y no iba a esconder mi ira.

—Tú también estás muy hermosa—sonrió—Estás...te ves...bastante madura—concluyó.

Asentí dibujando una medio sonrisa.

—¿Qué estás haciendo aquí?— volví a preguntar siendo directa.

—Esto...bueno. Verás...yo...—titubeó buscando supongo las palabras correctas.

Hice señas con mi mano para que se sentará en el sofá de la sala.

—¿Quieres tomar algo?— ofrecí. Modales tengo, Jesús.

—Agua...Agua estaría bien, gracias— respondió con nervios. Parecía que su seguridad desaparecía poco a poco.

—Ya regreso.

Fui a la cocina por un vaso de agua más tres cubitos de hielo «como siempre la tomaba». ¡Dios! Era tan rato tenerlo aquí.

—Aquí está— dije incorporándome mientras le cedía el vaso con agua que traía en las manos. Me lo agradeció con una sonrisa y un ligero pestañeo antes de tomar un sorbo del líquido.

—¿Qué tal te va?— dijo ahora un poco más relajado. Se había acomodado en el sofá y ya no se le veía tan nervioso.

—Bien— respondí. Hice una pausa,no sabía si debía seguir hablando—Esto...bueno, ¿A ti?— proseguí.

—No tanto— dijo sincero— Te extraño—concluyó.

Momento incomodo.

S.O.S

¿Gregor a qué hora piensas llegar?

Comencé a toser un poco para luego carraspear.

—¿Qué pretendes con todo esto?— fui directa, era necesario e ignoré su confesión de antes, porqué sinceramente ni siquiera sabía que responder.

—Sé que te he fallado, pero por eso estoy aquí—explicó— Fui un estúpido, no sé en qué estaba pensando, lo lamento mucho mi Salo—dijo bajando la mirada. ¿Mi Salo? Se sintió muy raro escucharlo decir eso. Dudé un poco en responderle.

—Nate yo...

—No, está bien. Sé que no es fácil para ti responder eso y lo respeto.

—¿Porqué vienes ahora? Ósea, ¿porqué hasta ahora Nate? ¡Han pasado muchos meses!.

—Porqué soy un cobarde— respondió sincero. Lo conocía muy bien, sabía que no estaba mintiendo— Los primeros días los pasé tratando de entenderte, no podía aceptar que te alejaras de mí; hasta que lo supe, sé que el del error fui yo, sé que fui un imbécil que no te supo valorar—tomó aire—Pero por eso estoy aquí.

—¿Por qué?— pregunté.

—Porqué quiero recuperarte. Quiero recuperar tu amor— dijo casi con una lágrima en sus ojos. ¿Qué se suponía que tenía que responder? ¡Dios, me la estabas poniendo difícil!

—Nate ya es tarde—respondí sincera. Había estado mirando el piso después de decirme eso y de inmediato levantó la mirada hacia mí— Yo tengo novio y estoy enamorada— finalicé. Era la verdad, en mi mundo no existía más nadie que no fuera Niklas Heine y yo quería que esto siguiera así.

—No tienes que mentirme—respondió. ¿En serio se cree que no digo la verdad? ¿Qué le hace pensar eso?—Sé que el chico del teléfono sólo dijo eso para ayudarte y para molestarme, pero gracias a eso entendí que necesitabas tu tiempo para pensar las cosas, que necesitabas que te diera espacio, por eso estoy aquí hoy... porqué ya no aguantaba más, quiero recuperarte, haré todo para recuperarte Salomé.

—¡Ya basta!—dije un tanto exaltada— No te estoy mintiendo, tengo novio, Nathanael. Y sí, es el mismo chico de la llamada...— sus ojos se abrieron como plato y su mirada se dirigió de nuevo al piso— Mira, lo cierto es que creí que había superado todo, que ya me daba igual...pero verte a ti aquí me llena de rabia y me hace recordar todo lo que me dijiste; lo imbécil que fuiste y la manera tan patética en la que te comportaste—hice una pausa— pero lo cierto es que ya no te quiero; Ya no te quiero, Nate— dije finalmente. Y sentí que me quité un peso de encima.

Una pausa bastante incómoda se prolongaba entre nosotros. Nate no decía nada, sólo miraba el piso y movía sus manos cómo siempre solía hacerlo cuando estaba nervioso o buscando las palabras correctas para decir lo que pasaba por su mente.

—Te amo aún— escupió de la nada. No me esperaba eso— Cometí un gran error pero te amo, y estoy arrepentido de haberte perdido—agregó.

—Nate...

—Está bien, Salo— dijo poniéndose de pie y acercándose a mí. Sus labios temblaban un poco, sus hermosos labios que una vez fueron más míos que de nadie. Pero ya no me pertenecían, ni los míos le pertenecían a él. Se inclinó hacia mí y besó mi frente para luego abrazarme. Yo estaba atónita y sentí una punzada en mi corazón, de verdad sentí que Nate me seguía queriendo aún, sentía que era sincero pero mi corazón solo le había guardado un gran cariño por los momentos que habíamos pasado. Yo no era rencorosa y no pensaba cambiar, así que decidí ignorar cualquier sentimiento negativo hacia él y correspondí su abrazo. Fue un abrazo corto, pero no se sintió mal. Sentía que estaba cerrando un capítulo de mi vida, que necesitaba esto, necesitaba haber hablado un poco de las cosas con él personalmente.

—Gracias— musitó.

—¿Por?— pregunté confundida.

—Por perdonarme; sé que no eres rencorosa, pero tuve miedo de que hicieras una excepción conmigo.

—Todos merecemos una segunda oportunidad—dije— Además estás aquí y eso también cuenta.

—Ojalá la segunda oportunidad que me dieras incluyera que lo intentáramos otra vez.

—Nate, no es posible ya.

—Lo sé—respondió— ¿Cómo es él?— preguntó refiriéndose a Niklas.

—Es un buen chico—respondí— Lo quiero bastante.

—¿Cómo te trata?— preguntó una vez más. Sabía que me haría todas esas preguntas, Nate es así.

—Cómo si en este mundo sólo existiera yo. Cómo si fuera su más preciado tesoro— Y era la verdad, Niklas me hacía sentir cómo la persona más especial del universo.

Mis palabras le dolían a Nate. Podía verlo en sus ojos.

—Me quedaré un par de semanas— contó cambiando de tema.

—¿Y eso?.

—No te puedo contar mucho, es una sorpresa—respondió sonriente.

No me gusta para nada esto.

—Sabes que me chocan las sorpresas, Nate—dije poniendo los ojos en blanco.

—Lo sé— rió—Te diré ¿Vale?...pero por favor, has como siempre has hecho y finge que no sabías ¿Sí?.

No era la primera vez que Nate me contaba de una sorpresa antes de tiempo, siempre me salía con la mía.

—Dímelo ya—respondí.

—Emilio vendrá la semana que viene—dijo .

¡EMILIO! Mi mejor amigo de toda la vida. ¡Ese imbécil que ignora mis mensajes desde hace unas cuantas semanas! ¡Emilio! ¡Jesucristo!

—¿Estás hablando en serio?— pregunté incrédula. Nate agitó su cabeza de arriba a abajo una y otra vez asintiendo—¡Qué locura!

—¡Lo sé!Dios, me matará si se entera que te he contado. Lleva semanas preparando esto.

—¿Y tú porqué has venido antes?—pregunté.

—Tú y yo teníamos cosas de que hablar. Quería arreglar las cosas contigo y ahorrarle el mal rato a Emilio. Lo cierto es que tampoco contaba con que tenías novio, aunque no me sorprende...—dijo haciendo una pausa— En serio estás muy hermosa— No pude evitar sonrojarme.

—Gracias— respondí.

Otro silencio incómodo se adueñó del lugar. ¿Qué se supone que debería de decir ahora?. El timbre sonó y suspiré agradecida. ¡Gregor por fin había llegado!.

Abrí la puerta para encontrarme sorprendentemente no sólo con Gregor sino también con ¡Niklas!.

Niklas. Nate. Gregor. Nate. Niklas.

¡Mierda!

—¡Hola guapetona!— grita mi amigo eufórico, cómo si no me hubiera visto desde hace un año. Se lanza encima mío y me abraza— El señorito aquí presente...—dijo señalando a Niklas— ...insistió en venir también. ¡Se supone que hoy estaba yo de guardia!—bromeó—Pero como tenemos que estudiar y necesito tu ayuda en Química, no me podía dar el lujo de no venir.

Niklas le regaló una sonrisa y luego me miró sonriendo más ampliamente. Me agarró de las caderas y me tiró hacia él, acercó su rostro al mío y acarició mi nariz con la punta de la suya mientras me miraba fijamente y luego, dejándome sin aliento y sin escapatoria, me agarró más fuerte contra él y me plantó un beso que poco a poco tomó su profundidad. Sus labios se sentían tan suaves y el sabor de su boca se adueñaba de mí.

¿Es normal sentirme así siempre que lo beso?

Es cómo si cada vez que nos besáramos fuera la primera vez. Cada beso es especial y cuando creo que un beso no puede ser mejor que otro, él me sorprende y me demuestra lo contrario.

—Dejen algo pal' pueblo—bromeó Gregor— Calma, Dracula...suéltala, que la vas a dejar sin aire—rió.

Niklas separó sus labios de los míos y se giró hacia Gregor riendo.

—Dracula chupa sangre, no aire, bobo— respondió—Hola mi amor— dijo dándome un beso corto.

—El que entendió entendió—respondió Gregor— Bueno mujer, ¿Nos vas a dejar pasar? ó ¿Vas a sacar la mesa para acá?— bromeó de nuevo.

—Este...bueno, yo...

¿Cómo lo decía? ¿Cómo le explicaba?

—Salo, ¿Está todo bi...en?— escuché preguntar a Nate detrás mío. ¡Jesucristo!

Nik me miró confundido y frunció el ceño al igual que Gregor. Mientras tanto, yo permanecía ahí parada sin decir nada. No había hecho nada malo ¿Entonces porqué estaba tan nerviosa? «Porqué conozco a Niklas y sé que es un bendito impulsivo»

Sí— le respondí a Nate. Abrí paso para dejar entrar a los chicos.

—Mucho gusto, soy Gregor Schmidt— comenzó a hablar Gregor en Alemán, obviamente Nate no entendió ni pepinillo. Así que mi amigo volvió a preguntar en inglés y fue así como mi ex le respondió.

Nik me atrajo hacia él, algo posesivo la verdad. ¿Será que ya se había dado cuenta de que se trataba de Nate?. Me refiero, él y yo habíamos tenido Fotos juntos en Facebook, así que lo más probable es que sí.

—Soy Niklas...—extendió su mano hacia Nathanael— Su novio— Estaba claro que diría eso.

Otro momento incomodo.

¿Cuántos momentos incómodos iba a tener esta noche?.

Mi novio.

Mi ex.

Y mi gran amigo que al principio también gustaba de mí.

Juntos en una misma habitación.

Nate estaba a punto de presentarse. ¿Qué le diría Nik?.

—Soy Nathanael Santo Domingo— dijo— Su ex novio.—agregó. ¡Jesús! Nate no se atrevió a decir eso ¿cierto?.

—Sé perfectamente quién eres—respondió Nik con seriedad.

—Que raro, yo no es que sepa mucho de ti— respondió Nate provocante.

¿Soy yo o hay una gran tensión aquí?.

Niklas lo miraba con cara de pocos amigos y había empuñado sus manos cómo siempre suele hacerlo cuando tiene rabia.

—Eh, bueno. ¿Salomé queremos empezar?—preguntó Gregor intentando cambiar de tema. No entendía nada de lo que hablaban estos dos pero la tensión era más que notable, así que ya sabía por dónde iba la cosa.

—Por lo general suelen hablar más de aquellos imbéciles rompecorazones—respondió Nik. Era obvio que no iba a dejar que Nate tuviera la última palabra.

—Tu no sabes exactamente lo qué pasó. No entiendes nada, así que mejor no hables de lo que no sabes— contestó Nate levantando la voz.

—Tienes razón, no entiendo... no entiendo cómo se puede ser tan estúpido y desaprovechar lo valiosa que es la oportunidad de estar con una chica cómo Salomé— respondió mi novio alzando aún más la voz. Mi corazón se aguó al escuchar esto; sentía cómo brincaba de la emoción, pero no por eso iba a permitir que se empezara una discusión. Nate agachó la cabeza apenado, sabía que Niklas tenía razón.

—Bueno ¡Basta!—ordené— Nate, lo siento, pero es mejor que te vayas...Gregor y yo tenemos cosas que estudiar.

Mi novio sonrió satisfecho. Niklas,Niklas,Niklas...¿Qué voy a hacer contigo?. Lo cierto es que me gustó bastante verlo celoso, no lo voy a negar.

Acompañé a Nate a la puerta, sin antes ordenarle a Niklas que se quedara en la sala esperándome, hizo un gesto de desaprobación pero luego asintió dándose por vencido. Sabía que me correspondía a mí sola.

—Princesa yo...—dijo Nate antes de abrir la puerta— Me dio mucho gusto verte, gracias otra vez por perdonarme.

—Está bien, Nathanael— respondí.

—Hace mucho que no me llamabas así— musitó— Nos vemos pronto, Salo.

—No estoy segura de eso Nate—respondí sincera.

—Emilio vendrá, Salomé. Y yo estoy aquí por ti, no me iré hasta tener claro que las cosas están realmente bien entre los dos. No estoy pidiendo que te hagas mi novia, sé que eso no se puede... Sólo, sólo te pido que permanezcas en mi vida. Él pedazo de novio que tienes...tiene razón, eres muy valiosa—Explicó— y yo sólo quiero que me des la oportunidad de estar en tu vida.

—Ya lo veremos, Nate— respondí—Ya lo veremos.

Y fue así cómo nos despedimos. Regresé a la sala a dónde estaban los chicos y mi novio me recibió con otro beso, uno desesperado, uno que me hacía entender que era suya, lo cual ya tenía claro desde hace mucho.

—¿Pueden dejar de intercambiar saliva y gérmenes y podemos empezar de una vez? Ya que tú Romeo está aquí, quiero aprovechar para irme antes y ver a una chica que estoy que pesco— exclamó Gregor.

—¿Nivel uno ó Nivel dos?— preguntó Nik. ¿Qué rayos hablan?.

—Nivel tres , amigo. Los otros los pasé desde hace rato— respondió Gregor guiñando un ojo.

—Oh...comprendo. No eres tan lento como pensé— respondió Nik sonriendo.

—¿Puedo saber de qué hablan?— pregunté finalmente.

Ellos empezaron a reír.

—Es un código de chicos, pequeña—respondió Nik sonriente.

—¿Desde cuando ustedes dos se entienden tan bien?.

Gregor encogió los hombros y Nik también.

—Supongo que ya no se pudo resistir más a mis encantos—bromeó Gregor.

—Cállate, mariquita—respondió Niklas.

—¡Bueno! ¿Me van a explicar o no?—pregunté de nuevo. Gregor miró a Nik en busca de aprobación y este asintió soltando una carcajada.

—Nivel tres significa que me la voy a tirar, princesita. El uno son besos y el dos es oral— sonrió orgulloso.

—iuugh.— respondí con asco— Sabes que odio la palabra "tirar"— lo reprendí.

—Tú quisiste saber— respondió Gregor encogiéndose de hombros—¿Y tú por cuál código vas Niklas?

Me sonrojé ante esta pregunta mientras Nik sólo permanecía relajado. Dios, recordé aquella noche y me sentí apenada de inmediato.

—Un caballero jamás dice lo que hace— respondió Nik risueño. Amaba verlo así, a pesar de todo. A pesar de Lukas y sobre todo a pesar de Willi.

—Pendejo. Me late que a penas van por el uno, que aburridos— contestó Gregor.

«Íbamos ya por el dos, cariño» pensé

Gregor y yo nos dispusimos a estudiar, mientras Niklas se ocupaba de algunas llamadas. Se le veía muy preocupado, sólo podía tratarse de su hermano o de Lukas y las dos opciones me preocupaban a mí también. Después de unos minutos de discutir con alguien al teléfono, se sentó en el sofá y encendió la Tele.

Una hora después, mi amigo y yo habíamos terminado lo que teníamos por hacer.

—Vendré mañana también y continuamos ¿Te parece? Ahora tengo que ir de pesca— dijo riendo.

—Claro, mañana seguimos—respondí.

—Que lo disfruten, tortolitos— bromeó— Déjala sin aire, Dracula—agregó.

Nik rió y le lanzó uno de los cojines en la cara.

—Que te la tires bien, mariquita— gritó mientras Gregor se dirigía a la puerta.

—¡Nik!.— reclamé.

—Lo siento, lo siento mi amor. No volveré a decir esa palabra delante tuyo— fruncí el ceño— No volveré a decir esa palabra en lo que me queda de vida—corrigió.

—Así está mejor— sonreí para luego besarlo.

Comenzamos a besarnos más apasionadamente y de un momento a otro, yo me encontraba sobre sus piernas, de espalda a la televisión besando su boca mientras de vez en cuando él se separaba de mí para besar mi cuello. Sentía una corriente eléctrica recorrer mi cuerpo, una sensación que sólo me producía él.

—¿A que hora llegan tus papás?— preguntó mientras dejaba besos en mi cuello.

—Como a las diez— respondí agitada.

—Son casi las ocho— dijo mirando a su reloj— ¿Quieres repetir lo de la vez pasada?—preguntó.

—¿A qué te refieres exactamente?— quise saber.

—A darte gloria—dijo sin rodeos. Él siempre tan directo.

No le dije nada. Un "" no me salía. En cambio comencé a besarlo y a moverme sensualmente encima de él, haciendo más que obvia mi respuesta. Él dibujó una sonrisa satisfecho por mi respuesta. Se levantó del sofá, levantándome a mí también. Mis piernas iban envueltas en sus caderas y no pude evitar reír ante su acción. Agarró con fuerza mi trasero mientras se dirigía a las escaleras.

—¿Qué haces loco?— pregunté riendo.

—Quiero estar en tu cama—dijo con una voz cortante.¿Era lujuria lo que escuchaba en ella?— Te deseo tanto, pequeña.

Y así, cargándome como si pesara menos que un alfiler, subimos las escaleras hasta llegar a mi habitación.

Una vez ahí comenzó lentamente a acariciar mi cuello con sus besos. Esa era mi más grande debilidad, sus labios contra mi delicada piel. Lo amaba, producía en mí una ola de sensaciones realmente incontrolables, lo deseaba tanto. Nunca había sentido este deseo físico tan desesperante.

—¿Me amas?—preguntó.

—Sí— respondí casi sin poder hablar.

Estábamos agitados, cortos de respiración.

—Dilo—ordenó besando mi vientre.¿En qué momento había quitado mi vestido?. Estaba en ropa interior delante de él y no tenía pena, nada de eso, me sentía realmente hermosa cuando veía la forma en la que él me miraba, cómo si fuera la mujer más bella del mundo y esa sensación me hacía sentir que estaba en las nubes.

—Te amo, Niklas. Te amo más que a nada en este mundo— dije con total seguridad. Sabía que quería escucharlo, sabía que después de ver a Nate él quería estar cien por ciento seguro de que yo era suya. Pero eso era algo que no debía poner en duda, yo lo amaba cómo nunca había amado a nadie nunca.

—Soy tan tuyo— dijo sorprendiéndome. Aquel chico misterioso y arrogante de la tienda de ropa, con acento español peculiar, el mismo que me curó cuando me caí tontamente de la bicicleta y el mismo con tantos miedos y con un gran corazón, me amaba y me pertenecía.

Quité su camisa rápidamente, observando su cuerpo. Estaba bueno, jodidamente bueno y era mío, sólo mío. Su cuerpo y sus pocos tatuajes, sus músculos y su marcado pecho me provocaban comérmelo a besos. Él seguía arriba mío y nuestros besos se profundizaban cada vez más, cada beso se hacía más apasionado y yo deseaba más, más que sólo besarlo y tocarlo. Estaba tan segura de ello en ese momento que me sorprendí de mí misma, pero no tenía la más mínima duda. Quería más, necesitaba más, necesitaba realmente sentirme suya.

—Quiero más Nik— dije sin pensar. Él se separó de mí de un sopetón, sorprendido por mi confesión.

—¿A qué te refieres con "Más"?— titubeo. ¿Estaba nervioso?.

—Quiero que hagamos el amor—¿Desde cuando yo era tan directa? ¡Dios! Creo que las hormonas y el deseo me manejan fácilmente.

—¿Estás segura?—dijo aún sorprendido—Pequeña, esto sería casi ilegal. Tengo veinte y tú eres menor de edad

Yo sabía perfectamente a que se refería, joder. ¡Y cómo lo sabía!, pero no me importaba, nadie tenía que saberlo. Nadie tenía porqué enterarse . No sabía que iba a pasar mañana, no sabía si todo lo que había planeado iba a funcionar por eso quería estar con él hoy, quería ser suya y de nadie más.

—No me importa—dije segura— Quiero hacerlo—concluí. Comencé a besarlo con pasión, quería provocarlo, no quería que se echara para atrás, quería que él fuera mi primera vez.

—Mi amor, no me beses de esa manera, no podría resistirme.

—Esa es la idea—confesé.

—Esto no es romántico mi vida—dijo aún besándome.—Quería que fuera especial para ti.

—Es especial si es contigo, Nik— dije— Hazme tuya—ordené; sabía que esas dos palabras lo ponían a mil.

Quizás estaba mal de mi parte, pero lo deseaba más que a nada y no era sólo cuestión de hormonas, el amor que sentía por él era más grande que cualquier cosa que me pudiera imaginar .

—Te amo—susurró—Estoy tan enamorado de ti, pequeña. Eres perfecta, eres lo más valioso de mi vida. Eres mi fuerza—agregó.

Comenzó a bajar mis bragas, mientras seguía besándome con ternura.

—Si voy a ir a prisión, que sea siendo la persona más feliz del mundo—dijo—Y si con esto marco mi fin, me da igual...pues sé que esto será para mí la razón de mi vida...Te amo.

Mientras me abrazaba y me besaba, supe que el mejor lugar del mundo era en él,  siempre en él. Mi lugar favorito.

—Te necesito, Nik. No necesito a nadie más, sólo a ti.

Su boca comenzó a jugar con mi intimidad, dándome la sensación más placentera que había sentido en mi vida. Su lengua era experta, de eso no tenía duda y me llevaba a la luna de ida y de regreso. Joder. Mis manos se clavaron a los costados de la cama,agarrando las sábanas con fuerza mientras me arqueaba. Sus dedos jugaban con mi intimidad y por mi mente pasaban miles de recuerdos sobre nosotros.

¿Podríamos superar algún día la pesadilla de Lukas y estar felices él y yo?.

—Nunca permitiría que te pasará nada, Pumba. No me lo perdonaría jamás. Si te llegara a pasar algo por mi culpa, me alejaría de ti sin pensarlo dos veces. Fue algo que me prometí—dijo mientras acariciaba mis muslos y volvía a besar mi vientre.

—¿Algo que te prometiste?.

—Sí, es mi motivación. Algo peor que vivir con el remordimiento de que te pasó algo, es vivir sin ti. Así que si me empeño en que no te pase nada, podré tenerte para siempre.

—No va a pasar nada— musité y de verdad esperaba que fuera así.

Nuestros besos llegaron a otro nivel, nuestros cuerpos pedían a gritos ser unidos y mis deseos de ser suya aumentaban con cada roce, con cada palabra.

Retiré con rapidez la ropa de Nik. Estaba sobrando. Dios, mi primera vez sería con el chico de mis sueños y lo peor de todo es que no estaba asustada, para nada. Confiaba tanto en él que sabía que no me iba a hacer daño, que iba a ser tan especial cómo siempre imaginé; porqué lo único que siempre soñé fue hacerlo con amor y eso es lo que sentimos el uno por el otro.

Nik estaba completamente desnudo ante mí, era la primera vez que lo veía así y era perfecto. Todo en él lo era. Era como si Dios hubiera puesto todo su empeño en crearlo a él, en no cometer ningún error y sí que le había resultado muy bien.

Se levantó de la cama en busca de un sobresito en la billetera, pude imaginarme de que se trataba.
¡Jesús! Estaba ansiosa, nerviosa pero no asustada, porque no deseaba más en ese momento que estar con él.

—¿Estás segura Salomé?— preguntó nuevamente.

—Tan segura cómo que te amo— respondí sin titubear. Me sonrió. Esa sonrisa tan perfecta que se había quedado grabada en mi mente desde el primer momento.

«¿Cómo puede tener la persona más arrogante que he conocido en mi vida, la sonrisa más hermosa que jamás haya visto?»

Lo recuerdo como si hubiera sido ayer. Agradezco al destino por unirnos de nuevo. Nik y yo teníamos ahora una historia juntos, una que queríamos seguir escribiendo. Se colocó el condón y se acercó nuevamente a mí, se veía feliz, fresco y relajado. No podía dejar de sonreír y eso me hacía sentir aún más especial.

—¿Recuerdas el primer hola; la primera mirada; la primera conversación; la primera sonrisa; tus carcajadas que siempre tratabas de controlar pero que era el momento en el que explotabas cuando me hacías quererte más; las primeras mariposas que sentimos al estar frente a frente; el primer roce; el primer pensamiento en la mañana de ti, de mi, de nosotros dos; la primera vez que nos dimos la mano; el primer beso; el primer te amo; la primera pelea que de hecho es el primer recuerdo que debes de tener de mí— sonrió. Estaba encima mío y seguía hablando mientras yo trataba de recordar los momentos que él mencionaba— Te dolerá un poco, mi pequeña, pero te juro que pasará; te juro que te haré el amor con cuidado, con suavidad porqué quiero que sea inolvidable; no sólo lo será para ti, lo será también para mí...porque es la primera vez que amo de tal manera que daría todo por ti...–musitó–¿Recuerdas nuestras primeras tonterías? Nuestro primer llanto, nuestras confesiones, el primer abrazo ¿Recuerdas nuestra primera fotografía? Lo mucho que sonrío estando sólo contigo...¿Recuerdas todo eso?.

—Lo hago Nik—digo clavando mis uñas en su espalda sin poder evitarlo. Sintiendo cómo su miembro roza mi intimidad y se incorpora lentamente en ella, con fragilidad, con tacto y delicadeza.

Al principio era una sensación completamente extraña y ajena a cualquier cosa que haya conocido antes y duele, pero sólo un poco. Nada como siempre solían describirlo, debe ser porque estaba totalmente relajada. Se movía dentro de mí y su boca me daba besos delicados en los labios.

—Estoy en el cielo— dijo mientras comenzaba a hacerse un poco más de paso.

—¡Oh Dios mío Nik!— gemí al sentir que lo introdujo completamente. Él se detuvo de inmediato.

—¿Te he hecho daño?—preguntó preocupado.

—No. Es que es una sensación que jamás había sentido. Sigue— supliqué y él se sonrojó y sonrió a la vez.

Comenzó a moverse de nuevo. Ahora un poco más rápido y yo sentía que todo mi cuerpo se movía a su ritmo, sentía que era completamente suya, incluso más suya de lo que antes creí serlo.

—Joder— musitó—No puedo creer esto—dijo acelerando sus embestidas.

—¿Qué pasa?— dije bajito, luchando con la agitación que me consumía.!Mi respiración entre cortada.

—Es que no puedo creer lo que produces en mí—dijo también entre gemidos cortos— Me voy a venir—gimió—Dios Salomé, eres tan perfecta—repitió mientras seguía embistiéndome más rápidamente.

Sentí una sensación en el estómago y supe que mi momento también estaba llegando. Él comenzó a besar mi cuello y luego mis pechos. ¡Dios, estaba tan fuera de mi misma! ¡Estaba en otro mundo!.

—Te amo—dijo besando mi frente.

Gemí tan fuerte y me agarré de las sabanas como pude. Habíamos llegado al climax, juntos.

Se separó de mí y se acostó a mi lado, seguidamente envolvió un brazo sobre mi torso y me abrazó fuertemente.

—Esta ha sido sin duda la mejor noche de mi vida—susurró en mi oído y atrajo mi cuerpo más hacia el suyo—Gracias.

Yo no podía creerlo. Parecía todo tan irreal. Cada cosa que me dijo, cada caricia, cada palabra. Él no parecía ser real, con todas sus imperfecciones lograba hacerme la mujer más feliz del mundo.

¿Era posible que con sólo dieciséis años viviera tantas cosas?

¿Era posible que con tan sólo dieciséis años ya hubiera encontrado el verdadero amor?

No me interesaba ser feliz para siempre con él, me interesaba tener días buenos y malos pero que al final del día siempre estemos juntos, el uno para el otro.

¿Porqué no puede ser tan fácil?

¿Porqué tiene que intervenir el pasado en todo esto?

Nik y yo nos quedamos dormidos abrazados, se había colocado sus bóxers y yo una pijama. Se iría temprano, quería irse en la madrugada pero no lo dejé, quería tenerlo toda la noche conmigo. Mis padres habían llegado y yo había salido de mi habitación a decirles buenas noches mientras Nik se quedaba sin hacer ruido. Me gustaba hacer locuras como esas con él con tal de tenerlo a mi lado.

¿Cuánto tiempo iba a durar esto?.

¿Volveríamos a estar así otra vez?.

Antes de acostarme de nuevo a su lado. Observé mi celular y releí los mensajes que había enviado mucho antes de que llegara Nate.

¿Estás segura de esto?— Bastian.

Sí, estaré mañana a las 5 de la tarde justo en frente del monumento judío—Salomé.

Estás jugando con fuego. ¿Vale la pena arriesgarse tanto por él?—B.

Sólo quiero encontrar la mejor solución a todo esto. Y si me toca probar con eso, lo haré. Sí,vale la pena—S.

Mató a su ex. Salomé, tu eres una buena persona...Ni Lukas ni Niklas son peritas dulces—B.

Sólo has lo que te pido. Si de verdad quieres que aceptes tus disculpas...esa es la mejor manera—S.

Es como ponerte en bandeja de plata. Pero está bien—B.

Es asunto mío. Gracias—S.

Debía haber una forma,una forma de acabar con todo esto y yo creía en ella. ¿No perdería nada en el intento no? Al menos esa ira la idea detrás de toda esta locura.

Nik se había quedado nuevamente dormido mientras esperaba por mí, se veía tan frágil y tan bueno. Había cometido muchos errores, pero merecía ser feliz, de eso no había duda alguna.

Hicimos el amor. Hicimos el amor en medio de la tristeza.

Continue Reading

You'll Also Like

114K 7.1K 32
¿Es posible que te olvides del "amor de tu vida ? ¿Podrá Tanner Adams lograr que ella recuerdo lo que eran o simplemente seguirán con sus vidas ?
698 76 40
Solo bastó que la dulce Amalia Bautista se diera la vuelta para que mi corazón quedara flechado. Todavía suspiro al recordar cómo empezó todo. La con...
445K 28.8K 29
Escucho pasos detrás de mí y corro como nunca. -¡Déjenme! -les grito desesperada mientras me siguen. -Tienes que quedarte aquí, Iris. ¡Perteneces a e...
134K 28.8K 59
La mano del rubio se coló bajo la máscara del anbu acariciando su rostro suavemente, los azules lo veían con debilidad y un gran amor, Itachi se dejó...