Sonrisa tuya, suspiro mío

By LunaHHr

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No sé como paso. Sólo sé que cuando él me sonrió algo cambió en mí. Ahora despertaba cada mañana deseosa de v... More

Esa sonrisa
Te extraño
Oportunidades
¿Soy la siguiente?
Buenos días, preciosa
¿Que soy qué?
Te adoro
Soledad
La confrontación
Confrontación II
Reconciliación
Fred y Hermione
¿Trato hecho?
Nuestros besos
Confundiendo las cosas
De vuelta a las sombras
¿San Valentín?
Un nuevo admirador y los celos de siempre
Bienvenido sea el placer
La horrible verdad
Inesperado final
Renaciendo y los anuncios
SEGUNDA TEMPORADA (AVISO)
Último día en Hogwarts
De regreso a Londres (SEGUNDA TEMPORADA)
La carta
Noticias locas, la ruptura y más corazones rotos
¡Esto está de locos!
Más problemas y ¿una antigua amistad?
Sueños feos, la festajada y nuevos dramas
Mil disculpas
Regalos
Secretos, besos y el admirador
El final
Epílogo

El último beso y el cobarde

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By LunaHHr

Disclaimer: Todos los personajes pertenecen a J.K. Rowling, Warner Bross & Salamandra. Yo únicamente juego con los personajes que Jo nos regaló. La historia es de mi muy triste y retorcida imaginación.

Disfruten de la lectura como lo he hecho yo escribiendo...

Sonrisa tuya, suspiro mío

por LunaHHr

XXXII: El último beso y el cobarde

Hermione retrocedió a trompicones y pasos torpes hasta su habitación con la mirada perdida y aún sin lograr escuchar bien del todo. Todo le era confuso en ese momento, sus pensamientos no lograban formar una idea coherente o que le diera sentido a todo lo que acababa de escuchar.

Se sentó en el borde de su cama con la mirada hacia ningún lugar en particular. Se llevó las manos a la cabeza, presionando un poco y frunciendo el ceño.

¿Qué es lo que acabo de escuchar? pensó ¿Draco está enamorado de mi? se preguntó incrédula. Y lo que le atormentaba más: ¿Había pasado una noche a su lado? ¿Qué tipo de noche? ¿Se había acostado con él? Comenzó a impacientarse, sentirse ansiosa.

No, pensó, Draco dijo que pasamos la noche platicando, razonó más tranquila.

Comenzó a rememorizar todos los momentos que había pasado junto a él o donde él apareciera y ahora entendía más cosas. Y otras no las entendía en lo absoluto. Se había pasado tanto tiempo pensando y recordando en los momentos donde él aparecía que se había olvidado de lo más importante.

¡Harry sabía!

Sin pensarlo mucho, se levantó de su cama y fue corriendo a buscarlo.

Oh, Merlín se apiadara de Harry Potter.

...

Harry platicaba tranquilamente con algunos chicos y chicas de quinto y sexto año en la Sala Común de Gryffindor. Reía de los chistes que estos decían, y disfrutaba de las bromas que Fred y George hacían. Ginny estaba sentada al otro lado del lugar, perdida leyendo un libro de gran tamaño. Sintió impulsos de acercarse a ella y poder decirle al fin que quería aclarar ciertas cosas. No se sentía seguro de querer regresar con ella, pero la verdad es que sí la extrañaba. Y deseaba saber cómo se encontraba. Estaba a punto de pararse para ir a su encuentro cuando el Retrato de la Señora Gorda se abrió y reveló la presencia de una Hermione muy furiosa.

—¡Harry James Potter Evans!—gruñó la castaña desde la entrada.

Toda la sala quedó en absoluto silencio. Incluso Ginny alzó la vista de su lectura, mirando a Harry y a Hermione varias veces. Fred se sentó con los ojos ligeramente asustados, al igual que George. Los que pudieron alejarse de ella con disimulo lo hicieron con rapidez. Pero a ella no le importó ya que sólo fulminaba con la mirada a Harry.

El azabache cerró los ojos por inercia, no queriendo voltearse para encarar a su mejor amiga. Sintió los pasos furiosos y por las miradas que le dirigían sus amigos supo que ella estaba justo detrás suyo.

—Potter—escupió—¿Acaso no soy tu mejor amiga?

Harry se volteó con lentitud, con las cejas fruncidas.

—Sí, eres la mejor amiga de todas—balbuceó él, rascándose la nuca y metiendo la otra mano en el bolsillo de su suéter muggle.—¿Por qué...?

—¿Y por qué rayos no me dijiste que Mal...?

Harry estampó su boca contra la de su amiga en cuestión de segundos para que no terminara la oración y todos se enteraran de aquella tragedia. Hermione gimió de dolor ante el golpe. Abrió los ojos como platos luego de empujarlo.

—¡Harry!—se quejó Fred y Ginny fruncía las cejas.—¡Es como tu hermana!

Hermione frunció las cejas, tomó de la mano a su amigo y se lo llevó a otro lugar. Estaba tan furiosa que no le importaba dar explicaciones a nadie, ni siquiera a Ginny.

—¿Cómo diantres te enteraste, Hermione?—preguntó totalmente confundido mientras llegaban a los terrenos de Hogwarts y Hermione lo seguía arrastrando con fuerza irreconocible. Se detuvo casi cuando llegaron a casa de su amigo Hagrid, donde nadie podría escucharlos.

—¿Por qué nunca me dijiste, Harry?—preguntó mirándolo fijamente, de brazos cruzados. —¿Por qué no me dijiste que la persona que más me ha ayudado emocional y mentalmente es la misma que está enamorada de mi? Y que aparte, es el que me ha estado mandando regalos y cartas anónimamente y que... me ha confundido por completo. -dijo lo último casi en un susurro.

Harry la miró con ojos desorbitados.

—No puedes estar hablando en serio—le contestó incrédulo. Al no obtener respuesta volvió a hablar—Me imagino que toda esta molestia es solamente porque no te dije, y porque te enoja que alguien tan vil como él esté...

—¡Tú no lo conoces!—lo interrumpió, casi gritándole.

—¿Y tú sí?

Harry entrecerró los ojos y observó a su amiga fijamente. Tenía el uniforme desordenado, la cola de caballo mal hecha, estaba ojerosa y a la luz de la luna se veía más pálida de lo normal. El aire frío de octubre no ayudaba mucho a su aspecto.

—Ni siquiera recuerdas esa noche...

—¡Porque me borró la memoria!

—Aún así...

—¡Tú le dijiste algo y por eso no me ha dicho nada! —reclamó—Harry, no recuerdo esa noche, pero sí que recuerdo todo lo que sentí. A veces sueño con una sombra, alguien borroso que me susurra cosas alentadoras, cosas que no sabía que necesitaba escuchar. Nunca en mi vida me había sentido tan amada y tranquila como en esa noche—confesó.

Harry no sabía qué responderle. Negó con la cabeza un par de veces y luego se revolvió el pelo con nerviosismo.

—Alguien que me trató así no puede ser vil...

—Hermione, —dijo con tono cansado—¡Te molestó toda nuestra infancia!

Ella frunció las cejas.

—Nosotros también le hicimos cosas horribles, Harry.

Harry se alejó unos pasos de su amiga y la miró como si no la reconociera.

—No te dejes engañar. Es Malfoy. Tiene en la sangre ser ruin.

Fue el turno de Hermione de retroceder y mirarlo con aprensión.

—Yo sí creo en el cambio en las personas.—musitó ella con voz temblorosa.

—¿Sí? ¿Así como Fred dio su gran cambio?—preguntó sarcástico—¿Sí sabías que lo vieron besándose con Motty otra vez?

Hermione recibió dos cachetadas llenas de verdad.

—Lo mío con Fred murió desde el instante en el que me engañó.

Harry se sintió culpable al ver el rostro dolido de su amiga.

—Gracias por la honestidad, Harry.

—No seas así, Hermione...

Ella comenzó a alejarse de su amigo mientras negaba con la cabeza.

—No le digas a Malfoy que lo sé. No estoy lista para enfrentarlo.

Harry asintió con la cabeza.

—Perdóname por no decirte, ¿de acuerdo?—se acercó a ella, jalándola suavemente de la muñeca.—No quería abrumarte con otro admirador—le sonrió un poco, tratando de aligerar el ambiente pero sin éxito—Y tampoco quería que él se aprovechara de tu situación para confundirte. Él no te merece...

—¿Y quién sí me merece?—se quejó—¿Tú?—preguntó burlona—¿Sebastian? —seguía en tono cínico.—¿No crees que Astoria tiene razón? ¿No crees que es injusto que tú y Malfoy hayan decidido todo sin cosultarme? ¿Y qué tal si me atrae o gusta? ¿Qué tal si él es la persona con la que finalmente puedo ser completamente feliz?

Harry fijó su mirada en la mano que tenía aún en su muñeca. La idea de ver a su mejor amiga con su peor enemigo le aterraba, era algo que no estaba listo para ver... quizá nunca lo estaría.

—Pero no lo es, Hermione.

Ella frunció las cejas ante su necedad.

—Y sí, quizá yo podría ser el indicado para ti.—le dijo con firmeza, mirándola a los ojos. No sabía lo que estaba diciendo, pero cualquier cosa era mejor que verla con Malfoy. Aparte, adoraba a Hermione.

La castaña se soltó de un sólo jalón de su agarre.

—¿Cómo puedes decirme eso si sabes que estás completamente enamorado de Ginny?

Harry sonrió negando con la cabeza.

—Te quiero más a ti.

Sin poder aguantarse más le dio un puñetazo en el estómago que le sacó el aire.

—¡Soy tu hermana, por supuesto que me quieres más a mi!—le gritó—Y aún así, le guardaste un secreto importante a la persona que según tú mas quieres.—vio cómo se tocaba el estómago adolorido y la miraba con enojo.—¡No quiero que vuelvas a hablarme nunca más si vas a seguir actuando como un don juan patético y mentiroso! ¡Deja de jugar con Astoria! ¡Ármate de valor y ve a decirle a Ginny que la quieres!

Se acercó a él con ojos peligrosos, sin darle tiempo a su amigo de retroceder.

—Y por Merlín, Harry, deja atrás esa competencia que te traes con Malfoy. Él ni siquiera te tiene en cuenta ya.

Harry vio aún sin recuperarse como su amiga se iba alejando de él.

....

Hermione caminó cabizbaja todo el trayecto hasta su habitación en la Sala Común de Delegados. Deseaba con todo su ser no encontrarse con Draco ahí ya que no se sentía preparada para verlo, pero al mismo tiempo se sentía curiosa por mirarlo, por ver si había indicios obvios que indicaran que él estaba... enamorado de ella.
El sólo pensarlo le resultaba sumamente extraño, pero a la vez era algo que le intrigaba en su totalidad.

—Hermione—alguien la llamó justo antes de que diera vuelta al corredor que la llevaría a su Sala. No se sorprendió de ver a Fred corriendo hacia ella.

—Fred—contestó ella sin mucho entusiasmo.

—¿Qué pasó con Harry en la Sala Común?—preguntó como quien no quiere cuando llegó hasta ella; lo miró y se dio cuenta que había olvidado lo alto que era, sus gruesas cejas y sus ojos claros.

Se encogió de hombros.

—Un asunto personal.—respondió vagamente.—Nada de qué preocuparse, supongo.

Fred asintió con la cabeza, luciendo muy serio. El silencio se alargó y ella comenzó a sentirse incómoda.

—Fred, si eso era todo...—comentó—Me tengo que ir a mi habitación a hacer unas cosas y...

—Sé que te dijeron lo de Motty.

Hermione suspiró y alzó las cejas levemente.

—Mira, Fred, realmente no estoy de humor para...

—Te amé, Hermione. Te amo.

Ella no dijo nada.

—Pero puedo ver en tu mirada que tú ya no sientes lo mismo por mi, y sé que yo causé eso. Sé que fue mi culpa. Admito que yo rompí con todo lo que tú habías logrado construir para nosotros—dijo en voz baja, tomándola de las manos y besándoselas. —Romina no fue mi primer amor. Tú eres mi primer amor. Tú eres la única que me ha enseñado lo que es ser amado verdaderamente—sonrió—Y sigo enamorado de ti, pero tú no de mi.

Abrió ligeramente la boca para decir algo, pero no pudo.

—No voy a tener una relación ahora. No quiero usar esa frase muggle que le escuché decir a Luna el otro día: "Un clavo saca otro clavo". —imitó su voz y Hermione sonrió.—Nos besamos, sí y fue sólo una vez. Las otras veces ella me ha estado ayudando con algunas materias, y en cierto modo me la paso muy bien en su compañía. Ella sabe que sigo enamorado de ti.
La castaña estuvo unos segundos sin poder decir nada, mirando sus manos entrelazadas.

—Fred, no sabes cómo me hubiera gustado que me dijeras todo esto hace un tiempo—suspiró ella ladeando la cabeza.—No quiero que pienses que no estoy contigo por venganza. Te amé con locura, me perdí a mí misma haciéndolo. Dejé de ser yo, dejé que tu amor me consumiera en modos inimaginables. Di todo por ti. —sintió que las lágrimas caían por sus mejillas.—Y no fue suficiente para ti...

Fred negó con la cabeza, acercándola a su cuerpo.

—Lo fue, Hermione. Lo fue todo para mi, por favor...

—Tus acciones demostraron lo contrario, Fred. Y me cansé. Me cansé de amarte.

Fred lloraba con ella.

—Aún podemos intentarlo, aún...—posó su frente en la de ella, tomándola de la nuca y abrazándola de la espalda con la otra. —Podemos empezar de nuevo. ¿No me extrañas ni un poco? —preguntó con desesperación, atreviéndose a rozar sus labios con los de la castaña. —¿No crees que me has castigado lo suficiente? Hermione...—susurró su nombre de la misma forma que lo hacía cuando estaban juntos en la cama. Sintió temblar a Hermione y se animó a llevar sus labios a su encuentro.

—Fred...—susurró Hermione, llevando sus manos al cuello del chico y facilitándole el abrazo.

—Puedo hacer que te enamores de mi otra vez—susurró él mientras la besaba con lentitud, sintiendo sus piernas débiles ante el contacto entre sus cuerpos.—Te he extrañado tanto.—gimió levemente entre sus labios, apoyándola contra la pared y acariciándola desde las caderas hasta llegar a su cuello.—Puedo hacer que me ames otra vez, puedo enamorarte otra vez...

Ella negó con la cabeza.

—No creo que eso pase, Fred.

Él se detuvo para mirarla confundido.

—Creo que estoy enamorada de otra persona.

Fred sintió como si alguien le hubiera echado un balde de agua fría sin previo aviso. Abrió ligeramente la boca, y se quedó mirándola para ver si bromeaba, pero los ojos de Hermione lucían cansados, sinceros y tranquilos. No había la pasión que él habría esperado luego de los besos que le había proporcionado. No había esa chispa de pasión y lujuria que le había visto hace tiempo... y al fin lo entendió.

La había perdido para siempre.

Poco a poco se fue alejando de ella, relamiéndose los labios y sintiéndose miserable al encontrar su sabor en ellos.

—Creo que sería bueno tomar cierta distancia—murmuró Hermione—Al menos por ahora.

Él asintió con ojos llorosos. Y sin poder evitarlo se acercó a ella para besarla una última vez.

—Te amo, Hermione. Perdóname por arruinarlo todo.

Ella sonrió con tranquilidad, acariciándole la mejilla.

—Pasó lo que tenía que pasar, Fred. Y yo también te amo, pero no de la misma forma. —le dio un beso en la mejilla y se alejó.

Fred comenzó a llorar mientras la veía irse. Sintió que su un pedazo de su ser había sido arrancado y ella lo llevaba consigo. Tuvo ganas de seguirla, suplicarle una oportunidad, rogarle que no lo dejara, que aún podían intentarlo, pero... se había acabado.

...

—¡Pero si aquí tenemos a la Delegado ejemplar que se besotea con su ex por los pasillos!—dijo en voz chillona Draco en el momento justo en el que ella entró a la sala.

Hermione cerró los ojos un segundo, y luego los abrió para verlo con cansancio. Definitavmete, ese había sido el día más largo de su vida.

—Dime, Granger, ¿por qué te empeñas tanto en ser la comidilla de Hogwarts? —seguía insistiendo él con voz casi histérica. Se había levantado del sillón y se había acercado a ella para molestarla.

Hermione lo pasó de largo y se dirigió a su habitación.

—Como tu compañero delegado te digo que ese espéctaculo lo hubiera esperado de Pansy, Astoria, pero de ti jamás, Granger—fingió decepción mientras la seguía de cerca.

—Malfoy...

—¿Eso significa que regresaste con el repetido, Granger? —preguntó más serio.

Hermione se detuvo para encararlo.

—No es tu problema.

—Lo es porque soy delegado y eres algo así como mi compañera de todas las actividades y no quiero que estén hablando de ti como si fueras una...

—Nadie nos vio—lo interrumpió, cruzándose de brazos y observando su actitud. Draco traía el uniforme igual de desarreglado que ella. —Al parecer sólo tú, así que si tu no dices nada... mi reputación está a salvo.

Draco la miró unos segundos.

—Creí que tenías algo con Sebastian.

Hermione negó con la cabeza de inmediato.

—Creí que mi vida amorosa te tenía sin cuidado.

Lo vio encogerse de hombros.

—Me gusta mantenerme informado de absolutamente todo, por ejemplo, también supe que Harry se unió al club de los chicos golpeados por parte de la agresiva Hermione Granger. —se burló, riéndose un poco.

Hermione se descubrió así misma sonriendo ante el sonido de su risa.

—Él lo merecía.

—No lo dudo.

—Así como tú lo merecías en tercer año.

Se quedaron en silencio, mirándose el uno al otro durante unos segundos que parecieron eternos. Draco fue el primero en salir de la extraña hipnosis en la que habían caído.

—Fred no te merece.

Hermione se sintió molesta al instante.

—¿Por qué rayos todo el mundo se siente con el derecho de decir si alguien me merece o no?—casi gritó, pero sí lo empujó con su mano en el pecho.—¿Y qué si me enamoro de un bravucón?—le preguntó—¿Y que si me enamoro del tipo que todo mundo ve como un villano?

Draco sintió su corazón latir al mil por hora, pero era imposible. Hace menos de quince minutos la había visto besándose con ese repetido pelirrojo.

—Sería tu problema...—evadió su mirada, y se alejó de ella.—Pero creo que todos esperan que elijas a alguien tan bueno como lo eres tú. A mi no me importa.

Hermione rechinó los dientes.

—Entonces, no te importa si me fijo en alguien como Fred—se acercó a él buscando su mirada.—O quizá en alguien como tú que siempre ha jurado odiar a las sangre sucias como yo.

Draco tragó en seco. Se armó de valor para mirarla con indiferencia.

—Era un comentario, Granger. Y no odio a las sangre sucia....—sacudió la cabeza—Ya ni me importa el estatus de sangre ni nada por el estilo.

Hermione buscó su mirada, pero él se empeñaba en mirar más atrás de ella, nunca a sus ojos.

—Mírame, Malfoy, ¿por qué no me miras?

Draco seguía sin verla, se había apoyado en la mesa que tenían ahí de brazos cruzados. Casi pegó un salto cuando sintió las manos suaves y frías de la castaña tomar las suyas.

—Mírame, Malfoy, —insistió—¿por qué te escondes?

Draco la miró al fin y se sintió maravillado ante la belleza de su rostro. ¿Cómo podía ser tan bella, sensual e inocente al mismo tiempo?

Tortura. Ella era una tortura.

—No regresé con Fred.

Draco sonrió de lado, riéndose un poco.

—Entonces, ¿andas por ahí besándote con el que se te ponga enfrente?

—Tú estás frente a mí y no te he besado—bromeó ella.

Draco entrecerró los ojos, no riéndose de su broma.

—Lo besé para comprobar que en efecto ya no siento absolutamente nada por él, Malfoy—dijo con firmeza.

—Me alegro por ti.

—Me di cuenta que estoy enamorada de mi admirador secreto y haré hasta lo imposible para descubrir quién es él.—le prometió a Malfoy, vigilando muy bien cada una de sus reacciones.

Draco enmudeció.

—Y lo golpearé a morir cuando sepa quién es por cobarde—le avisó, soltando sus manos y dándole la espalda.

, pensó Draco, ese idiota es un cobarde.

LunaHHr

Notas de autora: ¡Feliz día del amor y la amistad! Espero que les hayan regalado muchos chocolatitos! Cualquiera razón es excelente excusa para comer chocolates ❤❤❤❤❤ en fin, este es un regalito de mi parte jeje espero que les guste 😛😛😛 los amo!!!!!!!

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